Mesa común y sinodalidad.
Celebración con la Comunidad de la Parroquía de la Guía 11 noviembre 2023.
Al entrar la mesa está vacía y se va montando con música de fondo (C’era una volta il west):
Mantel, velas, flores, bolsas vacías, pan y vino.
Saludo y acogida.
Se saluda a los miembros de la Comunidad de La Guía, con quienes tuvimos en junio pasado una celebración en su parroquia. Brevemente nos hablan de sus comienzos y trayectoria. También compartimos que en esa mañana la Comunidad estuvo en la despedida de Jaime Beneyto.
Presentación del tema.
Jesús desde el primer momento se dedicó a formar grupos de discípulos a los que dirigía su mensaje y su testimonio. En el grupo se vivió el despojo de los bienes, se compartió lo que cada uno tenía, se procuró que nadie se impusiera a los demás, se convivió con Jesús, con su estilo y su forma de comportarse ante ricos y pobres, ante dominadores y dominados y ante los poderes establecidos
¿Qué propició Jesús con esta forma de actuar? desarrolló una alternativa de convivencia
Jesús ofrece la alternativa de la comunidad cristiana, de caminar junto a los pobres y excluidos, estar al servicio de los que sufren y dio testimonio como principio fundamental de una comunidad: la mesa común. La Comensalidad que va más allá de compartir alimentos porque también supone la solidaridad y la cooperación de unos con otros. El evangelio nos convoca al encuentro con los hermanos que sufren las injusticias, a empatizar con su dolor y sus reclamos y a no dejarlos solos a la orilla del camino.
La enseñanza fundamental que nos deja Jesús en los evangelios es la formación de Comunidades y, cuando los cristianos nos fijamos la tarea de reproducir la comunidad de Jesús, nos comprometemos también a la misión de ser una alternativa Cristiana a los valores del sistema Neoliberal en el que se basa y organiza actualmente la Sociedad. Esta tarea solo es posible construyendo redes comunitarias al estilo de las primeras comunidades, con el propósito de vivir y fortalecer nuestra la Fe en el hijo de Dios.
1ª Lectura Boff. La Comensalidad
La Comensalidad: significa comer y beber juntos alrededor de la misma mesa. Ésta es una de las referencias más ancestrales de la familiaridad humana, pues en ella se hacen y se rehacen continuamente las relaciones que sostienen la familia.
La mesa, antes que a un mueble, remite a una experiencia existencial y a un rito. Es el lugar privilegiado de la familia, de la comunión y de la hermandad. En ella se comparte el alimento y con él se comunica la alegría de encontrarse, el bienestar sin disimulos, la comunión directa que se traduce en los comentarios sin ceremonia de los hechos cotidianos, en las opiniones sin censura de los acontecimientos de la crónica local, nacional e internacional.
Los alimentos son algo más que cosas materiales. Son sacramentos de encuentro y de comunión. El alimento es apreciado y es objeto de comentarios. La mayor alegría de la madre o de quien cocina es notar la satisfacción de los comensales.
Pero debemos reconocer que la mesa es también lugar de tensiones y de conflictos familiares, donde las cosas se discuten abiertamente, se explicitan las diferencias y pueden establecerse acuerdos, donde existen también silencios perturbadores que revelan todo un malestar colectivo. La cultura contemporánea ha modificado de tal forma la lógica del tiempo cotidiano en función del trabajo y de la productividad que ha debilitado la referencia simbólica de la mesa. Ésta ha quedado reservada para los domingos o para los momentos especiales, de fiesta o de aniversario, cuando los familiares y amigos se encuentran. Pero, por regla general, ha dejado de ser el punto de convergencia permanente de la familia. La mesa familiar ha sido sustituida lamentablemente por el fast food, comida rápida que sólo hace posible la nutrición, pero no la comensalidad.
Esa comensalidad que ayer nos hizo humanos, continúa todavía hoy haciéndonos siempre de nuevo humanos. Por eso, importa reservar tiempos para la mesa en su sentido pleno de la comensalidad y de la conversación libre y desinteresada. Ella es una de las fuentes permanentes de renovación de la humanidad hoy globalmente anémica. Leonardo Boff
Canción Una ciudad para todos nº 29, pg. 26.
2ª Lectura. Hch. Cap. 4, 32-35
Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.
Reflexión.
Hoy cada uno quizá hemos venido a la celebración con nuestra mente cargada de imágenes de guerras, con el corazón repleto de sentimientos dolorosos confiemos que las lecturas nos pueden ayudar a centrarnos.
Al escuchar la lectura de Hechos me he sentido muy interpelada. Creo que a nivel individual y con los nuestros, es nuestra referencia, así como a las actividades sociales que se llevan a cabo por las comunidades. Pero si levantamos la mirada a la Iglesia como institución, es muy triste y vergonzoso, pues no damos esa imagen idílica de compartir y no es cierto que todos tengan cubiertas sus necesidades… tenemos experiencia y sabemos que en nuestra Iglesia, existen excluidos y personas que viven en la desigualdad, que no son escuchadas…
De la lectura de Boff, destaco como incluso cuando compartimos alimentos, a veces surgen diferencias que hemos de saber gestionar… y me ha recordado lo que debe haber sucedido en las sesiones de la asamblea del Sínodo que ha concluido hace unos dias.
Se nos explicó la conveniencia del Sínodo por la situación tan degradada que presenta la Iglesia y nos costó entender eso de la SINODALIDAD… nos enseñaron que vivir la sinodalidad en la Iglesia es pasar de un estructura piramidal, en que la mayoría ocupamos la base, a una estructura circular, en que todos estemos más cercanos, donde sea más evidente la propuesta que nos indican la lectura d Hechos… donde no haya tantas desigualdades, donde sea más inmediata la escucha, el compartir y la aceptación de las diferencias, donde sea más ágil la toma de decisiones en procesos de diálogo… donde no haya exclusiones y los pobres, las mujeres, los colectivos LGTB, etc… sean incluidos.
Hagamos de la sinodalidad una práctica verdadera de caminar en comunidad.
Tenéis la palabra
Ofrendas. Ana y luego los demás. Ofrecemos esta mesa que hemos preparado entre todos.
Esta mesa, reflejo de tantas mesas que, como vemos en los Evangelios, Jesús compartía con sus amigos (Caná, Marta y María, Emaús), con pecadores como Zaqueo, con los marginados, y que culminó en su Cena de despedida.
En la mesa de la Eucaristía cabemos todos, justos y pecadores, mujeres, hombres, heterosexuales, divorciados, etc.
La dignidad del ser humano, no le viene de su nivel social o cultural, sino de la invitación que Jesús nos hace a todos y a cada uno para ocupar un sitio en la Mesa
Y el Sínodo debe ser la respuesta institucional desde la Iglesia a la “comida compartida” entre todos los hermanos
Cartel sínodo, Llaves, Bolsas con música de C’era una volta il west.
Pan y Vino
Anáfora.
- Los primeros seguidores y seguidoras de Jesús se reunían, en los comienzos cristianos, para recordar la vida y enseñanzas del Maestro a quien admiraban.
Todos. También se juntaban para abordar conjuntamente los problemas que afectaban a toda la colectividad. De hecho, se llamaban a sí mismos “los seguidores del Camino”.
- La comunidad portuaria de Corinto, siempre muy inquieta y creativa, celebraba en esos encuentros lo que llamaba “La Cena del Señor”. Se juntaban en las casas para celebrar la Cena del Señor.
- Y la comunidad de Jerusalén, de extracción social más pobre, llenaba con alimentos “el Cesto Comunitario” que compartía generosamente con las familias más necesitadas. En Jerusalén llamaban a estos encuentros, juntarse para “partir el pan”.
- Refiriéndose a estas reuniones colectivas, San Lucas dice que compartían el pan con alegría y tenían un solo corazón y una sola alma.
Todos. Aunque estos gestos, así narrados, tuvieran mucho de utopía, convencidos como estaban de la llegada inminente de la parusía, es para dar gracias a Dios que se hayan mantenido como una provocación hasta nuestros días.
- Separados ya por más de dos milenios de estos gestos fundadores, nuestras comunidades de Ntra. Sra. de la Guía y de Santo Tomás de Aquino nos reunimos esta tarde en Madrid para actualizar la provocación del pan, poniendo simbólicamente una mesa común y recordando el Camino con una breve mirada al Sínodo de la Sinodalidad que acaba de clausurar su primera etapa en Roma.
- Nuestras preocupaciones de hoy en algún sentido continúan las de ayer, porque sigue creciendo el hambre y el sinnúmero de pobres a nuestro lado y en el mundo. ¿No está suficientemente justificado “el Cesto Comunitario” para partir el pan también hoy con los pobres?
- Pero, en una sociedad tan secularizada como a nuestra, “los problemas de los y las seguidores del Camino”, los de nuestra Iglesia de hoy han superado su conflictiva relación con el judaísmo y al paganismo para adentrarse en otros de mayor calado como la crisis que afecta a todas las religiones, la desigualdad entre las personas, principalmente la originada por el patriarcado y las mujeres, el clericalismo, el celibato de los curas o la exclusión del sector LGTBI+.
- Al recordar ahora en comunidad todo esto, haciendo memoria de la vida, muerte y resurrección de Jesús, apostamos por una mesa común, redonda como el mundo, donde tengan cabida los pobres de pan y los excluidos materialmente de las bienaventuranzas por la institución. Y apostamos también por una transformación sinodal de la Iglesia al estilo del Reino de Dios y del Evangelio.
Todos. Así lo hizo Jesús y así celebramos hoy su presencia entre nosotras y nosotros: Tomó pan, lo partió y la repartió con todas y todos diciendo: este pan representa mi vida y vuestra vida, la que generosamente he entregado por todas y todos vosotros. Seguid haciéndolo en memoria mía.
Todos. Durante la Cena, levantó la copa de vino, brindó al Padre-Madre, anfitrión misterioso de la cena, y, mirando a los ojos de los aturdidos comensales, la fue ofreciendo con palabras similares a estas: esta es la copa de la alianza, es la copa de la vida para toda la humanidad. En adelante, apostad siempre por la vida, y, cuando lo hagáis, hacedlo en memoria mía.
- ¿Tendrá razón el poeta cuando, mirando la situación del mundo, destrozando un planeta ya incapaz de dar de comer a toda la humanidad, dividido en pequeños espacios donde se protege erigiendo muros, y haciendo la guerra por intereses espurios, ¡siempre menos importantes que la vida!… tendrá razón cuando dice “CAMINANTE, NO HAY CAMINO”?
Todos. ¿Tendrá razón el poeta cuando, mirando a la humanidad más intrépida y decidida, más arriesgada y valerosa, canta: ¡SE HACE CAMINO AL ANDAR!
- Tendrán razón los profetas cuando, sin ignorar los grandes problemas de la religión, y de las formas e instituciones religiosas, de los patriarcados religiosos y clericales, del cansancio y apatía de los creyentes… recuerdan que JESÚS DIJO: “YO SOY EL CAMINO”. Y, siguiendo este camino, apuestan por la mesa común y la esperanza, empeñados en construir UNA MESA REDONDA COMO EL MUNDO… ¡UNA ESPERANZA! Y oran diciendo ¡VEN, SEÑOR JESÚS!
- Oremos ahora unos minutos en silencio, teniendo presentes al papa Francisco, a las Comunidades Cristianas y a las iglesias, a nuestra propia Iglesia en proceso sinodal, a nuestras comunidades de la Guía y de Santo Tomás… No nos olvidemos de nosotros y de nosotras: quienes vivimos, y quienes ya han muerto, pero viviendo… Unimos nuestras manos para orar con el Padrenuestro.
Padre Nuestro, cantado (Padre nuestro tu que estás, S& Garfunkel o versión andina)
Paz
Comunión. Música de fondo Granada de Albéniz (audio o video)
Acción de Gracias.
- Hemos construido esta tarde una mesa común con nuestros amigos de la Parroquia de la Guía. Ello nos ayuda y compromete en la construcción de la gran Comunidad de tu Reino, reino que es alternativa cristiana a esta sociedad neoliberal. Por ello, te damos gracias.
Todos. Te damos gracias Señor
- Hemos compartido el Pan y el Vino en torno a esta mesa común. La comensalidad es una de las fuentes permanentes de renovación de esta sociedad y ello nos compromete en la lucha por un mundo mejor. Por ello, te damos gracias.
Todos. Te damos gracias Señor
- La comensalidad compartida en esta mesa común hace presente en nuestras comunidades la SINODALIDAD…que deseamos para toda la Iglesia, abandonando las estructuras piramidales y excluyentes. Por ello, te damos gracias.
Todos. Te damos gracias Señor
Avisos y despedida.