Bodas de Oro: Manolo-Mariauxi + Julio-Amparo 23 de junio de 2.002
LA CONVIVENCIA
Anáfora
P. Demos gracias a Dios por este feliz aniversario. Para el odio y la violencia es una quiebra, para la indiferencia y el desamor, una denuncia. Ante las muchas palabras, tantas veces baldías, Auxi y Manolo, Amparo y Julio han preferido en su vida el lenguaje de los gestos, el lenguaje del amor.
Todos: Porque el amor no está en las grandes palabras; el amor está en el los gestos. Así, con los gestos, nos ha hablado siempre Dios.
E.l. El amor está en el cuidado. Y damos gracias a Dios por las personas que cuidan los gestos. Esa providencia, silenciosa a veces pero siempre en activo, que pone una mirada distinta, ajustada a cada cosa, a cada persona. El cuidado todo lo vuelve transparente. Hasta el mismo ser humano, en el cuidado, se convierte en sujeto con ideas, con sentimientos. El cuidado no pretende dominar nada ni a nadie. Se acerca con ternura, con mimo, y ofrece desinteresadamente su dádiva a la comunión. Todos: Porque el amor es cuidado, el amor no busca lo suyo, ni se apropia de lo ajeno. No pasa factura ni exige cuentas. Como la espiga, se desgrana y se tritura, se amasa, se entrega al fuego y se hace pan en la mesa del hogar. En el cuidado está Dios.
E.2. El amor está en la responsabilidad. Y te damos gracias, oh Dios, por tantas personas responsables que viven en nuestro mundo. Se hacen cargo de las propias carencias y hacen carne propia las limitaciones de todo lo demás. No viven en silencio prolongado, ni en permanente vacío. Dan siempre la respuesta justa y hasta desmedida a la donación gratuita. Nada en exceso para no violentar las reglas de juego, ni el respeto debido a la dimensión de cada cual. Nada en demasía para no ceder al capricho, ni al propio antojo. El saber estar, la justa medida será siempre la regla de oro del convivir. Todos: Porque el amor es paciente y afable. El amor disculpa siempre, se fía siempre, espera siempre, aguanta siempre. El amor es la imagen más propia de Dios.
E.3: Porque el amor es solidario como ese venero oculto cuyo origen desconoces, como ese manantial cristalino que se deshila en inagotable y generosa entrega. El amor nos religa al cosmos y, en él, a la humanidad entera. Todos somos familia. Todos invitados a formar un hogar común en la misma tierra, que es casa de todos y para todos.
Todos: Reconocemos en tantas formas de cuidado, de responsabilidad ante las limitaciones propias y ajenas, y ante la solidaridad con los más débiles, la manifestación palmaria de un amor expansivo que procede de Dios. Y unimos nuestras voces para agradecértelo, oh Dios, con el siguiente himno: SANTO, SANTO, SANTO…
P: Como un amigo fiel, el amor es siempre compasivo. Se vuelca sobre lo más débil. Se sorprende organizando su vida desde los demás. Como el Samaritano, el amor compasivo se conmueve, carga con el herido y se encarga de su rehabilitación. En el día de hoy recordamos con mayor fuerza el mandato de Jesús «Amaos como yo os he amado». Y nos sentimos invitados a repetir los mismos gestos que él realizó en la Cena de despedida: «Tomo el pan en sus manos….
P. Si de algo podemos estar ciertos a estas alturas de la vida, contemplando el panorama
desplegado a nuestros pies, es de que sin amor no hay vida. Por eso te suplicamos,
Señor: acrecienta en nosotros el amor.
Todos: y ayúdanos a defender, conservar y a acrecentar tanta vida hoy amenazada por la sinrazón y el odio, la guerra y la crueldad de una historia pensada desde los fuertes, por la irracionalidad de una naturaleza sometida a nuestras violencias.
E.5: En el amor hemos aprendido a decir «»yo» desde un «tú». Como frágiles vasos de cristal llevamos dentro un perfume de valor incalculable. Hoy nos atrevemos a decir no sólo que Dios es amor, sino que el amor es Dios mismo. Y que nada se crea ni se conserva en la vida si no es por amor.
Todos: Por eso no podemos olvidamos. Señor, ni de tu Iglesia grande ni de esta pequeña comunidad que formamos nosotros. Haz que nuestra forma de estar en el mundo sea el fruto de un amor desmesurado que acrecienta la vida y anuncia la revolución de la esperanza.
E. 6: Tantas veces nos han repetido que en el amor había pecado que nos hemos olvidado del perdón. Y tantas veces se nos han repetido los peligros a que está expuesto el amor que hemos llegado a olvidar el reto que supone aquella máxima agustiniana de
«ama y haz lo que quieras».
Todos: Haz que recuperemos la cordura y la confianza evangélica en aquellas palabras de Jesús: «se le ha perdonado mucho porque ha amado mucho».
P. Nos consta que para Amparo y Julio, Auxi y Manolo, algunas personas de esta comunidad han sido un particular testimonio de amistad y un ejemplo edificante de amor cuidadoso y responsable, solidario y compasivo. Nos referimos particularmente a Ángel Moldes y Pilar Mur, María Jesús y Carlos Alvarez. Para ellos te pedimos. Señor, la felicidad y junto a ellos levantamos nuestra copa para brindar por este feliz aniversario.