“La actitud de servicio: servir a Dios sirviendo a todos” 27 de octubre de 2013
Saludo y presentación:
La semana pasada asistimos a la asamblea de la comunidad, y aunque siempre esta asamblea organizativa nos resulta árida y pesada, hemos querido resaltar hoy su importancia por el servicio que supone para la comunidad tanto la asamblea en si como los trabajos que a lo largo del año se hacen por parte del Consejo, por los distintos grupos (Reflexión, preparación eucaristías, Fe y cultura, página web, economía), por nuestra implicación en las distintas comisiones externas, nuestro seguimiento de los proyectos que apoyamos económicamente, etc
Es el momento de pasar revista al uso que hemos hecho de nuestros talentos-posibilidades, de cómo los ponemos al servicio de los demás, el momento también de cargar las pilas para seguir trabajando al servicio de la justicia, de la atención a las víctimas y del apoyo a los más débiles y que más nos necesitan
Queremos recalcar que no es fácil entrar en la dinámica del servicio a los demás sin esperar nada a cambio, pero debería ser una actitud básica en la vida de un seguidor de Jesús.
Si conseguimos ver el mundo desde fuera de nuestro egocentrismo y descubrimos que el centro es el otro, habremos encontrado la forma de ir caminando hacia una auténtica actitud evangélica
El seguimiento del Evangelio no se puede hacer solo, individualmente y desentendiéndose de los demás, es necesario vivir esa interacción con verdadero sentido de comunidad
Jesús dejo claro que a DIOS sólo se le puede servir en el hermano, sólo siendo cada vez más humanos podemos acercarnos a Dios. Ser más humano significa amar más, y Amar significa don y servicio a los demás
Canción: nº 28, pag 24 «TIEMPO DE DESPERTAR» (estrofas 1 y 2)
Petición de perdón:
- Por nuestra falta de implicación en acciones o tareas comunitarias al servicio de los demás. PERDÓN SEÑOR, PERDÓN
- Por mirar hacia otro lado cuando se nos pide compromiso en el servicio a los que precisan de nuestro apoyo, de nuestra compañía, de nuestra acción solidaria. PERDÓN SEÑOR, PERDÓN.
- Por nuestras indiferencias hacia las necesidades de los otros. PERDÓN SEÑOR, PERDÓN.
- Por tantas veces que nuestra comodidad nos impide trabajar al servicio de la justicia y de las causas de los excluidos. PERDÓN SEÑOR, PERDÓN.
Lecturas:
1º Lectura: Romanos 12, 1-9
2º Lectura: Mateo 20, 20-28
Introducción al diálogo:
¡Cuántas veces hemos hablado de servicio! ¡Cuántas veces hemos comentado que “el que sea primero entre vosotros sea vuestro servidor”!. ¡Cuántas veces hemos hablado del servicio público”
Y por otro lado, ¡cuántas veces hemos oído, desde pequeños “Servir a Dios”! Lo hemos llevado como impronta, lo mismo que lo ha llevado el cristianismo a lo largo de los siglos; nosotros nos hemos denominado “siervos” muchas veces y son muchas las instituciones religiosas que llevan el nombre de “Siervos de…” o -me da la impresión de que con mayor frecuencia- “Siervas de…”
Hoy podemos unir ambos conceptos y reflexionar sobre qué es servir a Dios y qué es servir a los demás. Más aún ¿no será que la manera de servir a Dios es servir a los demás?
Ofertorio:
- En la asamblea aprobamos responder al SOS humanitario que nos lanzó desde Ecuador nuestra amiga de Pueblo Indio, Nidia, para ayudarles a recabar la ayuda necesaria para las mujeres kichwa que marchan hacia la capital, en demanda de paralización de los planes de explotación de sus tierras.
- Agenda que simboliza donde apuntas lo que tienes que hacer para servir a los demás
- Una bandeja y jarra con agua
- Programa de la asamblea hecha para servir
- Una foto de los consejeros
- El pan y el vino
nº 73, pag 60 «YO TE OFREZCO SEÑOR» de la misa nicaragüense
Anáfora:
Equipo 1.- Nos reunimos hoy, como cada domingo, para proclamar el nombre de Jesús, su identificación con hombres y mujeres que sufren el olvido, la enfermedad, la opresión, la tristeza…Su ejemplo de servicio, en definitiva, a los demás
Todos.- Gracias Dios Padre y Madre por enseñarnos continuamente que lo que hacemos por nuestro prójimo lo hacemos también por ti, por ese Dios que no vive en su cielo sino en esta Tierra maltratada. Por mostrarnos que somos piezas de un gran puzle, insignificantes pero necesarias.
E2.- Nos sentimos desazonados por los muchos errores que nos obstinamos en repetir una y otra vez, por las veces que olvidamos que si somos seguidores tuyos, no podemos servir a más Dios que a aquel que murió en una cruz abandonado por los poderosos, por los políticos y por los sacerdotes.
Todos.- Pedimos perdón por no reconocerte encarnado en la que pide limosna en el metro, en el parado que se desgarra porque se siente inútil, en el que ha tenido que dejar su tierra en busca de pan, en las víctimas inocentes de la violencia humana. Te reconocemos porque eres un Dios hecho hombre y mujer, que ha venido no a ser servido sino a entregarnos hasta el último suspiro de su aliento.
E3.- Por eso, Tú no quieres que perdamos el tiempo en sacrificios inútiles, en una piedad descarnada que mira al cielo y olvida el suelo que pisa y al hermano que le rodea. La celebración de tu Palabra, esta eucaristía, no puede ser sólo un rito que acalle nuestra conciencia, sino una llamada a servir a los demás.
E4.- Jesús de Nazaret, el hijo del carpintero, nos llama para que pongamos sobre la mesa lo mejor que cada uno llevamos dentro, poco o mucho: la viuda que deja su limosna de manera discreta, el abuelo que ayuda con los nietos, el jubilado que da clases a quienes no pueden pagarlas…
Todos.- Señor, a nadie pides más de lo que puede pero tampoco menos. No quieres excusas: quien quiera ser grande que se haga pequeño. Si pensamos en ser los primeros, seremos los últimos. Nos pides que no nos atemos a este mundo sino que hagamos otro nuevo que haga posible la llegada de tu Reino.
E1.- Gracias por hacernos partícipes de tu mensaje, por hacernos ver que todos tenemos un puesto, una misión. Que todos y cada uno de nosotros y nosotras somos necesarios para que la Utopía venga. Por todo esto, nos atrevemos a cantar:
TODOS:
Santo, Santo, Santo los cielos te proclaman
Santo, Santo, Santo es nuestro rey Yahvé.
Santo, Santo, Santo es el que nos redime,
porque mi Dios es Santo, la tierra llena
de su gloria es. (bis)
CIELO Y TIERRA PASARÁN
MAS TUS PALABRAS NO PASARÁN. (bis)
NO, NO, NO PASARÁN. (bis)
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Da gloria a Jesucristo, el hijo de David.
Hosanna en las alturas a nuestro salvador, bendito el que viene en nombre del Señor. (bis)
E2.- Alrededor de esta mesa debemos estar todos y la tenemos que llenar con cada una de nuestras aportaciones: la capacidad reflexiva y de estudio, la alegría, la militancia activa, la entrega gratuita, la capacidad de escuchar, la puerta de la casa siempre abierta…
E3.- Si somos capaces de poner todo esto, estamos preparados para repetir aquella cena en la que, sabiendo que por servir sería tratado como un delincuente, congregó a sus amigos, tomó un trozo de pan, lo partió y bendiciéndolo dijo:
TODOS:
«Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros».
E4.- Después, levantó el vino y lo pasó diciendo
TODOS:
«Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía».
Este es el sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
E1.- Nos has dicho que el que se empeñe en salvar su vida la perderá y el que se arriesgue la salvará. Son muchos los testimonios de hermanos y hermanas que lo han dado todo a cambio de nada. Su vida nos da ánimos y nos guía en esta larga travesía. Personas que no buscaron ni premios ni reconocimientos pero cuyo ejemplo es viento que arrastra nuestros miedos. Les reconocemos y ponemos en esta mesa (SILENCIO).
TODOS:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
E2.- Sabiendo que no es fácil seguir tus huellas, y a pesar de que fallamos una y mil veces, renovamos nuestro compromiso uniendo nuestras manos y repitiendo la oración que nos enseñaste:
Padre nuestro
E3.- Nada nos hace tan felices como poder compartir nuestra amistad, que es compromiso, que es lucha por los desfavorecidos, que es Esperanza. Por eso, nos deseamos paz, nos damos paz, invocamos la paz.
Al terminar y para poder continuar podemos empezar a cantar el nº 31, pag 28 «CRISTO LIBERTADOR»
E4.- Gracias Señor por seguir confiando en nosotros, por hacernos cómplices del Reino. Dichosa la Humanidad porque ha sido llamada a compartir lo que tiene y lo que es alrededor de tu mesa.
Comunión. Se oirá de fondo “La casa de mi amigo”…
Acción de gracias:
Hemos dicho en la anáfora que en el mensaje de Jesús reconocemos su identificación con quienes sufren el olvido, la enfermedad, la opresión, la tristeza… En definitiva, que en Él descubrimos el valor del servicio a los demás.
Jesús, cuando te reflejaste en los que nadie se refleja, nos abriste los ojos, que tantas veces hemos tenido medio cerrados por ensoñaciones o cegados por otras luces. Nos enseñaste que, si queremos seguirte, no tenemos que mirar muy arriba; que, si queremos servir a nuestro Padre, tenemos muy cerca a quienes tenemos que servir.
Te damos gracias por habérnoslo enseñado. Te damos gracias por los hermanos que, inspirados en tu mensaje y con la fuerza que reciben de ti, nos dan ejemplo y nos marcan el camino a seguir, por los que dan todo a cambio de nada.
Y también, te damos gracias por seguir confiando en nosotros y por darnos esperanza para seguir trabajando por el Reino. Por eso, renovamos en esta celebración nuestras fuerzas y nuestro compromiso. Con tu ejemplo y con el de tantos otros hermanos nos esforzaremos por ser más activos en el servicio de Dios. Porque cada vez vemos mejor en quién lo tenemos que servir.
Bendición y Avisos