Introducción
La llamada “civilización de la pobreza” o de la “austeridad compartida” se presenta como la mejor alternativa de futuro tanto por razones medioambientales como desde el ideal ético cristiano.
Si nuestra apuesta por la justicia del Reino requiere superar la división en clases de la sociedad, hemos de definir qué opción social y política –teórica y práctica- nos parece más eficaz y más ética para avanzar hacia ese objetivo: la reformista, la revolucionaria o la alternativa, que recogiendo lo mejor de los movimientos históricos de emancipación social, explora nuevos modelos económicos, políticos y culturales que superan las insuficiencias del reformismo y las carencias democráticas del socialismo real.

Los centros de decisiones que nos afectan a todos son lejanos y opacos, dominados por los poderosos, tanto por países ricos como por empresas multinacionales y grandes fortunas.
Una reflexión creyente sobre el tema de las bienaventuranzas (Mateo 5, 1-12) puede ayudarnos a sentar unos criterios básicos de actuación, especialmente en torno a la pobreza y a la comunicación de bienes (Hechos, 2, 42-47) que resulten penetrantes y significativos en nuestra sociedad de hoy y contribuyan a construir la utopía del Reino.
Preguntas
1. ¿Cuáles son a vuestro juicio los rasgos más importantes, positivos y negativos, que caracterizan a nuestra sociedad actual?
2. ¿Cuáles consideráis que son los colectivos sociales que soportan con mayor dureza la injusticia del sistema?
3. ¿Cuál os parece la causa fundamental de la situación socioeconómica, cultural y humana que vivimos?
4. ¿Qué criterios y actitudes debemos aportar a partir de una reflexión creyente sobre las bienaventuranzas y la comunicación de bienes?
5. ¿Qué alternativas concretas y viables proponemos para responder coherentemente como ciudadanos y creyentes a los problemas de nuestra sociedad?
Se pide concisión y brevedad en las respuestas.
Asimismo, que estén hechas más desde la experiencia personal y colectiva que desde la teoría, desde la reflexión meramente especulativa.
No es imprescindible contestar a todas las preguntas: lo que más importa es la veracidad y la riqueza de las aportaciones.
         Madrid, abril de 2011.
 Anexo: Se adjuntan 2 documentos para la reflexión.