La conversión a la justicia y la misericordia                                    30 octubre 2016

  1. 1. Música mientras la gente se sienta                Mediterráneo de Serrat

Apagar teléfonos, bienvenida, acogida a nuevos, etc.

Introducción al tema marco de la celebración

Conversión hacia la justicia y la misericordia

El tema de nuestra celebración de hoy es La conversión hacia la Justicia y la Misericordia.

La conversión evangélica supone transformación, cambio de valores y cambio de estilo de vida a la vista de la situación de los otros. La conversión lleva a un compromiso de amor con el prójimo.

La justicia nos obliga a juzgar y obrar, respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde. Nos lleva a defender derechos, desde un punto de vista institucional y en su aplicación a cada caso.

La misericordia nos lleva a compadecerse a “padecer con” los sufrimientos y miserias de nuestro prójimo. Es una práctica esencial para el cristiano. Supone desarrollar un corazón solidario. Nos lleva a reaccionar y actuar ante el sufrimiento ajeno.

La conversión a la justicia y la misericordia nos deben llevar a propuestas superadoras de la realidad actual, aplicables en nuestra situación. Si la economía y la organización de la sociedad se inspiraran en criterios evangélicos,  tendríamos un mundo radicalmente distinto del actual en el que en palabra del papa Francisco: “esta economía mata”.

Queremos ilustrar estas ideas, antes de entrar en el coloquio, con dos textos. El primero, actual, tomado de la “Evangelii Gaudium”, del papa Francisco. El segundo esta tomado del Evangelio de Lucas, el pasaje de Zaqueo. Este evangelio es “el del día”, es la lectura de la Iglesia Universal, por lo que, en esta ocasión, nos unimos a todos los católicos.

  1. 2. 1ª Lectura,

No a una economía de la exclusión; punto 53. Evangelii Gaudium

Así como el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata.

No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad.

Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del «descarte» que, además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes».

  1. 3. Canción. Cuando el pobre nada tiene. Nº 62 pg 52, estrofas 1, 2 y 3
  2. 2ª lectura Lucas (19,1-10):
    Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad. Vivía en ella un hombre rico llamado Zaqueo, jefe de los que cobraban impuestos para Roma. Quería conocer a Jesús, pero no conseguía verle, porque había mucha gente y Zaqueo era de baja estatura. Así que, echando a correr, se adelantó, y para alcanzar a verle se subió a un árbol junto al cual tenía que pasar Jesús.
    Al llegar allí, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja en seguida porque hoy he de quedarme en tu casa.»
    Zaqueo bajó aprisa, y con alegría recibió a Jesús. Al ver esto comenzaron todos a criticar a Jesús, diciendo que había ido a quedarse en casa de un pecador.
    Pero Zaqueo, levantándose entonces, dijo al Señor: «Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes; y si he robado algo a alguien, le devolveré cuatro veces más.»

Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque este hombre también es descendiente de Abraham. Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido.»

Adagio del Concierto de Oboe de Marcello

  1. 5. Oración de perdón

Perdón Señor, porque en la sociedad de hoy existen los excluidos del amor, la justicia y la compasión.

Todos: Perdón, Señor, perdón

–     Perdón Señor, si nos ocupamos poco en trabajar por la justicia social.

Todos: Perdón, Señor, perdón

–     Perdón Señor, por no tener un corazón más solidario y misericordioso.

Todos: Perdón, Señor, perdón

–     Perdón Señor, si alguna vez justificamos nuestros actos para que todo siga igual.

Todos: Perdón, Señor, perdón

Adagio del Concierto de Oboe de Marcello

  1. Motivación a la reflexión.

Nos preguntábamos, en el contexto de convertirnos para la justicia y la misericordia, si ser justos y misericordiosos conlleva un estilo de vida.  Si hay determinadas opciones vitales que están en la base de una persona justa y misericordiosa.

Convertirnos supone, al menos, tres movimientos personales:

a) uno del pensamiento, que nos lleva a tomar conciencia de que no hay justicia cuando nos mantenemos en una vida de abundancia en medio de tantos que no tienen nada. Zaqueo entendió que para recibir a Jesús en su casa era necesario despojarse de su riqueza y devolver con creces lo que hubiese robado. Y Jesús le contesta:”hoy ha llegado la salvación a esta casa…”.

b) otro movimiento emocional que nos lleva a ponernos en el lugar de los hermanos que sufren; para no ser indiferentes sino dolernos con su dolor y

c) unas acciones dirigidas a aliviar el dolor en el corto plazo y eliminar las causas estructurales de la injusticia en el medio y largo plazo.

Traemos estas reflexiones al diálogo comunitario por si pueden ayudar a dar respuesta a los interrogantes que nos hacíamos ¿En qué se puede concretar el estilo de vida de una persona justa y misericordiosa? ¿Qué decisiones vamos tomando?

  1. Ofrendas

Ofrecemos estos Evangelios como impulso a la conversión a la justicia y la misericordia siguiendo la palabra de Jesús…

Ofrecemos esta pulsera de ACNUR y esta camiseta de Médicos sin fronteras que más que unas organizaciones son la respuesta de muchos voluntarios a los refugiados más desfavorecidos

Foto recordando Asamblea Sotillo

Invitación a la comunidad

Bolsas. Adagio del Concierto de Clarinete de Mozart

Pan y Vino

  1. Anáfora

L.1. Te damos gracias, Dios Padre, porque a través de la historia, has estado comprometido en la lucha contra las desigualdades, urgiendo amorosamente a tus testigos y profetas, para que nos abran los ojos en esta inmensa tarea de construir una sociedad más justa y misericordiosa.

TODOS.  Nos alegramos que el mensaje de Jesús sea la proclamación de la llegada del reinado de Dios, como Buena Noticia de salvación, especialmente dirigida a los pobres, a los excluidos y a los que no cuentan en las leyes que se imponen en nuestro mundo.

L.2. Padre nuestro, queremos proclamar que la resurrección de tu  Hijo Jesús, no es sólo el triunfo de la vida sobre la muerte, sino que es el anticipo del triunfo de la justicia final que alcanzará a todas las víctimas, porque la esperanza que en ti ponen los pobres, los débiles, los arrojados de esta sociedad, no puede ser defraudada.

TODOS Señor nos llamas a la conversión,  a la conversión a tu justicia que nos lleve a la misericordia, a compadecernos, a padecer con todos los excluidos para que entre todos construyamos tu Reino, un mundo mejor.

L3 Por que con el Papa Francisco “hoy tenemos que decir NO a una economía de la exclusión y la inequidad, a esa economía que mata”, porque está dirigida por motivaciones que no nacen de la ciencia económica, nacen del corazón y la mente de hombres movidos por el egoísmo y la ambición.

L4.  Por todo ello, unimos nuestras voces con toda la Humanidad a la que tú amas, para cantar el himno de tu gloria:

Todos SANTO, SANTO, SANTO…

L5. Necesitamos la fuerza de la misericordia que procede de Jesús, pues Él dijo: “No he venido a abolir la ley, sino a cumplirla”, pero también que “no ha sido el hombre creado para el sábado, sino el sábado para el hombre”.

L6. La compasión, el compadecerse, representa el compartir los padecimientos y, para compartirlos, debemos también estar con nuestros semejantes, comer su pan y beber su vino; compartir el pan y el vino es lo que hizo Jesús, cuando tomó el pan, lo partió y lo dio a sus amigos, diciendo:

TODOS: Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo.

L7.  Del mismo modo, tomó el cáliz, te dio gracias y  lo compartió con sus discípulos  diciendo:

TODOS.  Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna  que será derramada por todos  para el perdón de los pecados. Haced esto en recuerdo mío.

L 8. Con esto manifestamos nuestra Fe

Todos Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven señor Jesús

L9.  Al  recordar la muerte de Jesús y su resurrección liberadora, primicia del triunfo de la verdad, la justicia y el amor, anunciamos al mundo la esperanza de una salvación para todos.

TODOS.  Acepta Padre, nuestro anhelo de que la Iglesia sea una iglesia “en la que los pobres son su principal sujeto y su principio de estructuración interna”.

L.10. Recordamos hoy especialmente, a los hermanos que hemos tenido la suerte de ir encontrando  y que nos iluminan y nos alientan en nuestro vacilante caminar por el sendero del compromiso con los pobres.

Todos. Recordamos también con agradecimiento a  los que nos han precedido y vivieron comprometidos, manteniendo la esperanza  en un mundo más humano y más justo, y que  siguen estando presentes entre nosotros.

L11. Y a esta Comunidad nuestra, en cuyo seno vamos caminando y buscando, dale la capacidad de escuchar el clamor de las víctimas, la honradez en el encuentro con la realidad y la solidaridad amorosa y justa que nos urja en la búsqueda, siempre renovada, del compromiso personal y comunitario.

L12. Y todos juntos en la esperanza de que nuestro compromiso y nuestro trabajo consiga el mundo mejor que pretendemos, brindamos:

Todos. Por Cristo, con El y en El, queremos darte gracias y alabarte y, en unidad del Espíritu, celebrar la alegría  de  tu resurrección, por los siglos de los siglos.  AMÉN.

L13 Con las manos unidas, rezamos la oración que nos enseñaste

Todos PADRE NUESTRO

L14. Y en la alegría del encuentro que nos impulsa a la acción nos damos la PAZ. Y nos damos la PAZ, solo y nada menos que la PAZ, dejando para otro momento el corrillo y la tertulia.

L15. Compartimos este pan y este vino que nos fortalece en el trabajo y nos hace dignos de tu causa

  1. 9. Música para la comunión         Meditación de Thais, de Massenet
  2. 10. Acción de gracias

Te damos gracias Padre, porque por medio de nuestra comunidad y a través de nuestras reflexiones, vamos tomando conciencia de la necesidad de actuar y ser críticos ante la situación de injusticia estructural de nuestra sociedad y nuestro mundo, así como a la necesidad de actuar con misericordia ante tanto sufrimiento como vemos en nuestros hermanos y hermanas.

Animamos a quien quiera dar gracias y luego daremos paso a los avisos

11. Avisos

12.  Nos despedimos y animamos a dar testimonio de nuestro compromiso compartido. Vayamos en Paz