Resumen del manifiesto «Evangelio, Justicia y Derechos Sociales», Católicas/os de Madrid
Impulsados por el ejemplo que Jesús nos propone en la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 25-37) de no mirar hacia otro lado ante el dolor que nos rodea, un grupo de organizaciones de católicas y católicos de Madrid creemos que desde el Evangelio estamos llamados a luchar por la Justicia y los Derechos Sociales y que por ello, como parte de la Iglesia, nos animamos a «gritar», ante el silencio escandaloso de los que tienen más voz y son más escuchados, que esta situación de recorte y pérdida de derechos sociales no puede continuar porque es contraria a los deseos de Dios de garantizar la dignidad de la persona. Creemos que los evangelios nos muestran prácticas de Jesús en las que levanta enérgicamente su voz en defensa de los más desfavorecidos.
Empezamos por señalar que nos encontramos ante una crisis múltiple en un contexto global, lo que condiciona cualquier salida de la misma y considerar todos sus aspectos. Y constatamos la existencia de múltiples causas de índole técnica (intrínsecas al sistema capitalista), políticas (instauración del poder económico por encima del político) y éticas (negación de la primacía de la persona sobre las cosas). Creemos, con la DSI, que existen estructuras de pecado que condicionan nuestra vida y contra las que hay que luchar con todas nuestras fuerzas para la mayor gloria de Dios.
Vemos que las principales víctimas de esta situación son los menos culpables de ella. Las «soluciones» que se han ido imponiendo han avanzado más en la privatización de los beneficios y la socialización de las pérdidas, empobreciendo a través de los recortes sociales a los desfavorecidos e instaurando una cultura del miedo que trata de desarmar a los trabajadores y trabajadoras de nuestro país.
Ante los nuevos empobrecidos renovamos la opción preferencial por los pobres. Constatamos que la pobreza crece alcanzando a muchos que antes de la crisis vivían dignamente. Además de sentirnos exigidos a cambiar nuestro estilo de vida, ésta opción nos impide callar y permanecer quietos ante la situación.
La fractura del estado de bienestar y con ella la quiebra de la protección de los derechos humanos (sanidad, educación, servicios sociales y dependencia, justicia, pensiones, etc.), la pérdida de garantías laborales, el acceso a la vivienda o la explotación del trabajador que significa la economía sumergida, la política fiscal regresiva y no redistributiva, traen consigo un empeoramiento de la situación para todo el mundo y en especial para los más débiles de la sociedad.
El debilitamiento de los servicios públicos sólo puede dar como frutos el ahondamiento y el aumento de la exclusión social. En palabras del Papa Francisco: «Es una crisis en la que el hombre es quien sufre las consecuencias de esa inestabilidad. Hoy día está en peligro el hombre, la persona humana».
Nos parece muy urgente que la Iglesia, a través de sus Medios de Comunicación Social, anuncie y defienda con claridad y sin fisuras la Doctrina Social de la Iglesia, y que exprese claramente su Opción por los Pobres, que en nuestro tiempo toma forma concreta en la defensa de los servicios sociales y del Estado del Bienestar, sin ambigüedades ni «medias tintas». Nos duele que muchas veces medios de comunicación vinculados a la Iglesia ofrezcan un mensaje no acorde con los principios y opciones de la DSI, incluso en ocasiones claramente en contra.
Creemos que todos debemos contribuir al Bien Común y que, guardando el principio de subsidiariedad, la solidaridad es un fundamento que queda mejor preservada en el ámbito del Estado de Bienestar mediante los servicios públicos. Por ello nos manifestamos en contra de todo el proceso privatizador, especialmente en los ámbitos de la sanidad, la educación, las pensiones y la vivienda. Nos unimos desde aquí a aquellas plataformas que honrada y justamente demandan soluciones a los problemas y situaciones escandalosas que se han producidos.
Finalmente hacemos un llamamiento a todas las católicas y católicos de Madrid para que trabajemos con todas las personas de buena voluntad que desde diversas opciones y visiones, mostremos nuestra indignación y pidamos el cambio de rumbo necesario para hacer realidad el respeto y crecimiento de la dignidad de las personas en Madrid.