Cuaresma: Una oportunidad de cambio 6 de abril de 2025
Canción: Tu misericordia Salomé Arricibita.
Presentación:
El grupo de preparación hoy quiere haceros una nueva propuesta sobre la apertura y el amor incondicional a nosotros mismos y a los demás.
Para ello hemos escogido este Evangelio del domingo V de Cuaresma, en donde se relata el encuentro de Jesús con la mujer adúltera: Jesús perdona a la mujer, antes de que se lo pida, no exige ninguna condición.
No es el arrepentimiento ni la penitencia lo que consigue el perdón, sino que es el descubrimiento del amor incondicional lo que lleva a la adúltera al cambio de vida.
Es cuando nos abrimos a la Vida, al descubrir nuestras capacidades de aceptar y respetar nuestras propias zonas de luz y de sombra, descubrimos también la aceptación del otro, otra, como parte de esa humanidad de la que formamos parte de la creación,
Es cuando somos capaces de “cambiar el corazón”, nuestro sentido en la vida cambia y le da coherencia y verdad.
Dios no es un ser que ama. DIOS ES AMOR y solo amor incondicional
Primera lectura:
Enrique Martínez Lozano
La ayuda a las personas tiene como objetivo favorecer su vida, su autonomía y su despliegue. Y eso ocurre en la medida en que se pueden ir abriendo aquellas dimensiones o capacidades que, por diferentes motivos, habían quedado bloqueadas.
El desbloqueo se produce cuando acogemos toda nuestra verdad, desde la motivación de liberar en nosotros aquello que habíamos negado en mayor o menor medida. El trabajo sobre nosotros mismos constituirá el mejor aprendizaje para poder ofrecer nuestra ayuda a los demás.
Effetá: Ábrete a tu verdad, acéptala y abrázala. Ábrete a vivir tus capacidades, más allá de miedos y comodidades. Ábrete a los demás, de manera asertiva y bondadosa. Ábrete a hacer de este mundo un lugar mejor. Ábrete a la Vida. O más exactamente, ábrete para que puedas experimentarte, a la vez, como Vida y como cauce a través del cual la Vida se expresa.
Papa Francisco (De la carta apostólica “Misericordia et misera”)
Jesús ha mirado a los ojos a aquella mujer y ha leído su corazón: allí ha reconocido su deseo de ser comprendida, perdonada y liberada. La miseria del pecado ha sido revestida por la misericordia del amor. Por parte de Jesús, no hay ningún juicio que no esté marcado por la piedad y la compasión hacia la condición de la pecadora. De este modo la ayuda a mirar al futuro con esperanza y a estar lista para encaminar nuevamente su vida;
La misericordia es esta acción concreta del amor que, perdonando, transforma y cambia la vida.
La misericordia suscita alegría porque el corazón se abre a la esperanza de una vida nueva. La alegría del perdón es difícil de expresar, pero se trasparenta en nosotros cada vez que la experimentamos. En su origen está el amor con el cual Dios viene a nuestro encuentro, rompiendo el círculo del egoísmo que nos envuelve, para hacernos también a nosotros instrumentos de misericordia.
Evangelio: Juan 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
«Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
«El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos, Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó:
«Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó:
«Ninguno, Señor».
Jesús dijo:
«Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».
Invitación al diálogo:
La principal característica de esta Lectura del Evangelio es la actitud de Jesús que no condena a la adúltera, sino que la libera. Todo aquel que se atreve a condenar no habla en nombre de Dios. En este tiempo de Cuaresma, que es camino hacia la Pascua, es importante que recordemos esto. La Cuaresma es un tiempo de cambio, de reflexión, un acto de arrepentimiento que cambia el corazón, nuestra mentalidad y nuestras acciones. Jesús nos invita a la conversión, a cambiar de camino cuando nos equivocamos, a cambiar de mentalidad cuando juzgamos a los demás. No es el que busca la Justicia por el castigo. No es la Penitencia lo que consigue el perdón, sino que es el descubrimiento del Amor incondicional lo que debe llevar a la adúltera al cambio de vida. Jesús nos invita a llenarnos de misericordia.
Jesús ofrece perdón gratuito mostrando de ese modo a un Dios diferente, no amenazante ni condenador, sino con compasión incondicional.
Música.
Petición de perdón:
Señor, antes de compartir esta celebración contigo y con los hermanos es necesario que te pidamos perdón.
Porque no hacemos de la misericordia y el perdón criterios básicos de nuestro modo de ser y de proceder, a sabiendas de que la vida y la convivencia solo serán viables si respetamos esos principios básicos. Perdón, Señor, perdón.
Porque no alcanzamos el compromiso firme de no tener miedo a cambiar de conducta para vivir de otra manera, a avanzar en el seguimiento de Jesús y en el compromiso sobre todo con los más pobres y marginados de acuerdo con las palabras del Papa Francisco. Perdón, Señor, perdón.
Porque no nos comprometemos lo suficiente a trabajar por los cambios estructurales necesarios en nuestra sociedad y a cambiar nuestros hábitos de vida para ser coherentes con el mensaje del Evangelio. Perdón, Señor, perdón.
Ofrendas:
- -Manos: Ofrecer a todas aquellas personas que han luchado y continúan haciéndolo para que las guerras y todas las actuaciones que vulneran los derechos humanos, cesen y reviertan en acciones de ayuda a los más débiles (escenas de guerra, campos de refugiados, actuaciones de ONG…)
- -Víctimas del terremoto Birmania
- -Bolsas
- -Pan y Vino
Anáfora:
L1-Comencemos la oración sabiendo que el Señor está con todos nosotros. Y ¡levantemos el corazón!
Comunidad-¡Lo tenemos levantado hacia el Señor!
L2-Jesús, tú no te dejabas llevar por costumbres ni por los prejuicios ni por las leyes injustas, sino por el amor que libera y salva. Tus vivencias fueron un cántico a la misericordia y al perdón hasta el final de tu vida.
Comunidad -Ayúdanos a ver como tú a la mujer adúltera sin fijarte en sus actos solo en su corazón y en su deseo de ser comprendida, amada y perdonada.
L3-No podemos juzgar al prójimo por su apariencia, sus creencias o su cultura. Jesús, tú nos muestras un Dios «diferente»: no amenazante ni condenador, sino con compasión incondicional. Por esto hoy lo celebramos y te cantamos:
Comunidad – Santo salvadoreño. Pág. 78.
L4- Recordamos ahora la noche de la despedida en la que Jesús estaba reunido con los suyos y tomó el Pan, lo bendijo, lo partió y repartió diciendo:
Comunidad – Tomad y comed de este pan porque éste es mi cuerpo que se entrega por vosotros.
L5- Y tomando la copa de vino la ofreció a sus discípulos diciendo:
Comunidad – Tomad y bebed de esta copa porque esta es mi sangre que será derramada por toda la Humanidad. Haced esto en memoria mía.
Comunidad – Anunciamos tu Reino, proclamamos tu resurrección. ¡Ven Señor, Jesús!
L1– Te damos gracias porque necesitamos sentir la acogida, el perdón y la aceptación más allá de lo que la sociedad nos ofrece. Tú nos diste todo y nos enseñaste cual es el camino a seguir.
2– Te damos gracias porque con tu misericordia reflejas a un Dios lleno de ternura y de amor hacia nosotros que nos acaricia a través de tus manos y nos levanta para liberarnos de lo que nos aprisiona.
L3– Ayúdanos también a ser liberadores de aquellos que sienten la opresión de la injusticia, del abandono y de los prejuicios. Ayúdanos a cambiar nuestra forma de vida para ser coherentes con el evangelio.
L4-En este momento recordamos a los que nos han precedido, en especial nos acordamos de nuestro amigo Blas, en la certeza de que todos se encuentran acogidos en el regazo materno de Dios y desde allí nos cuidan y guían en nuestro camino.
L5-Juntamos nuestras manos para rezar la oración que Jesús nos enseñó:
Padre Nuestro…
Comunión
L1-Participemos ahora de esta comida iniciada por Jesús y compartamos el Pan y el Vino, sabiendo que es un compromiso con su vida y su proyecto del Reino.
Música.
Acción de gracias
Jesús, hermano nuestro, aquí estamos hoy reunidos en tu nombre, con ganas de seguir avanzando y poniendo nuestro grano de ayuda para que se produzca la transformación de esta situación que continúa perjudicando a los más débiles. Pero para ello, necesitamos tu participación. En la seguridad de que la tenemos, te damos gracias.
También queremos agradecerte que nos hayas transmitido tu llamada para ser una comunidad que respetemos todas las diferencias, en la que proclamemos a los de cerca y a los más lejanos que Dios, tu Padre y nuestro Padre, es un Dios gratuito y lleno de amor y de perdón, siendo así testigos de que es posible vivir la utopía del Reino.
Pues por esa disposición con la que ahora nos juntamos, te damos gracias, Señor.
Avisos
Despedida y Paz
Y porque queremos ser constructores de PAZ nos damos fraternalmente un abrazo, haciéndolo extensivo a todas y todos los que sufren los efectos de todas las guerras: las de las armas, las de la incomprensión, las de la ignorancia, las de la avaricia.
Nos damos la paz