DOMINGO 27.01.02 SANTO TOMÁS DE AQVINO

Luz sobre el candelero

p. ¿Cómo podremos. Señor, bendecirte y darte gracias a tí que eres un Dios sorprendente y siempre nuevo, nosotros, tan seguros en nuestras posiciones, tan inmovilistas y reacios a lo desconocido?

Todos: Tú, Señor, eres la luz que rompe las tinieblas, Tú vas siempre delante, abriendo camino, dando la cara, rompiendo los sellos del futuro.

E.1: Nosotros vivimos presos de la manía: nos agarramos tozudamente a lo heredado, conservamos como un tesoro las cosas viejas, siempre avanzando en la historia con la cabeza vuelta hacia al pasado. ¿No estamos corriendo el riesgo de convertimos en estatuas de sal? ¿No estamos olvidando esta máxima de Jesús: «quien pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás, no es digno de mi»?

E.2: ¿Por qué. Señor, nos salen tantas raices en los pies? No somos la sal que se disuelve en la tierra, ni la luz que alumbra desde el candelero.

¿Por qué nos identificamos más con el árbol que se arraiga en la tierra que con la grácil silueta del ciervo que se encarama en la montaña? ¿De dónde nos nace tanto afán por mantener las viejas costumbres y conservar inamovibles las tradiciones?

Todos: Hoy te damos gracias y te bendecimos. Señor,

por los hombres y mujeres inquietos y buscadores que, siguiendo las huellas de Jesús,

están rompiendo las falsas seguridades del presente y anticipando un futuro siempre nuevo y prometedor.

E.3: Asi lo hizo Jesús y en ello le fue la vida:

rompió con las falsas tradiciones del judaismo de su tiempo y abrió el espíritu humano hacia lo desconocido del Reino. Asi lo hizo Tomás de Aquino abriendo la razón cristiana a la nueva inculturación del Occidente cristiano. Asi lo están haciendo hoy quienes, desde el centro o desde la periferia de nuestra Iglesia están respondiendo a los desafíos históricos de nuestros dias.

P. Envíanos tu Espíritu, siempre nuevo y renovador, para que al lado de estas persona sabias y cabales, mártires y luces sobre el candelero de nuestros días, alabemos tu sorprendente aventura diciendo: SANTO, SANTO…

P. Recordamos ahora a Jesús, Luz perenne sobre el candelero de la historia, hombre inquieto e incorformista, luchador y contestatario de sus días.

Todos: Jesús no se acomodó a las seguridades de su tiempo,

ni al orgullo de su raza, ni al destino de su pueblo:

rompió las barreras de una religión privatizada, apostó por la justicia, más allá de la ley, transgredió las tradiciones inhumanas, declaró la guerra a todo lo caduco y se abrió como la luz al nuevo mundo de las Bienaventuranzas.

E.4: Jesús aceptó a cuerpo limpio el conflicto con las seguridades de su tiempo y le mataron en la cruz, por decisión de los poderes tácticos de su pueblo.

P. Sobre la esperanza de este mundo y sociedad nuevos, anunciados en estas vidas por el Reino, apoyamos hoy nuestra fe y nos atrevemos a repetir en memoria suya los mismos gestos que Jesús realizó en la Cena de despedida de sus discípulos:…

Todos: Padre nuestro, confesamos que en este pan y en este vino está presente entre nosotros el Espíritu de Jesús de Nazaret, que nos amó hasta dar la vida por nuestra vida y que nos prometió estar siempre a nuestro lado hasta hacer de este mundo un reflejo de tu Reino.

E.5: Te presentamos ahora nuestras preocupaciones y necesidades:

Te presentamos esta nuestra comunidad:

que la nueva etapa que estamos atravesando con éxito, que a todos nos está haciendo más responsables y participativos, no se encierre en la seguridad de una familia bien acomodada;

que se abra desde la fe a todos los retos del mundo de hoy que sepa asociarse a todos los esfuerzos por una sociedad más justa y que nunca se crea autosuficiente, ni le sean ajenas las dificultades de sus hermanos en la fe.

E.l: Que los hombres y mujeres que están luchando por un mundo en el que se superen las guerras, las injusticias, las esclavitudes, los dogmatismos, los fündamentalismos y las exclusiones nos tengan siempre como sus aliados y mejores amigos.

E.2: Que nuestros familiares más cercanos, los que han muerto, los que están enfermos, los que están más faltos de esperanza, te encuentren a ti. Señor, como refugio y consuelo.

Todos: Que intentemos ser, Señor, con tu ayuda, azote de nuestras falsas seguridades, luz sobre la ofuscación y el dogmatismo y compañeros infatigables de nuestros hermanos y hermanas más frágiles

P. Que la comunión con el Espíritu y la vida de Jesús nos haga dignos de ti. Señor, para que intentando vivir con él vivió seamos para ti la comunidad de hombres y mujeres en los tú te complaces, por los siglos de los siglos. Amen.