Encuentro de la comunidad                                             22 de septiembre de 2.002

Oración Eucarística.

Presidente-. Somos, Padre, como aquellos setenta o setenta y dos que el Señor designó y mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir él. Seguramente llevamos algo más que bolsa, alforja y sandalias; o quizás hoy no sabríamos ir sin ellas, en este mundo complejo. Pero ciertamente hemos ido con ánimo pacífico, hambrientos de compartir lo nuestro con cuantos nos encontramos en nuestros caminos. Si todos nos animáramos a contar las pequeñas experiencias, sería largo y será el centro de nuestra celebración. Porque, como aquellos setenta, también regresamos contentos. Nuestra mochila viene repleta de vivencias. Todas, dolorosas o alegres, nos han marcado por dentro. Y, como siempre, comunidad en marcha, venimos a compartirlas entre nosotros y a volver sobre ellas, en tu presencia, contemplación y rumia de la vida, que se convierte en nuestro alimento del espíritu.

Por todo ello, unimos nuestros gozos y sorpresas dolorosas, para alabarte en medio todo; con todos los hombres y mujeres que hemos conocido, con los que han dejado este camino, pero lo siguen en el espíritu, y te cantamos gozosamente:

Todos-.   SANTO, SANTO, SANTO ERES, SEÑOR, DIOS DEL UNIVERSO

Pres.      Esto nuestro de hoy. Señor, es lo más parecido a una tertulia de los hijos en torno a la mesa y el padre en la cabecera. Más, cuanto no necesitas hacer de padre, pues lo eres; ni nosotros necesitamos hacer de hijos, pues lo somos.

Grup. 1 -. Así comentamos el viaje de Pilar y Femando al mismo corazón de África, en lo profundo de Congo. Nos cuentan que quizás no han descubierto la piedra; que no saben cultivar la tierra; que miran al blanco como un ser superior y distinto; que la bicicleta, que les mandaron los blancos, es su vehículo de carga; que los paneles, que les llevaron, dieron luz a su escuela y luz a las madres, para dar a luz.

Que tuvieron que enseñarles a instalar y mantener las baterías y la necesidad de trabajar, para progresar, y no vivir siempre dependientes. Hermanos, que están excluidos de nuestra mesa por las leyes diabólicas de la economía global y nosotros no podemos dejarlos esperar por más tiempo.

TODOS: Tú eres nuestra luz. Enséñanos qué quieres de nosotros hoy.

Grup. 2-.   Y en el mes de Julio nos sorprendió la muerte de Mari Carmen. Y aún más nos sorprendió el secreto sobre su estado. No quiso hacernos sufrir con su dolor y prefirió sufrir a solas. Su generosidad la llevó a esta difícil forma de amar. O su coquetería nos ocultó su debilidad. O su humildad quiso orillar sus éxitos en su trabajo de investigación alimentaria, que han culminado en un premio con su nombre a la investigación en este campo.

TODOS: Tú eres nuestra luz. Enséñanos qué quieres de nosotros hoy.

Grup. 3-.   La andadura de la Iglesia de Base ha hecho recaer sobre miembros de la comunidad gran parte de las tareas de su funcionamiento. Con amor y temblor las asumimos entre todos en este momento difícil, en que amenazan condenas de la misma Iglesia a la que amamos y con la que queremos avanzar hacia el Reino. Con talante de unidad y de comprensión ofreceremos sencillamente nuestras vivencias para que puedan desvelar tu rostro de Padre-Madre que salva.

TODOS: Tú eres nuestra luz. Enséñanos qué quieres de nosotros hoy.

Grup. 4-.   Otra sorpresa nos golpeó todavía en pleno corazón. Paco emprendió un día, solitario y buscador, Un camino que tuvo un retorno diferente, inesperado todavía; le saliste al paso, maduro ya en el trabajo, en la amistad y la vida y nos lo mostraste, desde su nueva vida, en olor de multitud. Era esa vida, suya ya, la tuya siempre,  la que nos congregó a tantos el 5 de Septiembre, y nos dejó convencidos de que sigue con nosotros, ahora todavía más constante desde su nueva luz.

TODOS: Tú eres nuestra luz.Enséñanos qué quieres de nosotros hoy.

Grup. 5-.   Ahora, algo que afecta fuertemente nuestro caminar. Evaristo, nuestro compañero sacerdote, se aleja. Saludamos con alegría el nuevo campo de su trabajo; incluso podemos ayudarle en él, como algo nuestro. Pero su buen y generoso hacer entre nosotros, unido a la acostumbrada y cómoda figura sacerdotal, elevan a su punto más álgido la crisis planteada: Comunidad cristiana sin un sacerdote ¿es posible? O ¿qué significa que somos pueblo sacerdotal?

TODOS: Tú eres nuestra luz. Enséñanos qué quieres de nosotros hoy.

Grup. 6-.   Por último, el último Congreso de Teología. Una vez más, en sus sesiones, hemos aprendido a leer con fe los derroteros de nuestro mundo. Hemos oído la llamada de la realidad, con su creciente voracidad contra los pobres. Hemos trazado incansables la línea de la utopía, sobre las limitaciones y corsés de los análisis. Y sólo nos falta escrutar tu luz. Padre nuestro, recibir tu fuerza, estar contigo y tenerte con nosotros cada día.

TODOS: Tú eres nuestra luz. Enséñanos qué quieres de nosotros hoy.

Pres-.     Unidos a Jesús, en medio de nosotros, comensal y comida a la vez, completamos nuestro encuentro de acción de gracias con el mismo gesto suyo, y con la necesidad de dar al gesto el mismo contenido:

Cogió el pan de la cena, te dio las gracias y se lo paso diciendo:

TODOS: Tomad y comed….

Pres.     Hizo lo mismo con la copa de vino en su mano y se la pasó diciendo:

TODOS: Tomad y bebed…

(Algún tiempo de silencio).

Pres.      La oración de Jesús será siempre la inspiración profunda de nuestra oración.

TODOS: Padrenuestro…