Nuestra hora. Celebración 8 de Octubre 2023.
–Música “Todo cambia” de Mercedes Sosa.
-Lectura del poema de Casaldáliga “Es nuestra hora”.
Nuestra Hora.
Es tarde
pero es nuestra hora.
Es tarde
pero es todo el tiempo
que tenemos a mano
para hacer futuro.
Es tarde
pero somos nosotros
esta hora tardía.
Es tarde
pero es madrugada
si insistimos un poco.
- Saludo, Acogida y Presentación.
Buenos días. Bienvenidos, bienvenidas un domingo más a este espacio abierto de encuentro, diálogo y reflexión. No sé si os habéis dado cuenta, pero, ¡estamos envejeciendo! Claro, como desde hace más de 50 años nos vemos de forma regular nos pasa desapercibido. Aquí hemos hablado mucho sobre esto, sobre lo que somos o no capaces de hacer, sobre nuestras limitaciones, sobre nuestras capacidades… pero seguimos y sentimos que -a pesar de las prótesis, las gafas, los audífonos o los olvidos, estamos viviendo un momento extraordinario. Estamos viviendo nuestra hora, y tenemos el deber de aprovecharla y seguir proclamando que, por tarde que sea, seguimos aquí.
- Primera lectura: “Espiritualidad y Trascendencia. Cómo vivir la VEJEZ” de José Arregui.
La vejez puede ser edad de plenitud vital, es decir, de libertad en el desapego, de fecundidad en la pérdida. A eso aspiramos, estoy seguro, cada uno a su manera.
- Tiempo de crecer, tiempo de decrecer.
La vejez es la hora de vivir más a fondo, más plenamente, más desprendida y libremente, más serena y reconciliadamente.
Es el gran reto personal de quienes ya somos viejos. Pero saber decrecer para ser más es uno de los grandes retos de la sociedad a nivel local y mundial. Aprender la sabiduría de vivir mejor con menos, y compartiendo lo que tenemos, es todo un reto cultural, político, económico, ecológico. Un reto espiritual en el fondo.
- Tiempo de liberación.
Llega una edad –ojalá llegara para todas y para todos– en la que nos vemos libres de muchas cargas familiares y sociales, de la competitividad, de responsabilidades profesionales, de estresante protagonismo, de planes y proyectos de futuro. Claro que, una vez libres de esas cargas –eso en el mejor de los casos–, llegan otras: achaques de salud, pérdida de fuerzas, irrelevancia social, soledad, proximidad de la muerte… Es la hora de la gran liberación, la hora de ser libre de todo y de sí mismo, la hora de aprender a perder o, mejor, a ser más con menos, de ganar perdiendo.
- Tiempo de desapego.
Jesús de Nazaret dijo lo mismo con otra imagen: “Quien quiera salvar su vida la perderá, quien pierda su vida la conservará” (Mt 16,25). Quien se aferra a su ego pierde su ser o su vida. Quien se desapega de su ego gana su ser o su vida. Para aprender a vivir hay que aprender a morir.
- Tiempo de silencio.
Eso es espiritualidad. No es cosa de creencias, templos y rezos, sino de adentrarnos a través de los sentidos más allá de los sentidos, en ese silencio originario, primordial y sereno que sustenta todo cuanto es.
- Tiempo de respiro y de aliento.
La vejez es un tiempo propicio para vivir en paz: con nuestro pasado, con nuestros fracasos, con las heridas que hemos sufrido y provocado. En paz con nuestro entorno familiar, en el que más abundantes suelen ser los conflictos enquistados, pequeños o grandes rencores, resentimientos no curados que necesitamos curar para vivir en paz. En paz con el mundo de hoy, a pesar de sus dramas y amenazas. En paz con la naturaleza, de la que nos comportamos como enemigos.
- Música. Conciertos de violín y chello de Shostakovich.
- Segunda Lectura: “Las vendas de Lázaro”- Juan 11, 43-44.
- “Jesús exclamó con voz potente: ¡Lázaro, sal fuera!”. El muerto salió del sepulcro. Tenía las manos y los pies vendados y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: “Quitadle las vendas para que pueda andar”.
Intentemos identificarnos con el personaje y tratemos de poner nombre a las vendas que a veces nos entorpecen para continuar nuestro camino: Vendas de temores ante la perspectiva de la vejez, de las enfermedades, del deterioro físico, del deterioro mental, de la soledad …..Vendas de tantos mitos y engaños que rodean esta etapa de la vida que nos aprisionan. Es tiempo de escuchar la voz que ordena con autoridad: ¡Quitadle las vendas! y dejar que sean LA VERDAD Y LA CONFIANZA las encargadas de esta tarea de liberación. Toma las tijeras LA VERDAD y comienza a cortar vendas mientras nos recuerda que debemos adoptar posturas de acuerdo con nuestra realidad, sin asumir los mitos de cómo la sociedad nos ve a los mayores: enfermos, inactivos, tristes, sin capacidad de aprender cosas nuevas…
Después, si dejamos a LA CONFIANZA que haga en nosotros su trabajo de desatar nudos, respiraremos más tranquilos y quizá decidamos, en vez de acumular temores, confiar en Aquel con cuya promesa contamos: “Escuchadme, casa de Jacob, resto de la casa de Israel, con quien he cargado desde que nacisteis, a quien he llevado desde que salisteis de las entrañas: hasta vuestra vejez yo seré el mismo, hasta las canas yo os sostendré; yo lo he hecho, yo os seguiré llevando, yo os sostendré y os liberaré” (Isaías 46, 3-4) Dolores Aleixandre/Las puertas de la tarde.
- Reflexión Comunitaria.
- Ser mayor no es ser inútil. Ser mayor, envejecer es haber leído ya muchas páginas del libro de la vida. Y esa lectura nos hace más sabios. Tenemos un gran caudal de vivencias que aportar y compartir. Tenemos sentido de lo que significa gratuidad frente a individualismo, de memoria frente al olvido de la historia, de experiencia, de entender lo que es la interdependencia, la ética (y la mística) de los cuidados. En resumen, tenemos una visión más completa de la vida. De esto es sobre lo que os proponemos reflexionar.
- Música: Cantares (Serrat).
- ( Planta, Utopía, Pan y Vino y bolsas).
- Anáfora “Nuestra hora”.
E1.- Queremos comenzar este nuevo curso con el compromiso de hacer de nuestras debilidades fortalezas, de aprender de las experiencias de todos y haciendo bandera de los cuidados hacia nosotros y hacia la gente que nos rodea.
E2.- Reconocemos nuestros errores y miedos. Errores por decir “yo ya no pudo, que vengan otros” y miedo por un futuro cada vez más corto. Pero Jesús, dos dice lo mismo que a Lázaro: levantaos y seguid caminando, ¡es vuestra hora!.
Todos. – Te damos gracias por seguir enviándonos la fuerza de tu Espíritu liberador, que suaviza nuestras arrugas, aligeras nuestra vejez y nos sostienes con el cayado de tu Palabra. No estamos solos, seguimos juntos, nos levantamos, con mayor o menor dificultad, para no dejar nuestra fecunda vida en un rincón olvidado.
E3.- Ayúdanos Seños a mantener la ilusión, las ganas de vivir, a dar sentido a cada una de nuestras acciones, a seguir cuidando de esta comunidad de vida y esperanza. Por eso, nos atrevemos a cantar:
TODOS: SANTO, SANTO, SANTO, SANTO, SANTO, SANTO ES NUESTRO DIOS…
E4.- La Comunidad envejece, si, pero también ganamos en sabiduría y experiencia. Francisco, alerta sobre el peligro de exaltar de la juventud como única edad digna de encarnar el ideal humano, y despreciar la vejez vista como fragilidad, degradación o invalidez.
E5.- Compartimos el pan y el vino como parte de un compromiso que exige compartir todo nuestro bagaje personal y comunitario acumulado durante décadas. ¡Es nuestra hora!
TODOS: «Por eso, repetimos el gesto de aquella noche en que tomaste un trozo de pan y lo repartiste entre todos diciendo “Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros».
E1.- Tomamos el cáliz y lo levantamos con la alegría de saber que Jesús sigue caminando con nosotros.
TODOS: «Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía».
TODOS: « Este es el sacramento de nuestra fe Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección, ven Señor Jesús”.
E2.- Líbranos Señor de transformar nuestra experiencia en prepotencia, de entorpecer el camino de los más jóvenes, de que nuestra creciente rigidez nos haga menos reflexivos.
E3. Y te pedimos por esta Comunidad, para que siga unida hasta el final. Por todo ello, nos atrevemos a unir nuestras manos y voces para repetir la oración que Tú nos enseñaste. Padre Nuestro.
E4.- Antes de compartir este pan y este vino, queremos dar y recibir Paz. Un abrazo que nos mantiene vivos y que trae a la mesa a los que estuvieron algún día entre nosotros y que siguen empujando y dando fuerzas.
- Música. Conciertos de violín y chello de Shostakovich
- Acción de Gracias.
“Señor, sabes -porque me has acompañado a lo largo de todo este camino- que me he hecho mayor, que he envejecido. Aquel día lejano en el que ni siquiera pensaba cuando salía los domingos de aquellos bajos oscuros del Museo de América, ha llegado. Pero te doy gracias por encontrarme aquí y ahora, con una fe muy distinta a aquella que tenía fruto de mi inexperiencia, pero más profunda, más sólida. Gracias por haber puesto en mi camino a tantas y tantas personas que me han ayudado a no desfallecer, a creer cuando todo parecía perdido, a mantener la esperanza. Ayúdanos Señor a darnos cuenta de nuestras limitaciones y hacer de ello un punto de apoyo para seguir tratando de mover el mundo.”
- Música: Somos como esos viejos árboles pag 39 número 45.
- Avisos.