Llenar la vida cotidiana de sentido Domingo 23 de Febrero 2020

1-      Introducción. Tendemos a no valorar nuestra vida cotidiana, nuestras pequeñas cosas que hacemos a diario, nuestras luchas sociales por la paz, la justicia y la defensa de los derechos humanos. ¿Por qué no las valoramos? Si sabemos que por pequeñas que sean todas son importantes para nosotros y para los demás. Tal vez no nos detenemos a pensar en el bien que hacemos con nuestros cuidados; la sonrisa que podemos provocar solo con un gesto; la participación en una reunión preparatoria o de grupo de reflexión bien preparada. No debemos fijarnos en los resultados inmediatos o en los objetivos esperados. Hay que sembrar y esperar… esperar porque  así nos lo enseñó el Maestro.

A veces nos hace falta detenernos para ver el entusiasmo y entrega de algunos comuneros y comuneras que trabajan con alegría y que recorren sin duda nuestro mismo camino.

Debemos aprender a valorar en el presente todo lo que hacemos por el Reino para no caer en el desaliento y en la rutina. De nada sirve cruzarnos de brazos por lo que no hicimos o no conseguimos.

Nos hace falta abrir los ojos para ver y maravillarnos por lo que pasa a nuestro alrededor, tal vez así volveríamos a dar sentido a nuestra vida, descubriendo nuevos caminos que nos conduzcan a lo que aspiramos: a dar sentido a nuestras acciones comunitarias, a re-sembrar la esperanza en cada uno de nosotros y nosotras, para humanizar más las relaciones sociales y humanizar el trabajo, que pasa por humanizar la vida entera

2-Canto. Somos como esos viejos arboles pág. 39 estrofas 1, 4, 6

3-Lectura de Pagola «Vida cotidiana» La vida cotidiana ocupa, la mayor parte de nuestra vida. Por otra parte, aunque pensamos que lo importante de nuestra existencia sucede en los momentos excepcionales, lo cierto es que la persona va creciendo o se va empobreciendo en esa vida aparentemente pequeña de cada día.

Según un estudio que publicó hace años el pensador J.L. Aragurén, con el título Moral de la vida cotidiana, no es nada fácil vivir con cierta autenticidad en nuestro pequeño mundo de cada día. De entrada, casi todos hemos de desempeñar un rol, muchas veces impuesto; hay que ajustarse al «guión» y representar bien nuestro papel.

Está luego, la presión social; hay que estar atentos «a lo que se hace», «lo que se dice», «lo que se lleva». Muchas personas perciben su vida como algo monótono y rutinario, sin aliciente alguno. Se puede deber, en parte, a esta ciega sumisión al comportamiento establecido por la mayoría. Pero, ¿cómo ser más libres frente a tanta alimentación colectiva?

Aranguren apunta formas muy frecuentes hoy de vivir la cotidianeidad. Hay quienes viven procurando en todo momento dominar la situación y sacar el mayor partido. Para otros, lo importante es aparentar, no les interesa «ser», sino «parecer». Muchos viven pensando sólo en lo inmediato; esclavos del reloj, la agenda y el calendario, sólo viven para trabajar y «hacer cosas». Así se les pasa la vida.

Pero la vida cotidiana puede ser mucho más. Aranguren recuerda que «hay un cómo hacemos lo que hacemos y un para qué lo hacemos, es decir, hay un proyecto».

Para el cristiano, la fe en Jesucristo se convierte en la fuente más decisiva de su vivir diario. La llamada de Jesús no es una llamada entre otras, sino la que da sentido último a su vida. Quien toma en serio el evangelio y sigue de cerca a Cristo, cree en sus palabras: «El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante».José Antonio Pagola

4-Introducción Evangelio

  • Emaús es el lugar donde las  tristezas, dudas y desilusiones desaparecen.
  • Emaús es el lugar donde los fracasos y cansancios se convierten en nuevas energías.
  • Emaús no es el final de un camino, sino el comienzo de un camino nuevo, andado comunitariamente.
  • Emaús es el camino del regreso, de la vuelta a casa, a la Comunidad expectante y constructora de proyectos
  • Emaús es nuestro mundo, donde hacemos posible  la utopía del Reino.
  • Emaús e nuestra opción preferencial por los pobres y excluidos.

4- Evangelio Lucas Camino de Emaús (Lc. 24:13-35)

Aquel mismo día, dos de los discípulos iban camino de una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén, y conversaban de todo lo que había sucedido.  Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos, pero algo en sus ojos les impedía reconocerlo.

Él les preguntó: -¿Qué conversación es esa que os traéis por el camino? Se detuvieron cariacontecidos, y uno de ellos, de nombre Cleofás, le replicó: -¿Eres tú el único de paso en Jerusalén que no se ha enterado de lo ocurrido estos días en la ciudad?

Él les preguntó: -¿De qué?

Contestaron: -De lo de Jesús Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron, cuando nosotros esperábamos que él fuese el liberador de Israel

Entonces Jesús les replicó: -¡Qué torpes sois y qué lentos para creer en todo lo que dijeron los profetas! ¿No tenía el Mesías que padecer todo eso para entrar en su gloria?             Y, [….] les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.

Cerca ya de la aldea adonde iban, hizo ademán de seguir adelante, pero ellos le apremiaron diciendo: -Quédate con nosotros, que está atardeciendo y el día va ya de caída.

Él entró para quedarse con ellos. Estando recostado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo ofreció.  Se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él  desapareció de su vista.

Entonces se dijeron uno a otro: -¿No estábamos en ascuas mientras nos hablaba por el camino haciéndonos comprender la Escritura?

Y levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén; encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que decían: -Realmente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.

Ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

5-Introducción al diálogo. A nuestra edad, jubilados la mayoría, se nos han abierto un abanico de posibilidades que nos permiten, por una parte, detenernos a contemplar y disfrutar los pequeños momentos que se nos presentan y por otra atender las llamadas  que nos llegan del ámbito familiar , grupal (Comunidad), y en especial de los sectores más vulnerables de la sociedad. Son voces que nos muestran nuevas posibilidades para dar parte de nuestro tiempo y nuestra vida a los demás, como muchos de los comuneros y comuneras lo están haciendo.  Es vivir nuestra vida de otra manera,  dándole un significado a nuestros actos y un sentido a los caminos que hemos escogido, sabiendo por supuesto que no siempre será así, que habrá momentos de entusiasmo, pero también cansancio y decaimiento.

Preguntas:

1-Por lo tanto, si esto nos sucede, ¿tenemos la suficiente confianza para buscar apoyo en alguien?

2-¿Cuándo se hace un llamamiento para acompañar o cubrir una necesidad, evitamos comprometernos o nos ofrecemos dando un paso adelante?

3-¿Qué importancia le damos a los compromisos comunitarios que hemos adquirido, por ejemplo, participando activamente en la preparación de la eucaristía, dando ideas, buscando temas o lecturas,  o también participando en los grupos de reflexión, leyendo anticipadamente el tema propuesto?

6-Ofertorio

– La luz  Encendemos las velas. Queremos iluminar con la Luz de Jesús nuestras oscuridades, nuestros momentos de cansancio y desaliento para no desfallecer y comprender lo valioso de nuestro compromiso a pesar de lo poco que tantas veces creemos conseguir

– Calendario

– Bolsas. Hacemos la ofrenda de estas bolsas, que ahora mismo están vacías y donde vamos a depositar nuestra aportación económica, con la ilusión de que la misma sirva para ayudar a nuestro hermanos más desfavorecidos.

– Pan y Vino

7-Anáfora

PLEGARIA EUCARÍSTICA

Llenar la vida cotidiana de sentido

(Antes de salir de casa, una oración de San Francisco)

COMUNIDAD.- Gracias, Señor, por este nuevo día.

“Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas,

especialmente en el Señor hermano sol,

por quien nos das el día y nos iluminas.

Y es bello y radiante con gran esplendor de ti, Altísimo.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento

y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,

por todos ellos a tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor,

por la hermana nuestra madre tierra,

la cual nos sostiene y gobierna

y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas

Alaben y bendigan a mi Señor

y denle gracias y sírvanle con gran humildad”.

TE DAMOS GRACIAS por las vivencias que tuvimos durante la semana.

Hoy nos invitas de nuevo a compartir el pan y la palabra en la Acción comunitaria, allí estaremos. No dejaremos de agradecerte la Comunidad en la que nos congregas y que pensamos conservarla siempre como un don tuyo, un espacio dónde poder cultivar la convivencia, el respeto y la utopía por un mundo igualitario.

Que así sea.

Anáfora

1. – Desde nuestra casa y antes de salir, nos unimos en acción de gracias por el nuevo día y por esos momentos agradables que nos da la vida. Son parte de nuestra existencia que estamos construyendo con experiencias vividas con los que nos rodean. Son brisas renovadoras de ejemplos y palabras de profetas de la alegría, de la vida y del amor.

COMUNIDAD.-.- Queremos darte gracias por las pequeñas y grandes cosas que cada día descubrimos; por el trino de los pájaros al amanecer, la brisa en el rostro de los que nos rodean, las plantas que hemos cuidado y que nos devuelven su sonrisa en la flor, el abrazo del ser querido, el rostro del nieto en la foto, por todo ello te damos gracias, porque nos dan alegría y vida.

2.- Juntos hemos compartido tu palabra y animados por los trabajos y cuidados que nuestras hermanas y hermanos dedican a los demás, hemos descubierto signos de esperanza y anuncios de la utopía que deseamos construir. Por todo ello te cantamos:

SANTO, SANTO, SANTO… (Salvadoreño)

COMUNIDAD.-.- Gracias Señor porque en medio de nuestras dificultades y tristezas, siempre habrá alguien dispuesto a ayudarnos a interpretar nuestras dudas, nuestras desilusiones y nuestros problemas; y entonces renacerá en nosotros la esperanza renovada de Emaús que dará luz y sentido a nuestros actos.

3.- Nuestro hermano Francisco nos recuerda que necesitamos airearnos, abrir ventanas, y escuchar a la gente, llevando palabras de aliento y gestos de esperanza a los que desesperan, recordando que somos granos de mostaza, levadura en la masa, sabiendo que el cambio es silencioso y constante y escuchando siempre las voces de los profetas de hoy que nos hablan cada uno desde su entrega.

4. –  Tenemos motivos para creer que sigues estando entre nosotros, como lo estuviste aquella noche de jueves santo rodeado de tus discípulos. Tomaste el pan, lo partiste y repartiste diciendo:

COMUNIDAD.-.- Tomad y comed todos de él, porque este es mi cuerpo que se entrega por vosotros.

5.- Y acabada la cena, tomaste la copa y la entregaste a los que te seguían diciendo:

COMUNIDAD.-.- Tomad y bebed todos de él porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por todo el género humano. Haced esto en memoria mía

6.- Este es el sacramento de nuestra fe.

COMUNIDAD.- Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús.

7.- Que este ejemplo de entrega sin reservas, nos recuerde que nosotros también estamos llamados a comprometernos y a estar dispuestos a hacer lo mismo con los de dentro y fuera de la Comunidad.

8.-  No olvidaremos que Emaús no es el final de un camino, sino el comienzo de un camino nuevo de fe y esperanza, porque en Él hemos reconocido y vivido su presencia entre nosotros.

COMUNIDAD.- Que nuestras súplicas y oraciones lleguen a los que no han podido reunirse con nosotros en el día de hoy y recordamos también a los que ya no están entre nosotros porque cumplieron su misión. Por todos y todas ellas te pedimos Señor.

Guárdalos Señor en tu regazo de Madre y Padre a la espera de nuestro reencuentro.

(Momento de Oración)

9- Y a todos nosotros concédenos la alegría y el consuelo de seguir juntos:

COMUNIDAD.- Por cristo  con Él y en Él, a ti Dios padre omnipotente, en la unidad del Espíritu santo, por los siglos de los siglos. Amén

8-Acción de gracias. Muchas gracias Jesús una vez más por ser nuestro hermano, porque nos has mostrado a nuestro Dios Padre, a ese padre que no nos pide cuentas de lo que hemos hecho, sino que nos acoge como al hijo pródigo animándonos a seguir

No sabemos valorar los dones que hemos recibido gratuitamente y que se espera que compartamos con nuestros hermanos para hacer un mundo mejor y más justo

A veces nos desanimamos y pensamos que lo nuestro no vale, que nuestros esfuerzos no sirven, que ya somos mayores, que mejor abandonar…

Pero en nuestro Emaús te hemos encontrado, hemos reconocido tu mensaje de Amor y eso nos empuja para ir adelante

Gracias por la Comunidad, también es para nosotros tantas veces la figura que nos hace reaccionar, que cuando flaqueamos nos da fuerzas, que la energía de los compañeros nos sirve de ejemplo y tira de nuestra debilidad

Muchas gracias Jesús un día más seguimos adelante

9-Canto. Tiempo de despertar pág. 28 estrofas 1,3