Sin justicia no hay paz 19 de enero de 2.014
Saludo y presentación
Sin una justicia basada en la fraternidad universal no puede haber paz
Es una experiencia compartida en la Comunidad la dificultad que hay a veces para encontrar un tema de celebración. Chocan entre sí objetivos diversos, desde el no seamos repetitivos al escojamos un tema encarnado en la actualidad. Además de que no perdamos la espiritualidad y que exprese nuestra identidad como creyentes, etc, etc.
Tenemos que decir que en nuestr caso ha sido muy fácil porque nos encontramos con el mensaje del papa Francisco sobre la fraternidad la paz y la Justicia.
Por ello os proponemos esta celebración con el titulo: Sin justicia no hay paz RECONOCEMOS NUESTRAS FALTAS
¿Somos capaces de reconocer que, a veces, la indiferencia hacia nuestros hermanos y hermanas nos conduce al olvido de sus necesidades? Por todos nuestros olvidos, perdón Señor.
Nos vemos reflejados en comportamientos egoístas, lejos de aquellos que implican ayuda y servicio……. Y porque no hacemos todo lo adecuado para superar estas actitudes. Perdónanos Señor.
Sabemos de las injusticias que se cometen y que aumentan día a día las desigualdades, pero por nuestras tibiezas y nuestros miedos nos mantenemos en un segundo plano y nuestros compromisos son tibios. Perdónanos por ello Señor.
Con frecuencia, descubrimos en nuestro estilo de vida signos de poca solidaridad, de uso de los bienes que obedecen, sobre todo, a nuestros intereses particulares. Nos avergüenza reconocerlo y queremos pedirte perdón por ello. Perdón Señor
Reconociéndonos así tan pecadores, queremos también poner en tus manos nuestro deseo de contribuir a la paz, la justicia y la fraternidad. Ayúdanos Señor.
Lectura de la epístola de Francisco
«La fraternidad tiene necesidad de ser descubierta, amada, experimentada, anunciada y testimoniada. Pero sólo el amor dado por Dios nos permite acoger y vivir plenamente la fraternidad.
Los cristianos creemos que en la Iglesia somos miembros los unos de los otros, que todos nos necesitamos unos a otros, porque a cada uno de nosotros se nos ha dado una gracia según la medida del don de Cristo, para la utilidad común. Ésta es la buena noticia que reclama de cada uno de nosotros un paso adelante, un ejercicio perenne de empatía, de escucha del sufrimiento y de la esperanza del otro, también del más alejado de mí, poniéndonos en marcha por el camino exigente de aquel amor que se entrega y se gasta gratuitamente por el bien de cada hermano y hermana.
Cristo se dirige al hombre en su integridad y no desea que nadie se pierda.«Dios no mandó a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él» (Jn 3,17). Lo hace sin forzar, sin obligar a nadie a abrirle las puertas de su corazón y de su mente. «El primero entre ustedes pórtese como el menor, y el que gobierna, como el que sirve» –dice Jesucristo –, «yo estoy en medio de ustedes como el que sirve» (Lc 22,26-27). Así pues, toda actividad debe distinguirse por una actitud de servicio a las personas, especialmente a las más lejanas y desconocidas. El servicio es el alma de esa fraternidad que edifica la paz.»
Introducción al diálogo. La fraternidad es uno de los dos puntos que más nos han llamado la atención últimamente en los mensajes del papa Francisco. El otro es la alegría, sobre el cual versará la celebración de Santo Tomás.
En el mensaje del papa con motivo de la jornada mundial de la paz, imposible de resumir en este breve espacio, Francisco repasa cómo la fraternidad es una vocación enraizada en el hombre -como ser relacional- pero que lleva en sí la “dramática posibilidad de su traición”. A partir del establecimiento de la fraternidad universal (“Y todos ustedes son hermanos”), Francisco nos conduce por el camino de comprobar cómo la fraternidad es el fundamento y el camino para la paz, la premisa para vencer la pobreza, el antídoto contra la guerra y el crimen e, incluso, un modo de proteger la naturaleza. En medio, nos hace reflexionar sobre la necesidad del redescubrimiento de la fraternidad en la economía universal.
Cada punto merecería un largo diálogo, imposible de abarcar en este corto espacio. Hoy nos hemos fijado en la fraternidad como camino para la paz; no solo entre las naciones sino, a nuestro nivel, entre las personas, con cada uno de los que nos rodean, familia, amigos, vecinos, comerciantes, personas necesitadas… Francisco rescata de una encíclica de Juan Pablo II que el prójimo debe ser amado “no sólo como un ser humano con sus derechos y su igualdad fundamental con todos, sino como la imagen viva de Dios Padre”. Podríamos de otra manera decir que, si creemos en la encarnación de Dios en el hombre, los derechos humanos son sagrados. Y a saber respetarlos y cuidarlos nos debe ayudar la fraternidad en tanto en cuanto entendemos que cada persona es nuestro prójimo y nuestro hermano.
Brevemente podemos reflexionar sobre esto y plantear cual es nuestro punto de vista. Cómo vemos reflejada en los demás nuestra fraternidad.
Anáfora “Sin Justicia no hay Paz”
Equipo 1.- Bienvenidos a esta reunión de hermanos y hermanas convocados en nombre del que nos trae la Paz. La Paz no es un sueño, ni sólo un deseo, es un proyecto vivo que necesita de nuestra continua atención y apoyo: para esta tarea no hay ni descansos ni suplentes.
Todos.- Gracias Dios Padre y Madre porque al cobijarnos bajo tu Palabra, nos haces hermanos interdependientes, con la conciencia de que todas las naciones de la tierra formamos un solo pueblo y compartimos el mismo destino. Nada ni nadie me es ajeno.
E2.- No queremos vivir en un mundo donde se “globaliza la indiferencia”, que nos “habitúe” al sufrimiento del otro, que nos cierre en una burbuja aislados del mundo exterior. Porque las gentes de ese mundo de dolor, de ira, de pena pero también de alegría y de solidaridad son nuestros hermanos y hermanas y, por tanto, piedra también del futuro Reino que nos llamas a construir.
Todos.- No queremos ser cómplices de un mundo donde continuamente se lesionen gravemente los derechos humanos. Queremos una tierra poblada de iguales en dignidad y derechos porque la pobreza y la injusticia sólo revelan una profunda falta de fraternidad y una ausencia total de cultura para la solidaridad.
E3.- La trata de seres humanos, con cuya vida y desesperación especulan personas sin escrúpulos; las guerras hechas de enfrentamientos armados, las otras guerras menos visibles, pero no menos crueles, que se combaten en el campo económico y financiero con medios igualmente destructivos de vidas, de familias y de empresas son un signo de un mundo en agonía que nos debe hacer gritar con más fuerza “venga a nosotros tu Reino”.
E4.- Dios nos interpela: ¿Dónde está tu hermano? Y nosotros respondemos en demasiadas ocasiones con “No lo sé; ¿acaso soy yo el guardián de mi hermano?” olvidando que “ya que hay un solo Padre, que es Dios, todos son hermanos”. Debemos reflexionar, interpelar a nuestra conciencia y preguntarnos cuándo y por qué hemos sido capaces de romper el vínculo de fraternidad que nos une a nuestros semejantes.
Todos.- “Quien acepta la vida de Cristo y vive en Él reconoce a Dios como Padre y se entrega totalmente a Él, amándolo sobre todas las cosas. El ser humano reconciliado ve en Dios al Padre/Madre de todos y, en consecuencia, siente la llamada a vivir una fraternidad abierta a todos. En Cristo, el otro es aceptado y amado como hijo o hija de Dios, como hermano o hermana, no como un extraño, y menos aún como un contrincante o un enemigo”.
E1.- Te damos gracias por haber tocado a la puerta de nuestro encallecido corazón, por traer luz donde sólo había oscuridad, esperanza donde reinaba el pesimismo. Por todo esto, nos atrevemos a cantar:
TODOS: Santo de la misa campesina
E2.- Esta Comunidad quiere compartir lo que tiene y lo que es. En unos días celebraremos a nuestro patrón, Santo Tomás de Aquino, y él nos recordaba que “no es malo en sí que el hombre posea cosas propias, pero éstas no las tiene como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demás”. Debemos, por tanto, “elegir vivir estilos de vida sobrios y esenciales compartiendo las propias riquezas, para conseguir así experimentar la comunión fraterna con los otros”.
E3.- Partir y repartir este pan y este vino no puede quedarse en un mero recordatorio de algo que pasó hace dos mil años. Este pan y este vino significan mucho, pero sobre todo es un compromiso de amor hacia el prójimo, a ese que ni tan siquiera conocemos. Sólo así podemos entender que aquella noche, Jesús reuniera a su gente en torno a una mesa y les dijera…
TODOS:
«…Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros».
E4.- Como nosotros hoy, entre sus discípulos había una mezcla de temor, incredulidad e incertidumbre. Por eso, repitió el mismo acto con su copa de vino, mientras decía…
TODOS:
«…Tomad y bebed de esta copa, porque ella es el nuevo pacto en mi sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por hombres y mujeres para el perdón de los pecados.
Este es el sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
E1.- La sangre derramada por hombres y mujeres a través de la Historia en la construcción de una sociedad más justa y fraterna nos guía en esta larga travesía. Ninguno de ellos quería escribir su nombre con letras de oro ni sentarse en un sitio privilegiado. Los reconocemos y ponemos en esta mesa (SILENCIO).
TODOS:Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
E2.- Cuenta el evangelista que al pasar la copa entre sus discípulos les dijo “Hijo del hombre se va, según lo establecido, pero ¡ay del hombre que lo entrega!” Que no seamos nosotros ese hombre o esa mujer que traiciona tu Palabra. Pedimos fuerza uniendo nuestras manos y repitiendo la oración que nos enseñaste:
Padre nuestro
E3.- Que la Paz que buscamos esté en nosotros y seamos capaces de trasmitirla a los demás. Por eso luchamos por la justicia, por eso nos deseamos paz, nos damos paz, invocamos la paz.
Comunión
ACCIÓN DE GRACIAS
Queremos darte GRACIAS por el Papa Francisco, porque sus mensajes nos ayudan a seguir las enseñanzas de Jesús sintonizando con el resto de la iglesia. De esa iglesia de la que durante tanto tiempo no hemos sentido ajenos y de la que no hemos podido esperar la más mínima comprensión.
Gracias por que eso nos trae la Esperanza de que todos los cristianos juntos, siguiendo fielmente el mensaje de Jesús, podemos ser capaces de instalar en la tierra tu Reino basado en la Justicia y en la Fraternidad
PADRE, hoy queremos darte gracias, fundamentalmente por ser eso, por ser nuestro PADRE- MADRE. Porque eso nos hace hermanos y porque hoy, en esta celebración, hemos reflexionado y comprendido la importancia que tiene para nosotros y para el Mundo
Queremos sentir muy cerca a toda la humanidad, a ese hermano que esté donde esté y sea del color, de las ideas, o de la religión que sea sufre y nos necesita.
Danos valor para ponernos en el lugar del otro, para sentir con él sus necesidades, para quererle de verdad como a nuestro hermano
Si es así, nuestro corazón se inundará de esa PAZ- SHALOM que empieza dentro de nosotros y de este modo la podremos irradiar a los demás