Recordando la reforma luterana, hablamos de nuestra fe Eucaristía 26 noviembre 2017
Presentación del tema
Nos ha parecido justo y oportuno recordar al hermano Martin Lutero en el 500 aniversario de la Reforma luterana, reconociendo en la comunidad su actuación profética:
sobre el sacerdocio universal de los creyentes,
su rechazo de la religión ritualista
y sobre todo su fe total en Cristo que nos salva y que nos interroga sobre nuestra fe.
1ª Lectura Efesios 2, 4-10
«Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amo, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos.»
Canto: Tu palabra me da vida – Pag 18
2ª Lectura evangelio. Lucas 8, 22-25
«Sucedió que cierto día subió a una barca con sus discípulos, y les dijo: «Pasemos a la otra orilla del lago.» Y se hicieron a la mar. Mientras ellos navegaban, se durmió. Se abatió sobre el lago una borrasca; se inundaba la barca y estaban en peligro. Entonces, acercándose, le despertaron, diciendo: «¡Maestro, Maestro, que perecemos!» El, habiéndose despertado, increpó al viento y al oleaje, que amainaron, y sobrevino la bonanza. Entonces les dijo: «¿Dónde está vuestra fe?» Ellos, llenos de temor, se decían entre sí maravillados: «Pues ¿quién es éste, que impera a los vientos y al agua, y le obedecen?»»
Introducción al diálogo:
Nos preguntamos por lo más personal de nuestra fe, aquello de algún modo independiente de unas creencias heredadas, la experiencia religiosa que tiene que ver con vivencias profundas de salvación no solo respecto a un futuro, de trascendencia de lo vivido, de religación universal, de confianza y fidelidad, incluso invocación respecto a un Tu trascendente.
Pero la fe se objetiva inevitablemente en creencias que tienen que ver con lo intelectual y conceptual. Hemos heredado unas creencias que han de estar de acuerdo con nuestra fe más profunda. San Pablo en la epístola a los Gálatas (en que se inspira Lutero) les reprende duramente porque siendo gentiles han caído en la creencia ritualista judía de la circuncisión minusvalorando la fe nueva. La ley dice san Pablo ha sido nuestro pedagogo hasta Cristo, pero después de haber venido la fe en Cristo Jesús ya no estamos bajo el pedagogo.
La pregunta puede ser:
¿Hasta qué punto nos hemos liberado de nuestro particular pedagogo en el camino hacia la fe personal ?
¿Con qué tiene que ver nuestra más profunda o radical fe?
Canto: Un solo Señor. Pág. 37
Ofrendas:
- Pan y vino
- Colecta solidaria
Credo de la comunidad
(John ShelbySpong, Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir Edit. AbyaYala. Quito. Ecuador 2014)
A) Creemos que existe una Realidad trascendente presente en el corazón de la vida. A esta Realidad la llamamos Dios.
B) Creemos que esta Realidad tiene una tendencia hacia la vida y la plenitud, y que su presencia se experimenta como una llamada para ir más allá de nuestros límites humanos, frágiles y temerosos.
A) Creemos que esta Realidad se encuentra en todo lo que existe, pero alcanza la autoconciencia y la capacidad de ser nombrado, compartido y reconocido solo en el ser humano.
B) Creemos que el cielo, ese lugar con el que se ha identificado tradicionalmente esta Realidad, no es un lugar sino un símbolo que representa el infinito del Ser mismo. Y que las personas entramos en ese estado celestial cada vez que rompemos las barreras que limitan la vida humana.
A) Creemos en Jesús, llamado el Mesías, o el Cristo.
B) Creemos que esa Realidad trascendente se reveló en la vida de Jesús con tal intensidad que la gente se refería a él como el Hijo de Dios. La intensidad abrasadora de Dios era tan real en él, que al ver su vida podemos decir: “En ti entendemos el significado de Dios, así que tú eres el Señor y el Cristo”.
A) Creemos que ese Jesús era una presencia de Dios, una experiencia poderosa de la realidad de esa Base del Ser, que nos ciñe a todos con la profundidad de la vida.
B) Creemos en ese regalo del Espíritu que llamaron “el dador de vida”.
A) Creemos que este Espíritu inevitablemente crea una comunidad de fe que, con el tiempo, abrirá este mundo a Dios como la verdadera Base de su vida y de su Ser.
B) Creemos que estar en contacto con la Base del Ser crea la comunión universal de santos, el perdón de los pecados, la realidad de la resurrección y la puerta hacia la vida eterna.
Anáfora
L1.-Te damos gracias, Padre y Madre, Señor de todos los Pueblos, por habernos citado hoy en torno a esta mesa de la fraternidad para celebrar la memoria de todos los hermanos que, llevados por el espíritu de profecía, han dedicado lo mejor de sí mismos a proponer reformas radicales en la Iglesia para hacer que el Movimiento de Jesús sea cada día más fiel al evangelio.
L2.-Te bendecimos, Padre-Madre, porque a través del testimonio de esos profetas, como Martin Lutero, sigue brillando como Buena Nueva para el mundo el mensaje de Jesús de que todos somos hermanos, hijos de un mismo Padre, y estamos llamados a vivir como tales compartiendo la misma fe y haciendo crecer cada día la promesa de tu Reino de fraternidad, justicia y amor.
TODOS.- A pesar de nuestras debilidades e incoherencias nos atrevemos a repetir también hoy aquella confesión de fe que reza: “Creemos que somos capaces, con la fuerza del espíritu, de seguir el camino de Jesús en el mundo actual”. O sea, de rehacer lo que él mismo hizo.
L3.-Celebramos que Lutero fue y sigue siendo testigo del Evangelio; Testigo de que es la confianza, no el dogma ni el rito ni la moral, la que nos sana y transforma; Testigo de que es el Espíritu viviente, no la sumisa repetición de la letra, lo que hemos de buscar en cualquier texto del pasado; Testigo de que son la libertad y la compasión de Jesús las que harán de la Iglesia hogar y sacramento de humanidad; y testigo también de lo mucho que le faltó, a él y a nosotros, para construir de veras una Iglesia evangélica, profética y transformadora.
L4.-Queremos encontrarnos con los hermanos luteranos a partir de la búsqueda de una espiritualidad humana más universal, más laica y hasta pos-religional, anclada en la responsabilidad de corresponder a la salvación por la pura gracia que nos es comunicada por la fe.
L5.- Confesamos que con harta frecuencia nos dejamos llevar por la comodidad de la tradición y la obediencia, antes que afrontar las tensiones de una conciencia libre y crítica que asuma el reto de hacer visible el evangelio de Jesús en el marco cultural de nuestro tiempo.
TODOS.-Es motivo de alegría tomar conciencia de cómo has salido a nuestro encuentro, invitándonos a descubrir y seguir a Jesús de Nazaret. Somos conscientes de que Jesús nos llama a seguirle, provocando en nosotros frecuentes tensiones entre nuestra débil respuesta y la fuerza arrolladora de su llamada.
L6.- Traemos a esta mesa el dolor y la angustiade los que nada tienen, de los desterrados, de quienes llegan a nuestras fronteras en busca de vida. Pero también el tesoro de las personas que dedican su vida a los demás sin importarles reconocimiento ni honores, sólo por servicio y amor. Ellos son los mejores seguidores de Jesús.
TODOS. Conscientes de que es el mismo Jesús quien nos reúne en esta celebración y nos invita a proclamar tu alabanza, cantamos:
SANTO, SANTO, SANTO…..(misa nicaragüense)
L7.- Invocamos la fuerza de tu Espíritu sobre estos símbolos que hemos presentado en esta mesa común, para que el pan y el vino que vamos a compartir sean para todos nosotros y nuestros hermanos luteranos sacramento de vida nueva.
TODOS.- Te pedimos, Padre, que la fuerza de tu Espíritu nos acompañe siempre. Que inspire nuestra frágil voluntad y nos permita superar las contradicciones de cada día, de modo que nuestra trayectoria sea efectivamente una biografía al servicio de las causas de tu Reino.
L8.-Guiados por ese Espíritu, afirmamos nuestra identidad cristiana, no en torno a una fe-doctrina, un pensamiento separado de la vida, sino entendiendo que la fe es una actitud, básica y fundamental, de confianza en Ti, que nos sana y nos compromete.
L9.- Es esa vida la que celebramos recordando la entrega incondicional de Jesús cuando, reunido con sus amigos en la última cena, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y repartió diciendo:
TODOS: TOMAD Y COMED todos de él, porque esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros.
L10.- Al acabar la cena Jesús tomó una copa de vino, y dándote gracias, la pasó entre sus inseguros seguidores diciendo,
TODOS: TOMAD Y BEBED todos de él. Este es el cáliz de mi sangre, que se derrama por toda la humanidad para su total liberación.Este es el sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección. Ven, señor Jesús.
L11.- Al celebrar este memorial de la muerte y resurrección de Jesús lo proclamamos como sacramento de comunión y salvación para quienes aceptan ser testigos de su mensaje y para todos los que, aún sin confesarlo, se esfuerzan por dar a luz un mundo de paz, justicia y fraternidad.
L12.- En este 5º Centenario de la Reforma luterana nos comprometemos a seguir la senda de los reformadores más genuinos, radicales con las demandas del evangelio, sin acallar la voz de nuestra conciencia con pretextos o prácticas religiosas de ningún tipo.
L13.- Desde la esperanza y la fe en un Cristianismo más auténtico, brindamos por el hermanamiento efectivo y la autenticidad de todos los cristianaos:
TODOS.- ¡Por Cristo, con El y El…, a Ti, Dios Padre todopoderoso, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos.! AMEN.
L14.- Y ahora, como seguidores de Jesús, unimos nuestras manos para repetir la oración que él mismo dirigía al Padre: PADRENUESTRO……. (recitado)
Paz …………
Comunión
Música
Silencio
Acción de Gracias
Queremos hoy dar gracias por el Espíritu que nos anima e ilumina en nuestro caminar imperfecto y vacilante pero siempre con el propósito de mantenernos en una actitud crítica, y en nuestro deseo de no acomodarnos para así avanzar en nuestro compromiso de entrega y dedicación a los demás.
Queremos dar gracias por la figura de Jesús, al lado de quien queremos caminar con una fe que inspirada en el Espíritu, es un acto auténticamente humano, libre y confiado en la acción de Dios.
Te damos gracias Padre/Madre por tantos hermanos que con una fe que rechaza las seguridades nos abren camino hacia nuevos retos en nuestro compromiso con la construcción del Reino.
Te damos gracias por estar aquí, juntos como hermanos pero no lejos en espíritu, de todas las personas de buena fe junto a las que caminamos para conseguir un mundo en el que reine la Justicia y el amor.
Avisos
Canto: El Señor es mi fuerza – estrofas 2, 3 y 4