La MUERTE: Un paso en el camino de la vida 11 de Noviembre de 2.012

Presentación

Buenos días amigos todos, hoy vamos a tratar un tema que quizás nos resulte difícil, o a lo mejor hostil, o quizás prefiramos apartarlo, como si no existiera, como si no fuera a suceder, pero porque nos acompaña Loly la mujer de Maxi, y, como siempre está entre nosotros Aurora, la madre de Martín. , hemos pensado traer a reflexión el tema de la muerte, pero la muerte como parte de la vida, como evolución de todos los seres que formamos la naturaleza, la muerte como un fenómeno natural, la muerte como paso, como evolución de nuestro ser individual y social.

Y ahora, si os parece, ponemos en silencio los teléfonos móviles, para mejor compartir esta reflexión.

Canción pag 5 (nº 6)  “Junto a ti al caer la tarde”. Estrofas 1 y 3

Petición de perdón

1.- Por la falta de esperanza que nos invade y por las veces que el desaliento nos acompaña, Señor, Perdón Señor….

Todos: Perdón Señor, perdón.
2.- Por las veces que nos sentimos superiores a los demás, acomodados en nuestra verdad, sin escuchar a los hermanos, Perdón Señor….

Todos: Perdón, Señor, perdón.
3.- Por las veces que callamos las injusticias y pasamos indiferentes ante los pobres, perdón Señor…

Todos: Perdón, Señor, perdón.
4.- Por la frialdad de las palabras con que justificamos nuestros actos o nos refugiamos en nuestros pequeños dolores, perdón Señor.

Todos: Perdón Señor, perdón.

1ª lectura: De la muerte – (Jalil Gibrán Jalil)
Entonces habló Almitra diciendo: «Ahora quisiéramos preguntarte sobre la Muerte».
«Conoceréis el secreto de la muerte”.
Pero, ¿Cómo lo encontraréis si no buscáis en el corazón de la vida?
Y si verdaderamente queréis contemplar el espíritu de la muerte, abrid vuestro gran corazón a la vida.
Pues la vida y la muerte son una misma cosa, así como el río y el mar son uno.
En lo más profundo de vuestras esperanzas y deseos, late en silencio vuestro conocimiento del más allá.
Y como semillas que sueñan bajo la nieve, así vuestro corazón sueña con la primavera.
Tened confianza en vuestros sueños ya que en ellos se oculta la entrada a la eternidad.
Porque, ¿qué es el morir, sino permanecer desnudos en el viento y fundirnos en el sol?
Y ¿qué es dejar de respirar, sino liberar el aliento de la incesante marea, para que pueda alzarse y expandirse libre de ataduras buscando a Dios?
Sólo cuando bebáis en el río del silencio, cantaréis.
Y cuando hayáis alcanzado la cima de la montaña, entonces se iniciará la subida.
Y sólo cuando la tierra reclame vuestros cuerpos, la danza dará comienzo.

2ª lectura: Juan 4 (7-14) “Agua de vida”  La samaritana.

Llega una mujer de Samaria a sacar agua del pozo.

  • Jesús le dice: “Dame de beber”; le dice la mujer samaritana “Cómo tu, siendo judío, me pides de beber a mi que soy una mujer samaritana”
  • Jesús le respondió: “Si conocieras el don de Dios y quien es el que te dice  “”Dame de beber””, tu le habrías pedido a él y él te habría dado agua viva”.
  • Le dice la mujer: “Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo, ¿de donde pues tienes esa agua viva? Acaso eres tu más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron é y sus hijos y sus ganados?
  • Jesús le respondió: “Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed”  Pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le dé se convierta en él en fuente de agua que brota para la vida eterna”

5. Canto pag 20  “Como le cantaré al Señor”.
Introducción al diálogo.

La muerte aparece en el horizonte humano como el límite, el resumen de todas las desgracias. Es la ficha del  puzzle de nuestra vida que siempre damos de lado, pero que al final colocaremos. Esta realidad condiciona en última instancia toda nuestra vida.

No vamos a tratar sobre la muerte de los niños o de los jóvenes, de las producidas por las guerras, las hambrunas, la violencia porque todas ellas son muertes injustas. Queremos centrarnos en lo que se podría llamar “muerte natural”  (edad, enfermedad…)

En este sentido, deberíamos estar convencidos de que la muerte es un proceso más de la vida. La vida en la naturaleza, de la que formamos parte, es un ciclo en que todo va cambiando,  evolucionando (a veces parece que involucionara),  todo pasa y da lugar a nuevos seres, nuevas formas de vida, la vida humana no es mas que una parte de este ciclo, si bien una parte consciente, que nos permite de alguna forma, modular nuestra vida y darle un sentido  mas allá del puramente biológico,  pero por el hecho de ser también biología,  pensamos que hemos de aprender a quitar ese sentido trágico que juega a veces en nuestro interior  y que mantenemos y conservamos.

La muerte, sobre todo, cuando se ha tenido una vida plena, en la cual uno se ha podido desarrollar y llegar a ser “PERSONA” con mayúsculas debería ser un momento de sosiego, de aceptación del final, de despedida de los que te rodean, de esperanza de que continuarás viviendo en el recuerdo de aquellos con los que te has cruzado. Un momento en el que todo cobra su verdadera importancia, su valor real, su alcance.

Los cristianos con fe piensan (pensamos) que puede haber algo mejor después, que resucitarán, y es la resurrección el eje de la vida cristiana,  pero lo que buscamos hoy no es precisamente la resurrección (que también tendrá su tiempo),  es el sentido humano, el sentido que la naturaleza da a la muerte como un paso mas en el camino de la vida, como una acción de gracias por todo lo recibido, todo lo realizado, por aquello que hacemos por mejorar el mundo, la sociedad… por los momentos que hemos sido felices o hemos hecho feliz a alguien, por  todo lo aprendido y por todo lo enseñado,  por lo que hemos sido capaces de construir…

Ofrendas.

  1. Queremos hoy recordar a todos los miembros de la Comunidad, o sus familiares, que nos han dejado este año, entre los que se encuentran Maxi y Martín, el hijo de Aurora.

Colocamos esta vela en su recuerdo y en el de todos los seres queridos que nos han dejado este año.

Maxi: A los que no le conocisteis, os decimos que Maxi llegó a la parroquia de S Tomás desde Las Hurdes en el año 81 y su primera tarea fue hacerse cargo de la MISA DE FAMILIAS.

Fueron años muy entrañables que no olvidaremos ni los padres ni los niños de entonces.

Con él empezamos a celebrar eucaristías y primeras comuniones en el campo.

Dejó  “la Iglesia Oficial” para casarse con Loly y con él celebramos la primera eucaristía presidida por un cura casado.

Siempre participó en los actos de la comunidad hasta que la enfermedad se lo impidió.

Compartimos con Loly que Maxi era una persona cercana, fiable y noble en su amistad, leal y entrañablemente cariñosa y solidaria. Una persona de paz, un trocito de Evangelio. Que nada de su vida se pierda y que siga viviendo en nuestro recuerdo y en nuestras vidas.

Martín

Martín estaba sólo. Sentía que estaba sólo en el mundo y por eso decidió irse. Fue el 21 de junio, el comienzo del verano. Tenía 29 años. Con ayuda de su padre, terminó su carrera de físico  después de muerto. Tuvo mala suerte. Era el más guapo, el más alto, el más listo y el más sensible de cinco hermanos. Su infancia fue feliz. Pero le fueron viniendo los golpes en la vida y no supo evitarlos. El primero al pasar un año de acoso en una clase conflictiva cuando tenía 14 años. Y  no pidió ayuda.

Hacía años que tenía la idea de no querer vivir. Era una actitud filosófica. Incluso pedía a los más cercanos que le ayudaran a irse. Pero quería que su muerte no fuera en vano.

Martín odiaba la violencia, por eso sólo quería volver a leer los libros y ver las películas que le  habían hecho feliz.  Y necesitaba cariño.

Todas las vidas tienen sentido. También la muerte lo tiene. De ella aprendemos  los que nos quedamos. La muerte de Martín tiene un sentido. Nos está diciendo que necesitamos la llegada del reino de Dios a la tierra para que  mucha gente  deje de sufrir. Reino de amor y justicia, como dice la canción. Y que necesitamos un hombre nuevo. Que aprenda a ser feliz y hacer felices a los demás. Y a no causar dolor a los otros. El querría que esto se le inculcara a todos los niños y jóvenes desde el colegio. Y que se extendiera entre los mayores por todas partes. Gracias Martín por marcarnos el camino.

Ofrendas

  1. Un medicamento.  Que no cedan nuestras peticiones, Señor, nuestras exigencias, nuestros gritos, para que nadie, nadie, quede excluido de los tratamientos médicos  que su estado de salud requiera.
  2. Una casita de papel.  Presentamos este pequeño hogar como muestra ofrenda mas insistente en el día de hoy: Que cesen los desahucios por impago de las hipotecas.
  3. Bolsas para la colecta
  4. Invitación a los demás a nuevas ofrendas
  5. Ofrenda del Pan:  – Señor que este pan, símbolo de nuestro trabajo y de nuestro esfuerzo vital, no siga siendo por más tiempo limosna bien regada por las lágrimas de la vergüenza humillante sino que se convierta en Pan de Vida.
  6. Ofrenda del Vino: – Señor que este vino sea símbolo y resultado de nuestra solidaridad amistosa, que deje de ser invitación al consumo desaforado, y que sea realmente bebida de compasión.

ANAFORA –

Lector 1-  No siempre es fácil, Dios nuestro, acertar a darte gracias, aunque queremos hacerlo porque creemos que es justo.

Lector 2-  Nuestra vida es un misterio, lleno de sonrisas y lágrimas, un misterio lleno de alegrías y cruces, con constantes encuentros y despedidas sin fin.

Lector 3-  Bendito seas, Dios nuestro, por Jesucristo, que nos ha clarificado ese misterio de la vida, que conlleva la alegría del nacimiento, el largo aprendizaje durante la juventud, las tareas de la madurez y la recolección de la vejez en el otoño de nuestras vidas.

TODOS: Bendito seas, Dios nuestro, por la vida que nos concedes hasta después de la muerte.

Lector 4-  Sabemos que estamos de paso en este mundo pues la muerte forma parte de la vida y al recordar en esta Eucaristía la cruz de Jesús, su muerte y resurrección, quisiéramos vencer el miedo a nuestra cruz de cada día, a nuestra muerte que siempre nos espera; quisiéramos aprender a perder para ganar, a morir para resucitar.

TODOS: Bendito seas, Dios nuestro, por la esperanza que nos anima.

Equipo: Para que no dudáramos de su presencia real, el Señor Jesús nos dejó el pan y el vino como sacramento, cuando la noche de la última cena con sus discípulos tomó el pan, lo bendijo, dio gracias y lo repartió diciendo:

TODOS: Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros.

Equipo: Del mismo modo, acabada la cena, tomó la copa llena de vino, dio gracias al Padre y la entregó a sus discípulos diciendo:

TODOS: Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

Equipo: Este es el sacramento de nuestra fé.

TODOS: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús.

Momento de silencio.

Lector 5- Acuérdate Señor de los vivos para que sigamos el ejemplo de Jesús, y recordemos a quienes nos han precedido, nuestros hermanos difuntos  como nuestros hermanos Maxi y Martín que sus vidas no hayan pasado en vano….

Lector 6-  Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de amor verdadero,  un espacio de libertad, de justicia, de perdón y de paz, para que todos encontremos un motivo para seguir esperando y podamos decir juntos:

TODOS:  Por Cristo, con El y en El, a Ti, Dios Padre omnipotente, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Lector 7-  Unidos por este Espíritu nos atrevemos a decir la oración que el Señor Jesús nos enseñó:

TODOS: Padre nuestro…

Lector 8-  Démonos fraternalmente la paz.

Comunión.

11. Canción «Gracias a la vida» pag 54, nº 66

ACCION DE GRACIAS

Tenemos que confesarte, Padre, que nos es difícil proponer una acción de gracias en el contexto de la muerte, que ha sido nuestro tema de hoy.

Pero, como tantas veces durante nuestra vida, cerramos los ojos ante Ti como expresión de nuestra confianza, y te decimos que sí, que te damos las gracias también aquí y ahora.

Al contemplar la muerte –nuestra muerte- lo primero que vemos es la vida –nuestra vida- y en eso no podemos sino sentir y expresar un agradecimiento profundísimo y a la vez perplejo.

Gracias a la vida que nos ha dado tanto. Gracias a Ti que, misteriosamente para nosotros, tuviste a bien concedernos este don de la vida. La vida humana rica en todo lo imaginable, con proyección hacia la felicidad, no al dolor, como tu Hijo nos enseñó.

Gracias, Padre, por la vida. Gracias, Padre, por tu Hijo que le dio sentido.