Retomar la vida. Celebración del 1 de octubre de 2023.
Entrada: Canción, Jerusalem, con comentario de la letra.
- Saludo y presentación:
Dar la bienvenida a todos a esta primera celebración de un nuevo curso de la comunidad. Recordar las últimas bajas de comuner@s durante el año pasado (Javier Romero, Rafa Berzosa, Tere Valencia, Marisa Verdeal, Marcial Montero). Celebrar la recuperación de Mari Cruz, de Mariantonia y la recuperación de la operación de Blas, al que deseamos transmitir toda la fuerza para combatir la enfermedad que la ha motivado.
La celebración de hoy la hemos preparado tras la experiencia del pasado fin de semana de la comunidad, en Loeches, en donde se reflexionó en torno al Espíritu que nos anima a seguir los pasos de Jesús, en la consecución del Reino que Él nos anunció. Lo hemos hecho en torno a lecturas y reflexiones sobre el hombre y la mujer nuevos, para renovar nuestro ser cristianos en el mundo de hoy.
- Primera lectura. Texto de Carmen Notario, “La fuerza del Espíritu”:
Muchas de las opciones por las que tenemos que optar, la sociedad nos las presenta como nuestra identidad: soy aquello en lo que trabajo, soy mi estado civil… y a medida que va pasando el tiempo abrumada por los cargos, las responsabilidades, lo que se espera de mí me pregunto: ¿Quién soy yo y cómo quiero «estar»?
Los primeros seguidores de Jesús necesitaron mucho valor para dejar todo atrás: familia, profesión, seguridades, para seguirle sin un programa concreto, haciendo camino al andar, dejando que Dios fuera marcando el paso, el día a día, el encuentro con aquellos a quienes Jesús se sentía llamado a liberar, a sanar a perdonar.
Hay posibilidad de revertir esa trayectoria, sí, para nosotros también… ¿y cuál es?
Pues es precisamente a través de la nueva presencia de Jesús después de la Resurrección. Esa presencia, esa vida que no podemos ver, ni palpar ni escuchar con nuestros oídos, tiene la fuerza para resucitarnos, devolvernos la vida, la ilusión y des-centrarnos de nosotros mismos.
Hasta la muerte y resurrección de Jesús los discípulos habían estado centrados en ellos mismos, buscaban su propia realización. A partir de la experiencia de la resurrección desaparece el miedo y exponen abiertamente lo que Jesús ha hecho en sus vidas. No temen lo que les puedan hacer las autoridades porque saben que no les van a quitar lo más preciado para ellos, esa nueva dimensión en su relación con Dios.
Se saben guiados por la Ruah y allí donde están dan testimonio de lo que han visto y oído, obedeciendo a su fuero interno con la conciencia de que la misión a la que se les envía es universal.
Se ven como minúscula levadura en medio de una gran masa a la que ellos han «pertenecido» hasta ahora, y saben que la capacidad de «levantar» a algunos no les viene de sus propias fuerzas sino de enterrarse en medio de ella.
¿Qué ha cambiado entonces? ¿En qué les ha afectado la resurrección de Jesús?
Ahora no les guía el ánimo de destacar ni de ser los más importantes, ni la curiosidad de conocer a un nuevo maestro que apareció en Galilea, ni un proyecto de Reino a su estilo… Ahora se dejan guiar por la voz del resucitado que les acompaña en aquello que deben hacer y decir.
Han tomado una decisión basada en una experiencia que es un proceso largo y arduo pero que no lo cambian por nada.
¿Notas un antes y un después en ti?
- Música “El Señor es mi Pastor”
- Segunda lectura. Mc. 2; 21-22 Es un pasaje en el que Jesús hace referencia metafóricamente a la renovación que debemos hacer de su seguimiento.
5.- Introducción a la reflexión en común. Comenzamos un año más nuestra andadura comunitaria, después de un período en que, como decíamos al principio, bastante duro en cuanto a vivencias en nuestra comunidad.
Os proponemos que reflexionemos ahora, a la luz de los textos que hemos leído, sobre cómo enfocar esta nueva etapa, cada un@ en la medida de lo que las fuerzas nos lo permitan, pero sabiendo que el Espíritu está en medio de nosotros y nos anima a retomarla como hombres y mujeres nuevos.
6.- Ofrendas.
- Encuentro en Loeches– Ofrecemos, Señor, la reunión de la Comunidad del pasado domingo, en Loeches, en la que el espíritu de Jesús estuvo presente, y nos unión en hermandad, alrededor de su mesa, a todos los presentes, de la Fundación San Martín de Porres y de Santo Tomás.
- Foto de teóloga. Ofrecemos la fuerza del movimiento feminista. que se extiende por nuestro pais. Un movimiento de liberación que nos toca a todos. Que nos invita a cambiar nuestros viejos estilos patriarcales que entrañan actitudes de abuso, dominio y violencia. Y nos anima a valorar la sororidad, la ternura y los cuidados como las señas de identidad de la nueva humanidad.
- Flor o planta. Ponemos esta planta en la Mesa, como símbolo de renovación continua, de sus ramas y hojas, manteniendo su brillo, color y perfume. Que sepamos regarnos con el agua del Espíritu y renovar también nosotros nuestra fe.
- Preguntar si alguien más quiere ofrecer algo
- Bolsas. Comenzamos un nuevo curso y pasamos las bolsas, esperando que nuestra generosidad permita seguir apoyando los proyectos solidarios que la Comunidad tiene en marcha.
- Pan y Vino. Ofrecemos este pan que Jesús repartió con sus amigos, como símbolo de su entrega a la causa de los más desfavorecidos. Y este vino, símbolo de la alegría de compartir nuestra vida con nuestros amig@s
7.- Anáfora.
¡Señor! Ayúdanos para comprender tu mensaje, para ver a Jesús andar sobre las aguas, para beber con el y sus amigos. Queremos entenderlo como algo nuevo, como una noticia nueva.
Ayúdanos a desprendernos de las categorías que arrastramos del pasado y de nuestra pereza profesional.
De la basura que hemos acumulado en virtud de un humanismo con comillas complaciente y materialista, cuando no cobarde.
Vislumbrar lo que tu anuncias, vislumbrar el Reino no es separable de la persona de Jesús, una persona histórica con Voz, Palabra y Recorrido. No un principio abstracto, sino una figura que come, bebe, reza y ama, sufre, muere y resucita.
Ayúdanos a quitarnos los viejos uniformes, los viejos paños, los arneses que nos anclan y nos impiden seguirte.
Unimos nuestras manos para pronunciar juntos la oración que Jesús nos enseñó, como signo de identidad de nuestro seguimiento permanente de su palabra y de su entrega:
Todos: Padre Nuestro….
Nos damos la paz, como disfrute de la fraternidad renovada en el seguimiento de Jesús.
La noche en que iba a ser detenido, se reunió con sus amigos y durante la cena, tomó el pan, lo bendijo y se lo paso a todos diciendo:
Todos: Tomad y comed…
Del mismo modo, acabada la cena tomó la copa de vino y se la pasó diciendo:
Todos: Tomad y bebed todos de él…
Con el empuje del Espíritu, aunque no seamos dignos, con una palabra tuya recibimos el pan y el vino nuevo de tu sangre sin derramar ni una sola gota.
8.- Comunión, Música africana
9.- Acción de Gracias
- Gracias porque seguimos buscando nuevos caminos de justicia, de fraternidad y de paz.
- Gracias a todos los que se esfuerzan en la construcción de una sociedad sin excluidos ni marginados.
- Gracias a los que dan con generosidad lo que tienen, porque saben que solo devuelven lo que han recibido.
- Gracias por la comunidad que mantiene la fe en Jesús de Nazaret y sigue siendo un referente para todos.
- ¿Alguien más quiere dar gracias?
10.– Avisos y despedida Música “Resistiré”