- El secuestro de Jesús 25 de noviembre de 2018
- Presentación.
En una iglesia bizantina del Negué, al sur de Israel se ha encontrado en uno de sus muros, una pintura que se cree es un retrato de Jesús. Representa a un hombre con el cabello rizado y nariz aguileña. La pintura tiene unos 1.500 años de antigüedad.
Tema: hasta ahora hemos dicho que Jesús es liberador porque nos libera de nuestras limitaciones, imperfecciones,… etc.
El tema de hoy será inverso. ¿Qué pasaría si intentáramos liberar a Jesús de aquellas realidades que lo limitan? Pensemos en mentalidades, tradiciones, instituciones como la religión, la doctrina, los ritos, las leyes, los templos,…
Liberar a Jesús de la Iglesia, ¿de Dios?
Importante es volver a Galilea donde todo comienza, donde tiene su origen: su opción por el proyecto de Dios para el mundo, su compromiso de anunciarlo hasta con la vida, la donación, entrega y gratuidad hasta convertirse en su “ser disponible” para la humanidad.
- 2. Oración.
Estamos hoy ante ti, Dios de Jesús, para que a través de tu Palabra, la Comunidad y la Celebración, tomemos un nuevo impulso en nuestro caminar que queremos, sea cristiano.
Recordamos a Alberto Giráldez, que con su entrega y disponibilidad ha sido una ayuda permanente en nuestro recorrido que durante tantos años hemos compartido. Canto nº 39, Pág. 35, “Llegará la libertad”.
- 3. Lecturas:
Primera Lectura:
“En estos tiempos de profunda crisis religiosa no es suficiente afirmar que Jesús es Dios; es decisivo saber qué Dios se encarna y se revela en Jesús. Cuando te acercas a la persona de Jesús, se ve enseguida que, para él, Dios no es un concepto, sino una presencia amistosa y cercana que hace amar y vivir la vida de manera diferente. Jesús lo vive como el mejor amigo del ser humano: el “Amigo de la Vida”, que comparte nuestra existencia, la fuerza más segura para enfrentarnos a la dureza de la vida y al misterio de la muerte. Hay que buscar “el reino de Dios y su Justicia”. /Pagola/ (Breve Reflexión).
- Canto nº 76, Pág.63, “Muchas flores tienen…” (estrofa 2).
Segunda Lectura: El evangelio de hoy (Lucas, 4, 16-22) nos habla de la visita de Jesús a Nazareth y de la presentación de su programa a la gente de la sinagoga.
En nombre de Dios, Jesús toma postura en defensa de la vida de su pueblo y, con las palabras de Isaías, define su misión: (1) Anunciar la Buena Nueva a los pobres, (2) proclamar a los presos la liberación, (3) devolver la vista los ciegos, (4) devolver la libertad a los oprimidos y, retomando la antigua tradición de los profetas, (5) proclamar “un año de gracia de parte del Señor”.
Terminada la lectura, Jesús actualiza el texto de Isaías diciendo: “¡Esta escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy!” Asumiendo las palabras de Isaías como palabras suyas, Jesús les da un sentido pleno y definitivo y se declara el Mesías que viene a cumplir la profecía.
Y dice así:
Llegó a Nazareth, donde se había criado, y el sábado fue a la sinagoga, como era su costumbre. Se puso de pie para hacer la lectura, y le pasaron el libro del profeta Isaías. Jesús desenrolló el libro y encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver; para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.
Jesús entonces enrolló el libro, lo devolvió al ayudante y se sentó, mientras todos los presentes tenían los ojos fijos en él. Y empezó a decirles: “Hoy les llegan noticias de cómo se cumplen estas palabras proféticas”.
Todos lo aprobaban y se quedaban maravillados, mientras esta proclamación de la gracia de Dios salía de sus labios. Y decían: “¡Pensar que es el hijo de José!”/Lucas, 4 (16-22).
- Presentación al diálogo.
- Ofrendas: (Durante el paso de las bolsas de la colecta, se oirá música grabada).
- Libro de Pagola.
- Zapatillas para caminar.
- Agenda con las páginas en blanco.
- Bolsas de la colecta.
- Pan y vino.
- Anáfora:
- Hoy Jesús, nuestro hermano, nos reúne para celebrar su mensaje sencillo y encarnado, para que, asumido por la Comunidad se convierta en nuestro proyecto de vida. Recordamos tus palabras y tus gestos para que ilumines nuestro camino.
- Queremos recuperar tu disponibilidad, esa disponibilidad que te llevó a preocuparte por las personas, por sus sufrimientos y alegrías, por llenar su soledad, por consolar y reconfortar a quienes han sido abandonados por el egoísmo y los deseos de confort.
Todos. Jesús, despierta en nosotros la actitud de disponibilidad, llévanos con tu ejemplo a consolar al triste, a recibir al inmigrante, a visibilizar al que hacen invisible, a visitar al enfermo, a estar siempre abiertos a quienes nos necesitan.
- Hemos creado un mundo injusto, en el que unos pocos atesoran riquezas que deberían ser compartidas, en el que se valora el éxito sin cuestionar los medios por los que se consigue, en el que no importan los que sucumben precisamente por los efectos de la injusticia en la administración de unos bienes que son de todos.
- Traemos ante ti nuestra preocupación por nuestros actos, por nuestra falta de disponibilidad en ocasiones, una preocupación que nos debe llevar a la denuncia constante de una sociedad en la que los valores han sido pervertidos.
Todos. Queremos pedirte, Jesús, que ilumines nuestros actos, que a través de tu ejemplo nos animes a trabajar con los grupos de personas que defienden los derechos humanos, que denuncian situaciones injustas, que no miran la raza, el color, el género o las creencias para apoyar su lucha por un mundo más justo y humano.
- Déjanos acompañarte, como lo hicieron tus discípulos y permítenos cantar, como así sucediera, el canto de una nueva presencia: SANTO, SANTO, SANTO.
- Al celebrar esta Eucaristía, estamos haciendo presente el gesto de Jesús, quien, en el acto más trascendente de su dedicación, entregó su vida a los demás en ese pan que será repartido. Así, cogió el pan, lo partió y lo entregó a todos, diciendo:
Todos Tomad y comed, porque esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros.
- Asimismo, cogió el vaso de vino, nuevo símbolo de su entrega, y lo repartió diciendo:
Todos. Tomad y bebed todos de él, porque esto es el cáliz de mi sangre, que se entrega a toda la humanidad.
- Jesús manifestaba así su entrega a los demás. Por ello:
Todos. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección ven Señor Jesús.
- Queremos hoy dedicar un recuerdo a todos los que no están con nosotros, en este momento concreto Alberto y Pili nos vienen al corazón y a la memoria. Ellas y ellos nos marcan también el camino y, todos juntos, brindamos
Todos. Por Cristo, con Él y en Él, te damos gracias a Ti, Dios Padre/Madre por estar siempre presente entre nosotros.
10. Ahora, con las manos unidas, en signo de cercanía, de contacto entrañable, rezamos la oración que nos enseñaste. Padre Nuestro.
11. Y nos damos la Paz.
- Comunión. (Música grabada).
Canto, nº 48, Pág.42, “Llega el día”.
- 9. Acción de Gracias.
Gracias, Jesús, porque nos enseñaste a poner en el centro de nuestra mirada y de nuestro corazón a los que sufren, hacer nuestros sus sufrimientos y aspiraciones. Asumir su defensa.
Porque seguirte es vivir con compasión. Sacudirnos de encima la indiferencia. No vivir sólo de principios teóricos, sino acercarnos a las personas en su situación concreta.
Porque seguirte pide desarrollar la acogida. No vivir con mentalidad de secta. No excluir ni excomulgar. Hacer nuestro el proyecto integrador e incluyente de Jesús. Derribar fronteras y construir puentes. Eliminar la discriminación.
Porque seguirte pide no dejar de tomar partido por miedo a las consecuencias dolorosas. Cargar con el peso y tomar la cruz de cada día en comunión con los crucificados de la tierra.
Porque seguirte es confiar en el Padre de todos y sembrar esperanza contra toda esperanza.
9. Avisos, Informaciones,…