El agradecimiento: Deo gratias.                      8 de Noviembre 2020

Saludo. Silenciar micros, saludo a nuevos, alguna noticia mejor que sea buena.

Introducción: Este encuentro es la confirmación vital de que el Resucitado se hace presente allí donde dos o tres se reúnen en su nombre y así hacemos patente el cuerpo sacramental de un pueblo sacerdotal que formamos como creyentes adultos.

Así confirmamos nuestra fe de que estamos reunidos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Nos reunimos para compartir nuestras vivencias y para celebrar nuestro encuentro que es una celebración eucarística, es decir de acción de gracias.

Dada la avalancha de informaciones asfixiantes, de noticias de desatinos, de sucesos que fomentan la incertidumbre, la negatividad, vamos a intentar hoy compartir motivos de agradecimiento y alegría, pues no estamos todos al borde del suicidio, desesperados. Vamos a celebrar la vida, motivos que nos animan a continuar nuestro camino a pesar de tantos sinsabores.

Es de bien nacidos, ser agradecidos.

1ª Lectura extraída de los nº 139 a 141 de la encíclica Fratelli Tutti:

Existe la gratuidad. Es la capacidad de hacer algunas cosas porque sí, porque son buenas en sí mismas, sin esperar ningún resultado exitoso, sin esperar inmediatamente algo a cambio. Esto permite acoger al extranjero, aunque de momento no traiga un beneficio tangible.

Quien no vive la gratuidad fraterna, convierte su existencia en un comercio ansioso, está siempre midiendo lo que da y lo que recibe a cambio. Dios, en cambio, da gratis, hasta el punto de que ayuda aun a los que no son fieles, y «hace salir el sol sobre malos y buenos»

Hemos recibido la vida gratis, no hemos pagado por ella. Entonces todos podemos dar sin esperar algo, hacer el bien sin exigirle tanto a esa persona que uno ayuda. Es lo que Jesús decía a sus discípulos: «Lo que han recibido gratis, entréguenlo también gratis»

La verdadera calidad de los distintos países del mundo se mide por esta capacidad de pensar no sólo como país, sino también como familia humana. El inmigrante es visto como un usurpador que no ofrece nada. Así, se llega a pensar ingenuamente que los pobres son peligrosos o inútiles y que los poderosos son generosos benefactores. Sólo una cultura social y política que incorpore la acogida gratuita podrá tener futuro.

Evangelio: Lc. 17, 11-19.   Los diez leprosos.

Y sucedió que, de camino a Jerusalén, pasaba por los confines entre Samaria y Galilea, y al entrar en un pueblo salieron  a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia, y levantando su voz, dijeron: “¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!”

Al verlos les dijo: “Id y presentaros a los sacerdotes.” Y mientras iban quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano.

Tomó la palabra Jesús y dijo: “¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?  ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero? “Y le dijo: “Levántate y vete; tu fe te ha salvado.”

Introducción a la Reflexión: El único leproso que dio gracias a Jesús por su curación era samaritano. ¿Qué pretendía Jesús decirnos?

Nuestra comunidad es un verdadero don de Dios. ¿Cómo podemos divulgar sus ventajas, manteniendo la humildad?

¿Cómo podemos avanzar en todos los campos?

¿Cómo podemos progresar en el camino del agradecimiento?

Evocar los motivos personales de agradecimiento

Oración de Perdón.

  • Desde nuestro mundo que proclama el interés como valor indiscutible que rige las relaciones entre los países, las sociedades y las personas y provoca las desigualdades y la pobreza,
  • Reconocemos nuestra incoherencia y rechazamos la acumulación
  • Desde una sociedad que ha convertido esta tierra en un mercado en el que todo tiene que tener un precio para que se reconozca su valor,
  • Reconocemos nuestro egoísmo y rechazamos lo privativo y elitista
  • Desde nuestra creencia de que lo que poseemos lo hemos conseguido con nuestro esfuerzo y no somos conscientes de que todo lo hemos recibido
  • Reconocemos nuestra soberbia e ingratitud y rechazamos la competitividad y el clasismo
  • Que el seguimiento de nuestro maestro, Jesús de Nazaret, y la fe la comunidad nos abran los ojos para ver la generosidad, la solidaridad y el compromiso de muchos que nos rodean y nos impulse a sumarnos a la construcción de un mundo fraterno, acogedor y generoso.

Ofrendas:

  • El diagnóstico realizado en el distrito de Tetuán, el antiguo barrio de la comunidad, en el que han participado unos 300 vecinos y ha dado lugar a un librito financiado por la gente… (Si os interesa el librito pinchad en Convivir en Tetuán )
  • El sistema público de salud, que responde con generosidad a tantas personas afectadas por la pandemia también en el tercer mundo
  • Voluntariado,
  • Y dejar si alguien quiere ofrecer alguna otra cosa,
  • Bendice Señor, este pan y este vino, símbolo de complementos unificadores, de manera que reparen nuestras fuerzas para mejor servir y amar.

Oración Eucarística

Lector Padre nuestro que nos guías gratuitamente en este camino de la vida, que haces salir el sol sobre malos y buenos,  nos das fuerzas para llevar adelante tus planes del Reino y fortaleces nuestros compromisos

Lector Hoy celebramos tu gratuidad poniendo en común nuestra realidad de cada día con alegría y con la esperanza  de conseguir un mundo mejor, más justo y solidario.

Por ello, congregados en nombre de Jesús, repetimos también hoy los gestos que hizo cuando reunido con sus discípulos y seguidoras más fieles, tomó el pan, lo partió y dijo:

TODOS: Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros

Lector Y a continuación tomó la copa, la bendijo y la repartió diciendo:

TODOS Tomad y bebed todos de ella porque esta es mi sangre que será derramada por toda la humanidad  para su total liberación.

Lector: Hacemos este gesto, sacramento de nuestra Fe, recordando su Pasión y Muerte, que es la muerte de tantas personas que estos días sufren el dolor en soledad.

TODOS Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven Señor Jesús!

Padre nuestro: Jesús nos enseñó la manera de dirigirnos al Padre.  Os invitamos a unir nuestros deseos de bien hacer poniendo la mano en nuestros corazones puesto que somos morada santa, espacio de silencio sagrado donde el Espíritu de Dios reside, en cada una y cada uno de nosotros: Padre nuestro que estas en los cielos, santificado….

Paz: Nos deseamos la paz unos a otros, agradeciéndonos nuestra presencia en este encuentro, por ejemplo, con el gesto musulmán, de poner la mano sobre el corazón e inclinando respetuosamente la cabeza en señal de fraternización.

Comunión: Bendice Señor, todo lo que puede alimentar nuestro afán por hacer el bien y que reparen nuestras fuerzas  para mejor servir y amar. Compartir el pan y el vino no es algo banal, es un compromiso, es compartir nuestra vida y ponerla al servicio de los demás. Con este sentido, nos atrevemos a comer el pan y beber el vino como hizo Jesús en su última noche con sus amigos.

Acción de Gracias Jesús, al final de esta celebración te damos gracias, porque, a pesar de las dificultades, podemos sentirnos unidos entre nosotros y contigo.

Te damos gracias por los regalos del pan y el vino que hemos compartido en esta Eucaristía, aunque sea de forma virtual:

El pan que nos da fuerzas para seguir adelante, a pesar de todos los obstáculos que nos está poniendo la vida y el vino que da alegría para intentar superarlos con buen ánimo.

Animar a dar gracias

Avisos y despedida