Celebración del 29/06/2025 con la Comunidad de la Parroquia de Nª Sª de la Guía

Entrada

Los discípulos no habían entendido todavía quién era Jesús, no era como ellos le esperaban. Y a nosotros nos pasa lo mismo. No acabamos de entender quién es Jesús, y de ahí la pregunta que hoy nos hace: ¿quién dice la gente que soy yo?

Jesús no es de los blancos ni de los negros; ni de los rojos ni de los azules; ni de los católicos ni de los protestantes; ni siquiera de los cristianos, ni de los creyentes. Jesús es patrimonio de la humanidad, y si lo es de alguien en especial, es de quienes ven su humanidad pisoteada, de las personas marginadas.

Jesús se llama a sí mismo “el hijo del Hombre”, el hombre, el ser humano por excelencia, el ser humano realizado plenamente, el proyecto de ser humano que Dios quiere para la humanidad.

Ojalá hoy lo entendamos un poco más.

Oración colecta 

Padre-Madre Dios, esperanza de quienes en ti creen y fuerza para quienes se sienten débiles.

Nos reunimos en tu nombre para recordar a tu Hijo, el Mesías, el predilecto, el proyecto de ser humano que quieres para todos.

Hoy renovamos nuestra decisión sincera de seguir el mismo camino que Él siguió.

Por el mismo Jesús, nuestro hermano. Amén

Oración sobre las ofrendas 

Dios Padre-Madre, fuente de la salvación, te presentamos con amor el pan y el vino signo de la entrega generosa de tu Hijo. Te agradecemos que nos convoques para compartir su pan y vivir su misma entrega.

Por Jesús, nuestro hermano. Amén

Oración para después de la comunión

Padre y Madre de todos los seres: Hoy, una vez más, unidos en el cuerpo de Jesucristo, lo hemos confesado como nuestro salvador.

Al ser enviados ahora llenos de su gracia, te pedimos que nos sostengas y guíes con la fuerza de tu Espíritu.

Por el mismo Jesús tu hijo y nuestro hermano. Amén

Credo:   Creemos en Jesús

Creemos en Jesús que nos libera de las ataduras, del pasado y de las leyes para entrar por el camino de la libertad.

Creemos en Jesús

Creemos en Jesús, presente en la alegría y esperanza del pueblo marcado por una historia de dolor y pobreza.

Creemos en Jesús

Creemos en Jesús, presente en las personas que atraviesan situaciones críticas a causas de las decisiones de otras personas.

Creemos en Jesús

Creemos en Jesús, presente en los jóvenes con un futuro incierto dentro de las estructuras que hemos creado.

Creemos en Jesús

Creemos en Jesús, presente en quien sufre, quien vive sin esperanza, presente en la persona perseguida, la encarcelada, en los emigrantes y exiliados, en la infancia explotada y abandonada, en las víctimas de trata, en quienes han sido desahuciados y sin techo,

en todas las personas que malviven sin derechos humanos.

Creemos en Jesús

Creemos en Jesús, presente en las personas libres y compasivas, en los cristianos perseguidos por ser solidarios, en los creyentes ninguneados en la Iglesia, en toda persona que lucha por un mundo nuevo, en sus seguidores y mártires.

Creemos en Jesús

Creemos en Jesús, y reafirmamos nuestra esperanza en él, y la fuerza sanadora y liberadora de su amor derramado en nosotros.

Creemos en Jesús

Creemos en Jesús, vivo y presente en nuestro mundo e historia, en nuestra vida e Iglesia, en toda Pascua Florida y acá, en este lugar y día.

Creemos en Jesús

Creemos en Jesús y queremos seguirlo con la mano en el arado y sin volver la cabeza atrás.

Creemos en Jesús

Invocaciones (tras el credo)

Hermanas, hermanos, creer en Jesús tiene varios niveles: admirarle es el punto de partida; aceptar sus valores y su modo de vivir es ya una opción e vida; reconocer en él la imagen misma de Abbá es la fe cristiana. Oremos diciendo:

Jesús, queremos conocerte y seguirte.

  • Madre-Padre bueno, que tu Iglesia nos muestre el verdadero rostro de Jesús que nos invita a ser caminantes para liberar y ayudar quienes sufren por distintos motivos. Oremos.

Jesús, queremos conocerte y seguirte

  • Madre-Padre bueno, que los cristianos entendamos que la invitación a «perder la vida» supone optar por vivir en una dinámica de servicio constante y acompañamiento a las personas más desfavorecidas. Oremos.

Jesús, queremos conocerte y seguirte

  • Madre-Padre bueno, que quienes trabajan en la construcción de un mundo más justo y en paz, se sientan sostenidos y alentados por todos nosotros y su testimonio nos contagie una forma de vida justa y pacífica.

Jesús, queremos conocerte y seguirte

  • Madre-Padre bueno, que en estas vacaciones nuestros niños y jóvenes disfruten del descanso y sean solidarios con su tiempo y sus gestos para que otros también puedan descansar. Oremos.

Jesús, queremos conocerte y seguirte

  • Por las familias de nuestra parroquia y del barrio, que este tiempo vacacional sea una nueva oportunidad para reforzar vínculos familiares y crecer en valores solidarios. Oremos.

Jesús, queremos conocerte y seguirte

Madre-Padre bueno, una vez más, hoy nos preguntas a cada uno: «Y tú, ¿quién dices que soy yo?». Queremos conocerte, conociéndote seguirte y siguiéndote, proclamarte. Y te damos las gracias por tu hijo Jesús, nuestro hermano y maestro. Amén.

Anáfora

Es verdad es justo alabarte y bendecirte, Padre y Madre de todos los seres humanos. Tú eres nuestra alegría, como una brisa para los humanos, imponente y sencilla, transcendente y cercana.

TODOS. Te damos gracias, Padre santo, en la fiesta de tus Santos, en especial al venerar la memoria de tus Apóstoles Pedro y Pablo.

Aplaudimos con entusiasmo el estilo de sus vidas, su encantadora sencillez, su humildad verdadera, el amor que les consumía, la pasión por la libertad y su fantasía creadora.

Gracias a ellos, tu Iglesia se ha mantenido, por ellos se ha conservado el espíritu y la denuncia a la ley y las tradiciones. Ellos fueron abriendo camino y nos despertaron del sueño.

Por todos ellos se llena el corazón de gozo y celebramos esta fiesta en su honor aclamándote a ti, Dios de la belleza y del encanto:

            Todos. Santo, Santo…

La fiesta de hoy nos hace recordar al primer obispo de Roma, tu apóstol Pedro. Tuvo caídas e infidelidades, vaciló y se apartó del camino recto pero supo arrepentirse y aceptar la corrección.

Negó a Jesús ante sus enemigos, no fue valiente a la hora del seguimiento, pero le confesó Hijo tuyo y supo responder con amor a las preguntas insistentes sobre el amor.

Todos. Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre  que está en el cielo.

También recordamos al apóstol Pablo que, a pesar de luchas y resistencias, supo abrir tu iglesia a judíos y paganos haciendo de verdad una iglesia católica, universal.

Al recordarlos a ellos, recordamos la comida con Pedro y demás apóstoles poco antes de morir. Que tu Espíritu haga presente a Jesús en este pan y en este vino.

La víspera de morir…

Hacemos memoria de la muerte de Jesús, de la crueldad de la cruz, del desprecio sufrido; pero recordamos también con cariño la resurrección y su vida junto a ti.

Renovamos nuestra fe en tu Hijo Jesús al recordar a los que estuvieron cercanos a él, al apóstol Pedro que le negó pero que supo reiniciar el camino de la fe.

Todos. Su poder, como el de Jesús, no fue el de la fuerza y el dominio sino el de la debilidad y el amor. Pedro ¿me amas más que estos? Señor, tú sabes que te amo.

Al recordar al primer obispo de Roma elevamos a ti una oración por la Iglesia: Envía tu Espíritu sobre las iglesias, ese espíritu que hizo nacer con fuerza las iglesias de Jerusalén y Antioquía, de Corinto y de Roma.

Que el obispo de Roma, el papa, se sienta fortalecido en la fe y confirme en la fe a sus hermanos.

Que el Espíritu le ayude a caminar con paso firme al frente de la iglesia universal.

Que sepamos, como hizo el apóstol Pablo, abrir nuestra iglesia a todos los seres humanos, rompiendo fronteras y separaciones acogiendo a todos los hermanos y formando con ellos una comunidad universal.

Todos. Haz que seamos sensibles al dolor humano, que compartamos las alegrías y los sufrimientos de todos los que nos rodean; que seamos compasivos con los enfermos, que acojamos a los emigrantes, y compartamos el pan con el hambriento.

Gracias por la vida que has dado a los que han muerto.

Con los que nos han precedido y con los que viven ahora te alabamos y bendecimos:

Por Cristo, con Él…

Oración por la paz (tras el Padre Nuestro)

Jesús, haz de mí un instrumento de tu paz.

Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.

Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.

Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.

Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.

Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.

Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.

Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.

Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Jesús, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,

ser comprendido, cuanto comprender,

ser amado, cuanto amar.

Porque es dándose como se recibe,

es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,

es perdonando como se es perdonado,

es muriendo como se resucita a la vida eterna.

(Autoría atribuida a San Francisco de Asís)

Oración tras la comunión

¿Quién eres Tú? Salomé Arricibita

Eres quien me abre los ojos, quien me sostiene los pasos

eres quien tiende la mano hacia mí sin mirar cuándo

quien permanece a mi lado en lo bueno y en lo malo

quien da sentido a caminos que parecen ya cerrados

Eres Dios y eres humano, vives en mí sin dudarlo

¡en cada uno! Acompañando dichas, tristezas y cantos

eres el gozo del alma el Amor, que siempre alcanza

con su llamada discreta respetuosa, sin cadenas

Eres la Luz y la Paz Camino, Vida y Verdad

eres hambre, sed y afán de vivir buscando más

eres música, danza, amistad, calor en la intimidad

eres todo, eres más, eres yo, cuando aprenda a amar

eres música, danza, amistad calor en la intimidad,

eres todo, eres más, eres yo….cuando aprenda a amar

Oración de acción de gracias

A este Jesús que nos interroga “¿Quién decís que soy yo?” le damos gracias por seguir juntos manteniendo comunidad aun a pesar de las circunstancias, ¿o precisamente por ellas?, de que estamos pasando un momento en que el mundo no está en paz, sino inundado de violencia, desigualdad, pobreza y despropósitos políticos.

Y también porque desde esta insolidaridad del “sálvese el que pueda” queremos salvarnos juntos, porque aquel de quien decimos que es el hijo de Dios que entregó su vida por nosotros, nos dejó ese legado. Hoy nos sentimos agradecidos de celebrar comunitariamente esta eucaristía que prolongaremos en la mesa común con los alimentos que Dios Padre nos hace llegar desde la Madre Tierra.

Por todo ello ¡te damos gracias!