El verdadero sentido de la confianza
“No temas porque Dios te ha dado el Reino”. Si no has descubierto esto, toda la religión será inútil para ti.
Una vez descubierto el tesoro, sabrás que todo lo demás es arena. No te costará ningún esfuerzo poner en el tu corazón y apartarlo de todo lo que no es auténtico, por muy atrayente y reluciente que aparezca.
Antes de descubrirlo, la confianza es indispensable. Nadie tira por la borda las seguridades, si antes no encuentra la total seguridad. Muchas veces te han dicho que tienes que vender todo lo que tienes. Pero la realidad es muy tozuda. Nadie da nada por nada.
Sugerencias sobre la salvación
He venido a traer fuego a la tierra. El fuego que Jesús trae me tiene que consumir a mí. Mi falso yo, sustentado en lo material, tiene que consumirse para que surja el verdadero ser.
Todo lo que trabajemos para potencias la individualidad, será ir en dirección contraria a la verdadera meta. Mientras más adornos coloques, más lejos estaré de mi verdadero ser.
Para que surja el oro de mi verdadera naturaleza, tiene que arder la escoria de mi ego. La luz que ya existe en el fondo de mI ser, solo se manifestará cuando arda mi materialidad.
El seguimiento exige disponibilidad
“Si alguno quiere venir conmigo…” Jesús no impone nada, simplemente propone. Las condiciones no las pone Él: son exigencias de la propia naturaleza humana.
Elegir lo que es mejor para mí por convicción personal, nunca puede ser renuncia o sacrificio. Sólo si me muevo por programación externa renunciaré a aquello que sigo creyendo que es mejor.
Sólo el verdadero conocimiento, la iluminación, la sabiduría puede llevarme a una búsqueda de bienes definitivos. Mientras no alcance esa luz, andaré dando tumbos. Descubierto el tesoro, todo lo demás pierde valor.
Aceptarnos como somos
¡Amigo, sube más arriba!. Esta frase sacada de contexto, podría se el lema del hombre terreno. Pero más allá de lo terreno tú eres más de lo que crees ser. Nada ni nadie te puede impedir alcanzar esa meta espiritual. Sólo tú renuncias a alcanzarlo.
No tienes que hacer nada, ni conseguir nada. Todo lo que pretendas alcanzar ya lo tienes. Todo lo que pretendas ser ya lo eres. Solamente tienes que tomar conciencia de ello.
Si descubres esto, dejarás de necesitar alabanza y admiración de los demás. No necesitarás aparentar más de lo que eres. Tu bienestar no dependerá de los otros. Perderás todo el miedo, porque nadie puede arrebatarte lo que eres. Estarás a la puerta de tu libertad.