El silencio, fuente de espiritualidad 22 de abril de 2018
1. Música Laudate omnes gentes
2. Presentación del tema
El silencio puede ser, muchas veces, tan expresivo como las palabras.
Aunque parezca contradictorio, a veces, puede expresar sentimientos, afectos, situaciones, para los que las palabras se quedan cortas.
Después de momentos intensos, nos permite tomar aliento, hacer una pausa, repensar las cosas, las que hacemos y las que decimos.
El silencio nos permite reflexionar, profundizar, aclararnos, descansar…
El silencio es una pausa en medio del ajetreo de la vida, es un espacio de sosiego, de serenidad.
Es hacer una pausa para profundizar más, para aclararnos mejor, para asegurarnos, para serenarnos… también, en ocasiones, para relajarnos.
El silencio es ese complemento necesario que nos aporta una capacidad de expresión casi infinita cuando las palabras ya no sirven.
El silencio es un modo especial de comunicación, en según qué situaciones, con según qué personas…
Todo eso y mucho más es el silencio. Es algo necesario en muchos momentos de la vida.
- Primera lectura “El silencio fuente de espiritualidad” de Fernando Bermúdez.
Fernando Bermúdez es un miembro de MOCEOP, que estuvo de misionero en Guatemala, ahora está casado. Lo que vamos a leer es parte de un artículo que publicó en la revista de MOCEOP , TH: tiempo de hablar.
Silencio no significa solo renuncia a la palabra, sino, sobre todo, liberación de toda clase de sentimientos y pensamientos que distraen la conciencia. Exige desprenderse de añoranzas del pasado para adentrarse con entereza y madurez en el presente. El silencio interior nos libera de apegos, preocupaciones y temores. Nos libera de deseos y necesidades reprimidas y de toda clase de fantasías. Nos ayuda a poner orden en el caos interior de nuestras emociones y pasiones. Es libertad del corazón.
Con el silencio interior enmudecen las actitudes e impulsos egoístas, agresivos y violentos. Posibilita que se desarrolle el amor generoso y desinteresado, amor a la vida amor a la creación y a las personas. El silencio interior nos revela la auténtica esencia del alma.
El silencio conlleva capacidad de escucha, de diálogo, de reflexión y profundidad en la palabra. En el silencio la palabra alcanza la plenitud. Nos infunde ternura, respeto y tolerancia, nos ayuda a situarnos en el lugar del otro, a ser comprensivos y compasivos. Nos capacita para estar abiertos a lo nuevo y al amor a todos los hombres y mujeres, particularmente a los más necesitados.
La persona crece en el silencio, porque es el camino para descender a lo más profundo de nuestro ser, para confrontarse con uno mismo.
- 4. Música.
- Segunda lectura . Evangelio Presentación.
No es frecuente encontrar en los evangelios referencias explícitas al silencio, la Buena Noticia, al fin y al cabo, lo que nos comunica son actividades, los hechos y los dichos de Jesucristo.
En diversas ocasiones nos hablan de cómo Jesucristo se retira a orar y eso remite al silencio exterior e interior; el episodio de la transfiguración o el de la oración del huerto serían dos buenos ejemplos, entre otros si nos hablan directamente de sus silencios, unas situaciones expresivas.
Como en la conversación con el joven rico, cuando éste le dice que ha cumplido con los mandamientos, Jesús (se añade en Marcos, 12) “le miró con amor”, y luego le invitó a repartir su dinero con los pobres.
O como cuando después de que le hubieran apresado en Getsemaní y lo llevaran a la casa del pontífice, donde Pedro negó tres veces conocerle, nos dice Lucas 13, que “cantó un gallo , y el Señor se volvió, miró a Pedro, y Pedro saliendo fuera lloró amargamente”.
Hay un pasaje del evangelio (Juan 8) en que el silencio y la palabra de Jesús se entremezclan.
Lo vamos a leer poniéndonos de pie.
Juan, 8, 1 – 11.
Mas Jesús se fue al monte de los Olivos.
Pero de madrugada se presentó otra vez en el templo y todo el pueblo acudía a ÉL. Entonces se sentó y se puso a enseñarles.
Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: “Maestro esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?.
Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús inclinándose, en silencio, se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: “Aquel de vosotros que esté libre de pecado, que le arroje la primera piedra” E inclinándose de nuevo, en silencio, seguía escribiendo en la tierra.
Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer que seguía en medio.
- Introducción a la reflexión comunitaria. Clases de silencio
El silencio es una pausa reflexiva tras una comunicación musical u oral, que ayuda a valorar el mensaje, es una ausencia total de sonido.
- Silencio monacal es la regla del silencio que rige en los monasterios, tanto durante los trabajos manuales como en los refectorios, los comedores.
- Silencio espiritual es el que ayuda a la meditación, al encuentro con Dios en nuestro interior.
- Silencio musical es el que permite dar armonía y ritmo a las canciones.
- Silencio emocional, que se produce entre enamorados, es una actitud abierta a la escucha del otro, de la otra.
- Silencio reflexivo, se da en momentos de sorpresa en que nos quedamos sin palabras.
- Silencio responsable, que se nos impone del interior por cautela, para no meter la pata.
- Silencio cómplice, que puede suceder por conveniencia oportunista.
- Silencio tolerante: para evitar una agresión o insultos, con el fin de evitar males mayores.
Según Confucio, “ El silencio es el único amigo que nunca nos traiciona “ y William Shakespeare decía “Es mejor ser rey de tus silencios que esclavo de tus palabras”
Podemos reflexionar sobre la aplicación de nuestros silencios: ¿para que utilizamos el silencio? ¿En qué momentos buscamos el silencio?
No se trata de analizar o evocar las distintas clases de silencio, sino que queremos intentar identificarnos al silencio del Señor Jesús, que es quien nos convoca, nos reúne y nos preside en cada celebración eucarística, el silencio vital que genera sosiego, paz, meditación, comunión consigo mismo y con los demás
- 7. Ofrendas.
- Móvil. Hoy empezamos la ofrenda con el móvil, esa herramienta tan útil que nos obliga a mantenernos en comunicación continua con todos los demás, queridos o no, conocidos o no, que no nos permite el silencio, que nos aleja de todo lo que sea introspección, meditación. Señor ayúdanos a aprender a hacer un uso ponderado de esta excelente herramienta.
- Campana. Este instrumento nos puede convocar a la oración, y también nos convoca al silencio, como habéis visto al comienzo, como se hace en los monasterios.
- Bolsas.
- Se invita a la comunidad a que haga ofrendas.
- Pan y vino. Te presentamos Señor este pan y este vino, como signos significativos de nuestra unidad en la diversidad; juntando nuestra voluntad de reunir a los dispersos, invocando tu compasión por los pobres y marginados, tu protesta por cualquier abuso de poder, tu amor por todos los hombres y mujeres, y con la esperanza de poder compartir este don que nos ofreces al convertirlos en comunión de tu cuerpo y de tu sangre.
- Anáfora El silencio fuente de espiritualidad
Señor Dios, vivimos en un mundo desbordado de ruidos, ruidos exteriores y ruidos interiores, que ahogan nuestras vidas, e impiden que germine la espiritualidad y brote la alegría del corazón.
Todos: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo, llenos están el cielo y la tierra de tu presencia.
Queremos imaginarte con una actitud tierna, lleno de misericordia y paciente, acogiéndonos en silencio con el abrazo del hijo pródigo
Todos: Te agradecemos Señor tu comprensión y perdón de nuestras limitaciones y posibles fallos.
Con esta esperanza, nos atrevemos a reconocer la presencia de tu hijo Jesús en medio de nosotros, y que para que no dudáramos de su presencia real nos dejó el pan y el vino como sacramento, cuando la noche de la última cena con sus discípulos tomó el pan, dándote gracias lo partió y se lo dio diciendo:
Todos: “Tomad y comed todos porque esto es mi cuerpo”
Del mismo modo, tomó el cáliz, y dando de nuevo gracias al Padre lo ofreció diciendo:
Todos: “Tomad y bebed todos de él porque esto es el cáliz de mi sangre, que será derramada por vosotros y por muchos. Haced esto en memoria mía.
Este es el sacramento de nuestra fe
Todos: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven Señor Jesús!
(Momento de silencio) Recordemos a aquellas personas que llevamos en nuestro corazón, todas las personas que sufren enfermedades guerras e injusticias, y por los difuntos que nos han precedido.
Todos juntos , con la fuerza que nos da la presencia del Señor, y con el ánimo de avanzar en nuestro compromiso con la construcción de un mundo más justo y más solidario, nos atrevemos a decir:
Todos: Padre nuestro que…….
Señor Jesucristo que dijiste a los apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy” “ No mires nuestros pecados, sino la fe de tu iglesia”. Démonos fraternalmente la paz,
Dichosos los invitados a la mesa del Señor. Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo
Todos: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”.
9. Comunión Música
10. Acción de gracias Jesucristo, tu vida ha sido un ejemplo para los que hoy celebramos tu cena.
En muchas ocasiones Marcos, Lucas, Mateo y Juan nos han contado que te retirabas a orar.
En muchas ocasiones tu oración era un recogerse en ti mismo (en sí mismo) para sentir la fuerza del Espíritu y continuar el camino.
Dentro de nosotros también está la fuerza que nos impulse a seguir caminando, siempre que podamos recogernos en nuestro interior y miremos el mundo con otros ojos, para comprometernos más con los demás.
Para continuar el camino, para mirarnos en nuestro interior, tenemos Tu ejemplo.
Por todo ello, te damos gracias.