CELEBRACION PASCUA 2012                                                    ANÁFORA

 

LECTOR: Centrándonos en la resurrección de Jesús,  intentemos vivir esta parte central de la eucaristía con alegría y esperanza.

TODOS: ¡Aleluya, Aleluya!

 

GRUPO 1: Nuestro Dios es el Dios de vivos, no un dios de muertos; por eso devolvió a su Hijo Jesús a la vida, y lo constituyó en piedra angular, para que construyamos con él el reinado de Dios en nuestro tiempo.

TODOS: ¡Gracias, Padre, por haberte manifestado como el Dios de vivos!

 

 

GRUPO 2: Jesús fue ajusticiado con la muerte más violenta de la época. Los sumos sacerdotes y los demás jefes del pueblo pidieron para él la muerte de cruz, por considerarlo una persona subversiva, y para despojarlo de todos sus derechos civiles y religiosos.

 

TODOS ¡Infúndenos valor y fortaleza para ser también subversivos!

  

GRUPO 1: Pero el Padre salió fiador de él, dándole la vida en plenitud, quedando así constituido como EL VIVIENTE: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?”, les dijo el ángel a las mujeres que iban a acariciar su cuerpo con perfumes.

TODOS: ¡Aleluya, Aleluya, Jesús es EL VIVIENTE!

 

GRUPO 2: Con su muerte ignominiosa, Jesús se convierte en el centro de las víctimas inocentes de todos los tiempos, garantizándoles una vida plena como la suya. Por eso su resurrección nos infunde esperanza y optimismo.

TODOS: ¡Aleluya, Aleluya! ¡Tu resurrección nos infunde esperanza!

 

GRUPO 1: Jesús,  “que pasó haciendo el bien”,  y que está vivo en medio de nosotros, nos invita a ser subversivos, a rebelarnos contra los falsos valores de nuestra sociedad, a desenmascarar a los opresores y a luchar, con medios pacíficos, contra ellos.

TODOS: ¡Rebelémonos y desenmascaremos a los opresores de los pobres!

 

GRUPO 2: Hoy, Jesús nos sigue invitando a ser fieles en el amor, que se transforma en misericordia y solidaridad a favor de los que pasan hambre y sed, en ayuda de los “sin papeles”, de los que han perdido su empleo y su techo, y de todos los explotados y oprimidos  que se sienten impotentes para poner remedio a esa situación de exclusión

 

TODOS: ¡Que nuestras vidas pregonen las bienaventuranzas del Reino, que son liberadoras y que experimentemos la alegría y felicidad que nos prometen! ¡Aleluya y felicidad!

 

GRUPO 1: Te damos gracias Padre, porque, a través de tu Espíritu, nos sentimos seguidores de Jesús, para llevar a cabo en  nuestro tiempo lo que él no puede realizar sin nosotros: implantar los valores de tu Reino, para que el ser humano sea lo más importante, y se respete la vida humana  como algo sagrado.

TODOS: ¡Que sintamos y respetemos siempre la vida humana como algo sagrado! ¡Aleluya! 

 

GRUPO 2: Te damos gracias, Padre, porque nos has hecho comprender que la resurrección de Jesús es inseparable del envío masivo de tu Espíritu, que derribó las barreras sagradas de Israel, y por eso su influjo y actividad alcanzan a todas las personas y razas de la tierra.

TODOS: ¡Gracias, Espíritu Santo! ¡Aleluya, Aleluya!

 

GRUPO 1: Cuando arreciaba la persecución contra los apóstoles y las pequeñas comunidades primitivas, te hiciste presente de manera manifiesta, dando esperanza y optimismo a los que se sentían temerosos e impotentes. Con tu influjo, siguieron anunciando las maravillas de Dios en Jesús con valentía.

TODOS: ¡Espíritu del Señor, infunde también en nosotros valentía y esperanza! ¡Aleluya, Aleluya!

 

GRUPO 2: Cuando las comunidades más cerradas de Jerusalén quisieron imponer la circuncisión y la obligación de  practicar la ley de Moisés a los paganos que abrazaban el cristianismo, el Espíritu irrumpió una vez más en casa de Cornelio, para que quedara claro que el cristianismo no es prolongación del judaísmo, sino algo radicalmente nuevo.

TODOS: ¡Ayúdanos a vivir el cristianismo  con este carácter de novedad absoluta! ¡Aleluya!

 

¡SANTO, SANTO, SANTO!

 

GRUPO 1: Por eso te invocamos, Espíritu Santo, para que la presencia de Jesús vivo, en esta eucaristía, sea constante y determinante en nuestras vidas, para que hagamos nuestra su entrega hasta la muerte sin buscar nada a cambio; para que vayan encontrando una vida digna, todos los que sufren marginación, exclusión y opresión.

 

GRUPO 2: Te invocamos, Espíritu Santo, para que este pan y este vino, junto con la ofrenda de nuestras propias vidas se transformen en la ansiada liberación para tantos seres humanos que todavía gimen bajo el yugo de las más diversas opresiones y de tanto dolor.

 

LECTOR: Por eso cogió Jesús un pan entre sus manos, pronunció la bendición,  lo partió y se lo dio a sus discípulos diciendo:

 

TODOS: TOMAD,  ESTO ES MI CUERPO.

 

LECTOR: Luego cogió una copa, pronunció la acción de gracias, se la pasó y todos bebieron. Y les dijo:

 

TODOS: ESTA ES MI SANGRE, LA SANGRE DE LA ALIANZA, QUE SE DERRAMA POR TODOS. HACED ESTO EN MEMORIA MÍA.

 

LECTOR: Éste es el sacramento de nuestra fe.

 

TODOS: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección y la venida del Espíritu. ¡Quédate siempre con nosotros, para confirmarnos en la fe, Señor, Jesús!

 

LECTOR: Invocar a Dios como Padre, rompe barreras y fronteras, y nos iguala a todos como hijos y hermanos.

 

PADRENUESTRO

Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad,

haz que el reino que por ti se dio, llegue pronto a nuestro corazón,

y el amor que tu hijo nos dejó, el amor esté  con nosotros.

(se recita el padrenuestro.)

y en el pan de la unidad, Cristo danos tú la paz,

y olvídate de nuestro mal, si olvidamos el de los demás.

No permitas que caigamos en EN tentación, oh señor,

y ten piedad del mundo.

LECTOR: Promover la Paz es tarea difícil y cotidiana y nos exige empezar por los más cercanos. ¡Démonos, pues, el abrazo que exprese nuestra opción por la Paz que proclamó Jesús en las bienaventuranzas

 

COMUNIÓN