Fiesta de Santo Tomás de Aquino.                                             27 de febrero de 2019

Nuevo paradigma: Ciencia y Religión en diálogo

Introducción a la celebración

Hoy es un día importante para esta Comunidad. Estamos de fiesta para recordar a Santo Tomás, nuestro patrón, y también para estar atentos a su mensaje, a su testimonio. Él fue pionero en compatibilizar fe y ciencia y nosotros queremos revindicar su ejemplo y abogar por un cambio de paradigma que no oponga la fe a la ciencia porque no tienen por qué ser incompatibles.  La historia de las relaciones entre fe y ciencia ha hecho ya un largo camino. Y aprendiendo a dialogar y aceptando que los lenguajes de cada una son diferentes, tienen aún mucho trecho que recorrer. Abrámonos pues todos a este nuevo paradigma y, sin obviar críticas y autocríticas, sigamos el ejemplo de compartir caminos de diálogo, mutuo respeto, y convivencia mutua sin complejos.

Perdón

Señor, nos dijiste: “Aprended de mí, que soy sencillo y humilde”, y alabaste la decisión del Padre de ocultar sus misterios a los sabios y entendidos y revelarlos a la gente sencilla. Te pedimos perdón porque nos ha faltado coraje para seguir tu consejo y no hemos sabido aplicar los frutos del entendimiento en beneficio de nuestros hermanos más desfavorecidos.

Lectura de Stefano Cartabia (de Fe Adulta):

“… situación actual de la iglesia y del cristianismo. Por todos lados se pide renovación y desde muchos lugares surgen experiencias renovadoras o intentos de renovación. Es la frescura de la espiritualidad que se abre camino entre los senderos casi desiertos de una religión en agonía: ¡Es el vino nuevo que se hace presente para regalarnos el amor y celebrar la vida! Pero insistimos en poner este vino nuevo en odres viejos. Ese es el drama de la iglesia: aferrada a los odres de la doctrina y sus obsoletas estructuras no sabe aprovechar ni disfrutar del vino nuevo. A menudo no sabe qué hacer con este vino nuevo y se desperdicia.
Las ciencias antropológicas han evolucionado muchos en estos últimos siglos: avances en la filosofía, la psicología, la psiquiatría, la neurociencia, la sociología.
Todo este bagaje inmenso hay que incorporarlo a la antropología cristiana. La iglesia se queda a menudo con una visión antropológica obsoleta o necesitada de actualización.
El ser humano no es el mismo que el del tiempo de Jesús. Y aunque su esencia divina permanezca, el acceso a esta esencia –y el contacto inmediato y experiencial– está condicionado por la visión antropológica y los avances científicos».

Evangelio (Mc 2, 21-22):

“Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!”

Introducción al diálogo

La Historia de las relaciones entre la filosofía y la Teología ha sido, en períodos largos, tumultuosa, con tensiones. La teología se ha considerado como la única disciplina, o la más importante, ha adoptado una actitud dogmática que ha generado desencuentros, pero también se han dado momentos de diálogo fecundo y de cierto entendimiento, con brillantez teológica y filosófica uno de cuyos ejemplos fue el encuentro entre la filosofía escolástica (Anselmo de Canterbury y Tomas de Aquino) que tendieron puentes entre fe, cultura, religión y razón, o los filósofos arabo-musulmanes españoles (Averroes, por ejemplo) en su intento de armonizar filosofía y teología, razón y revelación y de elaborar una filosofía crítica de la religión;  también hubo diálogo entre los teólogos modernistas, defensores de la teleología en el mundo y en la humanidad.

La relación se ha tornado problemática cuando la teología se ha considerado la única disciplina e incluso, como la ciencia, poseedora de la verdad, adoptando una actitud a veces dogmática e intentando poner a su servicio a la filosofía, convirtiéndola así en su “esclava” (ancilla theologiae) para justificar principios o creencias que carecen de fundamentación racional. El resultado fue el fundamentalismo con su apego al “literalismo” de los textos sagrados y su negativa a la hermenéutica.

Problemática ha sido también la relación entre teología, ciencia y filosofía cuando ésta ha desacreditado a la teología por no atenerse a los principios de la metodología racionalista y cuando las ciencias de la naturaleza han querido imponer su metodología al resto de las ciencias y muy especialmente a la filosofía y a la teología.  Hay que saber que la teología no agota la reflexión sobre Dios ni el estudio de las religiones. Ni abarca todas las posibilidades y campos de análisis. Al fin y al cabo, sólo es un “saber parcial”, a pesar de lo cual hay que dejar claro que tanto la filosofía como la teología han hecho relevantes aportaciones al conocimiento humano.

Otras disciplinas se ocupan también del estudio del fenómeno religioso con rigor: sociología de las religiones, psicología de las religiones, antropología e historia de las religiones, etc., lo que pone de manifiesto el enorme interés del fenómeno religioso en la historia y la cultura y hace aún más importante la necesidad de un diálogo constructivo entre las diversas especialidades para hacer más viables y coherentes los estudios globales sobre las religiones y su capacidad para transformar el mundo.

ANÁFORA

Equipo.- Comencemos la oración agradeciendo que el Señor está con todos nosotros. Y ¡levantemos el corazón!

Todos.– ¡Lo tenemos levantado hacia el Señor!

E.- Realmente es bueno y justo bendecirte, Señor, padre santo, fuente de vida y esperanza. Tú has creado el mundo. Hiciste la luz, luego el cielo y la tierra, las estrellas, separaste la tierra del agua, de tus manos han brotado todos los seres.

E.- Entre todas las especies creaste al hombre y lo hiciste varón y mujer. Y viste que era bueno.

Todos – La creación es una maravilla. Un universo que vemos armónico y que al principio nos pareció ininteligible. Pero nos dotaste de inteligencia y de curiosidad y con ambas empezamos a intentar entender tu creación por más que nos desbordaba.

E.- Fueron muchas generaciones las que se maravillaron ante ella y en cada una hubo alguien que avanzó en nuestro conocimiento. Personas que intentaron entender las leyes que rigen este mundo y transmitieron a sus descendientes lo que, poco a poco y siempre con dificultades, iban entendiendo.

E.- La humanidad intentó explicar el mundo mediante figuras de dioses para el día y la noche, para la aurora, para la lluvia y el trueno, para las cosechas. Poco a poco se acercó a ti,

Todos – El hombre acabó creando la ciencia en su afán de entender el mundo y con el objetivo de dominar sus leyes. Y algunos, con mayor intuición, o con inteligencia más preclara, nos ayudaron a ir dando pequeños saltos en nuestro conocimiento.

E.- Nuestra comunidad está bajo la advocación de Tomás de Aquino, discípulo de Alberto. Como su maestro, nos acercó a entenderte un poco mejor.

E.- Alberto fue un precursor de la ciencia moderna y Tomás de la metafísica. Aunque hombres de su tiempo, intentaron avanzar en el conocimiento del mundo siguiendo tu luz.

Todos – La interpretación de la Biblia nos dice que nos animaste a dominar la tierra. Luego, hemos aprendido a entender que tu voluntad es que cada vez sepamos más y usemos más nuestra inteligencia para que el conocimiento y el control de las leyes de tu mundo nos hagan ser mejores.

Todos – Con la confianza en que nos acompañas, queremos cantar el himno de tu gloria:

Santo, santo, santo….

E.- Entre tantas inteligencias preclaras nos diste a Jesús de Nazaret, que se hizo uno contigo y vivió de acuerdo con tu voluntad. Que nos mostró tu verdadero ser de padre, que nos enseñó a conocerte, que como padre nuestro todos somos hermanos y que amarte significa amar al prójimo. Que tus leyes son las del amor y no de las que te habíamos ido revistiendo.

E.- Por enseñarnos a interpretar así el mundo, Jesús fue perseguido y condenado. Y cuando se sabía cerca de morir, se quiso despedir de nosotros y dejarnos también su legado. Reunió a sus discípulos en torno a la mesa, como nos reúne a nosotros hoy, tomó el pan, lo bendijo, te dio gracias, lo partió y lo repartió diciendo:

Todos – Tomad y comed todos de él.

E.- Luego tomó el cáliz y dándote de nuevo gracias, lo bendijo y lo ofreció diciendo:

Todos – Tomad y bebed todos de él porque este es el cáliz de la nueva alianza con todos los seres humanos.

E.- Y añadió: cuando os reunáis, repetid esto en memoria mía. Por eso, este es el sacramento de nuestra fe.

Todos – Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, señor Jesús!

E.- Siguiendo a Jesús hemos entendido que la marca que pusiste en nosotros para conocer y dominar las leyes del mundo no debe sólo acercarnos al puro dominio de la naturaleza sino a cuidarla y ponerla al servicio de todos. Esa marca que iluminó a tantas grandes inteligencias, la que nos ha llevado a desentrañar tantos secretos, la que tuvo Tomás de Aquino, la que nos llevó a crear la maravilla de la ciencia que hoy conocemos y la que llevará a nuestros descendientes a grados de conocimiento hoy insospechados,

E.- El conocimiento, la ciencia y tu reflejo en nuestra mente deben servir para mejorar la vida de todos, para ponerse al servicio de quienes menos tienen, de los más pobres, de los más indefensos. Para que todos puedan vivir dignamente y colaborar en la tarea común del conocimiento. Para que se acerque el Reino de Dios que Jesús nos enseñó.

Todos – ¿Qué otra cosa puede significar, si no, que todos somos tus hijos, y por tanto hermanos, como nos enseñaste tú por boca de Jesús?

E.- Recordamos a todos los que nos han precedido en el conocimiento y en el camino que nos lleva a ti. También recordamos a aquellos que llevamos cada uno en nuestro corazón, a los que nos han dejado. Por todos ellos brindamos contigo:

Todos – Por Cristo, con Él y en Él, te damos gracias, Padre, por congregarnos en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

E.- Anímanos, Señor, a seguir adelante, a esforzarnos por saber más y a poner nuestro conocimiento y nuestros medios al servicio de los demás.

E.– Y todos juntos, como hermanos, en nuestro compromiso con la construcción de un mundo más justo y más solidario, decimos al Padre la oración que Jesús nos enseñó tal y como nos la tradujo nuestro compañero Alberto:

Todos – Padre nuestro, que estás en nosotros, en lo más profundo de nuestro interior.

Te llamamos santo y eres el principio del bien.

Te bendecimos porque nos impulsas a obrar siempre el bien

Por eso te queremos y queremos a toda la humanidad, que es donde resides.

Empújanos a traer tu reino a este mundo, tu reino de justicia, verdad, amor fraterno, solidaridad, paz y alegría.

Aliéntanos a cumplir tu voluntad, a practicarla y a difundirla aquí en la tierra.

Que luchemos para conseguir el agua y los alimentos para los hambrientos y sedientos.

Y además de la comida, la sanidad, la educación, el trabajo, la felicidad y la dignidad.

Sabes que no podemos ser perfectos, no tengas en cuenta nuestros errores y negligencias.

Nos proponemos, siguiendo tu ejemplo, ser misericordiosos y amar incluso a los que nos hacen daño, no albergar odios ni rencores y prescindir de nuestros egoísmos, que nos separan de los demás.

Danos fuerza para no caer en la superficialidad, el olvido de ti y de los hermanos, el desamor, la indiferencia, el creernos el centro en cualquier situación, el despilfarrar nuestra vida y nuestros bienes materiales.

No permitas que practiquemos el mal en ninguna de sus formas: avísanos, frénanos.

Y recibe como ofrenda el dolor físico o moral que nos toque sobrellevar en esta vida

Ojalá sepamos llevar adelante este proyecto que Tú nos propones. Amén

E.- Jesucristo, que dijiste a los apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”, no mires nuestros pecados sino la fe de tu iglesia. Y ayúdanos a colaborar en la construcción de esa paz en un mundo más sabio y más justo. Que tu paz esté con nosotros.

E.- Como anticipo del abrazo final, símbolo de paz, estrechamos ahora las manos de quienes tenemos a nuestro lado.

E.- Dichosos los invitados a la mesa del Señor. Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Todos – Señor no somos dignos de que entres en nuestra casa, pero una palabra tuya bastará para sanarnos.

Acción de gracias

Te damos gracias, Jesús,  por descubrirnos en y con tu vida la relación que mantuviste con Dios, a quien llamaste Padre; tu cercanía a la tierra, a través de  la cual  nos trasmitiste  lo que suponía el amor a los hermanos, la confianza, la vida para todos y que de un modo profundamente humano nos acercaste a pensar que existe un sentido final, una esperanza de futuro.

Sabemos que es cuestión de fe y esta no es verificable ni medible, pero tampoco irracional, está en otro ámbito más incierto en el interior de la cultura secular.

Te agradecemos  que llevamos un largo camino recorrido tratando de   construir un mundo más justo y humano, acorde con nuestra fe.