Celebración del 21 de mayo de 2023

¿Oímos el grito de los abandonados?         

Música: “Sicut Cervus”

Saludo y presentación de la celebración

Lo sabemos, se nos ha dado mucho. Hemos nacido en un país desarrollado, en familias estructuradas. Hemos podido crecer, estudiar y luego desarrollar una vida con más o menos comodidades, pero que nos ha permitido cubrir nuestras necesidades básicas. Nuestra sociedad nos las cubre bastante bien y cuántos hay que quisieran tener una vida parecida a la nuestra. Lo sabemos, se nos ha dado mucho y, siguiendo a Jesús, creemos que es para que eso que se nos ha dado lo pongamos al servicio de los demás.

Pero a veces nos encontramos con que no acertamos a reaccionar ante las necesidades de los demás. Y en ocasiones ante situaciones concretas. Incluso, después encontramos motivos de reproche en nuestro modo de actuar. Hoy vamos a reflexionar sobre ello

La primera lectura que vamos a escuchar, hace referencia a un hecho real recogido en Cristianismo y Justicia. Y más adelante vamos a partir de dos experiencias actuales vividas por dos de nosotros, que han motivado el tema de esta celebración.

Confiamos que Jesús que está entre nosotros, nos ayude en esta celebración a dar la mejor respuesta a este interrogante que preside hoy nuestro encuentro.

1ª Lectura Cristianismo y Justicia 215: «La fe nace de un grito» relato basado en hecho real:

Hacía un tiempo que yo conocía a Nasser.

– ¿Qué te ha pasado en la mano? Siempre me había fijado en su mano, pero hasta ahora no me había atrevido a preguntarle nada.

Me dice: Un trozo de mi mano quedó en la valla. Y poco a poco va relatando su historia. Abandonó su país natal, allá en el África subsahariana porque no tenía futuro. Atravesó el desierto como pudo. Llegó junto a la valla que separa África de España. Allí estuvo un tiempo esperando hasta que una noche alguien dio el aviso. Era el momento. Salieron en silencio. Todos corriendo. Como pudieron subieron la valla.

– Muchos no lo consiguieron –me dice–. Yo sí, pero dejé allí un trozo de mano y mucha sangre.

Tenía trece años cuando saltó la valla. Atravesó el estrecho.

– Yo miraba al fondo. Intentaba encontrar a mi familia muerta, a los amigos que se tragó el mar.

Pero él no solo miraba abajo. También alzó su mirada al cielo. Buscando a ese Dios suyo, intentando encontrar respuestas en él.

Nos despedimos con un abrazo. Mis seguridades se convierten ahora en preguntas. Las respuestas solo pueden estar en Nasser y en su vida. Y también en la mía.

Me miro entonces a mí, miro a mi alrededor. Miro la religión que estamos construyendo, olvidando a veces nuestro origen, olvidando las preguntas importantes, construyendo una religión burguesa que no sé si tiene mucho que ver con el Dios de Jesús de Nazaret. ¿En qué Dios creo? ¿En qué Cristo creo? ¿Qué Iglesia construyo?

Canción: Kumbayá (estrofas 1,4 y5)

2ª Lectura Lc 10, 25-37

Introducción al diálogo

Experiencias personales que relatan dos miembros del grupo sobre encuentros con otras personas.

Las tres referencias de hechos concretos que hemos compartido esperamos que nos iluminen para lograr la mejor respuesta al interrogante que nos hacemos en esta celebración. El mensaje de Jesús en la parábola del Buen Samaritano es sencillo y claro. Dejemos que el espíritu sople entre nosotros y nos ayude en el camino.

Ofrendas:

  • Bolsas
  • Pan y vino: “Te damos gracias Señor, por este pan y este vino que hemos recibido por tu generosidad y que te presentamos para que se conviertan en tu cuerpo y sangre de forma que nos ayuden a trabajar por tu Reino. Todos: Bendito seas, Señor.

Anáfora

GRUPO: El Señor está con vosotros.

TODOS: Y con tu espíritu

GRUPO: Te bendecimos, Padre, y te damos gracias porque eres Amor y Comunión y siembras en nosotros sentimientos de compasión y solidaridad.

GRUPO: Invocarte como Padre nos hace sentirnos hermanos, no sólo entre nosotros que nos reunimos en tu nombre, sino de todos los hombres y mujeres que pueblan la tierra y aún de toda la creación, obra de tus manos.

GRUPO: Señor Jesús, nos disponemos a recordar aquella cena en la que te ofreciste para ser compartido entre todos. Cuando, reunido con tus discípulos tomaste el pan y, tras bendecirlo, lo partiste y repartiste diciendo:

TODOS: Tomad y comed todos de él. Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros.

GRUPO: Del mismo modo, tomaste la copa llena de vino, diste gracias al Padre y la entregaste a tus discípulos diciendo:

TODOS: Tomad y bebed todos de ella porque esta es mi sangre. Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos para el perdón de los pecados.

Haced esto en memoria mía.

GRUPO: Este es el sacramento de nuestra fe.

TODOS: ¡Ven Señor Jesús!

GRUPO: Vamos a recordar a nuestros hermanos y hermanas que nos han precedido en la fe y ahora están en el seno del Padre. Y también recordamos a nuestros compañeros enfermos, para los que pedimos al Padre que los reconforte junto con sus familiares.

(Un momento de silencio)

GRUPO: Fieles a sus enseñanzas y mensajes, nos unimos en un mismo sentir y decimos la oración que Jesús nos enseñó:

TODOS; Padre nuestro…

Comunión  (Música: Serenade. Schubert)

Acción de gracias:

¿A quién dar gracias ante el grito mundial de los desamparados? Podemos dar gracias al Dios misterio que nos dio a un Jesús de Nazaret que oía el grito sordo de los abandonados en Galilea y los devolvía a la vida con su palabra…, damos gracias también a aquellos seguidores suyos que nos lo trasmitieron porque también ellos oían a los abandonados…, a sus testigos que viven hoy con nosotros y oyen…, a los enmudecidos ancianos abandonados…, a las enmudecidas mujeres maltratadas…, a los que oyen los gritos de los náufragos del mediterráneo. Gracias. Gracias a todos los que a través de la niebla del confort oyen y actúan.

Canción: Gracias a la vida

Avisos