El grupo de trabajo “Espiritualidad” comenzó’ a partir de la Asamblea con Maribel L de coordinadora y Maribel C, Beatriz, Mari Cruz , Angelita, Tane y Pepe ; posteriormente se unieron Maite M, Jesús M, y Aitor. Actualmente somos 10 comuneros tras la espiritualidad y nos reunimos quincenalmente telemáticamente.

El proceso del Grupo comenzó con la ardua pregunta “qué es, o a qué se llama hoy espiritualidad”. Leímos y comentamos artículos diversos en varias direcciones como “espiritualidad y experiencia” de Antonio Zugasti, “Espiritualidad en tiempos de fragilidad” de Evaristo Villar y otros artículos de Utopía, comentamos una charla del taller de Borja Vilanova, y en contraste otro artículo de Martínez Lozano y algo de Pablo D’ors

A partir de estas y otras aportaciones en el grupo parece que se definieron dos tendencias de interés , uno por una espiritualidad laica, o al menos independiente o anterior a las tradiciones religiosas, y otra por una espiritualidad de raíz cristiana prescindiendo de dogmas y creencias . Nos reconocemos como un grupo de encuentro y de búsqueda.

En relación con la primera intención de las mencionadas, una espiritualidad que podríamos llamar laica leímos y comentamos lo escrito por Evaristo en Utopía, nada espiritualista, anterior o independiente de la religión: “espiritualidad, eso innombrable tan profundamente humano que nos solidariza y projimiza con todas las formas de vida y nos enraíza en la tierra”. Otro ejemplo de lo discutido en el Grupo podría ser lo ambiguo y proselitista del taller de Borja Vilanova que dice haber llegado a Jesús desde la espiritualidad oriental (tratando, dice, de captar a ateos y escépticos, no a católicos), que comenta textos del evangelio de Lucas en el sentido de que el Reino de Dios esta en nosotros mismos y nada se dice de proyección de justicia social o compromiso” Pensamos que se trata de una espiritualidad espiritualista, próxima a otras formas de espiritualidad de consumo que busca la serenidad y la potenciación del individuo.

Hemos discutido si el compromiso tiene que ver con la espiritualidad o es independiente, y creo que hemos llegado a la conclusión de que la verdadera espiritualidad, o la que nos importa, lleva necesariamente al compromiso.

La otra línea de interés del grupo apunta a una espiritualidad de raíz cristiana o evangélica más o menos explícitamente, en la línea de lo leído en Martínez Lozano, que aporta siempre un propio comentario al evangelio en “fe adulta” para quien “la espiritualidad esta en el silencio de la mente o del pensamiento, el pensar nos trae y nos lleva como a marionetas movidos por instancias y emociones, Hecho el silencio en la mente, ese observador ecuánime que nos observa entonces es el Testigo, con mayúscula, quien se nos hace presente”.

Hemos comentado algo sobre “los grupos de Jesús” que fomenta Pagola para creyentes y no creyentes como un paso de la religión al Evangelio, c la manera de reproducir hoy lo esencial del evangelio desde aquella afirmación de que “donde están reunidos dos o tres en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos”.

En nuestro grupo hay conocedores de Pablo D’Ors que en su “biografía del silencio” trata del silencio como una contemplación, no estrictamente cristiana, que nos lleva, aun siendo pesimistas en la vida, a una esperanza fundada en el ser, dice, y para los cristianos en la fe. Nos preguntamos: ¿una espiritualidad es ya una fe o la fe incluye necesariamente creencias?

Hay en nuestro Grupo personas que no pueden entender la espiritualidad para sí , si no es desde la fe cristiana heredada, más o menos evolucionada. En esta definición de Josemaría Castillo estaríamos de acuerdo todos los del grupo, tal vez descontando la mención que hace de la oración: la espiritualidad entendida como “la fuerza y la vida que asume como proyecto fundamental El Reino de Dios, que es sobre todo la causa de los pobres, la lucha por la libertad tanto interior como social, vida que se deja llevar por El Espíritu en oración y compromiso profético”. O en nuestro Casaldáliga, la espiritualidad no se puede entender sino desde El Espíritu, con mayúscula como dimensión esencial de la persona humana … el Espíritu de Dios actúa en el espíritu de los humanos. Les da espíritu, es decir, profundidad, energía, libertad, vida en plenitud. Se da a sí mismo”

Si nos preguntamos por el método de trabajo que seguimos diríamos que solemos comentar un texto que nos hemos enviado previamente en el correo, lo que da pie a intervenciones personales sobre todo desde el lado de las vivencias propias; de esta manera ha habido en el grupo diríamos “un encuentro espiritual”, novedoso quizá, y sumamente enriquecedor y esclarecedor según el parecer de todos. Embarcados en discernir o aclarar en lo posible nuestra fe o falta de fe- aunque recordar e interpretar vivencias sea sumamente difícil- pretendemos una comunicación entre nosotros que pueda conducir a una comunicación con los demás: el dar fe o razón de nuestra fe. Esta fue la propuesta inicial para los grupos temáticos. Esa sería nuestra proyección más allá incluso del ámbito cristiano, hacia los más próximos al menos, inmersos en la cultura actual posreligiosa o posteista. Nos preguntamos: ¿difícil, o imposible propósito? Pero también pensamos: ¿No sería esto lo nuclear del Evangelio:” ¿anunciar la buena nueva”?

Nuestro proyecto para el curso

En un momento dado, desde muy pronto, supimos que nuestro trabajo no era un estudio de la abundante bibliografía sobre espiritualidad, sino aportar algo hacia la comunidad y más allá de la comunidad, por lo que pensamos en el reto que nos han hecho “nuestros jóvenes”, entre comillas, en sus declaraciones o confesiones y sus preguntas tan sinceras y emocionantes a veces sobre su fe o falta de fe y su espiritualidad. Pareciera que el grupo de espiritualidad sería el más concernido a dar respuesta por difícil que se nos presente el objetivo. Para ello nos pareció indispensable aclarar previamente un tanto nuestra fe y nuestras creencias de las que ellos tienen un total desentendimiento. Las ideas se piensan, pero en las creencias estamos. Nos parece honrado explicarles en qué creencias estamos en lo esencial, ya que ellos han sido absolutamente francos en las suyas. También es cierto que cuando tenemos que explicar algo difícil con la decidida intención de llegar a una verdadera comunicación acabamos esclareciéndolo también para nosotros mismos. Hemos revisado algunas “verdades de la fe” a la luz de la teología de Hans Küng en el libro “Credo”, el símbolo de los apóstoles explicado al hombre de nuestro tiempo, y hemos entendido a la luz de los métodos actuales de la teología qué ha de entenderse por ejemplo sobre Jesús como el Hijo de Dios engendrado por obra del Espíritu Santo de María Virgen.

Para dar respuesta, a algunas de las comunicaciones de los “jóvenes” que abierta o implícitamente implican una pregunta. hemos hecho una selección en su literalidad, a veces muy expresiva, de aquellas expresiones suyas que implican una duda , un deseo y otras que se aproximan de algún modo a la fe de la Comunidad, de manera que la posible respuesta no sea genérica o de libro , sino buscando auténtica comunicación.