Esperar en medio de la incertidumbre

Celebración en comunión con las comunidades campesinas de Colombia,               24 Feb. 2013

ANAFORA

L1.- Te bendecimos Padre por Jesús, tu hijo, que es para nosotros el principio de toda esperanza. Confiados en su palabra y su testimonio de vida, celebramos hoy la esperanza de paz que mantiene en vilo a nuestros hermanos de las comunidades campesinas colombianas que a lo largo de varias décadas han sufrido ultrajes, asesinatos, desplazamientos y destrucción de sus culturas.

TODOS.- Te alabamos y te bendecimos porque entendemos que el Proceso de Paz que se desarrolla en estos momentos en La Habana es un resplandor de vida que ilumina el desolado corazón de un pueblo doliente. ¿Cómo no ver en él la huella de tu Espíritu, de tu bondad y tu amor?

L2.- Con todo, no podemos alejar de nosotros la sombra de la duda y la cautela.  Pues, a pesar de esos Diálogos de paz, en Colombia continúa vigente la crisis humanitaria y de violencia abierta: ataques directos a defensores de derechos humanos, como en el caso de nuestro amigo, el padre Alberto Franco; nuevos asesinatos y ejecuciones extrajudiciales…etc. Sólo en este mes de enero se han registrado 474 desapariciones.

L.3.- ¿Cómo mantener viva la esperanza en la paz, en un contexto social y político como éste?  Durante décadas,  la violación cotidiana de los derechos humanos y el estado de impunidad prolongado ha minado las esperanzas de ver respetada la dignidad humana de los pobres y los disconformes.

L4.- Desde el dolor de tantas cruces como hoy decoran las aldeas de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, nos reunimos en torno a la mesa de la fraternidad universal para afirmar con ellos la fe en los procesos de resurrección, de amor por la vida, que surgen por doquier y, reconociendo en ellos el influjo de tu espíritu de verdad y de vida, te cantamos:

SANTO, Santo, Santo…… (Misa salvadoreña)

L.5.- Acabamos de leer que la esperanza en la paz y la justicia integral no parecen posibles si mantenemos una idea de la esperanza demasiado ligada a la recompensa, pues el éxito con frecuencia es fruto de la injusticia. Los cristianos sabemos bien dónde buscar el hontanar de la esperanza. ¿Acaso no pareció un fracaso la muerte de Jesús en la cruz? ¿No aceptó Jesús morir en medio del abandono antes que traicionar los valores por los cuales se jugó la vida?

L.6.- De la cruz de Jesús hemos aprendido que la esperanza cristiana es una adhesión existencial a utopías y proyectos de liberación que tienen valor por sí mismos, y que pueden convivir perfectamente con el fracaso, sin por ello quedar destruida.

TODOS .- Danos valor, Padre, para hacer frente a las situaciones de injusticia que nos participan tantos hermanos privados de dignidad y de futuro, y danos fortaleza para consolidar nuestra esperanza en medio de cualquier adversidad.

L.7.- Al anunciarnos tu Reino, como utopía presente y futura, Jesús, tu hijo,  nos enseña a creer y confiar en Ti, y a saber esperar, incluso en medio del fracaso.  Lo hizo con su palabra y, sobre todo, con el ejemplo de su vida, siendo fiel hasta el final, hasta la entrega total que celebramos en este memorial de muerte y resurrección que alimenta nuestra esperanza.

TODOS: Envía, Padre, sobre nosotros tu espíritu para que se haga realidad en estos días el gesto de Jesús, cuando en la última cena, tomó el pan y dando gracias, lo partió y lo repartió entre sus discípulos diciendo:

TOMAD Y COMED. ESTO ES MI CUERPO.

L.8.- Del mismo modo, al final de la cena, tomó la copa, la bendijo y la pasó a sus amigos, diciendo:                                                                                                                                 TODOS: TOMAD Y BEBED. ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE QUE SE ENTREGA PARA QUE TODOS CREAN EN EL AMOR Y EN LA VIDA. HACED ESTO EN MEMORIA MIA

L.8.-Este es el Sacramento de nuestra fe.

TODOS: Anunciamos tu muerte; proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús

L.9.- Recordando su vida y su muerte, recordamos también las claves que nos dio para esperar y seguir caminando. Nosotros esperamos una realidad mejor, y luchamos por ella. Pero el cansancio en la espera nos hace mella.

L.10.- Necesitamos hacer realidad aquellas palabras de E. Fromm: “Tener esperanza significa estar atento y diligente para lo que aún no acaba de nacer o de llegar, pero sin desesperar si lo que se espera no ocurre en el lapso de nuestra vida.”

TODOS.- Fortalece, Señor, nuestra confianza en la implantación real de tu Reino. Y haznos también portadores de esa esperanza ante  quienes van por la vida con la lámpara de la esperanza débil o vacilante.

L.12.- Invocamos tu Espíritu sobre el Proceso de paz de Colombia a fin de que, con la participación de todos, sea posible una solución política negociada al conflicto social,  que  genere paz justa e incluyente para las grandes mayorías que hoy todavía viven  excluidas del desarrollo humano fundamental. Esta es la esperanza del pueblo.

L. 14.- Y a nosotros, Padre, concédenos el aliento renovado para reforzar el compromiso de la solidaridad con las víctimas, y la esperanza fuerte que nace de la búsqueda de justicia, aunque hayamos de pasar a veces  por las sombras de la incertidumbre o la noche oscura de la  desesperanza.

L.15.-Que el Espíritu de Jesús, en cuyo nombre nos unimos a los hermanos colombianos,  nos acompañe siempre y fortalezca nuestra esperanza.

TODOS.- Por Cristo, con Él y en Él, a Ti, Padre de Jesús y nuestro, ¡todo honor y toda gloria!

Padrenuestro (recitado)