Nuestros profetas y testigos del Reino 2 de Noviembre de 2025
O Canción: Dónde están los profetas? Pág. 55, Estrofa 1
- Introducción a la celebración.
El Reino de Dios del que habla Jesús de Nazaret recoge la profecía de Isaías de un reino que algún día establecerá en la tierra la paz universal caracterizado por el establecimiento de la justicia y el derecho y el fin del exilio y la opresión.
Hoy nos unimos a ese deseo universal que invocó Isaías y otros profetas, y que recogió Jesús de Nazaret hasta llegar hasta nosotros a través de otros profetas o testigos que han apostado por ese Reino de Dios.
El Reino prometido es una manera de vivir basada en el amor, la justicia y la verdad. Y eso supone una conducta que va transformando a las personas. Esta manera de vivir ya está en muchas personas que conocemos. Como decía Jesús, el Reino ya está entre vosotros .El diálogo, la igualdad de derechos, las leyes consensuadas, la educación pública de calidad, la sanidad universal…son algunas concreciones de este Reino que conocemos y que se ha ido consiguiendo gracias al esfuerzo y la dedicación de muchos que hemos conocido y que están cerca de nosotros, en la comunidad, la familia, los amigos… Pero estos pequeños logros suponen una tarea continua para poder llegar a ellos y mantenerlos. Los que trabajan por conseguir esa manera de vivir, compartirla en comunidad y comprometerse con todos los que luchan por transformar la sociedad, son verdaderos testigos de este Reino.
Pero el Reino de Dios es también como un tesoro valioso, pero escondido y que hay que descubrir. Jesús nos dejó unas pistas sorprendentes e impensables: las bienaventuranzas. Son los pobres quienes serán los primeros y son las víctimas de un sistema que mata quienes deberían dirigir nuestras decisiones y nuestros compromisos. La Teología de la liberación y sus mártires nos han marcado un camino por donde podemos continuar. Este mensaje escondido es la gran noticia que nos puede transformar. Os invitamos a descubrirlo entre todos.
1ª Lectura
Todos aquellos y aquellas que van dando su vida, en el día a día y dándola totalmente, en el momento final de su caminar, son testigos del proyecto de Dios para la Humanidad, para el Universo; responden con lo que mejor tienen al sueño de Dios, al Reino de Dios.
Ser cristiano, cristiana, es dar testimonio; responder con la propia vida a las llamadas del Reino y denunciar proféticamente la iniquidad del anti-Reino. Responder diariamente, con fidelidad, al Amor de Dios en el servicio fraterno. Es ser coherente con la palabra hecha anuncio y con el anuncio hecho práctica.
«Seréis mis testigos hasta los confines de la Tierra» (Hch 1,8). Hemos de ser testigos del supremo testigo, Jesús de Nazaret, proclamado en el Apocalipsis como «El Testigo fiel». Él vino para hacer la voluntad del Padre, testimoniando radicalmente el amor de Dios. Él vino para que todos tuviéramos vida y vida plena. Él repitió ante sus perseguidores y todo el pueblo que sus obras daban testimonio de Aquel que lo envió.
Para dar testimonio hemos de renovar, con pasión, con radicalidad, con alegría, nuestro seguimiento de Jesús, en la búsqueda del Reino, en la vivencia del Reino, en la celebración del Reino, en la invencible esperanza del Reino. De Pedro Casaldáliga
2º Lectura
Nuestros testigos y profetas del reino son también los movimientos populares, como dice el Papa León XIV , en la Exhortacion Dilexi Te .
Los movimientos populares son un conjunto de personas que no caminan como individuos sino como el entramado de una comunidad de todos y para todos, que no puede dejar que los más pobres y débiles se queden atrás. […] Estos movimientos populares saben que la solidaridad «también es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del imperio del dinero […]. La solidaridad, entendida en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia y eso es lo que hacen los movimientos populares». Por esta razón, cuando las distintas instituciones piensan en las necesidades de los pobres se requiere «que incluyan a los movimientos populares y animen las estructuras de gobierno locales, nacionales e internacionales con ese torrente de energía moral que surge de la incorporación de los excluidos en la construcción del destino común». Los movimientos populares, efectivamente, nos invitan a superar «esa idea de las políticas sociales concebidas como una política hacia los pobres pero nunca con los pobres, nunca de los pobres y mucho menos inserta en un proyecto que reunifique a los pueblos». Si los políticos y los profesionales no los escuchan, «la democracia se atrofia, se convierte en un nominalismo, una formalidad, pierde representatividad, se va desencarnando porque deja afuera al pueblo en su lucha cotidiana por la dignidad, en la construcción de su destino». De la exhortación Dilexi Te de Leon XIV
Canción: La noticia es amor pág.46, Estrofas 1 y 3
3ª Lectura Bienaventuranzas /Bienaventuranzas laicas:de Mateo y José María G. Mauriño
1.- Dichosos los que eligen ser pobres, porque esos tienen a Dios por Rey
– Felices, dichosas, las personas que deciden vivir pobres, las que renuncian a acumular para compartir los bienes de la tierra con todos los Seres Humanos, porque tendrán la enorme satisfacción de ser muy buenas personas.
2.- Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia porque esos van a ser saciados.
Felices, dichosas vosotras quienes tenéis hambre y sed de justicia, porque vuestro inconformismo llegará a todos los seres humanos.
3.- Dichosos los limpios de corazón, porque esos van a ver a Dios.
Felices, dichosas, quienes tenéis un corazón limpio, porque con vuestra sencillez y transparencia, facilitáis las buenas relaciones de fraternidad con todos los seres humanos.
4.- Dichosos los que trabajan por la paz, porque a esos los va a llamar Dios hijos suyos
Felices, dichosas vosotras, quienes trabajáis por la paz, porque vais a eliminar las guerras y conflictos, y ponéis en la justicia el verdadero fundamento de la pacificación de las pueblas.
Introducción al diálogo
El reino de Dios, del que habla Jesús de Nazaret, es una manera de vivir basada en el amor, la justicia y la verdad. Esa es nuestra fe y nuestra esperanza. Sin embargo, vivimos tiempos de incertidumbre y, como decía Ellacuría, “sigue el predominio efectivo de la falsedad sobre la verdad, de la injusticia sobre la justicia, de la opresión sobre la libertad, de la indigencia sobre la abundancia, en definitiva, del mal sobre el bien”.
En este contexto, como se recoge en la encuesta que desde Redes Cristianas se ha enviado a las comunidades, “asistimos a un cruce de caminos en el que necesitamos una brújula para orientarnos y tomar decisiones”:
- ¿Qué valores deberían ser los ejes de la convivencia en nuestra sociedad, desde la relación con las personas más próximas a las relaciones en la vida política y económica, tanto en el plano nacional como internacional?
- ¿Qué podemos hacer, qué prácticas podemos desarrollar, para avanzar hacia ese reino de amor, justicia y verdad en el que creemos y esperamos?
Todas y todos tenemos la palabra.
Ofrendas:
- La vida de los comuneros que nos han precedido. Te ofrecemos Señor la vida de tantos comuneros que han compartido con nosotros y con tantas otras personas su vida, su ejemplo, su generosidad, su experiencia, TÚ los conoces a todos y cada uno. Voy a nombrar solo a Pilar por ser la última que se ha despedido, pero os invito a que entre todos vayamos recordando a nuestros queridos comuneros.
- Ofrecemos unos ejemplares de la revista Éxodo y algunas Actas de los Congresos de Teología, como herramientas que nos han ayudado a descubrir y denunciar nidos y estructuras de injusticia y desigualdad en la sociedad, la cercana y la global, tal como nos ha enseñado la Teología de la Liberación. Sus autores han sido casi siempre testigos de Jesús de Nazaret, apostando con pasión y radicalidad por la esperanza y la utopía del Reino.
- Bolsas
- Pan y vino
Anáfora
- Señor Dios nuestro, bajo tu protección celebramos hoy el recuerdo, o mejor, la vida de tantas personas, testigos del Reino que nos han precedido, y que por su obra y testimonio perviven entre nosotros.
- Entre los que nos precedieron y los que aún comparten vida con nosotros están los marginados, los abandonados de la sociedad, que no de Dios, ni de su hijo Jesús, para quien parecen ser escogidos.
- Entre los que nos han precedido están también nuestros queridos hermanos de la comunidad con los que compartimos vida, y nos alimentamos de su ejemplo.
Todos.-Te alabamos Señor porque en ellos reconocemos la fuerza de tu amor que no se rinde ante dificultades, ni se somete al poder.
- Señor, Dios nuestro, que pasaste por esta vida manifestando con hechos y palabras que tus escogidos son justamente los desheredados, los marginados, ellos son el clamor de la justicia, la voz amordazada que TU no ignoras.
- Son los rostros de Cristo crucificado y vivo en cada agresión, pero también resucitado en cada gesto de amor y solidaridad de tantas y tantas personas que nos muestran su rostro en cada uno de sus actos.
Todos.-Por todo ello Señor, te bendecimos y agradecemos la vida y el ejemplo de tantos profetas, hermanos nuestros que, desde la marginalidad anunciaron con Jesús la buena nueva de la esperanza y la salvación.
- .-Haznos Señor seguidores y herederos de tu reino, sin el cual no podríamos reconocer la dignidad de todo ser humano, cualquiera que sea su vida y condición.
Todos.-Señor te rogamos en este acto que no nos falte nunca tu ejemplo y amor para que tu Reino se haga realidad en toda la humanidad.
- Jesús te reconocemos en la Eucaristia, y así repetimos tu gesto de aquella noche que rodeado de tus discípulos repartiste el pan y el vino que genera vida cuando se comparte.
- Diste gracias al Padre y lo repartiste diciendo:
Todos.-Tomad y comed todos de él porque este pan es mi cuerpo que se comparte con toda la humanidad.
- De la misma forma levantaste la copa de vino y dando gracias a Dios, la repartiste diciendo:
Todos.–Tomad y bebed, este es el cáliz de mi sangre que será derramada por todos vosotros para la salvación de la humanidad.
- Este es el sacramento de nuestra fe.
Todos..-Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección, ven Señor, Jesús.
Padrenuestro
Comunión
Acción de gracias
Te damos gracias Padre-Madre, por los profetas que hoy sigues enviándonos. Profetas que expresan el anhelo más profundo del ser humano: anhelo de Verdad, de Justicia, de Vida y que Jesús llamó Reino de Dios. Gracias, por las personas que en medio del ruido del mundo, escuchan tu voz y anuncian tu Reino; ellos denuncian la injusticia y la violencia que nos oprime y proclaman que otro modo de vivir es posible, desde la misericordia, la fraternidad y la paz.
Gracias por lo profetas escondidos, sin título, ni fama, que te son fieles en lo pequeño, en el amor cotidiano.
Hoy, esta comunidad, necesita que sus vidas, nos ayuden a caminar contigo, para ser también, profetas y testigos de tu Reino, de tu proyecto de Amor.
La Paz
Canción: Un pueblo que camina pág.44 Estrofas 1 y 3