Nuestro compromiso político y social, como cristianos, en el actual entorno.
1. Introducción, saludo y presentación tema.
En la comunidad hemos dedicado mucho tiempo a reflexionar acerca de lo que el mensaje del evangelio suponía desde la perspectiva del compromiso social con la justicia. Creemos que hemos llegado a compartir que la opción por los pobres, seña de identidad de nuestra forma de entender el cristianismo, implica trabajar por cambiar las es-tructuras que actualmente permiten situaciones de opresión y marginalidad. Hemos ido construyendo un concepto de solidaridad que trasciende los enfoques caritativos, meramente asistenciales. Con este bagaje común, cada uno hemos ido buscando nuestro peculiar camino para concretar este compromiso. Este día a día es lo importante.
Acertar en lo que ya hacemos y en todo el camino que aún nos queda por recorrer debe ser nuestra principal preocupación. No obstante, hay momentos concretos, como las elecciones, que también tienen su importancia. Estamos a las puertas de unas nuevas y querríamos que esta celebración pudiera ayudarnos a reflexionar sobre nuestras opciones.
Entendemos que las hay distintas y que todas son legítimas y entre ellas también la duda ¿Es fácil tomar la decisión? ¿Puede ser tan coherente votar con no hacerlo? ¿Nuestra forma de entender el compromiso social como cristianos nos resulta suficiente guía para la decisión?
Somos conscientes de que os proponemos un tema que hay que tratar con deli-cadeza.
No se trata de convencer a nadie, mucho menos de desautorizar las opciones que no coinciden con la nuestra. No queremos que la celebración se convierta en una discusión política, nuestro objetivo es que esta actividad de nuestra vida también podamos analizarla desde la perspectiva del compromiso cristiano. Os pedimos por tanto el máximo respeto en vuestras intervenciones. Sólo así podremos demostrar que ante todo somos una comunidad y que la diversidad que nos caracteriza no nos separa.
Lo que compartimos es mucho más profundo y valioso que las diferentes formas en las que concretamos nuestro compromiso. Esforzarnos en entender al otro es algo esencial para hacer comunidad.
Canción Nº 83, pagina 70 “Habrá un día en que todos”
2. Primera lectura. Resumen del comunicado final de la XIV Semana Andaluza de Teología “Fe y Política”
El Cristianismo no es una oferta de salvación puramente intimista. En sus ini-cios, fue un Movimiento mesiánico que aportaba esperanza e impulso para hacer una sociedad nueva tantas veces anunciada por los profetas bíblicos. El cambio a conseguir afecta a toda la persona y a todas colectivamente; alcanza lo interior y lo exterior, la persona y la sociedad.
De esta irrenunciable dimensión social y pública de la fe cristiana emerge un di-namismo político-social: estar presentes allí donde se juega el futuro de la mayoría de la gente, de los más débiles y empobrecidos. Porque la fe cristiana está atravesada por el clamor de la justicia y de la libertad mirando siempre hacia los últimos.
Vivimos en tiempos revueltos de desencanto político, de pérdida de impulso colectivo, auge de la privacidad insolidaria, resurgir de talantes neoconservadores en lo civil y religioso, descrédito de sus instituciones respectivas…
En esta sociedad plural, laica y democrática, capitalista y globalizada, con permanentes y agudas injusticias y desigualdades, el compromiso socio-político es inexcusable.
Ante el ingente y creciente empobrecimiento de inmensas mayorías en el mundo, es urgente una profunda renovación política.
Nuestras democracias se hallan aquejadas por la crisis de las ideologías y de las utopí-as humanizadoras, crisis de la militancia o del compromiso ciudadano, crisis moral de la política, obsesión por el pragmatismo del poder…
La corrupción y el fraude financiero, protegidos por “las leyes del mercado”, nos han conducido a una situación caótica que empobrece a amplios sectores con el aumento del desempleo y la agudización de las desigualdades sociales.
Por eso es oportuno reflexionar sobre la implicación comprometida de los cristianos/as en el ámbito socio-político para encontrar criterios orientadores alternativos y liberadores. Como nos sugiere Pedro Casaldáliga en el lema de la Agenda Latinoamericana de este año 2008 “La política murió… ¡Viva la política!”…
3. Segunda lectura. Textos de los evangelios sobre la justicia. Mateo 6, 33, Mateo 23,23, Mateo 5, 20 y Lucas 1, 68-75
4. Introducción al dialogo.
Queremos reflexionar, a la luz del evangelio, sobre nuestro compromiso social. Como Elena ha comentado en la introducción, estamos de acuerdo en el principio de la justicia, en la orientación a marginados y oprimidos, en la defensa de lo común, en la búsqueda de una autentica solidaridad.
¿Podemos añadir, o concretar algo más, estos principios básicos, desde el compromiso cristiano, que deben guiar nuestra actuación?
Nos encontramos, ahora, próximos a unas elecciones, en que se nos pide el voto. Nos gustaría reflexionar sobre diferentes opciones (votar o no votar, voto útil o voto ético…). Todo ello, con el máximo respeto a la diversidad, entender al otro es esencial para hacer comunidad.
¿Como entendemos nuestro compromiso en esta circunstancia concreta?.
Canción Nº 84, pagina 71 “pregonad que llega el reinado de Dios”
5. Ofrendas-Ofertorio
-
Nuestra incertidumbre
-
Nuestro esfuerzo por evitar fundamentalismos (Congreso de Teología de Sep., celebra-ción del 22 de octubre, oración interreligiosa del 30 de octubre en Madrid…).
-
Preocupación por lo publico (sanidad y educación…).
-
Flores como símbolo de nuestra esperanza
-
¿Otras ofertas por parte de los asistentes?
-
Pan y vino, como símbolos de nuestro deseo de compartir
6. Anáfora-
P. Venid, aclamemos al Señor, recuperemos la gratitud de
María en su Magníficat, la cordialidad de Jesús en su evangelio
para agradecer a Dios Padre este momento de presencia y de gracia que se nos ofrece con motivo de las próximas elecciones.
Todos. Porque el Señor nos invita a romper el individualismo que nos encierra Y a recuperar el espacio público, como escenario común, donde realizar con los demás nuestra dimensión de ciudadanos.
El. Porque en estos malos tiempos que corren para lo público, con la globalización neoliberal que olímpicamente ignora todo conflicto y pretende, con el control de la economía, la sumisión de las conciencias, el Señor nos invita a la rebeldía, a la li-bertad y a la lucha por la justicia.
E2. Porque desde el inicial impulso de la democracia ateniense -que excluía a las mujeres, a los esclavos y a los metecos del derecho a participar en el gobierno de la polis-, el mismo Señor nos invita a reunir, en un mismo proyecto de igualdad, el pluralismo cul-tural y político, social y religioso, que reina en nuestra ciudad.
Todos. Te damos gracias, Dios Padre, porque, desde el evangelio de Jesús, hemos descubierto tu voluntad para toda la creación. Tu proyecto comienza por los «don-nadies», los excluidos y los pobres a quienes ofreces la integración cívica en un mismo pueblo, que resquebraja la barrera entre integrados y excluidos.
P. Conocedores por gracia del cairós que este momento significa, y, por ello llenos de gratitud, te cantamos: SANTO, SANTO, SANTO.
P. Envíanos ahora tu Espíritu, aquel Espíritu audaz de Pentecostés, capaz de reunir los muchos en un solo pueblo, para que, a la luz de la memoria de Jesús, podamos ir reconstruyendo la memoria de nuestra propia liberación.
E3. Con su esfuerzo en la lucha y sus luces,
muchas personas anónimas y sus dirigentes sociales y religiosos
han hecho lo posible para formar nuestro actual pueblo.
A ellos queremos hoy rendir nuestro homenaje
por el amor al ser humano y el respeto a sus derechos,
que nos han transmitido.
Todos. En esta larguísima lista de testigos de nuestra ciudadanía descuella por mérito propio Jesús de Nazaret, tu Hijo. En él descubrimos que nuestro mayor derecho es la gracia:
la gracia con que tú nos amas, nos perdonas y con la que nos salvamos;
la gracia que nos convoca a una sola mesa, a una misma comunidad.
P. De Jesús hemos aprendido la fundante tradición de perdonar y compartir. Lo mismo que él hizo durante toda su vida y en su última cena con los suyos, queremos hacer no-sotros ahora.
En cada Eucaristía, Jesús coge un trozo de nuestro pan en gesto de cuerpo que se parte y de vida que se entrega y nos dice:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL…
Lo mismo hace con una copa de vino; bendice con ella a su Padre, y nos invita a vivir una vida compartida:
TOMAD Y BEBED TODOS, PORQUE…
P. Proclamamos ahora tu muerte, aclamamos tu resurrección; somos conscientes de que estás llegando a cada instante a nuestras vidas; sobre todo ahora, cuando hemos de elegir a quienes administrarán nuestros recursos y gobernarán nuestras vidas; creemos que estarás con nosotros hasta la consumación de la historia. Por eso te encomendamos ahora nuestras inquietudes y esperanzas.
E4. Nos preocupa, Señor, que la sociedad, en que hemos crecido,
está perdiendo su savia, como el árbol viejo.
Hemos luchado y sido rebeldes para borrar leyes
y suprimir tradiciones que infantilizaban a los sumisos
y excluían a los disidentes
E5. Hoy este recuerdo nos deja intranquilos. Porque no hemos establecido la sociedad justa por la que luchamos, ni la democracia tan añorada es el Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Nos esclavizan los intereses económicos y un solapado de-rrotismo. Y, como entonces, los grupos humanos de riesgo se hunden en riesgos más profundos.
Todos. Necesitamos recuperar otra vez la rebeldía, Señor, para restaurar las más elementales bases de la convivencia y vecindad:
el respeto a la vida, la confianza de unos con otros, la justicia debida a todos.
E6. Necesitamos participar con decisión en las organizaciones de ciudadanos para defender los derechos de todos, y amparar especialmente la soledad del desvalido en su infortunio.
Todos. Necesitamos poner en práctica aquella diaconía laica, que tú practicaste tan sencillamente en tu vida y que nos dejaste dibujada en la imborrable imagen del buen samaritano:
un altruismo universal que va más allá de la tribu, la religión y la raza;
un altruismo peligroso que desafía el miedo a las consecuencias, un altruismo excesivo que, más allá de la piedad, se hace amigo del maltrecho y malherido del camino.
P. Padre de bondad, ante la tarea provocadora y hermosa que se nos presenta, miramos con esperanza los intentos de reconstrucción de países árabes. Y nos alienta la reivindicación, tan extendida en nuestro mundo, nacida entre nosotros el 15 de Mayo. Sobre todo esto, no podemos perder de vista el ejemplo de tu Hijo Jesús, que se implicó en nuestra vida hasta la muerte y que estuvo entre nosotros «no para ser servido, sino como el que sirve». En su honor queremos dedicarte este brindis: POR CRISTO…
7. Padre Nuestro y paz
Canción Nº 106, pagina 92, “Padre Nuestro de la justicia”
8. Comunión
Canción 86, pagina 72 “Hay que levantar”….
9. Acción de gracias- Oración final y Bendición.