La Caridad, virtud teologal                                                                        6 de marzo de 2.005

Saludo, acogida y presentación del tema – La Caridad, Virtud Teologal

En las semanas precedentes, hemos tratado la Fe y la Esperanza, hoy vamos a reflexionar sobre la tercera Virtud Teologal, es decir la Caridad. El diccionario la define como “el amor a Dios o al prójimo”, su sinónimo es la misericordia y su antónimo es la envidia.

Por su definición vemos que la Caridad esta estrechamente unida al Amor, es mas, la Caridad es Amor.

Seria curioso ver por encima que dice del amor la sabiduría popular y si echamos mano del refranero, vemos que se dice; “Amor de padres, todo lo demás es aire” o “Contigo pan y cebolla y con otra ni olla”. Hasta aquí la cosa va bien, pero si seguimos escarbando encontramos dichos del tipo; “Frutos y amores, los primeros son los mejores” o “No te fíes del amor ni de la baranda del corredor” y como curiosidad uno que por lo menos es divertido “El hombre es fuego, la mujer estopa, llega el diablo y sopla”. En fin, que quitando eso del amor fraterno o paterno la cosa no sale muy bien parada.

Pero realmente, de toda la vida se ha tenido al amor (la Caridad) como algo fundamental para el ser humano, aunque realmente si miramos con atención al amor esta en todo lo que nos rodea, en la naturaleza, en nuestras capacidades, en la vida. En fin que podríamos decir que el Amor es como el “lubricante” que Dios ha puesto en la Creación para que todo fluya con suavidad, para que la Creación siga existiendo. Algo así como, que sin amor las cosas no pueden funcionar.

Juan el evangelista dice “El que ama ha nacido de Dios”. Por todos los lados vemos que el amor es una actitud vital.

Pero nosotros querríamos hoy reflexionar sobre el Amor, en nuestro contexto. En ese día a día que tenemos que vivir. En esas obligaciones que tenemos que realizar. En esa tendencia a la utopia que tenemos que seguir.

Pues bien, comencemos la celebración pidiendo perdón por lo que nos impide amar.

Oración de perdón, por lo que nos impide amar                   Música de fondo

Canción. Somos un pueblo que camina. Pag 6

Lectura, la carta de Juan 4 / 7-21

Evangelio, la carta de Corintios 13 / 1-13

Introducción a la reflexión

Antes habíamos dicho que el amor debe ser una actitud vital, pero esa actitud la tenemos que poner en nuestro contexto actual. Si nuestra capacidad de amar la dejamos que se desarrolle solo en nuestros círculos, todo a nuestro alrededor andará bien, pero no estaremos “lubricando” la Creación que Dios nos ha dado. Hoy en día el mundo ya no es tan grande y desconocido como era antes, ahora nos sentimos cerca de todos, conocemos los problemas de todos. Nuestro contexto es la humanidad.

El amor por la creación es una apuesta por la vida, por la naturaleza, necesitamos desarrollar amor para que no se nos muera la Tierra, para que no se mueran tantas personas, en suma para que no se muera la Vida. Debemos por amor, integrarnos más en el mundo en el que vivimos para salvar la Creación tal y como es y no como nos conviene que sea.

En definitiva, el amor nos obliga a seguir los siguientes pasos:

  • Tener una aptitud de conocer al otro y lo otro
  • Acogerlo
  • Tratar de quererlo
  • Y por último, tener la capacidad de cargar con las debilidades de los otros y las tuyas, es decir aceptar a los demás como son y no como tu quieres que sean.

Si este es el proceso para integrarnos en el mundo en el que vivimos, hoy nos gustaría que reflexionásemos sobre ¿En que etapa estamos cada uno de nosotros? Y ¿Cómo hemos hecho esos pasos?

Ofrendas. Piedra Congreso de teología (Marisa), Planta(la lleva Fernando lo presenta Ma Jesús), Tucán (Fernando), Calendario (Julio), Móvil y El Pan y Vino (Marisa)

Anáfora

P. En nombre de la humanidad toda te damos gracias. Señor, y te bendecimos hoy con alegría.

Todos. Porque tú eres el Dios del amor;

el amor mismo eres tú.

Ll. Has querido que seamos sacramentos de tu amor:

con el cuerpo arraigado en la tierra y el espíritu que nos proyecta hacia el cielo;

marcada en la piel llevamos la biografía de todo el universo, las huellas de tu ser nos acercan hasta el borde de tu misterio.

Todos. Te damos gracias por el amor que existe en el mundo:el que arrastra a todo ser a seguir viviendo, el de los esposos, el de los padres e hijos, el de los hermanos y amigos, el de los testigos.

L2. Como la lluvia, el amor baja el cielo a la tierra; como el vapor, el amor sube la tierra al cielo; el amor espiritualiza el cuerpo y encama el espíritu;como un puente el amor une la inmanencia de nuestro arraigo a la tierra y la trascendencia del horizonte utópico que soñamos.

Todos. Unidos a todos aquellos que han hecho de su vida un poema de amor, un sacramento de tu presencia entre nosotros, te dedicamos. Señor, este viejo canto de alabanza: SANTO, SANTO, SANTO…

P. Te bendecimos. Padre, por el amor que nos has mostrado en Jesús de Nazaret:

él sí que amó a sus hermanos los hombres y mujeres hasta el extremo, él sí que vivió para los demás al margen de cualquier interés y oportunismo.

L3. Jesús nos enseñó con su vida que el amor es servicio desinteresado; que es alegría y gozo, pero que a veces cuesta muchos sacrificios; que está por encima de toda ley y que da sentido a toda nuestra vida. Y para que participáramos todos de este amor Jesús mismo nos envió su Espíritu.

. Todos. Te pedimos. Señor, que este mismo Espíritu venga ahora sobre este pan y este vino, sobre nuestras ofrendas todas, y haga posible la presencia de Jesús, misterio insondable para nosotros.

P. Así lo quiso expresar Jesús mismo aquella última tarde, cuando, reclinado con sus amigos y amigas en tomo a una mesa, tomó pan en sus manos, te dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo:

P. Te ofrecemos ahora. Señor, lo más grande que la humanidad ha sabido dar:

el amor de Jesús entregando su vida por la humanidad y el amor de los hombres y mujeres volcado desinteresadamente a los demás.

Todos. Recibe igualmente nuestras vidas,

y con ellas los proyectos personales y de la comunidad, las ilusiones que tenemos. Porque en iodo esto también estamos poniendo nuestro amor.

L4. Reconocemos, Señor, que, contigo, el amor está en todo:

en la consistente ternura que todo lo arrastra hacia la vida, en la caricia esencial que arrulla el despertar de la naturaleza y el cosmos, en la amabilidad y finura que dirigen el instinto entre los amigos y próximos, en la radical compasión que nos adentra en la galaxia de los diferentes en la convivencialidad que mantiene el equilibrio entre la sociedad y la naturaleza.

Todos: Porque, como aseguraba Juan, el venerable anciano de Palmos:

«Dios está con nosotros y su amor está realizado entre nosotros».

L5. Cuida, Señor, que nuestro amor no se nos convierta en un caballo desbocado, sino un sólido estado de conciencia

capaz de salvar la vida amenazada, hacer justicia al pobre y rescatar la tierra violentada. Haz que, sentados en el aula de tus buenas noticias, podamos ir recorriendo el proceso de tu pedagogía evangélica: desde el respeto y la comprensión hasta la aceptación de los diferentes, desde la amistad y el afecto hasta el cuidado y el cargar con los demás.

Todos. Porque, como asegura otra vez Juan:»El amor viene de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios. Si nos amamos mutuamente. Dios está con nosotros y su amor está realizado en nosotros «.

L5. Ante la doble crisis que está afectando a la humanidad y al cosmos -cuyos destrozos en vidas son ya comparables a la guerra más encarnizada-, queremos responder no sólo con la justa medida de la regla de oro -que trata de encontrar el equilibrio óptimo entre el más y el menos-, sino con la desmesura de la simpatía y la compasión, la solidaridad y la dádiva con las víctimas y excluidos con quienes tú. Señor, has querido que compartamos nuestro mismo destino.

Todos. Porque, como advierte reiteradamente Juan:

«Si amáis a Dios, amad también a vuestro hermano. Porque, quien no ama a su hermano, a quien está viendo, a Dios, a quien no ve, no puede amarlo».

P. Que todos y todas unidos lleguemos un día a celebrar con Jesús y María la fiesta del amor que no tendrá fin. Anticipando ya ese momento brindamos al Padre: POR CRISTO…

• Padre Nuestro

• La Paz

Comunión.

• Música de fondo y tiempo de silencio

Acción de gracias. Avisos y Despedida