Eucaristía 26 de mayo de 2019 Hacia una Comunidad de Iguales
Mientras nos vamos sentando suena la Canción “Ella” de Bebe.
Bienvenida a la Comunidad y especialmente a Nidia Arrobo y canto pág. 6 “Juntas para soñar” (JJ)
Introducción
En nuestra pasada Asamblea, hemos puesto el foco de la reflexión sobre el papel de la Mujer tanto como agente de cambio (social, político, religioso) como de su situación dentro de la Iglesia. No cabe duda de que tanto en las sociedades capitalistas, como en menor medida –pero también- en los intentos de creación de sociedades más igualitarias, la mujer ha quedado –sorprendentemente- invisibilizada. Incluso la teología de la liberación –también por la urgente necesidad que marcaba la realidad socio-política de Latinoamérica- se olvidó del papel de la mujer hasta bien entrados los años 90.
La teóloga Consuelo Vélez lo sintetizaba de la siguiente manera: “La experiencia de Dios en el pobre y el oprimido” –punto de partida de la teología de la liberación–, no contemplaba la cuestión de género y, más aún, se pensaba que está cuestión podría distraer este quehacer teológico de lo fundamental: “el pobre”.
Sin embargo, la irrupción de un movimiento feminista visible y potente, sobre todo en estos últimos años, han abierto un nuevo modelo que pone a la mujer como agente imprescindible para cualquier cambio social. Como se dice los 8 de marzo: la revolución será feminista o no será.
Para la Iglesia, la situación es idéntica: la teología feminista es “una palabra profética para la humanidad porque su mensaje apunta a la construcción de una nueva sociedad donde la inclusión de las mujeres devuelva el rostro original de la creación divina donde Dios “creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, varón y mujer los creó” (Gen 1,27).
Estamos llamados, por tanto, a construir una comunidad de iguales. Sobre estos aspectos son sobre los que querríamos reflexionar en un día tan señalado como hoy, 26 de mayo, donde nuestros votos van a decidir hacia qué modelo queremos que caminen nuestras instituciones.
Canción “La puerta violeta” de Rozalen
1 Lectura de Bernardo Pérez.
“Las mujeres, creadoras de la Iglesia” de Bernardo Pérez Andreo, sacado del Blog de Cristianismo y Justicia:
“María Magdalena es la primera persona a la que se aparece el Resucitado. Este dato no podía ocultarlo los evangelios, pero sí podían atenuarlo, colocando inmediatamente a Pedro o a otros varones como garantes de la Resurrección. Sin embargo, es María Magdalena la que experimenta la Resurrección y serán las mujeres las que se encargarán de continuar la obra de Jesús. Ellas son las que se ocupan de los ritos funerarios y de las comidas en honor del fallecido. Ellas son las que continuarán la memoria subversiva de Jesús y las que construirán, con sus experiencias, con su labor, con su memoria, el origen de la Iglesia. Los varones salieron en desbandada, y solo es tras un periodo largo, tipificado como Pentecostés, cuando, fruto de la labor callada y constante de las mujeres, los seguidores se vuelven a reunir y se constituyen las comunidades. Con su labor, las mujeres dieron origen a la Iglesia y la constituyeron en sujeto político de la revolución del Reino (La revolución de Jesús. El proyecto del Reino de Dios PPC, 2018). Luego vendrán los varones y se encargarán de la dirección, pero fueron las mujeres las que lo posibilitaron y las que aun hoy se encargan de que la labor de la Iglesia se realice a pesar de todo.
Es importante que naciera la Iglesia de mano de las mujeres, porque ellas son las que, desde el mismo momento de la muerte de Jesús construyen una realidad social alternativa que refleja la práctica de Jesús; extienden la nueva mesa de Jesús, la comensalía abierta a los excluidos. No es cuestión de incluir a los excluidos, como el asistencialismo suele proponer, sino de crear una realidad nueva a partir de los excluidos.
Es hora de ir recuperando el papel de las mujeres en la Iglesia, de romper el aura sensiblera que el clericalismo ha construido entorno a ellas y de sentar las bases de la Iglesia del tercer milenio en continuación con aquellas mujeres, casi todas anónimas, que permitieron, con su labor abnegada, que la Iglesia siguiera adelante con el proyecto del Jesús, el Reino de Dios, donde las prostitutas y los publicanos guían a los que se tienen por puros, donde los niños y marginados tienen un lugar por derecho propio, y donde los varones, para poder acceder, deben hacerse eunucos, es decir, renunciar a su posición de dominio social por la que ejercen el poder.
2 Lectura EVANGELIO Marcos 5, 24-34.
“Le seguía un gran gentío que lo apretaba por todos lados. Una mujer que llevaba doce años padeciendo hemorragias, que había sufrido mucho en manos de distintos médicos gastando todo lo que tenía, sin obtener mejora alguna, al contrario, peor se había puesto, al escuchar hablar de Jesús, se mezcló en el gentío, y por detrás le tocó el manto. Porque pensaba: Con sólo tocar su manto, quedaré sana. Al instante desapareció la hemorragia, y sintió en su cuerpo que había quedado sana. Jesús, consciente de que una fuerza había salido de él, se volvió a la gente y preguntó: — ¿Quién me ha tocado el manto? Los discípulos le decían: —Ves que la gente te está apretujando, y preguntas ¿quién te ha tocado? Él miraba alrededor para descubrir a la que lo había tocado. La mujer, asustada y temblando, pues sabía lo que le había pasado, se acercó, se postró ante él y le confesó toda la verdad. Él le dijo: —Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz y sigue sana de tu dolencia”.
Silencio
Diálogo: Nidia nos hará una breve introducción al diálogo de acuerdo con el esquema general de la celebración.
Reflexión comunitaria.
Ofertorio:
– Frases de mujeres con lectura de cada una de ellas
– La igualdad es una necesidad vital del alma humana. La misma cantidad de respeto y de atención se debe a todo ser humano, porque el respeto no tiene grados». Simone Weil, filósofa francesa fallecida en la década de los 40.
– «Para combatir el antisemitismo no hace falta ser judío, como tampoco para luchar contra el racismo hace falta ser negro. Lamentablemente, a veces parece que para combatir la discriminación de la mujer hace falta ser mujer». Soledad Gallego-Díaz, directora de El País
– Fue la pasión por la justicia la que me llevó a colocarme unas gafas violeta, que me mostraron que la igualdad es mucho más que un regalo, es el derecho a vivir en una sociedad justa, que garantice la igualdad que a las mujeres nos fue negada durante siglos. Rosa Peris.
– Tres sobres de las votaciones
Ponemos estos 3 sobres de las elecciones que hoy se celebran, (Ayuntamiento, Comunidad y Europa) como símbolo del progreso importante de la participación femenina que se ha realizado en la sociedad española, aunque todavía queda bastante camino que recorrer.
– Aportación económica. Mientras pasa la bolsa sonará la canción «Pan y Rosas»
– Si alguien quiere ofrecer algo más
– Pan y vino
Te ofrecemos el Pan y Vino, recordando tu mensaje en la última cena, con tus discípulas y discípulos, que queremos, sea repartido y compartido, entre todos los seres humanos, para vivir, convivir y poder desarrollarnos en plenitud.
Anáfora
1- Una vez más, agradecemos profundamente la visión de la realidad que nos transmitió Jesús, y nos alegramos.
2- Sin duda llevado por el amor, Jesús se da cuenta de que todos somos hijos del mismo Padre-Madre. Y en una sociedad que marginaba a las mujeres, a los enfermos, a los extranjeros, él inculca a los que le siguen, como nos dirá Pablo, que no hay diferencia entre el judío y el extranjero, entre el esclavo y el amo, entre el varón y la mujer.
3- Y no son simples palabras, sino que actúa con coherencia.
De las mujeres, escucha sus quejas e iniciativas, valorándolas. Entre otros ejemplos, recordamos cómo le arrancan las curaciones la hemorroísa o la sirofenicia, y las alaba. Cómo hace caso a su madre, que con mayor sensibilidad se ha dado cuenta de que los novios están en un apuro. Contraviniendo, una vez más, los prejuicios culturales, mantiene una conversación con la samaritana. Defiende a la pecadora que le unge los pies o a la sorprendida en adulterio, echándoles en cara a los varones presentes su necedad y su hipocresía. No encontramos en los evangelios juicios despectivos hacia la mujer, incluso defiende, frente a Marta, a María que descuida las llamadas “obligaciones propias de su sexo”.
TODOS- Damos gracias por sus palabras y su ejemplo, que en la defensa de la justicia con los marginados y sometidos por otros, le costó la vida.
4- Recordamos cómo la víspera de su muerte, nos dejó su testamento: lo único importante es el amor, que lleva consigo la entrega y el servicio.
TODOS- Lo expresó en la cena de despedida, cuando tomó el pan y se lo repartió diciéndoles “este es mi cuerpo”.
Y la copa de vino, expresando que su vida era la nueva manera de fundirse con Dios y llevar a buen término la construcción del mundo como debe ser.
Y nos encargó que hiciéramos lo mismo.
Este es el fundamento de nuestra vida.
5- Por eso cantamos el Padrenuestro (Padre Nuestro de la Justicia Pág. 92)
6- Celebrando la alegría de sentirnos hermanos, trabajando por un mundo en que lleguemos a ser iguales, nos damos la Paz.
Comunión con la Canción Gracias a la vida (pág. 54).
Acción de gracias y palabra a la Comunidad para dar gracias.
Señor Jesús, reunidos hoy en comunidad celebrando el camino que nos indicaste con tu vida, por el que estamos llamados a ser una comunidad fraterna, sororial, de iguales, en la que hombres y mujeres tengamos la misma oportunidad de derechos, de reconocimiento, de cuidados compartidos, te damos gracias, Señor Jesús.
También queremos darte gracias por quienes nos han precedido en la Historia, por lo que hoy es más evidente el conquistar esos espacios de igualdad, política, social, personal, tanto en el ámbito civil, como creyente. Te damos gracias, Señor Jesús. Que la LUZ de CRISTO RESUCITADO nos ilumine y nos de fuerza para continuar en la construcción de la Sociedad Nueva, de la Tierra Nueva y de los Cielos Nuevos que soñamos.
Sí alguno de los presentes quiere compartir la Acción de Gracias…
Despedida: «id y haced realidad lo que hemos visto y oído». Feminizar la vida cotidiana.
Avisos
1- Una vez más, agradecemos profundamente la visión de la realidad que nos transmitió Jesús, y nos alegramos.
2- Sin duda llevado por el amor, Jesús se da cuenta de que todos somos hijos del mismo Padre-Madre. Y en una sociedad que marginaba a las mujeres, a los enfermos, a los extranjeros, él inculca a los que le siguen, como nos dirá Pablo, que no hay diferencia entre el judío y el extranjero, entre el esclavo y el amo, entre el varón y la mujer.
3- Y no son simples palabras, sino que actúa con coherencia.
De las mujeres, escucha sus quejas e iniciativas, valorándolas. Entre otros ejemplos, recordamos cómo le arrancan las curaciones la hemorroísa o la sirofenicia, y las alaba. Cómo hace caso a su madre, que con mayor sensibilidad se ha dado cuenta de que los novios están en un apuro. Contraviniendo, una vez más, los prejuicios culturales, mantiene una conversación con la samaritana. Defiende a la pecadora que le unge los pies o a la sorprendida en adulterio, echándoles en cara a los varones presentes su necedad y su hipocresía. No encontramos en los evangelios juicios despectivos hacia la mujer, incluso defiende, frente a Marta, a María que descuida las llamadas “obligaciones propias de su sexo”.
TODOS- Damos gracias por sus palabras y su ejemplo, que en la defensa de la justicia con los marginados y sometidos por otros, le costó la vida.
4- Recordamos cómo la víspera de su muerte, nos dejó su testamento: lo único importante es el amor, que lleva consigo la entrega y el servicio.
TODOS- Lo expresó en la cena de despedida, cuando tomó el pan y se lo repartió diciéndoles “este es mi cuerpo”.
Y la copa de vino, expresando que su vida era la nueva manera de fundirse con Dios y llevar a buen término la construcción del mundo como debe ser.
Y nos encargó que hiciéramos lo mismo.
Este es el fundamento de nuestra vida.
5- Por eso cantamos el Padrenuestro (Padre Nuestro de la Justicia Pág. 92)
6- Celebrando la alegría de sentirnos hermanos, trabajando por un mundo en que lleguemos a ser iguales, nos damos la Paz.