Pascua 2024.   Dar razón de nuestra Fe.     6 de abril del 2024

 

1 Rito del fuego

Hoy hemos visto como hemos madurado la idea de Dios y como nuestra Comunidad se ha ido despojado poco a poco del dios tridentino, severo y castigador, que nos enseñaron en el catecismo y que en los últimos años se ha materializado en el dios del dinero, del consumismo, del racismo, de la marginación y de la guerra. Quememos en este crisol todo lo que es ganga y no es esencial, porque de este fuego surgirá un Cristo resucitado que nos hablará de un Dios Padre/Madre de amor, justicia y paz.

(Varios comuneros/as leen en voz alta lo que llevan escrito del dios y lo echan al fuego para quemarlo)

El fuego nos hace imaginar el crisol o los altos hornos que queman y acrisolan todo lo que es ganga y no es esencial. Son las conocidas crisis existenciales. Al hacer esta travesía por la «noche oscura y terrible», como dicen los maestros espirituales, dejamos aflorar nuestro yo profundo sin las ilusiones del ego. Entonces maduramos para lo auténticamente humano y verdadero que hay en nosotros. Quien recibe el bautismo de fuego y de agua rejuvenece como el águila del mito antiguo.

Y no podemos olvidar aquella Energía poderosa y amorosa que siempre nos acompaña y que mueve todo el universo. Ella nos habita, nos anima y confiere un sentido permanente al vivir y al luchar.

¡Que el Spiritus Creator no nos falte nunca!

Bendición del fuego: Este fuego servirá para encender el cirio que representa a Cristo resucitado. Se procede a encender un pequeño fuego fuera del local.

Bendice Padre/Madre este fuego para que sea:

  • -LUZ que ilumine nuestra mente y nos haga seguir los caminos de la justicia y el amor.
  • -IMPULSO que lleve a la comunidad a vivir el evangelio con autenticidad y valentía.
  • -LLAMA que limpie y purifique nuestras mentes de prejuicios, clichés y normas que nos impidan construir el Reino.
  • -CALOR y TERNURA para abrazar a los que nos necesitan igual que hizo Jesús con los excluidos y olvidados de su tiempo.
  • -ENERGÍA que nos anime a contar al mundo que Cristo ha resucitado, que ha vencido a la muerte y que su mensaje está hoy más vivo que nunca.

Una vez bendecido el fuego procedemos a encender el Cirio y a propagar la llama encendiendo las velitas que se han repartido a la comunidad.

Encender las velas es símbolo de nuestro compromiso con la verdad y la justicia, para anunciar el REINO, para amar sin límites, para estar al lado de los que sufren y luchan por su dignidad.

  1. Bendición del agua

Dice el agua…Soy agua viva que se desprende de las montañas. Soy el alimento esencial de la tierra.

  • Alégrense las aguas que saltan en arroyos hasta lagos que propician la vida a los peces y anfibios
  • Alégrense las aguas generadoras de vida, llenando las fuentes que sacian la sed de los pueblos
  • Alégrense las aguas llenas de energía salpicando frescura a los sedientos y cansados.

Soy el tesoro purificador de la Humanidad ¡cuidadme!

El simbolismo del agua está presente en todas las religiones para representar la limpieza de las imperfecciones del ser humano.

El agua es un elemento imprescindible para nuestra propia vida ya que venimos de ella, y su falta nos causa la muerte.

Jesús utiliza el símbolo del agua al principio de su vida pública, para convertirla en vino, representando así la boda de la Alianza Antigua y la Nueva; el agua pasa a ser el vino del Espíritu de Dios, que penetra en el interior del hombre y lo anima a actuar.

En el episodio de Jesús y la Samaritana, se sustituye el pozo de Jacob por el manantial de agua viva del Espíritu de Jesús, la única capaz de apagar la sed de infinito presente en el hombre.

La condición para recibir esta agua es acoger a Jesús en nuestro corazón e imitarlo en su amor por la humanidad luchando contra nuestro egoísmo.

  1. Pregón pascual 2024. Hemos reflexionado sobre la razón de nuestra fe y ahora vamos a celebrar nuestra fe en el Jesús resucitado, algo siempre complejo para la cultura de la modernidad en la que obviamente nos hallamos incluidos.

Pero justamente esa dificultad objetiva puede favorecer no solo una convicción profunda del modelo alternativo que implica la Resurrección como concepto para los creyentes, sino también respecto al sentido existencial que encierra para nuestra vida real y cotidiana.

Porque la Resurrección no es un fenómeno mágico, que inventa una realidad ficticia; es un acontecer inserto en el misterio de la existencia como desenlace de un proyecto de esperanza y de fraternidad.

Más aún, nosotros somos, al modo de Jesús de Nazaret, artífices de nuestra Resurrección. Porque la Resurrección que inspira esta Pascua es la vivencia plena de la comunidad de creyentes que transciende de la vida terrena al mundo futuro como depositaria del compromiso de Jesús de reunirnos con el Padre en la nueva morada fraterna de la humanidad liberada.

Solo compartiendo este espíritu de caminantes de Emaús, juntos en la dificultad y unidos en la perseverancia, podremos vivir la Resurrección común a la que estamos llamados, sabiendo que no se perderá ni uno solo de nuestros cabellos en la lucha por la implantación del Reino de Dios en la historia.

4 Lecturas Celebración pascual.

Introducción. Recordemos las maravillas que Dios ha realizado para salvar al primer Israel y cómo en el avance continuo de la historia de la salvación al llegar los últimos tiempos envió a su Hijo al mundo para que con su muerte y resurrección salvara a todos los hombres.

  • Éxodo. Exilios viejos y nuevos

Exodo14, 15-15,1. En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: ¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto.” “Moisés tendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del Este que secó el mar y se dividieron las aguas”. “Así el Señor libró a los israelitas de los egipcios que los perseguían.”

Aquel día, salvó el Señor a Israel de las manos de los egipcios. ¿Cómo ayudaremos nosotros, en nombre del Señor, a salvar a aquellos que  no encuentran acogida ni refugio que les ampare?

  • Evangelii Gaudium

Cristo resucitado y glorioso es la fuente profunda de nuestra esperanza. Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo. Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia.

Cántico: ALELUYA

  • Evangelio.- Marcos 16. 1-15
  1. Ofrendas

Nuestra proyección como Comunidad de Santo Tomas al exterior. Nuestra Comunidad ha ido caminando en acercarnos a los problemas reales de nuestra sociedad de forma concreta, como Ignacio Ellacuría resumió en tres momentos: de hacerse cargo de la realidad, cargar con ella y actuar en consecuencia.

“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo (Eduardo Galeano)

Hemos participado en concreto en:

  • Jornadas de Inmatriculaciones
  • Hasta que la igualdad se haga costumbre, con la Revuelta de las mujeres en la iglesia
  • Mística y Encarnación, dos caminos llamados a encontrarse, realizada en el Monasterio de Loeches, administrado por la Fundación de San Martin de Porres.
  • Nuestra experiencia de celebraciones con la comunidad parroquial de Nuestra Señora de la Guía.
  • A través de la Comisión de Fe y Cultura, la participación en el colectivo pax, para ser una voz más que clama y reclama la paz con justicia, el alto el fuego ante el genocidio del pueblo palestino.

Ofrendas asamblea de pascua 2024

  • Una vida comunitaria que no se alimenta puede caer en la rutina, en la inercia y en la autocomplacencia, que es el pensar que todo está hecho.
  • ¿Cuál es el alimento de nuestra vida comunitaria y, por tanto de la vivencia de nuestra fe?
  • Ofrecemos en consecuencia: Todos los grupos en los que profundizamos en nuestro ser como cristianos, las celebraciones que nos fecundan, las Asambleas que nos dan la oportunidad de ser críticos y seguir caminando en nuestros compromisos, en definitiva todo aquello que constituye nuestro alimento y que hoy queremos poner encima de la mesa comunitaria.

Ofrenda celebración de la Asamblea de 6 de abril 2024

  • Ofrecemos nuestro caminar comunitario despojándonos de rituales y de enseñanzas míticas y centrándonos en lo esencial de los evangelios. El haber descubierto que nuestra fe tiene que ir unida al compromiso en la construcción de la paz con justicia, uniéndonos a todos los movimientos comprometidos en conseguirlo.

Ofrenda de las bolsas. Ofrecemos ahora las bolsas, son el símbolo que nos da la oportunidad de hacer práctico nuestro compromiso dentro de la comunidad con las colaboraciones que hemos elegido entre todos y que nos unen de una manera muy especial».

Ofrendas del Pan y el Vino

  • Hemos celebrado recientemente el Triduo Pascual en el que se nos manifestaba claramente la entrega del cuerpo y la sangre de Jesús para la liberación del todos los hombres y mujeres de las estructuras de opresión y esclavitud. Hoy al ofrecer el pan y el vino estamos también haciendo memoria de esa entrega de Jesús y de nuestro compromiso para hacerlo realidad.
  1. Anáfora

Nunca lo hemos sabido muy bien. Pero ahora, al repensar nuestras creencias nos damos más cuenta de que no sabemos quién eres ni dónde estás, pero ya intuimos que no estás en un cielo externo ni desde allí riges el mundo por encima de sus leyes.

Pero, al menos, sí te descubrimos en Jesús de Nazaret, en cuyo mensaje creemos, que supo verte como padre y así nos acercó a entenderte.

Te llamó papá, con familiaridad. Y en su mensaje manifestó su experiencia de Dios. Su predicación y sus acciones estuvieron encaminados en hacer ver a los que le seguían que tenían que vivir esa misma experiencia para que todos alcanzasen la plenitud de humanidad que Él alcanzó.

Así, como padre te vemos. Y al celebrar hoy la Pascua de Jesús nos abrimos a ser hermanos; hermanos en esta comunidad, pero también de toda la humanidad. Queremos ser tierra fértil para esas semillas que esparcía el sembrador pero sin creer que somos la única tierra fértil; hay muchos suelos que hacen germinar el grano, como los vinos son diferentes según la tierra donde se crió la uva.

Necesitamos abrirnos al diálogo con tantos otros que se esfuerzan por seguir tu mensaje, escucharnos en nuestras diferencias, que la comunión emerja como un antídoto contra la polarización.

Porque abrirnos al diálogo no es renunciar a nuestras convicciones sino buscar puntos en común en un entendimiento que nos permita vivir la comunión como un compartir profundo y respetuoso.

La Pascua es el triunfo del mensaje de tu Hijo, la expresión de que después de morir queda entre nosotros, de que la oscuridad no vence a la luz.

Te reconocemos en el espíritu de Jesús cuando, al despedirse de sus amigos  les lavó los pies como muestra de servicio y les prometió quedarse entre nosotros y partirse y repartirse como hizo con el pan y el vino, como estos que tenemos ahora, mientras les decía, y nos dice hoy, que este pan es su cuerpo y este vino su sangre que se entregaron por nosotros y por la humanidad. Ahora nosotros hacemos lo mismo siguiendo su mensaje y su mandato: “Haced esto en conmemoración mía”. Jesús se queda con nosotros en la medida en que hacemos lo mismo que Él y nos entregamos a los demás.

Cada uno de nosotros quizá entendemos tu resurrección a nuestro modo. No es extraño, tus propios amigos, incrédulos, te vieron tras ella de manera diferente: los discípulos de Emaús no te reconocieron, María de Magdala te confundió con un hortelano, tus amigos al principio te tomaron por un fantasma, Tomás necesitó meter la mano en tu llaga. Pero al final sintieron que eras otro siendo el mismo, notaron una potente experiencia de comunicación íntima como antes nunca habían tenido contigo, experiencia  que queremos sea también la nuestra.

Así, podemos proclamar todos juntos, nunca mejor que ahora, en la Pascua de tu resurrección, que:

Todos: Este es el sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección. Ven señor Jesús.

Como padre, Jesús se dirigió a Ti muchas veces en oración. Oración que hoy entendemos que no significa ponerse ante alguien que está fuera de nosotros, sino bajar a lo hondo de nuestro ser y descubrir allí lo que realmente somos. Y como padre nosotros te reconocemos y nos dirigimos a Ti con la misma oración que Jesús nos dejó: “Padre nuestro…”

En memoria de aquella cena, compartimos este pan y este vino, para que resucites en nosotros.

Todos: Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarla.

  1. Acción de gracias
  • ¡Gracias te damos, creador del mundo y del universo, por la fe, a la que en esta asamblea intentamos dar razón, o intentamos explicar, empezando por nosotros mismos! Gracias por nuestros padres porque ellos nos dieron, no sólo la vida, sino esta fe, que le da sentido.
  • Gracias por la Iglesia que, aun con todos sus defectos y con demasiadas distorsiones, nos ha transmitido tu mensaje a través de tantos siglos, mensaje en el que queremos profundizar para dar mejor razón de nuestra fe.
  • Gracias por nuestra comunidad de Santo Tomás de Aquino porque forma parte de esas experiencias importantes en nuestra vida para actualizar nuestra fe y para renovarla porque así nos adaptamos a los signos de los tiempos. Porque nuestro ser tiene una dimensión individual, pero también social e histórica. Y así, no sólo nos sentimos justificados, sino que podemos sentir la fuerza que nos impulsa a ver e interpretar esta realidad que nos ha tocado vivir y a juzgar para actuar por la justicia y el bien.
  • Gracias porque en este proceso hemos entendido que la fe o la espiritualidad por un lado, y la comunidad o iglesia por el otro, son complementarias e inseparables y que, estando en un mundo tan profundamente cambiante, es imprescindible salir al encuentro de otros grupos, de otras comunidades, de otras iglesias, de otras religiones, de cuántas creencias sean auténticas. Porque sabemos de la permanente necesidad de reforma que tienen las comunidades e iglesias so pena de marchitarse y desaparecer y que fe y comunidad son también no sólo sociopolítica sino mística. Como dijo Karl Rahner, el cristiano del siglo XXI, será un místico o no será.