Celebración de laEucaristía 12 de abril de 2015
SIGNOS DE RESURRECCIÓN
- Silencio, apagar los móviles
- Acogida; presentación de la celebración
Bienvenidos, hermanos y hermanas, a nuestro encuentro comunitario
¡FELIZ PASCUA!
Hoy queremos celebrar los signos de resurrección que vemos en nosotros, en la familia, en la sociedad, en la naturaleza, en nuestra comunidad, en la Iglesia, etc.
Tenemos que abrir bien los ojos para darnos cuenta de que, con nuestro esfuerzo personal y colectivo, muchos signos de muerte han dado paso a signos de vida. De esta manera, nos animaremos a seguir trabajando por ser mejores personas y, junto con otros grupos, por una sociedad más justa.
- CANCIÓN: El espíritu de Dios (1ª Estrofa y estribillo) pg. 74
- 1ª Lectura. Sobre “La gran Metáfora” de Leonardo Boff
Si reparamos bien, la semana santa, más allá de su carácter religioso, representa una gran metáfora. Todo en el universo, en los procesos biológicos, humanos y biográficos se estructura en forma de dialéctica. El primer momento es la tranquila serenidad y paz infinita de aquel puntito casi infinito de dónde venimos. De repente, sin que sepamos por qué, explota. Produce un caos inconmensurable. La evolución del universo es el proceso de crear orden en el caos. Cada ser vivo nace, se desarrolla, muere y se transfigura en el Todo. Las sociedades pasan por crisis. Las estrellas-guía ya no responden a los nuevos desafíos. Se produce un proceso de disolución. Cuando se define otra forma de organización social emerge un nuevo orden con otro sentido de ser.
El ser humano vive su compromiso existencial sereno y tranquilo. Y he aquí que irrumpe la crisis y todo se hunde. Se purifica, madura y crea otro orden vital. Éste a su vez, lentamente, también se desestabiliza y solamente recupera la serenidad cuando elabora otro sentido de vida o pasa para otra dimensión más allá de la muerte. En todo este proceso dialéctico hay una experiencia de vida, de muerte y de transfiguración; de orden, desorden y nuevo orden; de tesis, antítesis y síntesis.
Según esta visión dialéctica, la persona no fue creada para conocer un final en la muerte, sino para transfigurarse a través de la muerte. Pasa, como dirían los alquimistas medievales, por un proceso químico y entra en un orden más alto. Los cristianos llaman a esto resurrección, que no significa la reanimación de un cadáver, sino la transfiguración completa del ser humano en comunión con el Ser. Es la dialéctica de la semilla: «si el grano de trigo cae en la tierra y no muere, se queda solo, pero si muere, dará mucho fruto», como dijo el Maestro.
Hoy la naturaleza y la humanidad viven bajo un continuo viernes santo. Hay devastación y sufrimiento en demasía. El vía crucis tiene estaciones sin fin. Nuestra esperanza es que este padecimiento se ordene a una radiante transformación, a un nuevo paradigma de convivencia en el que no sea tan difícil que tratemos a los seres de la naturaleza con compasión y a nuestros próximos con humanidad y con cuidado.
Después que Cristo resucitó, tras un clamoroso fracaso personal, ya no tenemos derecho a estar tristes ni a perder la esperanza. Del caos puede venir siempre vida nueva. La historia y la saga de Jesús nos ofrecen una señal creíble.
- CANCIÓN: El espíritu de Dios (3ª Estrofa y estribillo) pg. 74
- 2ª Lectura. “He visto al Señor Jn. 20, 11-18
- 7. Participación de la Comunidad
La lectura de Leonardo Boff nos plantea la dialéctica del ser humano entre la vivencia del compromiso existencial sereno y tranquilo y la irrupción de la crisis que purifica y crea otro orden vital. En todo ese proceso dialéctico hay una experiencia de vida, de muerte y de transfiguración; de orden, desorden y nuevo orden; de tesis, antítesis y síntesis.
La vivencia del cristiano de esta dialéctica como mejor se explicita y, mejor sería decir se celebra, en la Pascua. Es en esta crisis de vida, muerte y resurrección cuando debemos tomar fuerza ante el reto de la construcción del reino, de la transformación del mundo.
Si de alguna manera vivimos anonadados un continuo viernes santo, también como Magdalena podemos y debemos siempre decir: ¡He visto al maestro!
Y como ella, la vista del maestro es la de los signos de vida, de resurrección, que a nuestro alrededor surgen y que debemos descubrir y proclamar.
Sobre ellos, como lema de nuestra celebración, queremos hoy interrogarnos y reflexionar; queda ahora abierto este espacio para que expresemos y dialoguemos sobre los signos de resurrección que en nuestra vida, nuestra comunidad y nuestro entorno vamos descubriendo.
¿Dónde vemos signos de resurrección?
- 8. Ofrendas
- CALLE
- PAPA
- STA
- ASAMBLEA STA
- BOLSAS –CON MUSICA DE FONDO Y PAUSA
- PAN Y VINO
- 9. Anáfora
1. Te estamos muy agradecidos, Dios de Jesús de Nazaret, porque, entre luces y sombras, vamos descubriendo —como María Magdalena, la mujer fiel— que la resurrección es el fruto definitivo del amor. Porque no hay más eternidad que la del amor.
Cdad. Necesitamos que alguien nos ame lo suficiente/ para hacernos resucitar. Necesitamos amar intensamente/ para resucitar el mundo.
2. Resucitar es sentirse nuevo, es redescubrir el mundo; resucitar es nacer de nuevo
Cdad. Necesitamos amar intensamente/ para resucitar el mundo. Porque no hay más eternidad que la del amor.
3. Resucitar es amar intensamente: Si no has sabido amar, no tendrás nada que resucitar, no tendrás nada que eternizar.
Cdad. Necesitamos que alguien nos ame lo suficiente/ para hacernos resucitar. Porque no hay más eternidad que la del amor.
4. Resucitarás aquello que hayas amado intensamente. Resucitarás si alguien te ha amado lo suficiente como para no dejarte morir. Entonces verás que Cristo ha resucitado realmente.
Cdad. Necesito que alguien me ame lo suficiente/ para no dejarme morir. Porque no hay más resurrección que la que causa el amor.
5. Y como alabanza cantamos el Santo de la misa salvadoreña
5. Como el sol cuaja la espiga y hace los frutos, como el agua tuerce las algas y empapa la roca…el amor prende luminarias en tus ojos para descubrir el secreto de las cosas; el amor alegra tus entrañas y da jovialidad a tus pasos.
Cdad. Porque no hay más eternidad que la del amor. Necesitamos amar y que alguien nos ame para resucitar y vencer la muerte.
6. Como la delirante juventud de la abeja que estremece las flores y deja un breve rumor en cada pétalo…como la gracia fresca del rocío sobre los pastos sedientos…Sea hoy tu presencia en nuestra mesa, Señor nuestra Pascua. La comunidad estremecida te presta su voz para que puedas repetir las palabras eficaces que hacen posible el milagro de la transformación.
Cdad Tomó pan en sus manos, dio gracias a Dios Padre y lo partió diciendo:
TOMAD Y COMED, ESTA ES MI VIDA, COMPARTIDLA CON TODA LA HUMANIDAD
Cdad. Tomó luego la copa del vino, dio gracias al Padre y lo repartió diciendo:
TOMAD Y BEBED, ESTA ES MI ALIANZA, LLEVADLA HASTA EL FIANAL DE LA HISTORIA
7. La alegría pascual no debe velarnos las huellas de Jesús resucitado. Jesús es reconocido en las señales que deja su pasión. Las cicatrices abiertas en el mundo son señales luminosas para reconocerlo. Seguir sus huellas es una forma de amar, de resucitar. Recordamos con agradecimiento aquello que nos dejó dicho:
Cdad Os doy un mandamiento nuevo: Que os améis como yo os he amado.
8. Signo poderoso de resurrección es la comunidad, Levantada sobre la equidad, la igualdad y el amor mutuo. Con los ojos abiertos hasta el último vuelo de la mariposa, Con el corazón volcado sobre el acontecer del mundo, con los pies siempre en camino para recrear las cosas, y los manos entrelazadas para tejer conjuntamente la historia.
Cdad. Este es mi mandamiento: Que os améis como yo os he amado.
9. Sacramento del amor está siendo la calle. Como María de Magdala, la gente busca y se encuentra en las mismas causas. Resucitar es hacerse cargo de las búsquedas de la humanidad, cargar samaritanamente con sus cuitas y sus penas, encargarse amorosamente de las grandes causas de su búsqueda y felicidad.
Cdad. Os doy un mandamiento nuevo: Que os améis como yo os he amado.
10. Resucitar es mirar con respeto y ternura a la tierra, hogar y fuente de todas las vidas. Como organismo vivo, siempre en proceso de pascua, entre la muerte y la vida. Nuestra humilde tierra está llamada a la transformación y a ser la casa de la convivencia. Con cuidado amoroso apoyamos su lucha oculta contra la actual devastación y sufrimiento.
Cdad. Resucitar es quedar prendidos de la Pascua total de Jesús. Como el grano de trigo que muere y luego da fruto, la muerte siempre acaba en vida. Tenemos derecho a recuperar la alegría y la esperanza.
10. Rezamos con las manos unidas la oración que nos enseño…PADRE NUESTRO
11. Y NOS DAMOS LA PAZ
12. COMUNION Fragmento de la primavera de las 4 estaciones de Vivaldi
13. ACCION DE GRACIAS
14. AVISOS Y DESPEDIDA