La igualdad vista con ojos de mujer desde una actitud inclusiva Eucaristía 11 de febrero de 2018
- 1. Presentación
En un rápido recorrido por la historia vemos que ya en Grecia la mujer era considerada como un hombre incompleto. En Roma no tenían nombre propio. En el siglo xv se excluye a la mujer de la Universidad, la educación solo pertenece al hombre. En 1789 se creó la «declaración de los derechos del hombre y del ciudadano» y se promovían los derechos de todos exceptuando a la mujer
Es en el siglo XX, con la industrialización, aparecen las grandes transformaciones y la mujer se va liberando poco a poco legal y emocionalmente de todas las limitaciones anteriores
Hoy, en el siglo XXI a pesar de los avances en la recuperación de derechos, estos no son equitativos ni llegan a todas las mujeres por igual debido sobre todo a las diferencias en el acceso a la cultura: África, Islam, Asia, Occidente…
Pero no queremos pararnos en un feminismo de mujeres contra hombres, sino de mujeres iguales que los hombres. Para igualar no se tienen que bajar los derechos (ni los salarios) de los hombres, sino subírselos a las mujeres. Ser feminista no significa declarar la guerra a los hombres sino exigir la igualdad de derechos
Pienso que el patriarcado en que se mueve el mundo no tiene su fundamento en la inteligencia sino en la sexualidad. Siempre apuestan los hombres por su dominio sexual sin pensar en que la mitad de la humanidad son mujeres.
Es mucho más cómodo actuar como se ha hecho históricamente relegando a la mujer a un papel reproductor pero sin importar sus sentimientos
Pero, ya no es momento de que sean los hombres quienes tienen que decir cómo debe ser nuestra sexualidad, el largo de nuestra falda o si tienen motivos para matarnos, porque no queremos seguir a su lado. Podemos tener otras motivaciones diferentes a la maternidad para nuestra vida
¿Hoy podemos reflexionar desde lo que viven las mujeres? ¿Desde lo que sienten?
2 Momento para el perdón
P. Para abordar este tema sangrante que a todos nos avergüenza y humilla como parte que somos de la única humanidad, queremos partir de una doble actitud: desde el reconocimiento de nuestro silencio ante la vergonzante desigualdad entre el hombre y la mujer que afecta al mundo de hoy, y desde nuestra propio consentimiento y participación en el mismo. Mirando el estado de nuestra humanidad de hoy con los ojos de dios, reconocemos la distancia que nos separa de su proyecto de igualdad y pedimos perdón:
Música de fondo:
1. Además de la maternidad y el ser objeto del mercado y del deseo, ¿le interesan al sistema y a las religiones, focos del patriarcalismo, los sentimientos y la dignidad de las mujeres?; dos tercios de analfabetos en el mundo son mujeres; y el 84% de los parlamentarios en el mundo, quienes pueden rectificar nuestras leyes y costumbres torcidas, son hombres.
Música de fondo
2. Uno de cada 10 hogares en el mundo es escenario de violencia grave: en el 95% de los casos de acoso y maltrato se hace sobre la mujer y los niños y, en muchos casos, acaba en feminicidio. 100 millones de mujeres son genitalmente mutiladas y cada año se practica la ablación del clítoris a 2 millones de niñas.
Música de fondo
3. El cuidado de las personas dependientes, ancianos y niños recae mayormente, y gratis, sobre los hombros de las mujeres. Y, cuando la mujer trabaja fuera del propio hogar, su salario, por el mismo trabajo y preparación, es sensiblemente inferior. En España supone una media del 20% inferior al del hombre.
Música de fondo
P. Jesús le pregunta al jurista: “¿cuál de los tres se hizo prójimo del que cayó en manos de los bandidos?” “El que tuvo compasión de él”, respondió el jurista. Jesús le dijo: “pues anda, haz tú lo mismo”. La justicia y la igualdad frecuentemente emergen desde la compasión.
Música de fondo
3 Canto: Kirie (misa nicaragüense), p.48
4 1ª Lectura
Es triste constar como el rol de la mujer en la iglesia ha sido silenciado, respecto a las tareas que la mujer desempeño en las primeras comunidades cristianas.
El mensaje de Jesús no solo nos corresponde difundirlo sino que tenemos que implicarnos; especialmente en el tema educativo; nos consta que la educación es la ruta que da más certeza de cambios culturales, y de transformación de pautas conductuales patriarcales.
Este modelo ha de ser reemplazado por relaciones más equitativas e inclusivas.
Como cristianas hacemos una clara apuesta por los procesos educativos que fomenten la equidad, la armonía, el respeto a las mujeres y sobre todo tolerancia cero a la violencia machista.
Papa Francisco señaló
«la explotación de las personas es un crimen de lesa humanidad, es verdad. Pero la explotación y violencia a la mujer es un crimen mayor, porque destruye la armonía que dios ha querido dar al mundo”.
Lamentó que se confunda en ocasiones el «servicio» con la «servidumbre» en la función que le toca desempeñar a las mujeres en la iglesia. «Sufro, lo digo de verdad, cuando veo en la iglesia o en algunas organizaciones eclesiales que la función de servicio de la mujer, que todos tenemos y debemos tener, se transforma en un papel de servidumbre» insistió en la idea al asegurar que, cuando una mujer es relegada a tareas más bien propias de la servidumbre, se hace porque no se comprende bien su auténtico papel en la sociedad
Es imprescindible que las mujeres no se sientan invitadas sino participantes a título pleno en los distintos ámbitos de la vida social y eclesial. Este desafío no se puede retrasar más».
– Poésia Maya Angelou una gran luchadora por los derechos, víctima ella misma de la violencia racial y de la violencia de género)
Desde los cobertizos de una vergüenza histórica me levanto de un pasado enraizado en el dolor me levanto soy un océano negro, impetuoso y extenso fluyendo y embraveciendo soporto la marea dejando atrás noches de terror y miedo me levanto en un nuevo día asombrosamente claro me levanto
me levanto con los talentos que me dieron mis ancestros
me levanto soy el sueño y la esperanza del esclavo
Me levanto me levanto me levanto
Todavía me levantaré
5 Evangelio
Quizás deberíamos recuperar a María y darnos cuenta de que a lo mejor nos hemos equivocado, que Mateo y Lucas nos querían contar algo que aún no hemos descifrado
La concepción de Jesús no pudo ser de otra forma que como siempre ha sido cualquier concepción sagrada y misteriosa y José ocupa un lugar importante con su virilidad.
En ella se hace presente Dios origen y creador de la vida, y la vida surge del seno de una mujer y eso es puro y bello.
Hay que verlo así, como procedente de Dios y Dios se encarna porque es amor
La generación de Jesucristo fue de esta manera: su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo.
Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.
Así lo tenía planeado, cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros.»
Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.
6 Diálogo
¿Cómo apostar por una nueva civilización que en base a los derechos humanos camine hacia otro mundo posible?
7 Ofrendas
1- Presentar una planta o algo verde, símbolo de los cuidados de la mujer, cuidados a las personas, al medio ambiente y como símbolo del ecofeminísmo lema de la asamblea 2018 de iglesia de base.
2- La huelga feminista convocada para el 8 de marzo
3- El teléfono 016 que no deja huella para denunciar malos tratos
4- Píldora de la comisión de laicidad con el título » la violencia de género y el clima que la sustenta”.
5- El pan y el vino
6- La colecta
8 Anáfora
L1 en esta mañana en que venimos con alegría y en comunidad a encontrarte, Señor, no sería verdadero ni justo ignorar, ante los grandes desafíos que nos presenta hoy la igualdad entre el hombre y la mujer, los progresos que, modestamente, hemos ido alcanzando. La creatividad y el espíritu de cooperación han venido arrastrándonos hasta donde hoy estamos.
Cdad. la esperanza nos sigue empujando hasta alcanzar la utopía: hasta derribar los últimos muros que aún nos impiden la entrada en la nueva tierra de la igualdad
2 Desde la raza y la casta, la clase social y el lugar de nacimiento hemos venido resquebrajando todas las jerarquías que han pretendido mantenernos en la sumisión y la dependencia. Pero la que aún no hemos derribado, la que mantiene intacto su imperio, dominando sobre el resto, es la “jerarquía de género”: en todas las sociedades el hombre ha acabado imponiéndose sobre la mujer.
Cdad. Desde el evangelio conocemos que el proyecto originario de dios no fue así: “hembra y varón nos creó para que, dejando el hogar familiar, fuéramos, en igualdad, un solo ser”.
L3 Diez mil años de historia, mirados con ojos de mujer, han sido marcados por el patriarcado, esa forma implacable de discriminación que somete a una mitad de nuestra humanidad y le impide ser autónoma y dueña de sí, ejercer su libertad creadora y autor realizarse sin sometimientos ni dependencias.
Cdad. Nuestra fe en ti, señor, nos lleva a creer que superar el patriarcado es conseguir el rescate de nuestra verdadera humanidad, que luchar contra el patriarcado supone una regeneración del hombre.
L4. La ausencia de participación de la mujer en la vida social ha precipitado su subordinación. Pero la encrucijada que estamos atravesando nos exige instaurar su necesaria cooperación con el hombre dentro de una ética de colaboración y cuidado mutuos, de amor y diálogo abierto, construyendo entre ambos nuevas relaciones de inclusión e igualdad.
Cdad. Porque lo que nos define como hombres o mujeres no es ni la biología ni la cultura, sino el ser persona. Agradeciendo a dios, padre y madre, esta común dignidad, cantamos
Santo, santo, santo (p. 50)
L5 Como seguidoras y seguidores de Jesús de Nazaret, miramos ahora a su práctica liberadora y a su novedosa inclusión de las mujeres.
L6 En medio de una sociedad muy estratificada, dividida entre prójimos y enemigos, puros e impuros, judíos y extranjeros, hombres y mujeres, conocedores de la ley y pueblo ignorante, Jesús se identificó, desde su fe en la filiación del mismo Abba, con el Mesías de la promesa de Isaías: “el espíritu del Señor descansa sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a dar la buena noticia a los humildes, para sanar los corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación”.
L7. Causó un gran escándalo la incorporación que hizo de la mujer al grupo de sus discípulos. Los rabinos la excluían de sus círculos de enseñanza y educación porque no la consideraban apta para el estudio de la ley. Pero en el grupo de seguidores de Jesús, algunas mujeres llegaron a tener nombre propio, como María la de Magdala, Marta y María de Betania y Juana y Susana, las mujeres fueron primeros testigos de la resurrección y, desde aquellos días, perseveraron unánimes en la oración con María la madre de Jesús, sus parientes y el resto de los discípulos.
L8 gracias a la entrañable actitud de Jesús para con las mujeres de su pueblo, y la memoria que ellas conservaron de sus prácticas revolucionarias, podemos seguir realizando hoy estos gestos que denuncian nuestras desigualdades y son propuesta de una nueva humanidad. En la noche de despedida tomó pan….
L9. Por la incorporación de la mujer, y principalmente de María su madre, a su grupo de seguidores, Jesús ha querido mostrarnos que el Abba del reino, además de ser dios-padre, es también dios-madre con las características que adornan habitualmente a lo femenino, como el amor y la ternura, el cuidado, la compasión y la misericordia. Estas virtudes están también en el hombre, pero encuentran mayor visibilidad en las mujeres. A este Dios padre/madre presentamos ahora nuestra oración y nuestras preocupaciones:
L10. Nos preocupa, señor, en primer lugar el patriarcado que es la forma más visible de otras jerarquías de dominación como el capitalismo y su filosofía “que matan, el fundamentalismo con sus dogmas “que limita”, la explotación sin freno de la madre tierra… queremos, nos comprometemos y pedimos tu ayuda para conseguir que la discriminación por género y clase, etnia y cultura, por lugar geográfico y orientación sexual desaparezcan ya de la faz de la tierra.
L11. Nos preocupan, señor, las religiones, y principalmente la cristiana, que transmiten una ideología androcéntrica con su propia “ideología de género”, que imponen una moral machista y no reconocen a las mujeres como sujetos éticos y responsables; que consideran a las mujeres inferiores y dependientes, que las marginan de los puestos de responsabilidad y de poder. Queremos y nos comprometemos con tu ayuda a restablecer a las mujeres en la dignidad que, en el seguimiento de Jesús, comparten con el hombre.
L12 Nos preocupa y denunciamos sin paliativos la violencia que social y religiosamente se ejerce sobre la mujer. Queremos repetir hoy el grito de la manifestación del 25 de noviembre en Madrid: “nos queremos enteras”. Basta ya de utilizar a la mujer como arma de guerra, como objeto de violación, prostitución y de trata; basta ya de feminicidios que manchan de sangre nuestras calles y nos humillan y degradan, convirtiéndonos en meras máquinas de instinto y de odio. Queremos, con tu ayuda, liberar a nuestra iglesia de esa imagen impresentable de la “familia patriarcal”, que nada tiene que ver con la familia de Jesús, y que reproduce y sostiene las condiciones del sistema, dividiendo las tareas y los espacios domésticos en razón del género.
Cdad. Ponemos todo esto en tus manos, dios padre y madre nuestra, y unimos las nuestras para dirigirte comunitariamente nuestra oración: padrenuestro
9 Acción de gracias
Señor, te damos gracias por esta celebración de la resistencia de las mujeres en el siglo XXI.
Ante un panorama tan negro como el que nos envuelve y que ha quedado patente en las distintas partes de esta eucaristía, nos aferramos a la esperanza en una nueva humanidad igualitaria y fraterna.
Sentimos que en medio de todas las dificultades y aberraciones, la fuerza liberadora de las mujeres está en pie y empuja a la sociedad machista vigente a un cambio irreversible hacia el respeto de la dignidad y de los derechos humanos.
Deseamos fervientemente que la conmemoración del próximo 8 de marzo sea un hito en ese proceso transformador. Nosotros y nosotras nos comprometemos a impulsarlo con toda la energía salvífica que tu evangelio nos inspira.
Damos gracias también por el papel aperturista del papa Francisco en el seno de la iglesia, pero como creyentes aspiramos a que su trato a las mujeres sea absolutamente diferente que en el pasado. Perseveraremos en que la iglesia respete, valore y dé carta de ciudadanía a la mujer como punta de lanza de la evangelización, del servicio fraterno y de la acción liberadora del mensaje cristiano.
Gracias por fin a todas y todos por compartir estos deseos de paz y justicia en el mundo.