Celebración del Adviento 1 diciembre de 2024
Una vez más nos encontramos en el tiempo de Adviento y, también una vez más, debemos repensar qué significado tiene para nosotros el Adviento. “Todavía no somos, pero esperamos ser”, una forma rápida de definir el Adviento. Debemos prestar atención a la palabra “esperamos”, pues explica la visión que deseamos compartir en esta celebración. No está dentro de nuestro ánimo ni de nuestra historia el asociar la esperanza, la espera, con algo pasivo, expectante, sino con algo activo, una espera en movimiento. En las lecturas veremos reflejado este sentido: esperamos rechazando las llamadas a la desatención, a distraernos con lo acomodado, a tener bien presente que nuestra liberación está cercana, sólo queda que la recibamos y trabajemos por ella.
En estos tiempos en los que la búsqueda de la Justicia y la igualdad, la protección a los más vulnerables, el dar voz a los que no tienen voz, está siendo atacada por los autócratas, por quienes confían ciegamente en las leyes del mercado, que abandonan a tantos a su suerte, es una obligación moral de todo cristiano y cristiana, combatir esa tendencia con la Utopía esperanzada del Reino.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 3, 12 — 4, 2
Hermanos: Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos a vosotros; y que afiance así vuestros corazones, de modo que os presentéis ante Dios, nuestro Padre, santos e irreprochables en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.
Por lo demás, hermanos os rogamos y os exhortamos en el Señor Jesús: ya habéis aprendido de nosotros cómo comportarse para agradar a Dios; pues comportaos así y seguid adelante. Pues ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 25-28. 34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
Fratelli Tutti
- 180. Reconocer a cada ser humano como un hermano o una hermana y buscar una amistad social que integre a todos no son meras utopías. Exigen la decisión y la capacidad para encontrar los caminos eficaces que las hagan realmente posibles. Cualquier empeño en esta línea se convierte en un ejercicio supremo de la caridad. Porque un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad y de justicia para todos, entra en «el campo de la más amplia caridad, la caridad política»[165]. Se trata de avanzar hacia un orden social y político cuya alma sea la caridad social[166]. Una vez más convoco a rehabilitar la política, que «es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común»[167].
- 181. Todos los compromisos que brotan de la Doctrina Social de la Iglesia «provienen de la caridad que, según la enseñanza de Jesús, es la síntesis de toda la Ley (cf. Mt22,36-40)»[168]. Esto supone reconocer que «el amor, lleno de pequeños gestos de cuidado mutuo, es también civil y político, y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor»[169]. Por esa razón, el amor no sólo se expresa en relaciones íntimas y cercanas, sino también en «las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas»[170].
Introducción a la reflexión.
Estamos celebrando el primer domingo de adviento y resulta llamativo que en la lectura del evangelio Lucas nos dice “Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación”. Nos ha parecido importante señalar esto porque en los momentos difíciles que vivimos la venida de Jesús no es para condenarnos sino para liberarnos de todo sufrimiento, injusticia, etc. San Pablo en la epístola a los tesalonicenses nos dice que para presentarnos ante Dios, nuestro Padre, santos e irreprochables en la venida de nuestro Señor Jesús es necesario el amor mutuo y el amor a todos.
En la Fratelli Tutti el papa Francisco nos urge a unirnos a otros para generar procesos sociales de fraternidad y justicia para todos y así entrar en el campo de la más amplia caridad, la caridad política.
Nos parece importante reflexionar sobre lo que hemos comentado, que la mejor manera de prepararnos para la venida del Señor es el amor mutuo y la caridad política y así estaremos preparados para nuestra liberación.
Anáfora
L1- El Señor está con vosotros.
Todos. Y con tu espíritu.
L2 -Al inicio del Adviento te bendecimos Padre, por Jesucristo que es para nosotros el principio de todo.
Te bendecimos, Dios vivo y auténtico Padre, por los antiguos profetas, que fueron anunciando la venida del Mesías como esperanza para el pueblo.
Y por los profetas actuales que nos interpelan continuamente a la conversión y al trabajo por la justicia de tu Reino.
L3 – Jesús, tu hijo y Hermano nuestro, fue esperado por el pueblo, anunciado por los profetas, temido por los dirigentes, rechazado por los instalados, aceptado por los humildes.
Mientras esperamos su venida y la celebramos con esta acción de gracias, cantamos con los ángeles y santos el himno de tu gloria.
Todos: Santo, Santo, Santo…
L4 – Señor Jesús nos disponemos a recordar aquella cena en la que te ofreciste para ser compartido entre todos. Cuando reunido con tus discípulos tomaste el pan y, tras bendecirlo, lo partiste y repartiste diciendo:
Todos: Tomad y comed todos de él. Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros.
L5 – Del mismo modo, tomaste la copa llena de vino, diste gracias al Padre y la entregaste a los discípulos diciendo:
Todos: Tomad y bebed todos de ella porque esta es mi sangre. Sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por todos los hombres y mujeres para su total liberación
Haced esto en memoria mía.
L6 – Este es el sacramento de nuestra fe.
Todos: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección ¡Ven Señor Jesús!
L7 – Vamos a recordar a nuestros hermanos y hermanas que nos han precedido en la fe y ahora están en el seno del Padre. Y también recordamos a nuestros compañeros enfermos para los que pedimos al Padre que los reconforte junto con sus familiares.
(Un momento de silencio)
Todos: Padre nuestro…
Acción de Gracias
Gracias, Señor, por traernos a un nuevo ciclo para preparar tu llegada a la Tierra.
El Adviento es tiempo de reflexión y esperanza y Tu nos proporcionas la inspiración para no desfallecer ante las
adversidades del mundo porque vemos como el ejemplo de Jesús de Nazaret ha marcado un camino de amor mútuo para la humanidad.
Nos das la fuerza necesaria para creer que trabajando en comunidad podemos conseguir mejoras en la sociedad.