LOS DESAFÍOS DEL REINO DE DIOS, HOY
I.- El Reino de Dios, a la luz del Evangelio de Marcos
Abordar el tema del Reino en el momento actual requiere una lectura que tenga muy en cuenta la situación de crisis en que estamos inmersos y exige abrir el corazón a interpelaciones exigentes que apunten a los fundamentos del orden social en que vivimos.
Atravesamos una profunda crisis económica, que también es alimentaria, energética, ambiental.… y, probablemente, una crisis de civilización o, en palabras de F. Betto, una “crisis de humanidad”. De hecho, muchos analistas aseguran que lo más destacado de esta situación es que en medio del colapso económico-social ha estallado una crisis antropológica o de valores, una quiebra de los valores básicos de la modernidad.
El propósito de este taller es contrastar esta situación con el mensaje del Reino de Dios que proclama Jesús de Nazaret, según la presentación que de ello nos hace el evangelio de Marcos.
A la luz de la Hermenéutica simbólica, el evangelio de Marcos pretende no tanto narrar hechos concretos, cuanto sembrar una huella en el corazón humano. Más que crónica histórica, su finalidad es estrictamente didáctica. Para hacer más inteligible el mensaje de Jesús sobre el Reino de Dios (RD) utiliza dos imágenes elocuentes: el movimiento de los pies (“se ha cumplido el plazo y el reinado de Dios ya está cerca; orientad vuestros pies hacia él” Mc. 1, 14) y la práctica subversiva de las manos (Jesús extiende la mano y toca, contra la ley, al leproso (Mc. 2, 1-13); el hombre del brazo atrofiado en Cafarnaún extendió el brazo el día de sábado –contra la doctrina religiosa oficial- (Mc. 3, 1-7)…..
Pies y manos son usados en el universo de Jesús para liberar y salir hacia lo que humaniza y socializa. Marcos apuesta por “mover los pies” para salir de la sociedad del sometimiento, la marginación, la división social en clases…. y cruzar al otro lado de Jordán, al Reino de la libertad y la igualdad. Allí se emplearán las manos abiertas, que simbolizan el ‘compartir’ humanizador y liberador (hija de Jairo, hemorroisa, paralítico de Cafarnaúm, endemoniado de Gerasa …etc.). Marcos tiene una mentalidad y un discurso simbólico de carácter netamente sociopolíticos.
Aceptar una perspectiva de este tipo nos exige cuestionar desde la raíz las bases en que se funda esa sociedad del sometimiento, de la división social, y de la marginación. Una de ellas, tal vez la más decisiva, es la cultura de la apropiación, es decir, el cuestionamiento de la propiedad. Pues, tal como está consolidado en la cultura occidental globalizada, es un principio que legitima la acumulación sin medida, la desigualdad insultante, la injusticia provocadora; autoriza a unos pocos el dominio absoluto del planeta, destruye la naturaleza por sobreexplotación, provoca ecocidios y genocidios; y consagra la explotación humana como uno de los pilares de nuestro sistema socioeconómico.
De la propiedad nace la necesidad del dinero, el mercado como religión, las fronteras, las armas, la violencia y el hambre. Y nuestro sistema religioso, como parte del modelo cultural que ha contribuido a extender, legitima a través de los siglos todo este orden social y cultural.
Frente a ello, el proyecto de RD presentado por Marcos habla de la necesidad de superar el Antiguo Régimen simbolizado por el sistema de propiedad ilimitada y “mover los pies” para salir de la sociedad de la apropiación y el sometimiento, es decir, abandonar la vieja sociedad de división en clases y de marginación para dar paso a esa nueva realidad de libertad e igualdad que él denomina el RD.
Ese horizonte de libertad, justicia, igualdad y solidaridad es la utopía que hoy nosotros denominamos la sociedad alternativa. En esto consiste el Reinado de Dios expresado en la vida, mensaje y praxis de Jesús de Nazaret. Y en este sentido cabe afirmar enfáticamente que el evangelio representa una alternativa global a los valores del actual sistema capitalista neoliberal que deshumaniza a todos y oprime a dos terceras partes de la Humanidad. El Cristianismo es antisistémico.
II.- Espacios para la construcción del RD hoy
Sabemos que la Causa de Jesús es el anuncio y la implantación de Reino de Dios y que éste, aún siendo un proceso que crece poco a poco, se realiza en la historia, en cada sociedad y en cada momento histórico.
Hoy la apuesta por el Reino remite a cuestiones que no son nuevas pero tienen formulación propia, dada nuestra coyuntura. Las principales apuestas tienen que ver con la paz, la igualdad entre los diferentes, la colectivización de los bienes, la igualdad de género, el respeto a la Naturaleza…etc.
Así que, la construcción de la nueva sociedad que hemos señalado nos exige trabajar en algunos de los espacios que permiten hacer avanzar esos rasgos de la nueva sociedad. Siempre desde dos premisas clave que se corresponden con la esencia del RD que Jesús predicó:
a) la centralidad del ser humano en cualquier proceso de cambio histórico;
b) el principio de igualdad radical entre los hombres y los pueblos. Ningún proceso de cambio social será relevante para el cristiano si no redunda en hacer más real la fraternidad que Dios quiere para todos.
c) A partir de ahí, reconocemos como espacios valiosos para avanzar en la construcción de la sociedad alternativa los siguientes:
1. La consolidación de una nueva Ética política que, además de prestar especial atención a la ética del cuidado, se distinga por la defensa radical de los Derechos Humanos actualizados y extendidos a toda la Humanidad, y que contemple nuevas ópticas sobre la economía (valor de uso frente a valor de cambio), la democracia (esfera económica, Iglesias…), el respeto a la Naturaleza (uso sostenible de los recursos naturales), la interculturalidad (nueva Ética de las relaciones entre diferentes…), en línea con lo señalado por F. Houtart.
2. La paz, como elemento estratégico para superar los conflictos y la violencia grupal e institucional, nacional e internacional. El compromiso por la paz es tarea muy exigente, pues –como es conocido- la paz es mucho más que la ausencia de guerra. Es el fruto de la justicia.
3. Construir una nueva cultura de la democracia que permita la libre expresión de todas las opciones políticas, las identidades nacionales y el derecho de autodeterminación. En el plano internacional, esa nueva cultura exige, entre otras muchas cosas, la reinstauración efectiva del Derecho Internacional, la democratización de la ONU y la superación de cualquier tentativa imperialista. Y, en nuestro entorno, un avance decidido hacia formas de democracia participativa, así como la integración social, política y cultural de los inmigrantes. Como aporte especifico de los cristianos es preciso destacar el desarrollo del principio de laicidad, y su urgente implantación social y jurídica.
4. La lucha contra la desigualdad y la pobreza. La crisis económica ha aumentado la desigualdad social, y ha originado una depauperación de la clase trabajadora en su conjunto, afectando de modo especial a los jóvenes, amplios sectores de mujeres y todos los afectados por alguna discapacidad, física o cultural. Las personas en paro y en situación de dependencia constituyen el mayor espacio social de nuevos pobres cuya realidad urge aliviar. Se impone en este terreno reclamar la ampliación de protección que todo Estado del Bienestar debiera atender, comenzando por la implantación del salario social o renta mínima garantizada.
5. El espacio político: Hacia el Socialismo del siglo XXI. La situación de crisis de la izquierda que vivimos en Europa exige también una profunda reflexión sobre sus posibilidades y condiciones del cambio político en nuestras sociedades.
Se plantean cuestiones nuevas sobre el modelo de sociedad que buscamos y sobre los instrumentos de organización sociopolítica (partidos políticos, sindicatos, movimientos sociales, otras formas….) que ayuden a hacer posible la nueva sociedad.
La propuesta de Socialismo, -llámese S. del s. XXI, Soc. comunitario, Soc. de rostro humano o como se quiera- es la senda por la que transitan los más decididos movimientos alternativos del mundo. (Véanse las pistas en América Latina)
Los cristianos del primer mundo hemos de apostar también para hacer socialmente posibles los valores en que creemos. No podemos decir: Capitalismo, NO; Socialismo, tampoco. Y seguir esperando. Es preciso caminar en alguna dirección. Y, por ello, es preciso trabajar en algún espacio sociopolítico transformador.
6. La apuesta ecológica, como compromiso con la vida y como paradigma del cambio que buscamos. El respeto a la Naturaleza, su conservación y transmisión a futuras generaciones conduce en el actual sistema capitalista a cuestionar el propio modelo social y apostar por formulas de decrecimiento y de consumo sumamente responsable.
7. La igualdad de género, como prioridad democrática. Sensibilidad ante las demandas y propuestas feministas y cambio de hábitos en la vida cotidiana y en las relaciones de poder. Al igual que el feminismo crece en nuestro entorno social es un reto para nosotros fomentar y practicar la teología feminista en el seno de las comunidades cristianas.
III.- Nuestras actitudes ante la construcción del Reino.
La fe de la comunidad es un crisol en el que se funden diversas sensibilidades, distintas experiencias cristianas, diferentes acentos en las respuestas al seguimiento de Jesús y, por consiguiente, a la conversión que todos percibimos para hacer cada día más posible la construcción del RD. Entre las sensibilidades más utópicas, que apuestan por la radicalidad para hacer posibles cambios estructurales, y las más pragmáticas, que no ven viable la abolición de la propiedad privada en este tiempo histórico, detectamos un amplio espacio de convergencia para RECONOCER, IDENTIFICAR Y ASUMIR colectivamente el núcleo esencial de lo que entendemos por Reino de Dios, a partir del mensaje y la práctica de Jesús.
A) RECONOCER lo que NO es el Reino. La realidad del mundo y la cultura dominante en que vivimos hoy no es Reino. Jesús denunciaría como anti-reino todas las situaciones de marginación, de injusticia social, de hambre, de guerra, de tráfico de armas, de esclavitud, de trabajo infantil, de ilegalización de seres humanos, de explotación laboral, de precariedad existencial, de maltrato, de muerte prematura, de servidumbre a la deuda en países pobres….; y, por lo mismo, la acumulación de bienes, el consumismo irresponsable, el armamentismo, el abuso de los poderes, el sometimiento de los pueblos, el enriquecimiento de los bancos, el ocultamiento de la verdad de los pobres, la manipulación informativa, la violencia contra las mujeres, la destrucción de la Naturaleza y sus recursos….,etc.
En síntesis, son posturas antagónicas con el Reino: el amor al dinero, el afán de poder, el ocio consumista y superficial; las prácticas de discriminación social, cultural, política o religiosa; los odios y desavenencias; el apoyo o tolerancia ante la guerra; el mal en todas sus vertientes….
Nada de todo esto es ‘lo natural’ para los humanos, por frecuente que sea. Lo es muchísimo más el mundo que Jesús anuncia y practica.
B) IDENTIFICAR el núcleo duro del RD, según Jesús: su apuesta por la justicia social y el amor; la predilección por los débiles y pequeños, su opción por los pobres. Lo esencial de Jesús es la opción por la vida.
Jesús hoy se haría el samaritano de los marginados, los que pasan hambre, viven sin protección social alguna; de los pueblos indígenas, los exiliados, las comunidades desplazadas o perseguidas; los inmigrantes ‘sin papeles’, los ‘sin techo’, los presos a causa de la justicia….
Ese Reino de justicia y amor pasa por la implantación de condiciones materiales básicas y concretas que nos interpelan:
- -Lucha sin tregua contra el hambre y la desnutrición
- -Atención sanitaria para todos, incluso en el primer mundo
- -Programas efectivos de Educación, sin discriminación de sexos o condición social
- -Trabajo digno para hombres y mujeres, en condiciones de igualdad
- -Plena y efectiva igualdad de derechos sociales, políticos y culturales
En consecuencia, son posturas favorables al Reino: el compromiso con la justicia y con la verdad, la práctica de la misericordia con todos los necesitados, las actitudes de desprendimiento y de servicio, la austeridad solidaria, el consumo responsable, el ejercicio de la fraternidad y el amor, la actitud permanente de la humildad y, siguiendo el ejemplo de Jesús, el cultivo de la relación filial con el Padre (oración)
C) ASUMIR nuevas actitudes y espacios de trabajo para hacer más cercana esa sociedad alternativa que imaginamos como anticipo histórico del RD en plenitud. En este sentido, consideramos prioridades para una vivencia cristiana acorde con el Reino:
- .Practicar la austeridad solidaria, frente al consumismo. Compartir más los bienes que tenemos.
- .Fomentar la fraternidad, el diálogo y la solidaridad
- .Denunciar las leyes injustas, aunque no nos afecten directamente.
- .Vivir en armonía con la naturaleza, impidiendo su degradación o destrucción
- .Practicar la misericordia con todos los necesitados, próximos o lejanos.
- .Implicarnos en proyectos transformadores de la sociedad.
En definitiva, nuestra opción por el Reino seguirá siendo trabajar por la justicia, la igualdad y la paz…, en busca de una liberación integral de los seres humanos y unas relaciones sociales basadas en la cooperación y la solidaridad.
En cuanto a los espacios más relevantes para hacer posible una transformación de la sociedad actual, la comunidad opta por un pluralismo de contenidos y mediaciones organizativas. Se reconoce el atractivo de los Movimientos Sociales alternativos en su versión anticapitalista, la militancia en Partidos políticos de izquierdas y en Sindicatos de clase, las Organizaciones de solidaridad internacional, la colaboración en Campañas contra la vulneración de derechos humanos, por el Derecho internacional…,etc. Siempre con la esperanza firme de que ¡Otro mundo es posible!
En esta tarea por la nueva sociedad, que llamamos ‘construcción del Reino’ los cristianos afortunadamente no estamos solos. Es un proyecto que se hace entre todos los que practican el bien y trabajan por la justicia, cristianos y no-cristianos. Todos los que hacen de su vida un servicio a la humanidad, a las causas de la justicia y la solidaridad han entrado en el camino de la humanización. Sin embargo no parece necesario llamarles por eso “cristianos anónimos”. Nadie reclama esa etiqueta. Lo importante es el valor de su entrega y su servicio: crear humanidad, dando primacía a los más débiles. Para el cristiano eso es ‘poner en práctica’ el RD.
Una última cuestión sobre el modelo de sociedad. Hemos hablado de Socialismo de nuevo cuño –humanista, comunitario, autogestionado…etc.-. Es decir, reconocemos en el proyecto socialista una base sólida sobre la que construir, a pesar de las dudas que las experiencias del pasado han mostrado. Nuestras aspiraciones apuntan hacia un sistema nuevo (ni Capitalismo ni Socialismo, tal como se han conocido) que logre aunar la libertad y la iniciativa privada con las imprescindibles cotas de igualdad. Se trataría de un modelo de sociedad que coloque a la persona en el centro del sistema, por encima de las instituciones.
Pero ese modelo sólo se alcanza con la experimentación y la praxis histórica. Y para hacer avanzar la historia es preciso comprometerse en mejorar sustancialmente las experiencias conocidas. En ningún caso es compatible la proximidad del Reino con la inacción contemplativa. Hoy no se puede estar mirando al cielo. Porque el Reino de Dios “está entre nosotros” y su desarrollo sólo es posible para cada uno en la historia que nos toca vivir. Por ello confesamos nuestra renovada decisión de ‘ponernos en marcha’ siguiendo la senda de Jesús.
Madrid, Marzo de 2010