Comenzamos en la Parroquia Universitaria, en los bajos del Museo de América. Allí aprendimos a defender la libertad política secuestrada por la dictadura y la libertad cristiana impulsada por el Vaticano II. Eran los años 70. Nos acompañó constantemente en este empeño, siempre de forma crítica pero tolerante y animosa, la presencia cercana del Cardenal Tarancón. Bajo su atenta mirada, logramos poner en práctica bastantes de los elementos que deberían constituir la identidad de una parroquia cristiana, siendo todos y todas responsables de las funciones y servicios de la misma. El cardenal Suquía suprimió la parroquia y anuló una experiencia largamente soñada y trabajada. A partir de ahí comenzó nuestro éxodo. El Movimiento de Apostolado Seglar (MAS), con un gran sentido solidario, nos acogió en sus locales y desde 1987 nos facilita la posibilidad de profundizar en nuestra experiencia comunitaria.
La Comunidad promueve y anima el compromiso personal de cada uno de sus miembros, no solo en el ámbito laboral, sino en la participación activa en distintas mediaciones sociales: Movimientos sociales (alter-globalización, ecológicos…), partidos políticos, organizaciones sindicales, asociaciones vecinales, O.N.G.s, etc.
Anima el diálogo interreligioso como camino necesario en la búsqueda de la paz y colaboramos propiciando un encuentro entre culturas y religiones. . Pretende ser “otra voz en la Iglesia”, a través de la participación activa en Iglesia de Base de Madrid, Red Europea y Redes Cristianas. La Comunidad, desde su profundo convencimiento del compromiso con los más desfavorecidos, presta apoyo personal y económico en planes solidarios en: América Latina, África y en la ciudad de Madrid.