¿Somos Compasivos? 29 de septiembre de 2.013
1 Presentación Veo con claridad, que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla.
Una Iglesia, sobre todo, capaz de “saber escuchar”, actuando con misericordia, en vez de ir siempre con la condena en la boca y sensible a los que no piensan como ella.
En esta vida, Dios acompaña a las personas y es nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con misericordia.
Esta celebración puede ayudarnos para adentrarnos en una primera toma de conciencia de cómo vivimos la compasión.
Para situarnos comenzamos con un frase de Jesús: “Anda, haz tu lo mismo”.
En algo tan práctico y concreto se sintetiza todo el mensaje de Jesús. No hay grandes conceptos ni elaboradas teorías. El suyo es un mensaje centrado en la práctica, y en una práctica amorosa y compasiva.
2. 1ª Lectura del texto de Pagola: “ con Jesús hacia otra economía”.
El Padre mira nuestro mundo con compasión. Es sensible al sufrimiento de sus hijos e hijas. Es su compasión maternal la que le mueve a buscar un mundo diferente donde sea posible el “buen vivir” de todos. Jesús nos llama a vivir como ese Padre: atentos al sufrimiento de tantos seres humanos, explotados sin piedad por los poderosos y olvidados por la indiferencia de las religiones.
Hemos de introducir en el mundo la compasión activa y solidaria, reaccionando contra el pragmatismo político que se desentiende del sufrimiento y se vuelve cada vez mas ciego, y contra la ilusión de inocencia que adormece a las religiones. La compasión lúcida, responsable y comprometida es la fuerza más decisiva para humanizar la vida y transformar la economía.
La compasión exige buscar la justicia de Dios, empezando por los últimos, los más indefensos y desvalidos. No los podemos abandonar en el abismo del olvido o la desesperación. Esto es lo que Jesús quiere dejar claro con el lenguaje provocativo de sus bienaventuranzas: “Dichosos los que no tenéis nada porque de vosotros es el reino de Dios. Dichosos los que tenéis hambre porque Dios os quiere ver comiendo. Dichosos los que lloráis porque Dios os quiere ver riendo”. Cuando ya no se sabe cómo ni de dónde podría brotar una esperanza para un mundo que parece caminar hacia su destrucción, Jesús proclama rotundamente por dónde empezar
3.– Canto: Cuando el pobre nada tiene Pag. 52
4.- Segunda lectura: Mateo 25, 35-40
5. Introducción a la reflexión:
Se dice, con razón, que la compasión constituye el test que verifica la autenticidad del cambio espiritual en toda persona. No solo eso. Se trata, también, de una opción que, a la vez que es sumamente eficaz para “desegocentrarnos”, no nos engañará.
En nuestras discusiones teóricas podemos perdernos con facilidad aún cuando creemos que brotan de la experiencia misma. Quien vive la compasión auténtica –que no sea un sucedáneo o una compensación de cualquier otra cosa-, siempre acierta.
A ello, también nos ayuda –y este es el camino “más propio” de Jesús-, la vivencia del amor y la práctica de la compasión. Quien se entrega a los otros, necesariamente va saliendo de su ego, que no deja de ser el centro, y empieza a vivirse desde una conciencia mayor.
La práctica de la compasión constituye el camino “específico” de Jesús, aunque es cierto que todas las tradiciones espirituales, de un modo u otro insisten en el.
Eso es precisamente lo que significa la compasión en el evangelio: La vibración profunda ante el otro “-conmoverse en las entrañas”- que desencadena una acción eficaz en el servicio. Ello requiere una sensibilidad limpia –no congelada, ni endurecida- y una capacidad de amar que se va liberando
Pero el “fundamento” último de la compasión no pertenece al orden de la moral, sino de la misma realidad. Y ahí es justamente donde se sitúa
Jesús. El Misterio último de lo Real es Bondad y Compasión, como el propio maestro de Nazaret expresaba: “ Amad a vuestros enemigos, haced bien y prestad sin esperar nada a cambio….. Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo”.
6.- Ofrendas:
Panfleto Ferrocarril, Trabajo Talleres, Flores, Dinero colecta, Pan y Vino.
7.- Anáfora
L. Te damos gracias, Dios Padre de todos los hombres, porque has creado todos los bienes de la tierra para que seamos felices compartiéndolos como hermanos y sufres con la injusticia y la desigualdad que reina entre nosotros.
TODOS. Nos alegramos que el mensaje de Jesús sea la proclamación de la llegada del reinado de Dios, como Buena Noticia de salvación, especialmente dirigida a los pobres, a los excluidos y a los que no cuentan en las leyes que se imponen en nuestro mundo.
L. Te damos gracias porque a través de la historia, has mirado siempre el mundo con compasión y has estado comprometido en la lucha contra las desigualdades, urgiendo amorosamente a tus testigos y profetas, para que nos abran los ojos en esta inmensa tarea de construir una sociedad sobre la base de unas relaciones justas.
TODOS. Deseamos vivamente unir nuestras pequeñas fuerzas al lado de los que promueven iniciativas que luchan por una sociedad basada en la justicia y la fraternidad universal como tu nos has enseñado a través de Jesús.
L. Padre nuestro, queremos proclamar que la resurrección de tu Hijo Jesús, no es sólo el triunfo de la vida sobre la muerte, sino que es el anticipo del triunfo de la justicia final que alcanzará a todas las víctimas, porque la esperanza que en ti ponen los pobres, los débiles, los arrojados de esta sociedad, no puede ser defraudada.
TODOS. Queremos estar atentos al sufrimiento de los que nos rodean, siguiendo la llamada de Jesús a una compasión activa y solidaria frente al pragmatismo de la política que se nos impone, sin tener en cuenta los daños que está provocando.
GRUPO. Por todo ello, unimos nuestras voces con toda la Humanidad a la que tu amas, para cantar el himno de tu gloria: SANTO, SANTO, SANTO… (nº91, pg 78)
L. Envíanos tu Espíritu, ese Espíritu que guió a Jesús y que hoy sigue presente en la historia, y danos un corazón compasivo que nos haga sentir como propio el sufrimiento de los marginados de este sistema inhumano.
TODOS. Que él transforme la ceguera de nuestras vidas celebrando esta eucaristía en comunidad con la esperanza de que podamos sentarnos todos un día en la mesa de la igualdad y fraternidad.
GRUPO. Que mientras cenaba con sus amigos, tomó el pan, lo bendijo lo partió y se lo dio diciendo:
TODOS. TOMAD Y COMED TODOS DE EL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
GRUPO. Del mismo modo, tomó el cáliz, te dio gracias y lo compartió con sus discípulos diciendo:
TODOS. TOMAD Y BEBED TODOS DE EL, PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS POR TODOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN RECUERDO MIO.
GRUPO. Al recordar la muerte de Jesús y su resurrección liberadora, primicia del triunfo de la verdad, la justicia y el amor, anunciamos al mundo la esperanza de una salvación para todos.
TODOS. Acepta, Padre nuestro, nuestros deseos de justicia, de amor y de compromiso con los que tienen hambre y sed de una vida digna de seres humanos y que esta ofrenda nos mantenga en comunión con ellos.
L. Recordamos también con agradecimiento a los que nos han precedido y vivieron comprometidos, manteniendo la esperanza en un mundo más humano y más justo, y que siguen estando presentes entre nosotros.
L. Y a esta Comunidad nuestra, en cuyo seno vamos caminando y buscando, dale la capacidad de escuchar el clamor de las víctimas, la honradez en el encuentro con la realidad y la compasión activa y solidaria que la lleve a la búsqueda, siempre renovada, del compromiso personal y comunitario.
TODOS. Reconociendo la presencia de Jesús entre nosotros, brindamos con alegría:POR EL, CON EL Y EN EL, queremos darte gracias y alabarte y, en unidad del Espíritu, celebrar la alegría de tu liberación, por los siglos de los siglos. AMÉN
L. Cantamos juntos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en la tierra, enredado con nuestros desvelos, hoy tu nombre nos sabe a justicia, nos sabe a esperanza y a gloria tu reino (bis)
Padre nuestro, Padre nuestro, no eres dios que se queda en su cielo,
Tu alientas a los que luchan para que llegue tu reino (bis)
Padre nuestro que sudas a diario en la piel del que arranca el sustento,
que a ninguno nos falte el trabajo, que el pan es más pan,
cuando ha habido el esfuerzo (bis)
Padre nuestro, Padre nuestro…
Padrenuestro que no guardas nunca contra nadie venganzas, desprecios,
que te olvidas de ofensas y agravios y pides que todos también perdonemos (bis)
Padre nuestro, Padre nuestro…
L. Nos damos la paz