MATRIMONIO de Cristina y Carlos. 7 de noviembre de 2.011
1.- INTRODUCCIÓN
Acogida de la Comunidad: Buenos días…. (qué guapos estamos….etc.)
Hoy estamos de fiesta. Cristina y Carlos nos ofrecen la gran oportunidad de compartir con ellos la celebración del sacramento del matrimonio.
Cristina y Carlos vinieron a esta comunidad hace dos años. Se integraron casi de inmediato y, pasando por una muy breve etapa de “oyentes”, son partícipes activos en nuestras celebraciones y en todas las actividades de la Comunidad.
Nuestro grupo de reflexión tiene la suerte de contar con ellos. Nos transmiten una gran responsabilidad, muchos conocimientos y una gran jovialidad y alegría…
La ocasión es extraordinaria para la comunidad. Leonardo Boff, en su libro “Los sacramentos de la vida”, nos dice que el sacramento es un signo que simboliza y contiene en si mismo un encuentro con Jesús. El sacramento por excelencia de nuestra comunidad ha sido y sigue siendo la eucaristía; por el crecimiento en años de los comuneros no ha habido ocasiones para significar nuestro encuentro con Jesús más que con la fiesta de compartir el pan y el vino
Hoy se hace realidad la puesta en común del hermoso proyecto de vida que Cristina y Carlos han decidido continuar y celebrar con nosotros. En la mutua aceptación de su amor significamos también el encuentro de la comunidad con Jesús.
Es la primera vez que se celebra este sacramento en este local desde nuestro destierro, años ha, desde la Ciudad Universitaria. Agradecemos a Cristina y Carlos nos permitan participar con ellos del sacramento del matrimonio, que revitaliza y fortalece a nuestra comunidad.
Canto: p. 6, nº 7: Juntos para soñar…: Evaristo.
Cómo nos hemos conocido y empezado nuestra relación (Cristina y Carlos).
Nuestro Proyecto de vida.
Cristina: Nuestro proyecto no puede ser otro que buscar la felicidad en pareja ayudándonos mutuamente. La lealtad en el amor es imprescindible como punto de partida; este amor ha de convertirse constantemente en servicio recíproco. La felicidad que buscamos no sólo pertenece a la persona; es también fruto de la fe en Jesús. Todo el evangelio está sembrado de la expresión dichosos. Es, por tanto, también un don de Dios. Queremos seguir realizándonos en esta comunidad que tanto nos ha ayudado.
Carlos: Además pretendemos que el evangelio en sus puntos esenciales siga siendo el norte de nuestras vidas: el testamento de Jesús: Amaos… como yo os he amado; el samaritano compasivo; La acogida de Jesús a Zaqueo y a todos los descarriados y despreciados; la clara opción por los pobres y explotados. El ser humano es lo más importante para Jesús, por eso debe estar por encima de las instituciones, por importantes y sagradas que sean. Estas van a ser las líneas maestras de nuestro compromiso matrimonial.
2.- Celebración de la palabra.
1ª Lectura. Primera carta de Juan 4,7-13. Amigos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
En esto se hizo visible entre nosotros el amor de Dios: en que envió al mundo a su Hijo único para que nos diera vida.
Amigos míos, si Dios nos ha amado tanto, es deber nuestro amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos mutuamente, Dios está con nosotros y su amor está realizado entre nosotros. Y esta prueba tenemos de que estamos con él y él con nosotros, que nos ha hecho participar de su Espíritu.
Breve comentario de Carlos: A Dios nadie lo ha visto nunca, pero sabemos que Dios es amor, porque él mismo nos lo ha revelado. Si Dios es amor, el amor constituye su ser y por eso es la fuente del amor que hay en el mundo.
Amémonos unos a otros porque el amor viene de Dios (I Juan 4,7).
Dios irradia y contagia con su amor al ser humano, y éste se realiza y va consiguiendo su plenitud sólo en la medida en que ama al prójimo, y va dando su vida por él. Es más, ésta es la única manera de conocer a Dios y hacerlo presente en el mundo:
Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. (I Jn 4,7-8).
Así pues, nuestro amor a Dios se mide por el amor y ayuda que prestamos al prójimo.
Contra la falsa religiosidad que se apoya en multitud de rezos, sacrificios, privaciones y actos de culto, hay que contrastar el amor a Dios con el amor a la gente de nuestro entorno, teniendo en cuenta sus necesidades concretas. Quedamos también abiertos a las necesidades sangrantes del mundo actual.
La Ley mosaica quedó anulada, dando paso al mandamiento nuevo que Jesús nos dejó como testamento suyo y distintivo de la nueva comunidad:
Os doy un mandamiento nuevo: amaos unos a otros como yo os he amado… En esto conocerán que sois discípulos míos (Juan 13,34-35).
Cristina y yo queremos tener todo esto muy presente, como parte esencial de nuestro compromiso matrimonial.
Canto: p. 18, nº 21: Tu palabra me da vida…:
2ª Lectura Marcos 2,18-22. Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Fueron a preguntarle a Jesús: -Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué razón tus discípulos no ayunan?
Jesús les contestó: – ¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras duran las bodas? Mientras tienen al novio con ellos no pueden ayunar… Nadie echa vino nuevo en odres viejos; si no, el vino revienta los odres y se pierden el vino y los odres. No, a vino nuevo, odres nuevos.
Breve comentario de Cristina:
En el Antiguo Testamento con el ayuno se intentaba aplacar a Dios, airado por los pecados propios y ajenos. A Jesús le reprochan que no imponga esta práctica de la tradición judía a sus discípulos. Jesús, una vez más, rompe con la tradición y se presenta como novedad absoluta:
– ¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras duran las bodas? Mientras tienen al novio con ellos no pueden ayunar.
Jesús está presente de mil maneras con los suyos, invitando siempre a un ambiente festivo, de celebración. Por eso queremos que nuestro compromiso matrimonial reproduzca el gozo y la alegría de la fiesta proclamada por Jesús.
Con la frase: A vino nuevo, odres nuevos, Jesús hace alusión al vino, como elemento de alegría en las celebraciones de boda, pero al proclamarlo como vino nuevo, se refiere a su sangre derramada voluntariamente por todos. Es decir, a su entrega total por amor. Así inaugura Jesús la Nueva Alianza que va a tener un carácter permanente.
De esta manera nos invita a ir desgranando nuestra vida en favor de los más pobres y necesitados, como él mismo hizo. Así que Carlos y yo aceptamos este mensaje de gozo y alegría y de entrega al prójimo, y deseamos compartirlo con toda nuestra comunidad y con los amigos hoy presentes aquí a causa de nuestra celebración matrimonial.
Comentarios de la comunidad.
Maribel: Os invitamos a un Diálogo abierto (sin las preguntas de otras ocasiones), para que todos los que lo deseéis podáis expresar ahora vuestros Pensamientos, Sentimientos, Emociones, o Deseos en relación con el acto que estamos celebrando.
3.- OFERTORIO: Alianzas (Toñi); flores (Beatriz); pan (Ana); vino (Alfonso), y vela encendida (Gema). Breves palabras al poner los objetos sobre el altar…
Evaristo: Con palabras de Pablo vamos a recordarles a Carlos y a Cristina, y a toda la comunidad a qué nos compromete el verdadero amor:
Coro 1: El amor es paciente, es afable; el amor no tiene envidia, no se jacta ni se engríe. No simpatiza con la injusticia.
Coro 2: El amor simpatiza con la verdad. Disculpa siempre, se fía siempre, espera siempre. El amor no falla nunca.
4.- ANÁFORA:
Lector 1: Padre, te damos siempre gracias porque amas a toda la humanidad con entrañas de misericordia, sin hacer distinción de personas.
Lector 2: Hoy te damos gracias, Padre, de manera especial, porque estamos reunidos en tu nombre para conmemorar la alianza nueva y definitiva que Jesús estableció con la humanidad, derramando voluntariamente su sangre por todos.
Lector 3: Esta alianza, sellada con su sangre, hace alusión a su amor leal, que no espera nada a cambio, y sin barreras ni fronteras.
TODOS: También celebramos hoy con gozo el pacto de amor entre Cristina y Carlos. ¡Qué también brille en este encuentro el amor leal, que no espera nada a cambio, y una entrega generosa.
Lector 4: Al recordar hoy la entrega de Jesús, y la de estos esposos, queremos también conmemorar nuestra propia entrega.
TODOS: Es el momento de afianzar comunitariamente nuestros compromisos matrimoniales y personales, para que sean símbolo del amor de Jesús, de manera especial, por sus comunidades cristianas.
Lector 5: Jesús aceptó y promovió los valores de tu reino, Padre, que eran incompatibles con los valores de la sociedad de su tiempo. Sabía a lo que se exponía, pero no se retractó de su actividad y mensaje. Por eso las autoridades religiosas y civiles lo condenaron a ser ejecutado en la cruz.
TODOS: Pero Dios, su Padre, lo resucitó y lo constituyó como fuente de salvación para todos los que creen en él y continúan su tarea. Te damos gracias, Padre, por ser discípulos de Jesús.
Ven, Espíritu Santo, a nuestra asamblea y haz que el pan y el vino se conviertan en presencia estimulante y viva de Jesús entre nosotros.
Lector 6: Y ahora, Padre, unidos a toda la creación, cantamos con gozo:
Santo, Santo, Santo, Cantoral, página 78.
Lector 7: Mientras comían, Jesús cogió un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
TODOS: – Tomad, esto es mi cuerpo.
Lector 8: Y cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la pasó y todos bebieron. Y les dijo:
TODOS: – Ésta es mi sangre, la sangre de la alianza que se derrama por todos. Haced esto en memoria mía.
Lector 9: Éste es el sacramento de nuestra fe:
TODOS: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor, Jesús!
5.- CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO:
María Jesús:
Jesús, presente de manera real y especial en esta eucaristía, y nuestra comunidad cristiana vamos a ser testigos de vuestra unión y compromiso, y pedimos al Padre que se realicen con creces vuestros deseos.
– Carlos, ¿quieres a Cristina como esposa y compañera a lo largo de vuestra vida? Respuesta de Carlos.
– ¿Le prometes ayuda, respeto y amor mientras viváis? Respuesta de Carlos.
– Cristina, ¿quieres a Carlos como esposo y compañero a lo largo de vuestra vida? Respuesta de Cristina.
– ¿Le prometes ayuda, respeto y amor mientras viváis? Respuesta de Cristina.
– ¡Ya sois marido y esposa!
– Ahora poneos mutuamente las alianzas, como símbolo de vuestro amor, fidelidad y entrega. Cristina y Carlos, al ponerle la alianza, hacen un breve comentario.
– ¡Aleluya de Haendel!
Lector 1: Llenos de gozo y entusiasmo, cantemos a Dios, nuestro Padre.
Evaristo: Padre nuestro…
Lector 2: ¡Démonos el signo cariñoso de la PAZ!
6.- COMUNIÓN:
Lector 3: ¡Dichosos los llamados a la cena del Señor! La presencia especial de Jesús sea garantía de nuestros compromisos y él nos acompañe siempre a lo largo del camino de nuestra vida.
TODOS: Amén.
Acción de gracias espontánea.
Evaristo: Cántico de despedida…
Carlos: ¡Continúa la celebración con una copa!…