Santo Tomás de Aquino 2016 31 de enero de 2016
El Reino de Dios hoy: Retos y desafíos desde una postura laica y comunitaria
PRESENTACIÓN:
Bienvenidos y bienvenidas un año más a celebrar festivamente la memoria de Santo Tomás de Aquino, Patrono de nuestra Comunidad. Nos alegra recordar, a la distancia de ocho siglos, una intuición teológica de santo Tomás que sigue teniendo vigencia en nuestros días. La intuición, fruto de su experiencia, es esta: que la Eucaristía hace comunidad y la comunidad hace, a su vez, la Eucaristía. Ambas instancias se hacen presentes en este instante mágico en que un grupo creyentes evoca la memoria de Jesús, provoca su inmanente presencia y es convocado a hacer Reino desde el lugar y tiempo donde vive.
Si esta intuición fuera cierta, estaríamos ahora ante uno de esos momentos, cargados de sentido y de vida, que no deberíamos dejar pasar desapercibido. Porque La Eucaristía de hoy y de siempre, además de ponernos en contacto con esa realidad misteriosa que va recreando por dentro nuestra comunidad, debería empujarnos a ir superando, con paciencia y con gozo, las imágenes imperfectas que frecuentemente reflejamos de la misma. Hasta que consigamos llegar a la medida de la Comunidad de Jesús, no podemos dejar que la rutina llegue a desactivar esa fecunda y viva tensión que se origina siempre en nuestras asambleas, aún sin nosotros a veces percibirla, entre la Eucaristía que estamos haciendo y la comunidad que está naciendo.
Sobre esta realidad misteriosa de fondo, en esta asamblea de hoy queremos hacer presente el trabajo que nos hemos dado en la última asamblea y que es el programa común a realizar a lo largo del año. Necesitamos recordarlo siempre y proclamarlo cuando aún está en vías de realización. Sobre este recuerdo hemos organizado las diferentes secciones de esta celebración. Presentaremos, en un primer momento, una versión actualizada del Reino de Dios en nuestros días, para recoger, en un segundo paso, los desafíos que la situación actual está provocando en una espiritualidad laica y comunitaria como la que intentamos.
Que la memoria de Santo Tomás y el Espíritu siempre nuevo de Jesús nos ayuden a vivir, con agradecimiento y alegría, este momento tan importante de nuestra fiesta.
Música: ¿?
ORACIÓN: (mientras que se lee la oración, música de fondo. Adagio.
No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos, abandonar las murallas que te protegieron, vivir la vida y aceptar el reto, recuperar al risa, ensayar el canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida y retomar los cielos.
Porque cada día es un comienzo nuevo.
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás sola. Porque yo te quiero. (M. Benedetti)
LECTURAS:
-1ª- El Reino de Dios, una “alternativa habitacional”
(Extracto de un artículo, aún inédito, de Pepe Laguna para Éxodo, febrero 2016)
La crisis ha generado su propio vocabulario encubridor. Así, al aumento exponencial de la pobreza se le llama “crecimiento negativo de la economía”, a los jóvenes que huyen del paro en busca de oportunidades laborales se les contabiliza como “aumento de la movilidad exterior”, y la subida de impuestos a las clases medias se transmuta en un “recargo temporal de la solidaridad”. Ante el drama de los desahucios, las administraciones públicas proponen “soluciones habitacionales”.
En la Palestina del siglo I también hubo personas desahuciadas. Basta acompañar a Jesús en su camino de Nazaret a Jerusalén para encontrarnos una pléyade de desahuciados y desahuciadas que encontraron en el Reino de Dios una “alternativa habitacional” a su situación de exclusión social.
Desde su nacimiento hasta su muerte en cruz, los márgenes sociales, religiosos y políticos son los lugares donde Jesús habita. Y en el margen, en la periferia habitan los endemoniados, enfermos y pobres, considerados impuros y condenados a vivir fuera de las aldeas.
Pero, mirada libremente, la periferia “conmueve”. El desesperanzado cortejo fúnebre que porta el cadáver del hijo único de una madre viuda, rota por el dolor, remueve las entrañas del propio Jesús. Así como la terrible instantánea del cadáver del pequeño Alayn Kurdi, tendido en una playa de Turquía, es un grito del margen que debería hacer tambalear nuestras propias fortalezas.
El “veníos conmigo y os haré pescadores de hombres” con el que Jesús convoca a pescadores “integrados” en los sistemas social, familiar y económico de la época, sigue siendo una invitación a desinstalarnos y habitar un nuevo lugar junto a los excluidos.
En definitiva, el Reino crea familia. La “alternativa habitacional” de Jesús funda un hogar en el que priman las relaciones familiares del servicio y del cuidado a sus miembros más vulnerables.
-Canción: Pregonad que llega el reinado de Dios. Pag. 71
-Evangelio 2ª Mc 1-14-15 y 4, 26-34
OFERTORIO:
-Mapamundi y los 10 retos de la V asamblea de RRCC.
-Bolsas. (mientras se pasan cantamos tres estrofas de Solidaridad, pag. 96)
-Pan y vino.
-Libro de la Comunidad
ANÁFORA:
E1.- Nos reunimos para renovar el pacto que desde hace más de treinta años venimos haciendo en el día de nuestro patrón: compromiso con el Evangelio y los pobres como eje central de nuestra vida comunitaria.
E2.- Poco queda ya, en nuestra manera de ser y vivir, de aquella Comunidad forjada al calor de la efervescencia universitaria de los años 70. Pero este largo peregrinaje nos ha enseñado que nuestra vida debe ser testimonio de solidaridad y responsabilidad ante los problemas de este mundo.
Comunidad: Como Santo Tomás de Aquino, sentimos la necesidad de superar la contradicción entre Fe y Razón. No son mundos separados ni irreconciliables, sino distintos caminos para aproximarse a la construcción del Reino.
E3.- Esta comunidad ha crecido a través de la reflexión crítica. No sabemos si somos “esencia” o “existencia sensible” como discutía el Santo, pero sí sentimos que la esencia y la existencia del Dios en el que creemos es porque se ha encarnado, se ha hecho presente y cercano, sencillo y universal. Esas son nuestras pruebas de tu presencia entre nosotros.
E4.- Porque estás entre nosotros, nos atrevemos a cantar por un tiempo nuevo y una nueva tierra donde la persona sea lo más importante de nuestro hacer y empeño. Aclamamos tu nombre cantando:
TODOS: SANTO, SANTO, SANTO, SANTO, SANTO, SANTO ES NUESTRO DIOS.
SEÑOR DE TODA LA HISTORIA, SANTO, SANTO ES NUESTRO DIOS.
Que acompaña a nuestro pueblo, que vive en nuestras luchas,del universo entero el único Señor.
Benditos los que en su nombre el Evangelio anuncian, la buena y gran noticia de la liberación.
SANTO, SANTO, SANTO, SANTO, SANTO, SANTO ES NUESTRO DIOS
E5.- Efectivamente, nos acompañas y vives nuestras luchas. Nos das fuerza para gritar contra la exclusión y la marginación reivindicando que se garantice la vida digna de toda persona y el cuidado de la tierra.
TODOS: Queremos vivir un tiempo nuevo también en nuestra Iglesia para que se transforme en una comunidad de creyentes abierta e igualitaria, que devuelva a las mujeres, sin discriminación alguna, el papel de las discípulas de Jesús. Queremos una Iglesia profética que comparta el pan y el vino en nombre de Jesús con toda la Humanidad.
«Por eso, repetimos el gesto de aquella noche en que tomaste un trozo de pan y lo repartiste entre todos diciendo “Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros».
E6.- Al compartir este pan y esta copa de vino pedimos también por nosotros mismos, porque sigamos manteniendo una conciencia crítica, que seamos capaces de trasmitir con nuestros gestos y nuestras acciones un estilo de vida sobrio, austero y anti consumista. Sólo así este pan y este vino llegará a toda la Humanidad.
TODOS: Tomamos el cáliz en el que se mezcla el sufrimiento humano y la Esperanza en un nuevo Reino. Nos atrevemos a recordar su gesto diciendo «Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros y por toda la Humanidad para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía»
¡Ven, Señor Jesús! ¡Sigue caminando con nosotros!
E1. Estas no pueden ser formulas gastadas que repetimos domingo tras domingo. Es la renovación de un pacto por la vida, para desterrar la violencia que las personas ejercemos sobre otras personas. Recordamos especialmente a las mujeres víctimas de la violencia sólo por ser mujeres.
E2. Pedimos, como nos ha recordado hace poco el Papa Francisco, por la Tierra. Necesitamos preservar su equilibrio y evitar su destrucción. La Tierra, nuestra querida Pachamama: el conjunto de personas y ecosistemas que permita la vida y “vida en abundancia”. TODOS: Solamente podremos decir comer de este pan y beber de este vino si somos capaces de unir nuestra idea de Jesús de Nazaret con el amor incondicional a los más débiles. Anunciamos a un Dios que no mira de dónde somos ni pregunta qué comemos o cómo rezamos.
E3. También queremos recordar, en el día de nuestro patrono, a tantos hermanos y hermanas que nos han acompañado durante este recorrido. Su sonrisa, gestos, abrazos y su compromiso con esta Utopía, nos sigue acompañando de manera continua. En su recuerdo también queremos unir nuestras manos y dirigirnos a ti con la oración que nos enseñaste: PADRE NUESTRO.
Nos damos la Paz
E4. Anunciamos un Dios Padre-Madre de toda la Humanidad, que tiene un proyecto de total liberación y que nos convoca a construir colectivamente un Reino que no pertenece a este tiempo. Sellamos esta alianza con el Pan y el Vino que ahora compartimos.
COMUNIÓN: música y al finalizar A comer y a beber pag. 58
ACCIÓN DE GRACIAS:
Hoy en medio de nuestras incoherencias, nuestros desatinos y nuestras faltas de compromiso para hacer realidad ese Reino que tú pregonaste, queremos darte gracias Dios Padre Madre por todas las oportunidades que nos das para trabajar, de forma colectiva, en todos aquellos ámbitos en los que se hace necesario el trabajo por conseguir una vida digna, una vida justa para todos los seres humanos, de más cerca y de más lejos.
Queremos darte gracias por todas las personas de la Comunidad, por las que ya no vienen pero están, por las que están con nosotros desde esa otra morada que no alcanzamos a visualizar, por todas las personas que nos ayudan a seguir trabajando con verdadera ilusión en la construcción de un Reino de paz, justicia y amor, desde posturas no creyentes.
Queremos proclamar un “GRACIAS” que nos lance a los márgenes y a las fronteras, que nos haga Inquietos, que nos aleje de comodidades anquilosantes.
Queremos darte un “GRACIAS” con rebelde Esperanza y con firme Misericordia.
Gracias Padre-Madre. Gracias comuneros y comuneras de Sto. Tomás
CANTO FINAL: Gaudeamus. (pag. 29)