Rehabilitar la Utopía 30 de septiembre de 2018
Saludo y presentación
A raíz de un artículo de Juanjo Tamayo (pinchar en el enlace) que se publicó este verano en El País, titulado “Rehabilitar críticamente la utopía”, nos pareció un tema interesante para la celebración de hoy. Desde que hace cinco siglos, en 1516, Tomás Moro escribiera La Utopía ese nombre ha evocado la tensión existente entre las limitaciones e injusticias del presente y un futuro por construir, que define el horizonte de nuestros esfuerzos para hacer una sociedad mejor.
El concepto de utopía, para nosotros, ha estado siempre muy presente, desde los primeros textos de Cristianos de Base hasta nuestra revista Utopía, ahora editada electrónicamente. De nuevo esta mañana invitamos a la comunidad a soñar en esa y esa iglesia que queremos construir, sabedores con Eduardo Galeano que la utopía es el motor que nos permite avanzar aunque nunca lleguemos a alcanzarla del todo:
La utopía está en el horizonte.
Me acerco dos pasos,
ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte
se corre diez pasos más para allá.
Por mucho que camine,
nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la Utopía?
Para eso sirve: Para caminar.
Textos de Utopías
“De ínsula Utopía”, de Tomás Moro (1516):
En torno a los oficios: Como todos los utopienses se dedican a profesiones útiles a las que dedican pocas horas de trabajo, se produce una superproducción de bienes… Los magistrados no pueden obligar a los ciudadanos a realizar trabajos innecesarios, puesto que en Utopía lo que se pretende es liberar de los trabajos corporales en cuanto lo permiten las necesidades públicas, así como favorecer la libertad y el cultivo de la inteligencia, pues en esto entienden que consiste la auténtica felicidad.
En torno a los almacenes públicos: La ciudad se divide en cuatro distritos; en el centro de cada uno hay un almacén público, donde se encuentra todo tipo de cosas. Cada familia lleva a estos depósitos los productos de su trabajo, que a su vez se reparten según su género en distintos almacenes. Cada padre de familia busca en los almacenes lo que necesita su familia y recoge los productos sin pago alguno. ¿Por qué se le negaría algo a cualquier familia si hay abundancia de todo?
En torno a la comunidad de bienes: En Utopía, donde todo es de todos y no hay nada privado, nadie teme por su futuro. La distribución de los bienes se hace de tal forma que no hay pobre ni mendigo, y aunque nadie tiene nada, todos son ricos.
“Balance y perspectivas del 15M”, 21 asambleas de Madrid (2013):
A largo plazo, planteamos un modelo alternativo de sociedad, una utopía, con propiedad colectiva y autogestión comunitaria de los bienes de producción, distribución y consumo; que elimine la acumulación de riqueza y la especulación; y asegure las necesidades universales de las personas de forma sostenible, sin permitir las relaciones de dominación entre personas o grupos. Una sociedad que se base en la construcción de empatía emocional, de cooperación y de autodeterminación.
Introducción al diálogo
- Papel de las utopías en la historia del pensamiento…
- Los dos polos: la crítica del presente, frente a la razón pragmática-instrumental (las cosas son como son, hay que aceptarlo y ser realistas); y la apuesta por un futuro mejor (“otro mundo es posible” y “otra iglesia es posible”, como planteaban los lemas del foro social mundial y del Foro teológico mundial). Porque partimos de que nuestra sociedad, que podría ser utópica para un hombre que viviera aquí mismo hace 200, 400 o no digamos 600 años, sin embargo tiene víctimas. Y, si miramos más allá de nuestro mundo, muchas más víctimas como consecuencia de su propia estructura.
- Partiendo de la crítica de la sociedad actual, que en términos generales compartimos en nuestra comunidad por lo que no hace falta incidir en ella, podríamos tratar de dibujar un horizonte de transformación, ver cómo podríamos echar un par de pasos más atrás a la utopía, como decía Galeano. Dejémonos llevar de la imaginación para expresar nuestros deseos, aunque parezcan imposibles. ¿Cómo juzgaría hoy Jesús nuestra sociedad y cómo actuaria?
A largo plazo, planteamos un modelo alternativo de sociedad, una utopía, con propiedad colectiva y autogestión comunitaria de los bienes de producción, distribución y consumo; que elimine la acumulación de riqueza y la especulación; y asegure las necesidades universales de las personas de forma sostenible, sin permitir las relaciones de dominación entre personas o grupos. Una sociedad que se base en la construcción de empatía emocional, de cooperación y de autodeterminación.
Petición de perdón.
Siendo conscientes, que Jesús el Señor, está en medio de nosotros y acoge nuestros sinceros deseos, pidamos juntos perdón.
- Por nuestra falta de apertura a lo distinto, que nos impide reconocer otras visiones utópicas, que faciliten el diálogo y la búsqueda común del Reino:
Todos: Porque creemos en tu misericordia, pedimos perdón.
- Por no compaginar la crítica y la propuesta, sin asumir el riesgo de perder o equivocarnos.
Todos: Porque creemos en tu misericordia, pedimos perdón.
- Por renunciar a veces a nuestros sueños de que es posible una sociedad equitativa en la que podamos vivir todos en nuestro planeta y de que desde las pequeñas comunidades estamos llamados a construir una Iglesia distinta.
Todos: Porque creemos en tu misericordia, pedimos perdón.
ANÁFORA
Equipo.- Comencemos la oración pidiendo que el Señor esté con todos nosotros. Y ¡levantemos el corazón!
Todos.– ¡Lo tenemos levantado hacia el Señor!
E.- Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Todos – Es justo y necesario.
E.- Realmente es bueno y justo bendecirte, Señor, padre santo, fuente de vida y esperanza. Tú has creado el mundo, de tus manos han brotado todos los seres y de entre todas las especies has elegido al hombre como hijo predilecto de tu creación
Todos – De tu seno brota la vida, la fuerza, el amor, el deseo de vivir. Tú nos enseñaste la bondad, nos animaste a vivir amando a amigos y enemigos. En ti buscamos los creyentes el consuelo al sufrimiento que muchas veces nosotros mismos producimos y también buscamos la seguridad de tu acompañamiento en el dolor de la humanidad entera.
E.- El encuentro de sus seguidores con la palabra de Jesús provocó en ellos un cambio. Entendieron la vida como un camino que debemos llevar entre todos, allanándolo para los demás, cada uno desde su papel.
Todos – Nos hablaste del Reino y nos enseñaste que debíamos trabajar para hacerlo posible. Y tus primeros discípulos lo entendieron. En las primeras comunidades todos se desvelaban por todos y se ponían los medios en común para atender las necesidades.
E.- La sociedad, sin embargo ha construido sistemas de dominio y de poder a la medida de la ambición y el bienestar de la minoría a costa de la tierra, las personas y del proyecto vital de muchas personas.
E.- Pero también hay otras fuerzas que se conforman en la sociedad y en sus responsables, que intentan hacer mejor la vida de los más débiles, evitar el dominio de unos pocos sobre los demás, trabajan por la fraternidad universal, por la UTOPÍA.
Todos – Jesús nos propone que construyamos otro mundo, más solidario y atento a las necesidades y a los sufrimientos de los demás. De manera activa y pasiva, porque no sólo en la acción abnegada se construye el Reino. También, en los pequeños actos de cada uno de nosotros cuando trabajamos por nuestros hermanos.
E.- Crea, Señor, en nosotros un corazón puro, un espíritu firme, renovado y renovador. Danos ánimo para trabajar siempre por esa utopía, que debe ser nuestro horizonte y que Jesús llamó “el Reino”.
Todos – Y con la confianza en tu impulso para buscarlo, queremos cantar el himno de tu gloria:
Santo, santo, santo….
E.- Estamos aquí porque creemos en la fuerza de la comunidad para renovarnos, porque hemos sido reunidos por el espíritu con el que Jesús dio fuerza a sus discípulos, espíritu que nos une y nos guía por el camino de la búsqueda de la utopía del Reino. Así formamos la comunidad de Cristo y de sus seguidores.
Todos – Comprometidos en allanar el camino a un mundo de justicia, la utopía del Reino, hemos preparado esta mesa para celebrarlo compartiendo el pan y el vino, símbolos de la hermandad que nos une y del trabajo necesario para su elaboración.
E.- En medio del desaliento de los apóstoles, parecido al que a veces nos inunda a nosotros cuando vemos tan lejos nuestra utopía, Jesús los reunió en torno a la mesa, como nos reúne a nosotros hoy, tomó el pan, lo bendijo, dio gracias al Padre, lo partió y lo repartió diciendo:
Todos – Tomad y comed todos de él, porque este es mi cuerpo.
E.- Luego tomó el cáliz y dando de nuevo gracias al Padre, lo bendijo y lo ofreció diciendo:
Todos – Tomad y bebed todos de él porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos. Y, cuando os reunáis, haced esto en memoria mía.
E.- Este es el sacramento de nuestra fe.
Todos – Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, señor Jesús!
E.- Es decir, Señor, anunciamos la muerte de tu hijo y proclamamos la vida triunfando sobre el dolor y la injusticia. Por ello te ofrecemos también el dolor de cuantos sufren por la maldad y la injusticia provocada por los hombres. Te pedimos, Señor, por ellos.
E.- Recordemos también a aquellos que llevamos cada uno en nuestro corazón, a los que nos han dejado, también a las víctimas de esas guerras, siempre injustas, que recorren la humanidad. Recordamos, por cercana, a Pili y su trabajo por acercar la utopía. Por todos ellos, brindemos:
Todos – Por Cristo, con Él y en Él, te damos gracias Padre por congregarnos en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
E.- Anímanos, Señor, a seguir adelante
Todos – Y todos juntos, con la fuerza que nos da tu presencia y con el ánimo de avanzar hacia el horizonte de la utopía en nuestro compromiso con la construcción de un mundo más justo y más solidario, unimos nuestras manos y nos atrevemos a decir:
Padre nuestro…
E.- Señor Jesucristo, que dijiste a los apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”, no mires nuestros pecados sino la fe de tu iglesia. Y ayúdanos a colaborar en la construcción de esa paz en un mundo más justo. Que tu paz esté con nosotros.
E.- Como anticipo del abrazo final, símbolo de paz, estrechamos ahora las manos de quienes tenemos a nuestro lado.
E.- Dichosos los invitados a la mesa del Señor. Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Todos – Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Acción de gracias
Te damos gracias Señor porque, después de haber disfrutado de un tiempo de descanso, nos mostramos impacientes para abrazar al hermano necesitado y dispuestos a luchar por conseguir un mundo solidario.
Te damos gracias Señor porque nos has enviado tu Espíritu para poder seguir desarrollando en Comunidad nuestra utopía de la construcción del Reino.
Te damos gracias Señor porque nos das fuerzas para proseguir nuestros anhelos de conseguir una vida más fraterna basada en el compartir, en el respeto y cariño con los débiles y en la conservación de la naturaleza.