Sentir el amor de Dios                                                                    4 de noviembre del 2010

Introducción a la celebración.-

Una de las principales diferencias entre el Antiguo Testamento y el Nuevo, quizá la contradicción que más llama la atención entre ambos es la imagen de Dios: el Dios iracundo, justiciero, temible, al que hay que aplacar, que predomina en casi todo el AT se transforma en el NT en un Dios amable, padre, que busca a quien se extravía y que perdona aun sin necesidad de que se le pida. Un dios que ama y que es amor. Cambia el cumplimiento de las prolijas leyes judías por la compasión, por el amor al otro.

En la celebración de hoy, girando sobre este eje, vamos a detenernos para reflexionar cómo establecemos nuestra relación con Dios, cómo sentimos su amor

1ª Lectura:      Sabiduría 11, 23 a 12, 2

2ª Lectura:      Lucas 15, 1-10

 

ANÁFORA: SENTIR EL AMOR DE DIOS

GRUPO – Gracias Padre y Madre Dios porque te has revelado a través de tu hijo Jesús cómo eres y cómo nos amas, con un corazón tierno, dispuesto siempre al perdón y a acogernos en tu regazo como una madre acoge siempre a su hijo, de forma incondicional.

GRUPO – Somos conscientes Señor de que tu revelación de cómo es el amor de Dios no la acabamos de entender del todo; nos sorprende y nos deja descolocados. Como tampoco lo entendieron entonces los sacerdotes, los escribas, los fariseos y todos aquellos que gozaban de poder y prestigio, pues lo confundieron con normas y ritos, despreciaron a los pobres y a los ignorantes, a los enfermos y a todos los que llamaban pecadores, como ahora Señor en nuestros países ricos despreciamos a los inmigrantes, a los pobres, a los marginados y hemos levantado nuevos muros, legales o de hormigón, para defendernos de ellos.

TODOS– Gracias Señor porque tu vida nos revela mejor que nada y que nadie cómo es Dios, porque nos permite intuir que el Reino de Dios que tu predicaste es precisamente la mejor manera de entender el corazón de nuestro Padre y Madre Dios, un Reino de amor, de justicia, paz y fraternidad indisolublemente unidos, que no excluye a nadie y que quiere acoger a todos y todas, en un abrazo, como en la parábola del hijo pródigo, sin esperar explicaciones por nuestra parte.

GRUPO – Pero también sabemos Señor que lo que se nos pide es simplemente que nos pongamos en camino como lo hizo el hijo pródigo, un camino que lo recorremos cuando somos capaces de convertirnos y trabajar por tu Reino. Y que no nos escondamos porque nos dé miedo tu mensaje de exigencia, de entrega incondicional, porque Dios respetará siempre nuestra libertad. Dios no cesará de buscarnos como en la parábola de la oveja perdida.

GRUPO – Por todo ello queremos agradecerte Señor que tu vida y tu muerte sean el mejor ejemplo del amor generoso y sin límites de nuestro Padre y Madre Dios, ya que te entregaste total y absolutamente, sin ninguna reserva, hasta el don máximo de tu persona: en la víspera de tu pasión, tomaste el pan, lo partiste y lo repartiste diciendo:

TODOS– TOMAD Y COMED TODOS DE EL PORQUE ESTE ES MI CUERPO QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

GRUPO – Del mismo modo, al acabar la cena, tomaste la copa, la bendijiste y la repartiste diciendo:

TODOS– TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES HASTA SU TOTAL LIBERACIÓN.

GRUPO – Que tu vida y tu muerte Señor sean siempre para nosotros los ejemplos a seguir en nuestro caminar, sabiendo que de esta manera estamos resucitando constantemente y acercándonos al corazón de nuestro Padre y Madre Dios, que nos espera con los brazos abiertos para fundirse con nosotros en un abrazo definitivo y total.

GRUPO – Queremos ahora pedirte Señor que nos acompañes en este camino para no extraviarnos y lo hacemos con la misma oración que tu nos enseñaste.

 

TODOS : PADRE NUESTRO que estás en cada uno de nosotros, que nos habitas, no permitas que pensemos nunca que estás allá arriba, en el cielo.

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, que no lo manipulemos y sepamos comprender que en Tú nombre somos capaces de hacer grandes cosas, como que…

VENGA  A NOSOTROS TU REINO, que es de aquí, de ahora mismo. Que no caigamos en la tentación de pensar que viene solo, sino que nosotros lo construyamos.

Y QUE SE HAGA TU VOLUNTAD en cada uno de nosotros.

DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DIA, y que nosotros mismos seamos pan que se parte y reparte a los demás.

PERDONA NUESTRAS OFENSAS, COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN, y para eso te pedimos que seas nuestra agua, nuestro manantial interior, para que cada día juntos volvamos a empezar.

NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN, de no contar contigo, de apartarte a un lado, de creernos autosuficientes. Más bien, danos el don de sentirnos tan pobres, que nos haga necesitar siempre de Ti.

Y LÍBRANOS DEL MAL de no amarte y no amar a nuestros hermanos.

GRUPO – Para sentirnos todos amados y perdonados simbolicemos la expresión de ese amor y perdón de Dios reconciliándonos con un abrazo sincero de amor y paz. DEMONOS LA PAZ