Tema: Celebrar el reencuentro con Jesus        22 de junio de 2.008

Presentación

Canto. ¿le conocéis?  Pag. 25  nº 44

1ª Lectura

Muchas son las ideas que nos han transmitido y que hemos compartido durante este año, sobre nuestro maestro Jesús.    Resumirlas…. no es una tarea que pretendamos hacer en esta celebración, pero si que queremos resaltar algunas frases, que recordándolas de nuevo, nos refrescará todo eso que hemos compartido sobre Jesús.

Recordamos cuando se dijo que “El movimiento de Jesús puede ser una alianza de itinerantes y sedentarios, de ricos y pobres al servicio del Reino, pero a partir de los pobres. Jesús fue el primer itinerante del Reino en Galilea. Marco un estilo de vida”

Pero “Jesús no ha querido un reino de itinerantes-mendigos, ni un reino de puros propietarios-sedentarios”,  lo importante que tenemos que aprender es que “Jesús inició un movimiento universal de Reino, partiendo de pobres y/o de aquellos que han dejado sus bienes por el Reino”

“Los sedentarios ofrecen casa y comida a los itinerantes” y “Los itinerantes pobres aportan a los sedentarios libertad, salud y gratuidad”. Esta alianza entre sedentarios e itinerantes cumple con el mensaje de Jesús.

Esto es base para el Reino que proclama Jesús, que es un “Reino que nos obliga a replantear los lugares que ocupamos, modificando nuestras prioridades de cara  hacer un mundo mas humano y habitable” y esto nos lleva confirmar que el “Reino de Dios tiene un carácter conflictivo, al cuestionar buena parte de nuestras estructuras y comportamientos. No es pues una realidad neutral” de hecho “el Dios de Jesús proclama unas relaciones de fraternidad basadas en el servicio” concluyendo que el reino de Dios no hay que salir  buscarlo fuera, esta dentro de nosotros y nosotros lo tenemos que alimentar, que ir construyendo.

Reino de Dios …… y dicen: “pasó haciendo el bien, pasó construyendo bienestar, elevando la autoestima de la gente, haciendo a todos mas felices”.  “La bondad es un modo de ser inteligente”. Por eso “La Pascua viene a ratificar que el reinado de Dios, es un reinado de felices”

¿Qué tiene esto que ver con la idea que teníamos de la Cruz?,…. Pues nada ….”la cruz solo la podemos entender como signo de lo impredecible de la condición humana abierta, de la incertidumbre y eso que Jesús y sus actitudes iban orientadas a la vida. La cruz de Jesús, se puede entender como efecto o consecuencia paradójica de su lucha por la vida” .

Y por último cuando anteayer se hablaba de la Resurrección, se dijo entre otras cosas, que ”La resurrección es la exaltación plena de Jesús en Dios”. Idea interesante así como cuando se definió que “en Jesús descubrimos que Dios es un Dios de vivos”.

En fin, muchas pero que muchas ideas nuevas, curiosas o que nos han ratificado en nuestras creencias, se han dicho, celebremos pues, el encuentro con ese gran Jesús que nos llama a disfrutar de su Reino

2ª Lectura Evangelio Mateo 16 del 13-20

Ofrendas:

  • La idea de la itinerancia como forma de no acumular – Mochila –   (Rafa)
  • Compartir el descubrimiento de la humanidad del  Jesús Histórico

en ámbitos y momentos propicios durante estas vacaciones – Pan / Vino –(Mª José)

  • Balance del recorrido de la Comunidad en este curso pasado  – Libro –  (Angel)

Canto.   Anunciaremos tu reino Señor.  Pag. 35

ANÁFORA EUCARÍSTICA

Humildemente, confiadamente, como recomendados de tu hijo Jesús, nos dirigimos a ti, Dios y Padre nuestro.

Queremos ser conscientes de la trascendencia de nuestras palabras, porque sabemos que realmente nos escuchas, aún reconociendo nuestra infinita pequeñez.

Lo primero que queremos decirte es que te agradecemos la vida que nos has dado y disfrutamos. Sabemos que nos amas más de lo que nuestra mente es capaz de percibir. Gracias, Padre.

Verdaderamente es justo y obligado darte las gracias siempre, por todo y en todo lugar, pero en especial porque nos has dado a Jesús de Nazaret, tu hijo predilecto, nuestro hermano mayor, nuestro modelo y guía.

Y aunque no necesites nuestras alabanzas, querríamos demostrarte nuestro cariño y agradecimiento con este canto de bendición.

SANTO, SANTO, SANTO…

Estamos celebrando un domingo más nuestra eucaristía. No esperamos en este momento, ningún milagro, porque no vamos a  pronunciar palabras mágicas. Pero sí querríamos, Señor y Padre nuestro, recibir ahora una bendición especial tuya, para que esta celebración nos impacte y nos lleve a moldear nuestra mente y a cambiar nuestra actitud.

Porque celebrar la eucaristía nos ayuda a comprender mejor la vida de Jesús y su entrega a ti y a todos nosotros. Celebrar una eucaristía nos incita a comprometernos para intentar ser fermentos de unidad y de armonía entre los hermanos.

Vamos a recordar la última cena que celebró Jesús con sus amigos. Cuando él trató de resumir la entrega total de su persona a los demás, simbolizándola en aquel pan que iba a ser destrozado y repartido entre todos. Así lo hizo, cogió un pan, lo partió, le dio un trozo a cada amigo, mientras les iba diciendo:

Esto soy yo, esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Hacemos memoria también de cómo después de la cena, les pasó un vaso de vino a sus discípulos. El vino simbolizó la sangre y la sangre era para los judíos la misma vida. Jesús les da de beber, cuando en realidad les está entregando su vida. Jesús nos regala su vida cuando nos da a beber de este vino. Es lo que realmente dice:

Este es el cáliz de mi sangre, sangre que será derramada por vosotros y por todos los hombres.

Jesús no fue hombre de ritos. Cuando nos dijo “haced esto en mi memoria”, no quiso instituir ningún acto de culto, sino más bien invitarnos a imitar su entrega a los demás.

Jesús quiere le imitemos, que le recordemos poniendo al servicio de los demás todo lo que somos, nuestra vida. Por eso nos dijo: haced esto en recuerdo mío.

Este es el significado, esto es, el sacramento de lo que acabamos de realizar.

Recordamos así toda la vida de Jesús, su entrega por el Reino hasta la muerte, su resurrección a la vida eterna. Te agradecemos, Señor Jesús, que estés ahora junto a nosotros.

Dios Padre que estás en el cielo y en todos nosotros, te damos gracias una vez más por cuanto haces por la comunidad de los creyentes y por todos los hombres de buena voluntad.

Queremos extender tu Reino, para que sean verdaderamente felices todos los seres humanos sin excepción. Te prometemos que este va a ser nuestro principal objetivo en la vida.

Nos acordamos ahora de los hermanos y hermanas que no están ya entre nosotros, pero que con seguridad disfrutan ya de tu compañía.

Bendito seas, Padre santo, queremos honrarte como mejor sabemos, y agradecerte que Jesús haya formado parte de nuestra historia. Por él y en su compañía brindamos en tu honor, amén.

Escucha ahora, Señor, la oración que Jesús nos enseñó.

Padre nuestro

Antes de la comunión

La comunión nos es un premio para los buenos “que están en gracia”, sino un remedio para los desgraciados que necesitamos descubrir el amor gratuito de Dios. Cuando más necesitamos el signo del amor de Dios es cuando nos sentimos separados de Él.

Jesús nos invita a su mesa. Al aceptar su invitación pasamos a formar parte de su comunidad. Acudir a esta mesa es como prestarle nuestra adhesión personal.

Señor, no soy digno de que entres en mi casa…

Después de la comunión (mientras se oye una música de fondo)

Este pan, al partirse y dejarse comer, está haciendo presente a Dios, porque Dios es amor, don infinito, entrega total a todos y siempre.

Si queremos ser seguidores de Jesús, tenemos que partirnos, repartirnos, dejarnos comer, triturar, desapare­cer en beneficio de los demás. Una comunión sin este compromi­so es una farsa, un garabato, como todo signo que no signifique nada.

Cuando Jesús dice “esto es mi sangre”, está diciendo “esta es mi vida” que se está derramando en beneficio de todos. Y nos invita a vivir la misma vida que él ha vivido.

Nuestra vida sólo será cristiana si se derrama, si se consume, en beneficio de los demás. En la Eucaristía estamos confesando que ser cristiano es ser para los demás.

La eucaristía no es un producto más de consumo que me proporciona seguridades. Si la celebración no cambia mi vida en nada, es que la he reducido a simple rito.

Comunión  (Durante la comunión música)

Nos damos La Paz

Acción de Gracias