“Epifanía: sueño y realidad”                                     6 de enero de 2008

ANÁFORA

E1.- Aclamemos al Señor del Sueño y la Utopía, a la Palabra de Vida que se hace carne y acampa entre nosotros,

Aclamamos tu nombre, Padre y Madre nuestro por la alegría de los niños, por el sueño de los pacíficos, por la Esperanza en que venga tu reino.

Por ello Señor, aclamamos tu nombre.

E.2.: Gracias Dios, Padre y Madre por la alegría, la ilusión y la capacidad de soñar,

para que no mueran en el niños que fuimos y sigan vivas en nuestras vidas: que Dios también se manifieste a través de nuestra sonrisa y nuestro corazón

Todos: Señor, hoy te pedimos especialmente por los niños y niñas del mundo: por los que nada tienen, ni siquiera una casa o una familia, los que tienen que rebuscar entre las basuras para vivir, los que trabajan en las minas los que son secuestrados para comerciar con ellos, los que se ven obligados a pelear como soldados

E.3.: La vista en alguno de esos anónimos pequeños que pueblan nuestras felicitaciones,

la cara del niño que mira el mundo asombrado con ojos que devoran la vida, nos devuelve la imagen del rostro tierno de Jesús, de su mirada esperanzada, de la necesidad de otro mundo posible.

Por ello, queremos invocarte y cantamos:
TODOS: (canción)

SANTO, SANTO, SANTO, SANTO,
SANTO, SANTO ES NUESTRO DIOS.
SEÑOR DE TODA LA HISTORIA,
SANTO, SANTO ES NUESTRO DIOS.

Que acompaña a nuestro pueblo,
que vive en nuestras luchas,
del universo entero el único Señor.
Benditos los que en su nombre el Evangelio anuncian,
la buena y gran noticia de la liberación.
SANTO, SANTO, SANTO, SANTO,
SANTO, SANTO ES NUESTRO DIOS…

Grupo.- Reunidos Señor, en torno a esta mesa, nos disponemos a vivir y celebrar el acto humilde de una comida entre hermanos, una comida a la que todos estamos invitados y, especialmente, los que nada tienen: los pobres, marginados, desheredados del festín material que hemos vivido estos días.

Así, tomaste el pan, diste gracias, lo bendijiste y repartiéndolo entre tus discípulos, dijiste:

TODOS:

«Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros».

Del mismo modo, acabada la cena, tomaste la copa y dando gracias la pasaste diciendo:

TODOS:

«Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía».

Este es el sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!

E4.- Señor, ayúdanos a mantener viva la ilusión a pesar de los años, ayúdanos a no olvidar que nada de lo que tenemos nos pertenece,

ayuda a la Comunidad a vivir en la Esperanza, a no decaer al menor tropiezo.

Queremos también recordar a todos los que han ocupado un sitio entre nosotros y que han contribuido a fortalecer nuestra Fe: Julio Martínez, la madre de Conchita,

Todos:

Señor, ponemos sobre esta mesa a todas las personas que nos han ido abriendo camino. Que el Oro, el Incienso y la Mirra que hemos ofrecido sirvan para darnos cuenta de que nada somos ni nada tenemos si no es para que todos seamos y todos tengamos.

En especial, queremos pedirte por los niños y niñas del Tercer Mundo: en todos ellos, queremos reconocemos tu rostro y tu aliento de vida.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.

Amén.

E.1. Es el Espíritu de Jesús, Sueño y Realidad, Utopía y Aliento de vida, Esperanza en el dolor, quien nos hace sentirnos miembros de una misma familia que con sus manos entrelazadas eleva la oración que él nos enseñó y que ahora cantamos con las palabras de Monseñor Proaño

Canto Padre nuestro de la justicia nº 106, pg.92

E.1.: La paz sea con tonos nosotros. Démonos fraternalmente la Paz