La venganza, acción contraria al amor al prójimo.              Eucaristia 29 de octubre de 2023

Saludos y acogida.                                                                                                 

  1. Presentación del tema

Llevamos muchos meses en que la acción humana de la venganza se está haciendo como un proceder habitual para resolver problemas, ejemplos recientes los tenemos en la guerra israelí palestina, en la rusa ucraniana y muchísimas otras que no tiene sentido nombrarlas. La venganza se define como: “Castigo o daño que se aplica a una persona (o varias) en respuesta a una ofensa previa que ésta hizo”. La venganza es una actitud exclusiva del ser humano, pero curiosamente es una actitud que causa repulsa (o al menos debería causar) a la más simple reflexión humana sobre esta actitud y sus consecuencias. Ya en los albores de la civilización humana se promulgó la ley del Talión, como una ley progresista para acotar las actitudes de la venganza y curiosamente esa ley del Talión que nos parece hoy en día horrorosa no la hemos superado como sociedad humana. ¿es que es eso a lo máximo a que podemos aspirar? Muchos pensadores dicen de la maldad, que es intrínseco del ser humano, sale de lo más primitivo del ser. Como es posible que después de dos mil años que se nos enseñó que el contrapunto de la venganza es el perdón, sigamos todavía aplicando la ley del Talión como método de convivencia

  1. 1ª Lectura                        

En la nueva ley que Jesús nos trae se nos pide superar el formalismo de la ley antigua y no conformarnos con una justicia meramente humana. La justicia del mundo conlleva cierto deseo de venganza y en el mejor de los casos, busca la equidad, la respuesta proporcionada. Jesús nos ha pedido ir más allá de la letra, implicar al corazón.

¿Qué hacer cuando alguien me hace mal o trata de aprovecharse de mí? La primera reacción es defendernos como instinto de supervivencia, fruto de nuestra inseguridad.

A lo largo de la historia de la salvación hay un progreso en este tema, que nos va llevando a niveles más evangélicos. En el libro del Génesis, cuando se nos refieren los primeros estadios de la humanidad, se nos comenta la barbaridad que hizo Caín, al matar a su hermano Abel, transformando la fraternidad en fratricidio a causa de la envidia. Ante esta reacción tan desproporcionada, el mensaje de la Biblia va evolucionando. El Código de Hammurabi, escrito en 1750 a.C. por el rey de Babilonia Hammurabi, se recoge la llamada ley de Talión, que viene a decir: “serás tratado como trates a los demás”. Hay una proporcionalidad en el daño hecho y el castigo recibido. Así nos dice el libro del Éxodo: Ojo por ojo, diente por diente.

Ya en el libro del Levítico se pedía al pueblo de Dios que amara a los suyos y no fuera rencoroso: “No te vengarás, ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lv 19,18). Jesús utiliza esa expresión para lanzarnos a un reto mayor: “Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen”. Jesús nos propone algo, que nos impacta. Al mal no se le combate con la misma moneda, sino que se le neutraliza con el bien, no entrando en la espiral de violencia, que caracteriza al mal.

Para poder llevarlo a cabo se necesita el desapego de uno mismo, una mirada trascendente, un amor por el bien del otro tal, que lo anteponga al nuestro, solo al alcance de los que se han dejado atrapar por el amor de Dios. En Mt 5,38 Jesús es claro y contundente: “No hagas frente al que os agravia. Si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale también la otra; da tu capa al que te quiera quitar la túnica; acompaña dos millas al que te pida le acompañes una; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas”. Actuando así seremos hijos de Dios, Padre Madre, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.

El mensaje de Jesús es sólo para locos y enamorados, que es otra forma de enajenación. Contemplemos nuestra forma de actuar y sabremos qué espacio hemos dejado al evangelio en nuestro interior, hasta qué punto el espíritu del Señor nos habita y ha dominado a nuestro natural ego y liberado nuestros apegos.

Esa es la perfección, que alcanza el que se olvidó de sí mismo para dar su vida en el amor. Su equivalencia en el evangelista Lucas es la misericordia, como nos dice el final de su discurso sobre las bienaventuranzas y la necesidad de amar a los enemigos: “Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo “(Lc 6, 36). Y si la perfección de Dios es la misericordia, esa es la perfección que los cristianos debemos buscar.

  1. Evangelio Mateo 5 – 1 al 13:

Como texto del evangelio, vamos a leer las bienaventuranzas que es la enseñanza genuina básica que nos dejó Jesús y que en ellas se ve el rechazo absoluto a la venganza.

  • «Bienaventurados[a] los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.
  • » Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.
  •  »Bienaventurados los humildes[b], pues ellos heredarán la tierra.
  •  » Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.
  •  » Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.
  •  » Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.
  •  » Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
  •  » Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.

29Introducción al dialogo.                                                                                  

Decíamos en la introducción que cada vez más en todas las sociedades humanas, está recorriendo un sentimiento de venganza para resolver nuestros problemas, cuando está claro que los grandes profetas de todas las sociedades y religiones que nos han precedido, una de las cosas básicas que dicen es: que, para alcanzar la felicidad máxima, o la armonía de vida, o la paz máxima o el cielo o llámese como se llame, la misericordia y el amor son esenciales. ¿Por qué queremos seguir torturándonos utilizando la venganza y el talión para resolver nuestros desencuentros?, ¿Qué podemos hacer para que cada vez que nos aparezca ese impulso primitivo de la venganza, nuestra reacción sea la misericordia? Será que nos tenemos que entrenar como en muchas otras cosas para habituarnos, será que tendremos que estar constantemente acompañados para que se nos corrija cada vez que tengamos tendencia a buscar la solución violenta, no sé pero creo que entre todos podremos ayudarnos y darnos ideas para obrar conforme a las enseñanzas de Jesús. Vosotros diréis.

  1. Petición de perdón.
  • Porque no somos capaces de enfrentarnos, con todas nuestras fuerzas y medios legítimos, a las situaciones de muerte sicológica y, muchas veces, también física, realizadas por seres humanos contra otros seres humanos.
  • Perdón Señor.
  • Porque no hacemos de la misericordia y el perdón criterios básicos de nuestro modo de ser y de proceder, a sabiendas de que la vida y la convivencia solo serán viables si respetamos esos principios básicos.
  • Perdón Señor
  • Por las veces que, con nuestro actuar en círculos próximos, creamos injusticias, dolor, desigualdad, rencores…
  • Perdón Señor
  1. Ofendas
  • – Símbolo de la paloma como símbolo de la paz.
  • -Símbolo del abrazo de niños palestinos y judíos
  • – Bolsas
  • – Pan y vino.
  1. Oración eucarística. Anáfora

A.-En esta Eucaristía agradecemos tu vida Jesús, vida entregada a la causa de Dios y al servicio liberador de los hombres.

TODOS: Nos descubriste que la única manera de ser fiel a Dios, es ponerse del lado del oprimido.

B.-Te enfrentaste a la muerte, desde una actitud de confianza total en el Abbá; no la eludiste, no te defendiste, estabas convencido de que nada podría impedir la llegada del Reino de Dios, que ahora nos sigues anunciando.

TODOS: Hoy sabemos que el camino para alcanzar la plenitud humana no es otro que el camino del amor total, verdadera esencia de toda vida humana.                                                

C.-Jesús, te reconocemos en la Eucaristía, por eso vamos a repetir el gesto que tuviste aquella noche, rodeado de tus discípulos, en la que después de la cena tomaste el pan; el mismo pan, que genera la vida cuando la entregamos; también provoca la muerte, cuando la arrancamos unos a otros. Diste gracias a tu Padre, y lo repartiste diciendo:

TODOS TOMAD Y COMED, ESTA ES MI VIDA, COMPARTIDLA CON TODA LA HUMANIDAD

D.- Del mismo modo, levantaste la copa de vino, diste gracias al Padre y la repartiste a tus discípulos diciendo:

TODOS TOMAD Y BEBED, ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE, ESTA ES MI ALIANZA, QUE SERÁ DERRAMADA POR TODOS LOS HOMBRES. LLEVADLA HASTA EL FINAL DE LA HISTORIA

E.- Este es el sacramento de nuestra fe.

Todos Anunciamos tu muerte y proclamamos tu Resurrección, ven Señor Jesús.

  1. Padre Nuestro.                                                                                        

Padre nuestro que estas aquí / en la lumbre, en la ceniza / en el amor y en el desamparo. / Sea tu nombre pronunciado con los labios del corazón / que no tiene palabras. / Quédate con nosotros / así como somos, monótonos / cotidianos, casi aburridos. / Haz coincidir tu plan de cada uno / en el aquí y en el ahora / preparándonos para el siempre / Danos cada hoy, cada mañana, cada noche / la sed de querer y de desear amor. / Perdona y acepta el no entender / las dudas, la pereza, las intransigencias / nosotros lo intentamos. / No nos dejes / seriamos como marionetas sin hilos / playa sin mar / sol sin calor / lluvia sin agua. / Libranos del desamor / de la enfermedad / del poder que avasalla. / Ayúdanos a inventar cada día / la libertad. / Amén.

  1. Comunión                                                                                                                      

En esta reunión, al compartir el pan y el vino, nos sentimos unidos y cogemos fuerza para seguir el difícil consejo de Jesús, “sed compasivos como vuestro Padre es compasivo” así como coger fuerzas para continuar con las enseñanzas que él nos dejó y que son la base de una vida plena.

  1. Acción de Gracias.                                                                                                          

Tras estas reflexiones que nos hemos planteado sobre el binomio venganza/perdón, te damos gracias Dios Padre/Madre por iluminarnos para que podamos poner nuestro foco en el perdón. La venganza está vinculada al placer de los que no conocen la fuerza del amor sentido y compartido. El perdón es la expresión de la generosidad de un proyecto común de intentar mejorar la sociedad injusta y desigual en la que nos está tocando vivir. Es difícil perdonar cuando el daño causado es tan inmenso, pero es lo único que puede reparar. La venganza —en cambio— ahonda en la destrucción.

  1. Nos damos la Paz.                                               

Que llevemos la paz allá donde vayamos: LA PAZ ESTÉ CON NOSOTROS y nos damos la Paz

  1. Avisos y despedida.