Celebración del 2 de febrero de 2025

La verdad como reencuentro en un mundo de mentiras.

Música de fondo (Gymnopédie, Sati)

  1. Bienvenida. Introducción

Se va instalando y naturalizando con una permisividad alarmante un ambiente de  mentira, confusión y violación de los derechos humanos. El menosprecio, la descalificación o, en muchos casos, el ataque furibundo al legítimo y necesario ejercicio de memoria histórica que propicie el reencuentro exigen como respuesta la búsqueda y defensa entre todos de la verdad.  “¿Tu verdad? No: la Verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela”, que escribía Antonio Machado.

Hemos tomado la encíclica Fratelli tutti, del papa Francisco, como guía para reflexionar y compartir este reto.

  1. Canción: Tiempo de despertar (estribillo y 3ª estrofa, págs. 24 y 25)

MIRAD AL SUELO, CORRED LA VOZ

de que en los hombres está el Señor.

No hagáis castillos para soñar,

pues cada día tiene su afán.

Está la libertad encadenada,

los bienes en poder de pocos dueños.

Es el hambre la espiga que más crece

y la envidia nos corre por el cuerpo.

Quebraron la garganta del que hablaba

gritando la verdad a los mil vientos,

por maestro se puso al mentiroso.

HOY NO SE PUEDE ESTAR MIRANDO AL CIELO (bis)

  1. 1ª lectura: El consenso y la verdad (Fratelli tutti)

¿Es posible prestar atención a la verdad, buscar la verdad que responde a nuestra realidad más honda? Para que una sociedad tenga futuro es necesario que haya asumido un sentido respeto hacia la verdad de la dignidad humana, a la que nos sometemos.  Que todo ser humano posee una dignidad inalienable es una verdad que responde a la naturaleza humana más allá de cualquier cambio cultural. Es una verdad irrenunciable que reconocemos con la razón y aceptamos con la conciencia.

En una sociedad pluralista, el diálogo es el camino más adecuado para llegar a reconocer aquello que debe ser siempre afirmado y respetado, y que está más allá del consenso circunstancial. Aceptaremos que hay algunos valores básicos, permanentes, que están más allá de todo consenso,  nunca negociables.

El relativismo no es la solución. Envuelto detrás de una supuesta tolerancia, termina facilitando que los valores morales sean interpretados por los poderosos según las conveniencias del momento.

Hay que desenmascarar las diversas maneras de desfiguración y ocultamiento de la verdad en los ámbitos públicos y privados. Lo que llamamos “verdad” no es sólo la difusión de hechos que realiza el periodismo. Es ante todo la búsqueda de los fundamentos más sólidos que están detrás de nuestras opciones y también de nuestras leyes. Hay verdades que no cambian. De otro modo, ¿no podría suceder quizás que los derechos humanos fundamentales, hoy considerados infranqueables, sean negados por los poderosos de turno, luego de haber logrado el “consenso” de una población adormecida y amedrentada? Al relativismo se suma el riesgo de que el poderoso o el más hábil termine imponiendo una supuesta verdad.

  1. Silencio
  2. Evangelio: Jn 14, 5-7 y Jn 15

Señor, no sabemos a dónde vas, ¿Cómo podemos saber el camino?

Respondió Jesús: Yo soy el camino, la verdad y la vida…si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre…

Igual que el Padre me amó os he amado yo. Manteneos en ese amor que os tengo, y para manteneros en mi amor, cumplid mis mandamientos: que os améis unos a otros como yo os he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.

No me elegisteis vosotros a mí, fui yo quien os elegí a vosotros y os destiné a que os pongáis en camino y deis fruto, y un fruto que dure.

  1. Silencio
  2. Introducción al diálogo

Asistimos perplejos a la imposición de la mentira. No se quiere reconocer la verdad, la realidad de lo pasado, siendo este el camino para llegar al reencuentro. Debemos perder el miedo a conocer, aceptar y soportar la verdad, y que la consecuencia no sea la venganza, sino la reconciliación y el perdón. Queda abierto el diálogo.

  1. Diálogo
  2. Reconciliación:
  • Reconocemos nuestras debilidades y expresamos nuestra voluntad de reencuentro con los hermanos pidiendo al Padre “queremos vivir en la verdad”:
  • – Por tergiversar el mensaje de Jesús,
  • Todos: queremos vivir en la verdad.
  • – Porque aceptamos sin cuestionar los valores de nuestra sociedad,
  • Todos: queremos vivir en la verdad.
  • – Por nuestra tibieza ante el sufrimiento y las desigualdades,
  • Todos: queremos vivir en la verdad.
  1. Ofrendas
  • Vela: luz que alumbra todos los caminos
  • Encíclica Fratelli tutti
  • Personas que trabajan por la verdad: Gustavo Gutiérrez, Teología Liberación
  • Bolsas
  • Pan y vino
  1. Anáfora

Lector. Jesús bueno, traemos ante ti nuestras inquietudes, que son muchas, porque nuestra sociedad ha trastocado los valores fundamentales del ser humano y vivimos en un mundo egoísta y deshumanizado, que miente.

Lector.Como creyentes en el Espíritu de Jesús y testigos del Reino de Dios, asumimos el momento incierto que nos ha tocado vivir con la convicción de que queremos apostar por una nueva humanidad liberadora y fraterna que supere las injusticias, violencias, desigualdades e incomprensiones.

Lector.Desde la unidad fraterna a que nos convoca el Espíritu de Jesús, ofrecemos nuestro aporte de tolerancia y de comprensión a la sociedad y queremos buscar entre todos la convivencia, el respeto al pluralismo y la igualdad de derechos.

Lector.La verdad es una compañera inseparable de la justicia y de la misericordia. Las tres juntas son esenciales para construir la paz. La tolerancia no es la solución para ningún conflicto, pero sí es condición básica para acercarnos en la búsqueda de soluciones comunes.

Todos Acogemos con respeto y tolerancia la pluralidad de opiniones, experiencias, culturas e ideologías que buscan la dignidad de la persona humana y la justicia social. Solo manifestaremos pacíficamente nuestra intolerancia contra la violación de los derechos humanos y contra aquello que cause dolor y desesperanza a las personas que sufren.

Lector.Todos unidos, ponemos nuestra esperanza en el Señor y, proclamando el himno de alabanza que nos identifica con su acción liberadora, entonamos el Santo:

TodosSanto, santo, santo es el Señor … (recitado)

Lector.En muchos lugares del mundo se necesitan artesanos de paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia. Los que han estado duramente enfrentados conversan desde la verdad, clara y desnuda.

Lector.Iluminados con las reflexiones de nuestro papa Francisco, y sintiéndonos unidos a todas las personas de buena voluntad presentes en cada rincón de la tierra, nos sentamos a esta mesa común recordando las palabras que Jesús pronunció en la última cena con sus amigos cuando, después de bendecir el pan, lo partió y repartió diciendo:

Todos. Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros

L.8. Del mismo modo, acabada la cena, bendijo la copa de vino y la compartió con tus discípulos, diciendo.

Todos Tomad y bebed todos de este cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por toda la humanidad para el perdón de los pecados. Haced esto en memoria mía.

Lector.Este es el sacramento de nuestra fe:

Todos. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús.

Jesús nos desafía a buscar siempre la Verdad, esa Verdad profunda que se nos oculta, y que a veces dejamos que sea secuestrada por la mentira. Nos anima a superar miedos, acercarnos a la realidad, plantar cara a las dificultades y luchar por la justicia, resistiendo la tentación de escoger la senda ancha y llana de la vida fácil y poco comprometida con los débiles.

Queremos que la búsqueda de la verdad contribuya a construir la fraternidad universal, golpeada por las políticas del integrismo y la división y por los sistemas de ganancia insaciable de los poderosos. Queremos responder, frente al pesimismo de la inteligencia, con el optimismo de la voluntad. Y decimos, uniendo las manos:

Todos. Padre nuestro que estás entre nosotros y en las personas que amamos, en las que buscan la verdad y también en las que nos hieren.

Santificado sea tu nombre por todo lo que es bello, bueno, justo, honesto y misericordioso.

Venga a nosotros tu reino de paz, justicia y amor. Sé el centro de nuestra vida, de nuestra comunidad, de nuestro trabajo y de nuestros compromisos sociales.

Hágase tu voluntad en nuestras necesidades reales.

Perdona nuestras ofensas contra ti y contra los que nos rodean, nuestra frialdad de corazón hacia todos los que sufren. Perdónanos así como nosotros, con tu ayuda, perdonamos a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en la tentación de la crítica ácida, del prejuicio, de la envidia, de la soberbia y, muy especialmente, del egoísmo.

Y líbranos del mal, de la mentira y de la desesperanza. AMÉN

Paz: Nos damos la paz, fruto de la justicia y la misericordia

Introducción a la Comunión

Lector.Convencidos, con nuestro obispo Pedro, de que el Espíritu Santo, el Pacificador y Defensor, fuerza de Dios, aliento de Cristo resucitado, nos conduce hacia la Verdad plena y nos comunica la fuerza de su Resurrección, compartimos ahora el pan y el vino, cuerpo y sangre de Jesús.

Comunión. Música suave (continuación de la Gymnopédie, Sati)

Acción de gracias

Gracias, Jesús, por este encuentro donde tu Palabra nos da luz en medio de tantas apariencias y mentiras. Gracias por esta conciencia renovada, no sólo de lo que tenemos que evitar sino también de lo que podemos lograr.

El camino de profundizar en el AMOR se convierte en una meta clara y atractiva a la que ya no podemos renunciar. Nos has mostrado que amar supone siempre acoger, cuidar, acariciar, escuchar, comprender, tolerar … También conlleva repartir entre todos el pan, el hogar, el juego, el disfrute … Querer a los demás exige avanzar en la sencillez y humildad, y amar es en definitiva vivir entregado a los demás.

Todos unidos lograremos seguir tus pasos. Gracias por acompañarnos.

  1. Avisos
  2. Despedida: Vamos ahora al reencuentro con nuestros hermanos.