En la Asamblea de Pascua 2023, se tuvo este Espacio de Evangelio, cuya reflexión fué motivada por la Carta de Marcos, que se recoge en el punto anterior.
- El evangelio, un sueño inédito, un imposible necesario
* La propuesta de esta mañana nos ha situado en un sueño alternativo. Abren pistas para humanizar la vida personal y social. Queremos continuar en esta misma ruta desde una lectura simbólica del Evangelio de Marcos.
* No me gustaría un escenario que estuviera fuera de esta realidad nuestra, la que vivimos y en la que soñamos. A mi gustaría que nuestra aportación nos invitara a mirar con serenidad el presente y a apostar con osadía hacia el futuro, aunque nuestra, aunque resulte conflictivo y aún escandaloso. Nuestra experiencia nos impide vivir de fantasías, pero no nos prohíbe la osadía. Y una vida, aunque se vea colmada de años, pero que no enfrente el futuro con ilusión y coraje no vale la pena. En definitiva, soñar para encarrilar bien la única vida que tenemos merece consideración y aprecio. Seguro que recordáis algunos grafitis que decoraban la plaza de la Bastille de París en mayo del 68: “sed realistas, pedid lo imposible”, “la imaginación al poder”, “Prohibido prohibir”, ¿etc.?
* Esos sueños, no por utópicos son menos verdaderos. Siempre llevan en el fondo una filosofía y hasta una teología aparentemente inalcanzable, pero alargan insospechadamente el espacio de lo real. Son como voces que nos arrastran hacia otra realidad. Hacer oídos sordos a esos gritos que nos desequilibran es una forma de apostar por la vida. Porque una vida sin esas provocaciones a veces estentóreas, un mundo sin un poco de teología es como una vida sin sueños, y corre el riesgo de convertirse en puro negocio. Y esto sí sería una tomadura de pelo… Se me ocurre, a este propósito, que, en la gran memoria de la experiencia de la humanidad tenemos unos sueños verdaderamente revulsivos que frecuentemente olvidamos. Me refiero al Evangelio, un surtidor de sueños inagotable que, bien entendido, puede arrastrarnos a un mundo inédito, un imposible necesario.
- Evangelio, la buena noticia para nuestro ahora
* Pero el Evangelio, ¿no es principalmente una propuesta para abrirnos a la transcendencia? ¿No trae el Evangelio la Palabra de Dios para invitarnos a abrir las ventanas al más allá, a una realidad transcendente, al Reino de Dios, que no es de este mundo? ¿Qué tiene que ver el Evangelio con nuestra la realidad de este mundo nuestro, que es el que realmente nos debería preocupar? ¿Es decir, el funcionamiento de la economía y la energía, el consumo y la alimentación, la monstruosidad de las ciudades que hemos creado y la dictadura de los mass media, la perversión de la democracia y la tomadura de pelo que supone la comunidad de naciones, la explotación de la tierra y la ecología, las guerras interminables que nos hacemos unos a otros…?
* No. Yo no creo que el Evangelio sea un relato sobre el más allá. Me da la impresión de que el Evangelio tampoco tiene una información especial de ese otro mundo que hemos llamado transcendente. Si lo leemos el Evangelio como se lee un relato de historia, es cierto que nos sumerge en un mundo de fantasía y de magia, de milagros sin cuento y cosas que ya nadie puede creer. Pero, si penetramos en el sentido simbólico que todo él respira, caeremos pronto en la cuenta de que el Evangelio es profundamente materialista. Habla de nuestra historia. Más que del más allá, que no le preocupa en demasía, habla del aquí y el ahora de la gente, de la vida real con sus dificultades, de su dolor y sus alegrías, de sus luchas y expectativas, de sus conflictos, de desafíos… Y, sobre todo, ¡hace una propuesta asombrosa!
* Es posible. A este propósito, yo he leído que la misma palabra Evangelio, no tiene un origen religioso. Es civil y significa “una buena noticia”, “un acontecimiento histórico”. El mensajero que daba desgracias, entre los antiguos hebreos, era culpable de la infelicidad que causaba en la gente. Y a veces era castigado hasta con la muerte. David, por ejemplo, según cuenta el libro primero de Samuel, condenó a muerte al mensajero que le llevó la noticia de la muerte de Saul, su antagonista. Pero, ocurre lo contrario con el mensajero de buenas noticias: a este se le recompensa porque su mensaje lleva a la felicidad. En el culto que se daba al emperador romano, se asociaba evangelio a salvación, porque el emperador encarnaba para el mundo romano la doble dimensión de ser buena noticia y de salvar al pueblo de los enemigos.
* Marcos es el gran soñador cristiano, es el primer seguidor de Jesús que, en un escrito, presenta a Jesús como Buena Noticia y que, además su proyecto proporciona salvación. Así comienza su libro: … “Evangelio de Jesús, el Cristo”.
* Entonces, el Evangelio no viene a decirnos cómo es el cielo, en todo caso nos dice cómo se va al cielo. Porque el Evangelio es una buena noticia para salvar la vida de aquí.
*A mi modo de ver, el Evangelio ni excluye ni dice cómo es el cielo. Propone una alternativa a la forma tan inhumanamente como estamos realizando la vida en la tierra… Y esta alternativa no está en que recemos para que hagamos cambiar a Dios en favor nuestro —Dios siempre estará a favor de lo que es suyo— y que haga milagros y nos soluciones los problemas que nosotros no logramos resolver. No. La alternativa nos ofrece un camino para que nosotros podamos Resolver nuestros problemas.
* No acabo de verlo. ¿Entonces Jesús no hizo milagros? ¿No expulsó al demonio de las personas endemoniadas?, ¿no abrió los ojos a ciegos y el oído a los sordos?, ¿no hizo andar a los paralíticos y hasta resucitó a los muertos?
III Dos proyectos antagónicos, alternativos
* Yo tengo para mí que lo que aparece muy claro en el texto de Marcos es la gran oposición entre dos magnitudes: el mundo de ellos y el mundo de Jesús. El mundo de ellos necesita de la fascinación, del encantamiento, de la magia para superar lo que ellos no podían resolver: la enfermedad, las ideologías que esclavizaban, la muerte… Lo mismo hacían los griegos con los fármacos y los otros pueblos de entonces con el chivo expiatorio: centraban todos los males en una figura y luego la destruían en la convicción de que con esa destrucción eliminaban el mal. Convertían esas figuras en símbolos de todos los males y, al destruirlas, se quedaban los pueblos, las ciudades y las personas libres del mal. Con la destrucción de la víctima, el fármaco, el chivo expiatorio, etc. todo volvía a la pureza original… Los judíos, por su parte, eran más finos y personificaban el poder del mal en una figura peculiar, Satán. Satanás era el símbolo sobre el que arrojaban todos sus males. Y Marcos presenta, frente a Jesús como Evangelio, a satanás como el gran opositor.
* *Marcos lo hace de una forma extensa y simbólica a lo largo de su breve evangelio.
IV El paralítico de Cafarnaúm
* Nos centramos ahora en una escena simbólica de Marcos, la del paralítico de Cafarnaúm (Mc 2). En este episodio aparecen con claridad y de forma explícita, los dos proyectos antagónicos (el de Jesús y el de los otros). Y también se vislumbran fácilmente los dos principios que nos señalaba Marcos en su Carta a STA: aquel que dice que el seguimiento de Jesús no está tanto en la cabeza cuanto en “el movimiento los pies”, y el de “la mano subversiva”, que es el que ha provocado la avalancha de gente que no deja ni descansar a Jesús.
* Ante todo, presentemos el Escenario: “Al cabo de varios días, dice Marcos, volvió a Cafarnaúm” (Jesús ya había estado unos días antes y había curado a tantos enfermos y endemoniados que provocó la avalancha de gente que lo buscaba y tuvo que retirarse para no ser aplastado: este el principio de la “mano subversiva”, la que toca a la gente y es capaz de subvertirlo todo por ayudar al ser humano que sufre). Y se corrió la voz de que estaba en casa. Y se reunieron tantos, que no quedaba sitio ni siquiera a la puerta. Y el les anunciaba la palabra”. Es decir, les exponía su proyecto alternativo. En esta escena nadie habla, solo Jesús, exponiendo su programa.
* Marcos ha creado tal expectativa que se espera insistentemente la llegada de la acción alternativa, revulsiva: “Entonces llegan unos trayendo a un paralítico entre cuatro; y como no lograban acercárselo por el gentío, levantaron el techo encima de donde estaba Jesús, y por el boquete que hicieron descolgaron la camilla en que yacía el paralitico ”(aprovechemos las grietas del sistema). El número cuatro es simbólico, hace referencia a los cuatro `puntos cardinales, representa a toda la humanidad. Una humanidad que es incapaz de dar movilidad al paralítico. Y el paralítico es la personificación de toda la marginación, de los desahuciados, de quienes necesitan que otros los muevan; una humanidad que no tiene futuro, es como un muerto. Todo para ella está cerrado. Y la multitud que llena la casa, impide, como el sistema y la estructura social, la entrada de los descartados. Ella, para funcionar, exige dejar a mucha gente fuera.
* Es importante caer en la cuenta de un detalle que suele pasar desapercibido. Me refiero a la progresión que Marcos establece en todos los verbos que usa en el relato. Son todos verbos de acción, de “movimiento de los pies”: llegaron, llevándolo, transportado, acercándolo, levantaron, abrieron, descolgaron… todo es acción. Así es la entrada en el proyecto de Jesús: “moviendo necesariamente los pies”.
* “Viendo Jesús la fe que tenían, dijo al paralítico” … Como habréis observado, no habla Marcos de la fe como de algo abstracto, sino de algo que se constata, que se ve. El movimiento de los pies de los portadores, el gesto de descolgar al paralítico desde el tejado. Todo es visible… Entre los cinco, los porteadores y el paralítico, son ahora representantes de toda la humanidad, incapaz de devolverle al paralítico el movimiento. Pero Jesús no se dirige a los cuatro porteadores, sino solo al paralítico: “Hijo, tus pecados te son perdonados” … Esta forma de llamarlo “hijo” representa la plena ciudadanía en la nueva sociedad alternativa de Jesús. Aquí todos gozan del estatuto de igualdad. Nadie tiene que perdonar nada porque nadie debe nada a nadie: todos los que han entrado en la sociedad alternativa de Jesús gozan del mismo estatuto de igualdad: ni Dios ni Jesús perdonan: “tus pecados, le dice, te son perdonados”. Sin más.
* Entre los judíos el pecado era contra la Ley, que procedía de Dios, y, al no cumplirla, uno quedaba en déficit, manchado y Dios ofendido; había que reparar esta ofensa y para eso estaba el templo, las ofrendas, los sacerdotes y todo el negocio y comercio que se hacía con estas cosas: había legisladores, intérpretes, constructores, ganaderos, transportistas, tratantes, carniceros, peleteros… Jesús pasa de todo esto como diciendo: a Dios no le interesa la Ley; eso es cos vuestra; a Dios le preocupa más la invalidez que esta ley está causando al pueblo, como al paralítico. El pecado es una deuda no con Dios sino con el hombre que vuestro sistema “aplasta”; este sistema está en vuestra ideología, eso que se pega al alma de la gente y la degrada hasta convertirla en “espíritu inmundo”, que la excluye de como al leproso, la invalida como al paralítico, que la enferma de violencia como la suegra de Pedro… Los porteadores ponen al paralítico al lado de Jesús; esto es, lo introducen en la sociedad de los iguales en la alternativa de Jesús donde todos son hijas e hijos.
* Esto me recuerda a mi aquel sueño de los primeros cristianos del que toma nota Lucas en el capítulo 2 de los Hechos de los Apóstoles: “Todos los que iban creyendo abrigaban el mismo propósito y lo tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y lo repartían entre todos según la necesidad de cada uno”.
* Pero no todos están de acuerdo con el gesto revulsivo y profético de Jesús. Ahí están los letrados, representantes del sistema oficial, que no hablan (tienen miedo a la gente), solo piensan en su interior; solo conocen la lógica del sistema. Y esa oposición de Jesús a la doctrina oficial es, según ellos, una flagrante oposición a Dios. ¡Es una blasfemia! Solo Dios puede perdonar, ellos lo saben… Ante la vista saltan dos lógicas: las de los porteadores es la lógica de la fe en el proyecto de Jesús; la de los letrados es la que crea paralíticos. La pregunta de Jesús “¿qué es más fácil?” ¿Decir al paralítico que se le perdonan sus pecados o decirle que cargue con su camilla y que camine?” Esta pregunta pone en evidencia la falsa base de los sistemas religiosos: no solucionan los problemas humanos; generalmente acaban montando un pingue comercio en su mundo religioso, y, a veces, dentro del mismo templo. Pues, para que veáis: “a ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete”. Sin necesidad de la ley, sin intermediarios, el paralítico tiene fuerza interior para salir a la vista de todos y recobrar la dignidad y la vida.
* El pueblo, asombrado, no ve ningún un milagro, se emociona ante el poder de lo humano, liberado de ideologías y de sistemas que lo invalidan. En la nueva sociedad alternativa de Jesús se recupera la capacidad de soñar…