OYE, PADRE, EL GRITO DE TU PUEBLO
Oye, Padre, el grito de tu pueblo…
que llora a sus muertos:
los que murieron cuando les tocaba
y los que murieron fuera de tiempo y hora
porque la pandemia los arrebató de malas maneras.
Oye, Padre, el grito de tu pueblo…
que vive momentos de incertidumbre y miedo
al ver que la Covid-19 se adueñó del mundo
y lo ha puesto patas arriba,
dejando secuelas personales, familiares, sociales y económicas
muy difíciles de superar.
Oye, Padre, el grito de tu pueblo…
que está desconcertado y angustiado
porque de la noche a la mañana
cambió su vida, se rompieron sus sueños
y el futuro está lleno de incógnitas.
Oye, Padre, el grito de tu pueblo…
que se ha quedado a la intemperie
porque perdió la confianza en los “dioses”
que creía que lo iban a sacar de cualquier apuro,
y al descubrir que eran “falsos dioses”
cayó en la cuenta del engaño.
Oye, Padre, el grito de tu pueblo…
que en medio de la desolación e impotencia
busca un “Salvador”
para seguir creyendo y apostando por una “Nueva Humanidad”
que tenemos que construir entre todos,
empezando por nosotros mismos
sin dejar para mañana lo que podamos hacer hoy.
Oye, Padre, el grito de tu pueblo…
y envíanos al “Salvador”,
que lo estamos esperando con los brazos abiertos.
Julián del Olmo
29 de noviembre de 2020