María: mujer y madre

1 de diciembre de 2013

Saludo y presentación:

Saludos…..Teniendo en cuenta que el próximo domingo, 8 de diciembre, se celebra la fiesta de la Inmaculada y por ser 2º domingo de mes no tenemos celebración comunitaria, hemos querido que hoy esta celebración tenga como eje a María, mujer y madre. Tema que, además, está muy relacionado con nuestro tema de reflexión: quienes son las víctimas y cuales las causas que las originan. Podemos empezar recordando una oración que de chavales recitábamos centenares de veces:

Grupo: Dios te salve María…….

Todos: Santa María, madre de Dios,…..

 

Reflexión

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó”, dice Génesis 1.

Casi a renglón seguido, -Gén. 2- la misma Biblia dice: “…el Señor Dios echó sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y creció carne desde dentro. De la costilla que le había sacado al hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre”.

¿Quizás se fundamenta aquí algún derecho de superioridad y dependencia entre varón y hembra? ¿Cómo habría que revisar la interpretación de estos textos?

El texto de Saramago es de literato, no de investigador. Pero coincide en su esencia con las investigaciones históricas… Más que a reflexionar, invita a contemplar. Contemplar a María, la desposada de José.; que se encarga de la casa; de andar las calles, para allegar lo necesario; de rastrear los campos para ayudar al gasto de la casa; que va al lugar de las mujeres en la sinagoga… ¿Por qué habría de ser diferente de las demás mujeres? Es lo que hacían las mujeres en Nazaret…

Más de veinte siglos después, unos piensan y dicen que “las cosas han cambiado mucho”. Otros, que “no tanto”; y otros quizás, que “en esencia, las cosas siguen estando igual”. Otros hay que piensan que “hoy están peor”, porque, sencillamente, “las mujeres de hoy sufren su dependencia, marginación y sufrimiento en grado mayor que los demás miembros de la sociedad en que viven”. ¿Tendremos que resignarnos a que esta sociedad sea una sociedad patriarcal, que siga imponiendo su ley contra el empuje indudable y los cambios a que aspira la mujer? ¿No tendríamos que actuar contando con que los cambios no vienen solo de las leyes? …que provienen de los usos sociales? …y que esas prácticas dependen de nosotros?

Pero no olvidemos que existe otra valoración de estas costumbres: “Bienaventurada la que creyó”. “Porque ha mirado la bajeza de su sierva”. “Mi alma engrandece al Señor y mi espíritu se regocija…” Mientras que…: hay quien desprecia a los soberbios, derriba a los poderoso, exalta a los humildes, colma a los hambrientos, empobrece a los ricos…

¿Hasta dónde llega y cómo entender y aplicar hoy esa “misericordia del Señor con nuestros padres y con nosotros para siempre?”

Lecturas: Génesis 1:27: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

El Evangelio según Jesucristo (J. Saramago): Sobre las dotes de María, solo buscando mucho, e incluso así, no hallaríamos más de lo que legítimamente cabe esperar de quien no ha cumplido siquiera los dieciséis años y, aunque mujer casada, no pasa de ser una muchacha frágil, cuatro reales de mujer, por así decir, que tampoco en aquel tiempo, y siendo otros los dineros, faltaban estas monedas. Pese a su débil figura, María trabaja como las otras mujeres, cardando, hilando y tejiendo las ropas de casa, cociendo todos los santos días el pan de la familia en el horno doméstico, bajando a la fuente para acarrear el agua, luego cuesta arriba, por los caminos empinados, con un gran cántaro en la cabeza y un barreño apoyado en la cintura, yendo después, al caer la tarde, por esos caminos y descampados del Señor, a apañar chascas y rapar rastrojos, llevando además un cesto en el que recogerá bosta seca del ganado y también esos cardos y espinos que abundan en las laderas de los cerros de Nazaret, de lo mejor que Dios fue capaz de inventar para encender la lumbre y trenzar una corona. Todo este arsenal reunido daría una carga más apropiada para ser transportada a casa a lomo de burro, de no darse la circunstancia de que la bestia está adscrita al servicio de José y al transporte de los tablones.

Descalza va María a la fuente, descalza va al campo con sus vestidos pobres que se gastan y ensucian más en el trabajo y que hay que remendar y lavar una y otra vez, para el marido son los paños nuevos y los cuidados mayores, mujeres de éstas con cualquier cosa se conforman. María va a la sinagoga, entra por la puerta lateral que la ley impone a las mujeres, y si, es un decir, se encuentra allí con treinta compañeras, o incluso con todas las mujeres de Nazaret o con toda la población femenina de Galilea, aún así tendrán que esperar a que lleguen al menos diez hombres para que el servicio de culto, en el que sólo como pasivas asistentes participarán, pueda celebrarse. Al contrario de José, su marido, María no es piadosa ni justa, pero no tiene ella la culpa de estas quiebras morales, la culpa es de la lengua que habla y de los hombres que la inventaron, pues en ella las palabras justo y piadoso, simplemente, no tienen femenino.

Lc 1, 39-56: En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá y entró en casa de Zacarías, y saludó a Isabel.  Y aconteció que cuando oyó Isabel la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Isabel fue llena del Espíritu Santo,  y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?. ¿Por qué tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre?. Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. Entonces María dijo:
Engrandece mi alma al Señor y  mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.  Porque ha mirado la bajeza de su sierva. Pues he aquí, que desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso.  Santo es su nombre, y su misericordia es de generación en generación a los que le temen. Hizo proezas con su brazo. Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos. Y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes. Y a los ricos envió vacíos. Socorrió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia. De la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre.
Y se quedó María con ella como tres meses; después se volvió a su casa.

Acto penitencial:

Antes de presentar las ofrendas, vamos a reflexionar brevemente sobre el pecado social, estructural, que se comete contra la mujer en múltiples áreas. Juntos pidamos perdón por no haber hecho lo suficiente para colaborar a su erradicación:

    • En el trabajo donde la mujer sufre mayores niveles de paro y menores niveles de ingresos por el mismo trabajo que los hombres. Pedimos perdón. (Perdón Señor perdón)
    • En el ámbito, religioso, eclesiástico, por la insufrible misoginia de todas las religiones y, especialmente, de la nuestra, de nuestra iglesia. Pedimos perdón. (Perdón Señor perdón)
    • En la sexualidad, donde las mujeres sufren humillación, menosprecio y graves ofensas a su dignidad, cuando no, brutales amputaciones. Pedimos perdón. (Perdón Señor perdón)
    • En el ambiente familiar, donde sufren maltrato físico, moral y emocional que causa graves sufrimientos y, a veces, hasta la muerte. Pedimos perdón. (Perdón Señor perdón).

Ofrendas:

Felicitación Pedro Casaldáliga: “No tuvieron sitio en Belén…ni en Lampedusa”

Mesa redonda “La responsabilidad social”

Pan y vino: Queremos hoy que este pan y este vino sean el símbolo del esfuerzo que las mujeres dedican a las tareas domésticas, en muchas ocasiones realizado generosamente, pero en muchas más, víctimas de unas normas de convivencia que les impone una sociedad injusta, sea cual sea el país en el que vivan y de su religión o cultura.

Flor y fruto: Ponemos sobre esta mesa esta flor y este fruto, creemos que no es necesario explicar porque consideramos que son un fiel reflejo de lo que en la naturaleza significa ser mujer y madre.

Anáfora. Padrenuestro y abrazo de paz.

  1. Nos reunimos un domingo más en torno a la mesa eucarística para ver en las mujeres que hoy viven, sufren, ríen, trabajan y aman, la figura de la María del Magníficat, la María del Evangelio.
  2. María de Nazaret, esposa prematura de José el carpintero, aldeana de una colonia siempre sospechosa, campesina anónima de tantos lugares.
  3. Rezadora sobresaltada de la Lituania prohibida, indiecita masacrada de El Quiché, favelada de Río de Janeiro. Negra segregada en el Apartheid, harijan de la India, gitanilla del mundo. Obrera sin cualificación, madre soltera, monjita de clausura. Niña, novia, madre, viuda, mujer.

TODOS: Enséñanos aquel Jesús verdadero, carne de tu vientre, raza de tu pueblo, Verbo de tu Dios; más nuestro que tuyo, más del pueblo que de casa, mas del mundo que de Israel, más del Reino que de la Iglesia

  1. Aquel Jesús que, por el Reino del Padre, se arrancó de tus brazos de madre y se entregó a la muchedumbre. Solo y compasivo, poderoso y servidor, amado y traicionado, fiel ante los sueños del pueblo, fiel contra los intereses del Templo, fiel bajo las lanzas del Pretorio, fiel hasta la soledad de la muerte.
  2. Enséñanos a llevar ese Jesús verdadero por los callados caminos del día a día, en la montaña exultante de las celebraciones, junto a la prima Isabel y a la faz de nuestros pueblos abatidos que, a pesar de todo Le esperan.

TODOS: María nuestra del Magnificat, queremos cantar contigo, ¡María de nuestra Liberación! Contigo proclamamos la grandeza del Señor, que es el único grande, y  nos alegramos contigo, porque, a pesar de todo, El nos salva. Contigo cantamos María, exultantes de gratuidad, porque Él se fija en los insignificantes; porque su poder se derrama sobre nosotros en forma de amor.

  1. Porque el es siempre fiel, igual en nuestras diversidades, único para nuestra comunión, de siglo en siglo, de cultura en cultura, de persona en persona. Porque su brazo interviene históricamente –por intermedio de nuestros brazos, inseguros pero libres- y porque un día intervendrá, definitivamente El, Le alabamos cantando: SANTO, SANTO, SANTO,…
  2. Enséñanos, María, el secreto de la disponibilidad, el saber pronunciar ese “soy servidora”, que nos compromete a servir, no a servirnos ni a ser servidos.
  3. En la esperanza de tu compañía, y en el recuerdo de Jesús, queremos repetir aquí las palabras de aquella noche, cuando tomando el pan, lo partió diciendo:

TODOS: TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO

  1. Asimismo tomando la copa de vino y repartiéndola, dijo:

TODOS: TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODA LA HUMANIDAD. HACED ESTO EN MEMORIA MÍA

10.  Porque derriba de su trono a los dictadores y sostiene la marcha de los oprimidos que rompen estructuras en busca de la Liberación. Porque sabe personar a su sierva, la Iglesia, siempre infiel creyéndose señora, siempre amada escogida, sin embargo, por causa de la Alianza que El hizo un día con la sangre de Jesús. Proclamamos:

TODOS: POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉL A DIOS PADRE OMNIPOTENTE, TODO HONOR Y TODA GLORIA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.

11.  Porque El es quien desbarata los proyectos de las transnacionales y sostiene la fe de los pequeños que se organizan para sobrevivir humanamente. Porque vacía de lucros los cofres de los capitalistas y abre espacios comunitarios para el plantío, la educación y la fiesta en favor de los desheredados.

12.  Porque derriba de su trono a los dictadores y sostiene la marcha de los oprimidos que rompen estructuras en busca de la Liberación. Porque sabe personar a su sierva, la Iglesia, siempre infiel creyéndose señora, siempre amada escogida, sin embargo, por causa de la Alianza que El hizo un día con la sangre de Jesús.

13.  Porque nos reunimos en Comunidad y hacemos que sus palabras guíen nuestras acciones, porque Le llamamos y las repetimos, ahora, todos decimos: PADRE NUESTRO.

14.  María de Nazaret, cantadora del Magnificat, servidora de Isabel, ¡quédate también con nosotros, que está por llegar el Reino! Quédate con nosotros, María, con la humildad de tu fe, capaz de acoger la Gracia.

TODOS: Quédate con nosotros, con el Verbo que iba creciendo en ti, humano y Salvador, judío y Mesías, Hijo de Dios e hijo tuyo, nuestro Hermano Jesús.

15. Ahora, siguiendo el deseo de Paz que transmitiste a Isabel, seamos nosotros también portadores de Paz, transmisores de Paz.

Comunión: Música: “María mujer fuerte” (disco blanco. Pista 4)

Plegaria de acción de gracias: Nos conmueve pensar en el corazón de María, desgarrado por el dolor, viendo a su hijo torturado y ajusticiado públicamente. Y nos admira su entereza, su apoyo a la primera comunidad, su fe y su total confianza en Ti.

También nosotros queremos seguir los pasos de María y cooperar activamente en la misión que inició su hijo Jesús.

Cuenta con nosotros, Padre Dios, para hacer un mundo más habitable.

Queremos decirte que no estamos cansados ni decepcionados, pero es muy fuerte este empeño y necesitamos tu ayuda. Danos, por favor, ese espíritu de lucha de que hicieron gala Jesús y María.

Con todos aquellos que han dado y dan testimonio de tu bondad, con María, en cuyo honor hoy nos hemos reunido y con Jesús, hijo de María e hijo tuyo, permanecemos esperanzados en la llegada de ese mundo soñado por Ti. Amén.