• María de Magdala.    (Carmen Bernabé)
  • María de Magdala, discípula y apóstol. Su memoria
  • Liberada de los espíritus no significa que fuera prostituta
  • La Autoridad, después de la Resurrección. ¿Hay perspectiva de género?

María de Magdala, discípula y apóstol. Su memoria

Nos basamos en el libro de Carmen Bernabé que busca la memoria de María de Magdala a través de los evangelios y otros textos escritos

Es de gran importancia para la comunidad hacer memoria, se mira al pasado en momentos de crisis, no se inventa el recuerdo, aunque si se hace una interpretación poniendo en contexto estos relatos.

Los primeros testigos la recuerdan en la tradición oral y a partir del año 40 queda plasmada en la memoria social como discípula y apóstol en el relato de la Pasión, como discípulas porque le seguían y le servían y como apóstol porque el ángel las envía para que anuncien que Jesús ha resucitado en Marcos y Mateo. Lucas en cambio en los 90 en un ambiente helenístico, no lo dice porque no las creerían debido a que las mujeres no eran creíbles. Juan sí conserva la primera memoria de María Magdalena como la primera testigo de la Resurrección.

Liberada de los espíritus no significa que fuera prostituta

Lucas piensa que las mujeres son propensas a las posesiones, que según la antropología no son sino expresiones de queja por la situación que sufren Si Jesús le sacó los siete espíritus a María, al identificarlos con los 7 pecados capitales, la convirtieron en pecadora y prostituta y piensan que muchas mujeres que le seguían, era por haber sido liberadas de esos espíritus.

La Autoridad, después de la Resurrección. ¿Hay perspectiva de género?

En los ritos del duelo junto a la tumba, las mujeres van forjando una experiencia del resucitado con los recuerdos de Jesús. Las mujeres se transmiten este recuerdo hasta que se plasma en el evangelio por medio de recursos literarios.

Los hombres también tienen su relevancia, Pedro, Santiago y Juan, a ellos se les recuerda, mientras que a las mujeres se evita nombrarlas y se incluyen a veces como “otras personas”

El encuentro de María de Magdala con el Resucitado que le da el encargo «vete y di» implica una autoridad de palabra, pero esto se invisibiliza. La autoridad se da en el siglo II y se transmite con la imposición de las manos.

En el mundo greco-romano solo podían ser los varones, por eso se van a invisibilizar a las mujeres y serán los obispos y sacerdotes los que dirijan las comunidades, aunque hubo resistencias en algunas comunidades

La memoria y recuperación de María Magdalena se da a lo largo de los siglos, aunque no todas son iguales.

El Vaticano II y la teología feminista han recogido estas memorias más originarias y coherentes con ellas.