Celebración de Pascua 2015 Alpedrete 18 de abril de 2015
Rito del fuego
1- Quizás una de las primeras cosas importantes que aprendimos a hacer los hombres y las mujeres fue el fuego. Aprendimos a encenderlo y a conservarlo. El fuego ha sido, desde los primeros tiempos, importante para la vida de todos. Con él se preparaban los alimentos, se ahuyentaban las fieras.
2-. El fuego alarga el día, calienta, da luz y visibilidad. Junto a la lumbre se ha invocado a los dioses, se han celebrado fiestas y danzas rituales. Alrededor de la hoguera se han reunido siempre hombres y mujeres no solo para calentarse, también para reunirse y charlar, para ahuyentar temores compartidos, hacerse confidencias, cantar y bailar,
3-. Ha sido a veces fuerza purificadora…hasta el punto de que allá por los primeros siglos del cristianismo y en las fiestas de la Pascua, los sacerdotes y los fieles arrojaban a la hoguera todo lo que estaba roto o sucio, todo lo que ya no servía, en una metáfora que quería representar la necesaria renovación y renacimiento de cuerpos, almas, vidas.
4-. Es verdad que el fuego puede convertirse en un poder incontrolable de destrucción, puede arrasar cosechas y vidas… y hasta ha sido, en manos de los hombres y de las instituciones, elemento espantoso de tortura y de muerte. Hoy, desgraciadamente, el fuego sigue matando personas en Oriente Próximo, Ucrania, Kenia…
5-. Pero el fuego, representado en esta hoguera, es sobre todo hoy para nosotros, calor, convocatoria y poderosa luz en medio de la noche. Se hace presente en esta noche (oscura por el dolor y el sufrimiento de los hombres y mujeres que hoy vagan sin pan, sin techo o sin trabajo, víctimas de las crisis, las injusticias y las guerras) para cumplir su promesa de calor y de luz esperanzadora.
6-¿Ha podido alguien alguna vez separar los ojos del fuego, de la luz bailarina de sus llamas? Esa fuerza y esa luz que hechiza nuestras miradas debe de entrar en nosotros para convertirse en fuego interno, en luz que nos haga capaces de iluminar esta noche y todas las otras noches de la Humanidad que quizás estén por venir.
7-. Ojala multitud de hogueras iluminen las plazas de nuestras ciudades y a su luz las gentes reunidas vean, analicen, sientan y con el calor de la solidaridad y la fuerza de la esperanza se transformen en agentes decididos del cambio social hoy tan necesario
8-. Si esta hoguera se multiplicara a través de cada uno de nosotros, y de todos los que, como nosotros, festejan y conmemoran la Pascua de Jesús, los hombres y las mujeres que sufren podrían tener algo más de esperanza.
9-. Encendamos en este fuego el cirio pascual y démonos unos a otros un poquito de la luz de esta hoguera, como símbolo de la luz que todos y cada uno queremos ser, nos comprometemos a ser.
10-. El Cirio será hoy transmisor y testigo. Encendamos nuestras velas, y con ellas nuestro corazón. Y que el Cirio pascual sea el testimonio visible del compromiso de luz, firmado en esta noche pascual, por cada uno de nosotros.
CANCION: El señor es mi fuerza
Pregón Pascual
Una vez más celebramos la noche más mágica del año, en la que se nos anuncia la victoria de Jesús sobre la muerte, su victoria sobre las tinieblas. Noche en la que el odio no ocupa lugar. Noche bendita y serena en la que triunfan la fe y el amor, en la que Cristo vence sin derramar más sangre que la suya propia…dando el que más, sirviendo el que más.
Exulten nuestras voces, unámonos a la comunidad de creyentes proclamando el triunfo pacífico de Jesús resucitado sobre la muerte. Alegrémonos los que creemos y compartimos la firme esperanza de la Resurrección.
¡Alégrese la tierra con el resplandor de la nueva luz, porque no hay noche que no se acabe en día, ni invierno que no reviente en primavera. No hay muerte que no de paso a la vida ni se pudre la semilla sin resucitar en cosecha!
¡Bendita noche en la que se sacuden nuestras conciencias, se anuncia el final de la opresión, y se vislumbra el momento en que se deponen las armas y las espadas se convierten en arados!
Hoy es la noche en la que descubrimos anunciado el futuro de la justicia, de la vida y la libertad en medio de un mundo desgarrado, convulso y desesperanzado! Contra este mundo, esta noche tomamos conciencia de que la espiritualidad es una experiencia humana profunda y auténtica que no se no limita al mundo de las religiones ni a la creencia en Dios.
El tiempo que vivimos nos lanza aquí un formidable y fascinante reto a los creyentes en el Jesús resucitado. El reto de vivir una nueva espiritualidad vivida con mayor autenticidad, con mayor gratuidad y gratitud:
Una espiritualidad genuinamente evangélica: “mística de ojos abiertos”
Una experiencia “mística” de Dios, anti-idolátrica, liberándonos de nuestras falsas ideas de Dios, de nuestros ídolos, de nuestros dogmatismos y fundamentalismos y con el rasgo inconfundible de toda espiritualidad que bebe de la memoria de Jesús de Nazaret hoy resucitado
Una espiritualidad evangélica: mística mesiánica “de ojos abiertos”. Esta noche más que nunca estamos convencidos de que sin la experiencia de Dios, Jesús de Nazaret no sería Jesús de Nazaret. Sin la experiencia profunda y singular de su Dios no se entiende ni su persona, ni su mensaje, ni su praxis del Reino, ni su muerte violenta.
Esta noche, Señor, unidos en tu presencia, queremos proclamar el triunfo de la luz y el renacer de la vida. El triunfo de tu Resurrección que es la de todos. Con su resplandor, todos los que intentamos vivir comprometidamente con el pueblo que lucha y sufre, descubriremos que el futuro y la esperanza han comenzado a existir hoy al proclamar las buenas noticias
Por eso es buena noticia:
que las plazas de nuestros pueblos y ciudades se han llenado con seres humanos que llevan un mundo nuevo en sus corazones, denunciando la injusticia y proclamando la verdad
que las aceras se han poblado de personas para evitar desahucios injustos.
que, en muchos lugares, se han concentrado los vecinos para evitar las redadas según el color de su piel
que los ciudadanos exigen que no se recorten derechos,
que apuestan por un comercio justo y solidario,
y que lloran y gritan cuando ven caer las bombas en cualquier parte del mundo.
Estos son los signos de Tú Resurrección. Por eso hoy ya no podemos vivir mirando a otra parte. No cabe ningún tipo de evasión. No es tiempo solo de cantar y rezar.
El Cristo Pascual nos invita a contemplar su compromiso de humanidad y a asumir el nuestro.
Hoy, nosotros, desde la fuerza del Resucitado, observamos la convulsa coyuntura actual, y profesamos la vigencia de muchos sueños sociales, políticos, eclesiales, a los que de ningún modo queremos renunciar.
Seguimos rechazando el capitalismo neoliberal que agrava las desigualdades, que nos ha impuesto una reforma laboral regresiva e injusta, que idolatra la economía de mercado y de consumismo, que impone el imperio del dinero y de las armas, que sepulta en la pobreza y en el hambre a una gran mayoría de la humanidad.
Seguimos rechazando toda discriminación por motivos de género, de cultura, de raza.
Como Iglesia queremos vivir, a la luz del Evangelio, la pasión obsesiva de Jesús, el Reino.
Te rogamos Señor, en torno a este cirio, que la luz de esta nueva espiritualidad se haga presente en nuestras vidas, que destruya la oscuridad de nuestros titubeos y contradicciones y que inflame nuestros corazones de esperanza en medio de esta grave crisis y que sigamos viviendo como anticipo de la Pascua definitiva, todas y cada una de las pequeñas victorias que vayamos consiguiendo.
El encuentro con Jesús resucitado así nos lo proclama y exige.
¡Hermanas y hermanos la tarea pascual nos espera
Rito del Agua
En el rito del agua que celebramos hoy queremos expresar que nos proponemos iniciar una vida nueva, abandonando todo aquello que no nos permite ser fieles al mensaje de Jesús y a su Reino.
Iniciamos esta celebración con la bendición del agua:
“Te pedimos Señor que bendigas esta agua con la cual nos vamos a rociar todos los miembros de esta comunidad ya que deseamos que ella nos ayude a cambiar todas nuestros actitudes que nos impiden vivir con autenticidad y sinceridad nuestra fe”.
(ORACIÓN)
Dios, padre y madre, que estas en los cielos y en la tierra, sabemos que el agua, nuestra hermana, es lo más importante del planeta
Porqué esculpe paisajes, porque mueve molinos, Porqué le puede al fuego, porque agujerea las piedras, Porqué en verde convierte los árboles, Porqué el agua es la vida, porque el agua es el mundo.
Pero en esta tierra maltrecha, estas aguas se ensucian, se enturbian, se mal manejan y se contaminan y los imperios de siempre nos la roban a borbotones.
Soñamos con el día en que entrelazadas todas las manos y aunados todos los sentimientos, cuidemos con esmero el planeta Tierra y compartamos los frutos que generosamente nos ofrece.
Soñamos con que esta agua sea limpia, sea útil, sea de toda la humanidad sea generadora de vida y fruto de nuestros compromisos comunitarios.
Te pedimos que nosotros que decimos ser tus seguidores,seamos agua limpia, charco en la sequía, oasis en el desierto de los pobres, lluvia intensa que cala la tierra y la prepara para la construcción de Reino.
Pon ahora, Señor, tu Espíritu siempre nuevo y resucitado sobre esta agua que es parte esencial de nuestra vida, y acepta nuestras manos que se unen en plegaria de lluvia.
Y acepta nuestros compromisos por los más desfavorecidos como gotas de agua unidas en arroyos que fluyen hacía el mar.
Bendícenos como somos, como queremos ser y como nos ves.
Hoy, Jesús, a través de la Comunidad, vuelve a invitarnos, a renovar las Promesas del Bautismo, ser conscientes y responsables de lo que hacemos y de lo que omitimos, de las dudas y miedos que nos paralizan y que son causa de injusticia y de muerte para los demás, y a optar por otra forma de vida, asumiendo a fondo la incertidumbre y el riesgo que conlleva la vida nueva de Jesús Resucitado, apostando por ser testigos de la Resurrección, comunicando la alegría de saber que Dios está en cada uno de nosotros.
RENOVAMOS LAS PROMESAS DEL BAUTISMO
– Prometemos no tener miedo a cambiar de conducta para vivir de otra manera, a avanzar en el seguimiento de Jesús y en el compromiso sobre todo con los más pobres y marginados de acuerdo con las palabras del Papa Francisco.
– Nos comprometemos a luchar contra todo tipo de desigualdad y discriminación social que aumentan el sufrimiento de los más vulnerables.
– Nos comprometemos a mantener esa voluntad de renovación colectiva y personal y a no permanecer impasibles ante la situación actual que es la negación al Reino de Dios; a tomar partido por la defensa del pobre y del excluido que ha de ser nuestra opción preferencial.
– Nos comprometemos a trabajar por los cambios estructurales necesarios en nuestra sociedad y a cambiar nuestros hábitos de vida para ser coherentes con el mensaje del Evangelio.
– Nos comprometemos como comunidad a identificarnos con la iglesia de los pobres, para situarnos incondicionalmente a su lado.
– Nos comprometemos a seguir construyendo una comunidad de hermanos y hermanas en la que compartamos las riquezas y las miserias, acojamos a quien nos lo pida y en la que nadie se pueda sentir excluido.
Lecturas
1ª- San Romero de América (Jesús Díaz Gómez)
Se cumplen 35 años del asesinato de monseñor Romero, el 24 de marzo de 1980, en El Salvador.
Monseñor Romero entendió que seguir a Cristo era estar al lado del más débil, del pequeño, del que estaban matando. Él si creyó en lo que rezamos en el Padrenuestro, que todos somos iguales y que debemos tener los mismos derechos. Ese mensaje tan sencillo y a la vez tan revolucionario, que llevó a la muerte a Cristo, también lo llevó a él.
No le perdonaron que se pusiese del lado del débil.
No le perdonaron que pusiese al hombre por encima de leyes injustas.
Él pensaba que la fe cristiana no debe separarte del mundo, sino sumergirte en él, siendo así seguidor de Cristo, que vivió, trabajó, luchó y murió en medio de los problemas de la gente.
Lo amenazaron de muerte muchas veces, pero no consiguieron su silencio. Entendió como nadie la denuncia profética del Evangelio y entendió como nadie que hay que amar como Cristo, hasta dar la vida por los demás.
Hay que resaltar también que fue un hombre enamorado de Dios, que siempre intentó escucharlo y hacer su voluntad y que ese interés lo llevó a amar a su pueblo hasta la muerte. Pero como él mismo dijo, “si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño”. Sigues vivo, monseñor, en el pueblo salvadoreño y en las personas que luchan contra la injusticia.
2ª- Marcos 16, 1-7
Ofrendas
OFRENDA DE (LO QUE NOS DA) LA VIDA
Introducción.
Nosotros ofrecemos al Dios de la Vida Todo lo que la Vida nos da. Todo el bien que nos hacemos unos a otros. Todo lo que han cantado y seguirán cantando tantos seres. Gracias a Violeta Parra y a Mercedes Sosa por ponerle música a este Canto.
1 Porque vemos mucha gente buena. Por la inmensidad del mar visto por primera vez. Por la mirada de un niño, que nos despierta la ternura. Por la belleza variadísima y cambiante de la naturaleza.
2. Por el sonido estremecedor de la tormenta, que me recuerda mi propia pequeñez ante la Naturaleza, cuando retumba. Nos asombra lo misterioso que hay en el proceso de creación de la música y en su realización con los instrumentos, tan simples algunos. Por el sonido de la voz de las personas que queremos.
3. Me impresiona que personas de países tan distantes, como España, Latinoamérica, digan lo mismo con las mismas palabras.Nos cuestiona cómo con la sola articulación de la boca y de la faringe podamos expresar nuestros pensamientos y sentimientos más íntimos y comprender igualmente los de las otras personas.
Es maravilloso decir la palabra y la realidad de: madre, amigo, hermano…
“Una sola palabra dijo Dios. Y fue en eterno silencio. Y en silencio debe ser oída del hombre”. (S. Juan de la Cruz)
4. La inquietud y el deseo nunca saciado, que pone al ser humano en movimiento, no solo físico sino también espiritual, siempre en búsqueda.
El movimiento que permite ampliar el conocimiento de otras personas y del mundo en que vivimos.
El andar de las piernas y la agilidad de las manos, que nos permiten toda clase de actividades. Y ser los pies y las manos de Dios en la creación.
5. Nos llena de asombro ver de lo que es capaz el hombre: en ciencia, en el arte, en la tecnología y en la búsqueda de la verdad.
Nos da confianza saber de personas impulsadas a cambiar radicalmente el sentido de su vida de un día para otro.
La capacidad de los seres humanos para superar situaciones adversas y transformar la realidad.
6. Los sentimientos, tanto de alegría como de dolor, que constatamos a diario: el amor de los padres, la entrega de muchos en el servicio a los que sufren, los actos heroicos en situaciones extremas, el servicio humilde, pero imprescindible de los trabajos considerados bajos…
Constatamos que todos somos capaces de hacer mucho bien, como dar la vida por salvar a otro; y mucho daño, como quitar a otro su vida.
A veces nos repugna cómo se finge la risa boba, sin sentido; o cómo se simula el llanto, hasta vivir de ello.
7. También ofrecemos lo negativo de la Vida. Lamentamos y nos duelen profundamente las llamadas “desgracias”, que causan dolor y muerte; sean las fuerzas insuperables de la naturaleza, sean los fallos de la técnica, sea la misma maldad humana.
El llanto de un niño toca siempre nuestra sensibilidad.
No podemos olvidar nuestras propias incoherencias.
Nos asusta la violencia que es capaz de generar la sociedad.
Produce espanto una madre africana con su hijo en brazos, muerto de hambre. O el joven con sus dos piernas tronchadas para que no luche en el bando contrario.
Final.
La Vida nos lo da Todo. Mucho más que nosotros le damos a la Vida. Solo que el Dios de la Vida nos gana en generosidad. Gracias a Dios por la Vida.
Anáfora
“Cristo ha resucitado, aleluya, aleluya”
1.- Hermanos, levantemos el corazón y demos gracias al Padre porque esta noche resucitó a su Hijo Jesús como lo había prometido
TODOS.- Gracias Padre bueno por habernos dado a nuestro hermano Jesús, que nos promete una vida digna para todas y todos. Por ello exultamos de gozo y te damos gracias.
2.- Como aquella noche en la que tu pueblo recordaba todas las promesas de salvación, nosotros también las recordamos para perder el miedo a la oscuridad de muerte que nos rodea y que produce víctimas por doquier.
3.- Los que te acechaban, Jesús, no podían aceptar tu presencia y tuviste que alejarte a Sidón para huir de su agobio. Sin embargo fue allí donde la sirofenicia te reconoció y, echada a tus pies, te convenció de que la salvación empieza con el encuentro sincero entre iguales.
4.- Los primeros creyentes también te reconocieron en tu ausencia, afirmando la validez de tu causa, que es el Reinado de Dios.
TODOS.- Tampoco nos importa que aquella noche nadie viera rodando la piedra del sepulcro porque, igual que lo experimentaron los primeros creyentes, te sentimos vivo entre nosotros.
5.- Esta es la fiesta de la esperanza porque sentimos que Dios está a nuestro lado, rompiendo las tinieblas que parecían dominadoras del universo.
TODOS.- Creemos en la promesa del Reino, que el presente es una promesa de la plenitud esperada y que lo mejor está por venir, porque sentimos que la esperanza palpita en nuestro corazón de resucitados
6.- Como la sirofenicia que regresó renovada a su pueblo porque encontró la liberación de su hija gracias a su apuesta por la igualdad de todos y para todas, así nosotros debemos regresar renovados y con ansias de igualdad y justicia
7.- Al igual que tus discípulos, nos lanzaremos a la aventura de esperar más allá de las certezas humanas, que nos dicen continuamente que nada se puede hacer.
8.- Jesús desaparece a veces por un tiempo de nuestras vidas pero, al sentirlo de nuevo, nos sana y libera de nuestros demonios, prometiendo que los pobres heredarán la tierra, y que los débiles y humillados verán la liberación.
TODOS.- El compromiso de hoy nos implica a creer que, a pesar de la realidad y del desencanto, es posible cambiar las cosas, y ayudar al Resucitado a resucitar a las víctimas, para que se levanten y vivan.
9.- Porque no es tanto creer en Él, sino creer como él creyó, con una actitud firme ante la historia, aunque nos parezca adversa
10.- Por eso recordamos aquella cena pascual en la que Él anticipó su entrega y su ausencia física, pero no su abandono. Tomando un trozo de pan y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
TODOS.-Tomad y comed todos de él, porque este es mi cuerpo que se entrega por vosotros.
11.- Del mismo modo tomo el cáliz y lo pasó a sus discípulos diciendo:
TODOS.- Tomad y bebed todos de él, porque es el cáliz de mi sangre, sangre de la nueva alianza que será derramada por la humanidad para el perdón de los pecados. Haced esto en memoria mía.
12.- Proclamad a los cuatro vientos la buena noticia de la Resurrección. Vivid como resucitados. Celebrad estos signos entre vosotros porque, como dijo Jesús, “Yo seguiré presente y estaré con vosotros hasta el final».
13.- En esa fe y esperanza caminamos hacia la plenitud, esperando que todos los que vivimos y los que han muerto en él, resucitemos a una vida plena de amor y de todas nuestras mejores aspiraciones.
TODOS.- Desde ahora viviremos tu resurrección, Señor, impregnando nuestros pensamientos y nuestros actos de esperanza, amor, misericordia y justicia para todos, pensando siempre, y sobre todo, en las víctimas del sistema y de nuestro propio egoísmo.
14.- Y ASÍ LO PROCLAMAMOS:
TODOS.- Por Cristo con El y en El, a tí Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén
15.- Y llegado el momento de orar juntos al Padre para que se haga realidad el Reino entre nosotros, juntemos nuestras manos diciendo:
TODOS.- PADRE NUESTRO…
16.- Nos reconfortamos entre todos, dándonos un abrazo de paz.
Acción de gracias
1.- Te damos gracias, Padre, Dios de la Vida, porque a través de tu Espíritu, devolviste a una Vida nueva a Jesús de Nazaret, asesinado por la casta sacerdotal y por las principales autoridades de su tiempo.
TODOS: Gracias, Padre.
2.- Te damos gracias Jesús, porque, movido por el Espíritu de Dios, fuiste capaz de rechazar la tentación de PODER Y DOMINIO sobre los seres humanos. De no ser así, los habría esclavizado, como los han esclavizado siempre los Grandes de la tierra.
TODOS: Gracias, Jesús.
3.- Te alabamos, Padre, porque Jesús, ungido y fortalecido por tu propio Espíritu, aceptó proclamar y realizar tu Reino, para defender los derechos fundamentales de la gente oprimida y excluida, constituyéndolos en seres humanos libres.
TODOS: Te alabamos, Padre.
4.- Te bendecimos, Espíritu Santo, porque has estado siempre presente y operante en la vida de Jesús, sobre todo en los momentos más difíciles y candentes. Lo iluminaste y fortaleciste para que no desfalleciera al realizar su misión fundamental: establecer el reinado de Dios como un nuevo comienzo histórico.
TODOS: Te bendecimos, Espíritu Santo.