Celebración de la reconciliación 8 de abril de 2022
El riesgo de la intolerancia y/o del inmovilismo
1.-Introducción. Una vez más nos reunimos para dedicar un tiempo para reflexionar colectivamente acerca de aquellos aspectos de nuestra vida, personal y comunitaria, de los que no nos sentimos del todo orgullosos. No se trata de flagelarnos, sino de pensar cómo podemos seguir avanzando.
Todos hemos experimentado en los muchos años que llevamos caminando que pensar juntos nos ilumina. Cuando creemos que ya lo tenemos claro, nos escuchamos y siempre aparece una nueva idea o, sobre todo, una energía renovada que nos da impulso para continuar avanzando.
Desde este espíritu, el equipo que ha preparado la celebración, tomando como punto de partida el evangelio que leeremos de las tentaciones, hemos identificado los que nos parecen los dos principales riesgos a los que tenemos que estar atentos: la intolerancia y el inmovilismo.
En un momento de crispación social como el que estamos viviendo el riesgo de querer imponer nuestra propias creencias y convicciones se acrecienta. Lo vemos en nuestro entorno próximo, en el clima político y ahora en la desgracia de la guerra.
Por otra parte, este mismo clima, junto con otros motivos, pudiera estar llevándonos a un cierto estancamiento en nuestro compromiso. En la celebración de hace dos domingos ya se apuntó este tema.
Para favorecer esta reflexión, escucharemos en primer lugar el evangelio de Lucas sobre las tentaciones de Jesús y a continuación dos breves textos, uno sobre la intolerancia, tomado de Fe adulta, y otro que hemos elaborado en el propio grupo de reflexión.
- Música. Pasión según J.S. Bach. Nº 40
- Lectura: Tentación de Jesús (Mt. 4.1-11) Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.
Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.
Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.
4 Lectura. El riesgo de la Intolerancia. La intolerancia no es solo una idea, es sobre todo una actitud. Es que la intolerancia escapa a todo análisis, a toda definición. Como bien ha dicho U. Eco, cuando la intolerancia se convierte en teoría, ya es tarde para derrotarla.
Afinando más, P. Ricoeur ha precisado: «La intolerancia tiene su fuente en una disposición común a todos los hombres, que es la de imponer sus propias creencias, sus propias convicciones, dado que cada individuo no sólo tiene poder para imponerlas, sino que, además, está convencido de la legitimidad de dicho poder».
Por eso el mismo Ricoeur añade: «Dos son los aspectos esenciales de la intolerancia: la desaprobación de las creencias y convicciones de los demás, y el poder de impedir a estos últimos vivir su vida como les plazca».
Pues bien, si esto se da, de una forma u otra, en todos los seres humanos, la intolerancia aumenta en la medida en que una persona o un grupo se rige más por creencias que por evidencias. Nadie va a ser intransigente por defender que dos y dos son cinco. Pero sí hay mucha gente intransigente por afirmar o por negar el incumplimiento de los derechos humanos.
Lo que ocurre es que las evidencias son más escasas que las creencias. Y lo peor de todo es que hay demasiada gente que tiene inclinación a convertir en evidencias lo que son meras convicciones que se aceptan o se rechazan libremente.
- Lectura. Hagamos tres tiendas (el riesgo del inmovilismo). Puede que nos encontremos en un momento arriesgado para continuar con el habitual empuje que nos ha caracterizado, personalmente y como Comunidad. Distintos factores se juntan para hacer más probable este riesgo. La edad. Somos mayores y este es un dato objetivo, que no obstante tenemos que asegurarnos de no usar como escudo absoluto para una excesiva paralización. Entre nosotros mismos, personas de edad semejante nos demuestran cómo esta condición no ha supuesto una merma para su compromiso.
La pandemia. Quizás ya toca retomar los encuentros presenciales que tanta energía sabemos que nos suministran, combinados por supuesto con las indudables ventajas que las tecnologías han tenido y tendrán que seguir teniendo para incorporar a cuantos más comuneras y comuneros podamos.
La situación política y social general, llena de crispación, de vuelta a posiciones muy conservadoras que parecen no dejarnos espacio para la acción colectiva.
Todas estas dificultades son motivos razonables para poder justificar una cierta inacción, pero en un día como hoy en el que se nos pide que pensemos sobre aquello por lo que quizás debiéramos pedir perdón, no podemos dejar de proponeros que nos preguntemos si podemos estar en un cierto riesgo de inmovilismo.
El mensaje del evangelio es claro, ante la tentación de querer mantener una situación de confort, “Hagamos tres tiendas”, ante el miedo a perder lo que uno ha conseguido y “enterrar los denarios”, Jesús siempre nos enseñó que hay que seguir avanzando y nos marcó el camino en las bienaventuranzas, los hambrientos, los sedientos, los que necesitan que les enseñemos, los que necesitan compañía no solo siguen estando ahí sino que son ahora más que antes y las circunstancias hacen pensar que aumentarán.
Hacemos mucho, es indudable, pero ¿Podemos hacer más? Debemos plantearnos siempre esta pregunta.
Juntos podemos.
- Diálogo
- Música: Pasión Bach: (Nº44)
- Oración de Perdón Parece que hemos olvidado el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales, hemos traicionado los sueños de paz y las esperanzas de los jóvenes. Nos hemos encerrado en intereses nacionalista, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar el egoísmo. Hemos destrozado con la guerra el jardín de la tierra. Nos hemos vuelto indiferente a todos y a todo, menos a nosotros mismos. Y con vergüenza decimos: Perdónanos Señor.
Estamos rodeados de inmigrantes, de personas distintas que vienen buscando una vida mejor y aquí no hayan el paraíso deseado. Sin embargo, a veces, nuestra intolerancia e inmovilismo no nos permite considerarlas una de los nuestros. Perdónanos Señor.
Somos conscientes de la soledad de algunas de las personas de nuestro entorno y si lo somos, nos acercamos a tratar de comprenderlas o sencillamente nuestro inmovilismo nos lo impide. Perdónanos Señor.
Frente a las actitudes machistas o la discriminación de las mujeres adoptamos alguna postura o nuestra intolerancia nos impide vivir nuestra vida como deseáramos. Perdónanos Señor.
Queremos imitar tu espíritu de servicio y entrega a los demás, queremos aprender de ti, Jesús, que te empeñaste en ayudar a todo aquel que se cruzaba en tu camino.
No nos dejes naufragar en la tormenta de la guerra.
Inspíranos proyectos y caminos de reconciliación
Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar
Muestra a los pueblos la senda de la fraternidad.
Queremos dar alegría a los que sufren y compartir con los más necesitados lo que tenemos, queremos aprender de ti, Jesús, que viviste entregado a la causa de los pobres y marginados.
Queremos ser espejos de ti y reflejar a través de los hechos, que somos seguidores tuyos.
Venga nosotros tu Reino Señor.
- Unidos repetimos la oración que Él nos enseñó. Padre Nuestro de la Reconciliación
Padre nuestro, bueno y cercano, que estás en ese cielo que siempre está llegando Tu nombre será santificado cada vez que liberemos a un hermano o una hermana de la opresión, de la soledad, del trabajo esclavo.
Venga tu reino de justicia, amor y fraternidad. Hágase tu voluntad, que seguro no coincide con la de quienes ostentan el poder.
Perdona las ofensas que te causamos en nuestros semejantes y no nos dejes caer en la tentación de ser intransigentes con los demás, ni caer en la tentación de no hacer ni decir nada en defensa de quienes necesitan nuestra ayuda.
Líbranos de la tentación del poder, del dinero, del confort y líbranos del mal del egoísmo. Amen
- Nos damos la PAZ
- Acción de gracias. Aún en las circunstancias que estamos viviendo, poco propicias al “buen vivir”, al que aludíamos hace unos días, siempre hay razones de sobra para agradecer a Dios la vida, y la vida en abundancia que nos regala continuamente, y el don de juntarnos a reflexionar y a analizar lo que no somos capaces de ofrecer a nuestro prójimo, hacernos conscientes de las dificultades que el camino presenta, y confiar en El para salvarlas y mantenernos firmes en el camino; con la confianza de que no nos abandonará.
- Música. Pasión Bach (Nº 77)
- Avisos y despedida